lunes, 2 de junio de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen de África.

Virgen de África. (ver) (CC BY 3-0)

La Virgen de África es la Patrona de Ceuta, además de ostentar los títulos honoríficos de Alcaldesa Perpetua y Gobernadora de la Ciudad. Su figura encarna no solo la devoción religiosa de los ceutíes, sino también la identidad histórica y cultural de la ciudad.

La llegada de su imagen a Ceuta se remonta al año 1415, tras la conquista portuguesa. En ese contexto, el Infante Enrique el Navegante, hijo del rey Juan I de Portugal, promovió la implantación del cristianismo en la ciudad y donó una talla de la Virgen de África para que fuera venerada por los nuevos habitantes.

Según la tradición, en 1425, Enrique ordenó la construcción de un pequeño oratorio dedicado a la Virgen, que con el tiempo fue ampliado hasta convertirse en el actual Santuario de Nuestra Señora de África, ubicado en la plaza que lleva su nombre.

Un episodio muy arraigado en la memoria histórica ceutí es el protagonizado por Don Pedro de Meneses, joven alférez portugués. Se dice que, al ofrecerse voluntario ante el rey Juan I para defender Ceuta, levantó un aleo (bastón de madera de acebuche) y proclamó: "Con este palo me basto para defender a Ceuta de todos sus enemigos". A raíz de este gesto, fue nombrado el primer gobernador de la ciudad. Esta escena simbólica es recordada cada año en una ceremonia oficial en la que el Comandante General de Ceuta entrega el aleo a la Virgen, reconociéndola como depositaria de la defensa de la ciudad.

En el plano político, tras la unión de las coronas de Portugal y España en 1580, bajo el reinado de Felipe II, Ceuta terminó bajo soberanía española de forma definitiva en 1668. A pesar de estos cambios, la devoción a la Virgen de África no solo se mantuvo, sino que se fortaleció, consolidándose como el principal referente espiritual del pueblo ceutí.

La escultura es una talla gótica del siglo XV, procedente de Centroeuropa. Se presenta entronizada, sedente, al estilo de la Piedad, sosteniendo sobre sus rodillas con una mano la imagen de Cristo inerte, y con la otra un aleo (una rama de acebuche), que, como hemos comentado, fue el bastón de mando del primer gobernador de la ciudad, D. Pedro de Meneses.

El rostro de la Virgen presenta una expresión de dolor contenido, dirigiendo la triste mirada hacia el cuerpo de Cristo.

Virgen de África (ver) (CC BY 3.0)


La imagen de la Virgen de África está tallada en un único bloque de madera, a excepción de la cabeza de Cristo y la mano izquierda de la Virgen, que fueron talladas por separado. En su parte posterior presenta un hueco, como era habitual en las esculturas concebidas para ser colocadas en altares o retablos, lo que permitía aligerar su peso y facilitar su manipulación. Actualmente, ese espacio está cerrado con una tapa de madera compuesta por varios tablones ensamblados.

Aunque no se trata de una imagen de vestir, es decir, no fue diseñada para ser vestida con ropajes, suele lucir un manto de gran tamaño que cubre su espalda, mientras que la parte frontal de la talla permanece visible, dejando al descubierto los rasgos escultóricos originales.

El 10 de noviembre de 1946, la Virgen fue coronada canónicamente, un acto solemne que reconocía su profunda veneración en la ciudad. Y aunque desde tiempos antiguos era considerada patrona por el fervor popular, su declaración oficial como Patrona de Ceuta no llegó hasta el 24 de noviembre de 1949, cuando el papa Pío XII otorgó el Breve Pontificio que formalizaba dicho patronazgo.

Mucho antes, en reconocimiento a su importancia espiritual y simbólica para la ciudad, el Ayuntamiento de Ceuta la había nombrado Alcaldesa Honoraria Perpetua, el 5 de marzo de 1654, título que sigue vigente como muestra del cariño y respeto de toda la población.

Se dice, que la Virgen protegió́ a las tropas de la ciudad y, posteriormente, se encomendó́ su cuidado a la orden de los Caballeros de Cristo.

Actualmente, su hermandad se compone de tres secciones: los Caballeros, las Damas y la Corte de Infantes, que se agrupan en una sola cofradía, encargada del mantenimiento del culto a la sagrada imagen. 

Iglesia del Valle. Santuario de la Hermandad de los Gitanos

En el Altar Mayor, en la parte inferior del camarín se encuentran unas hornacinas protegidas mediante vidrios.  La del centro contienen la figura de la Virgen de África realizada en plata por Villarreal en 1974.

Hornacina de la Virgen de África
Virgen de África

 RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas Mártires 

Ceferino Giménez Malla "El Pelé".

Ceferino Giménez Malla “El Pelé”.(ver) (CC BY 3.0)

Ceferino Giménez Malla, conocido como El Pelé o el Tío Ceferino, hijo de padres gitanos españoles, nació en Fraga (provincia de Huesca), probablemente el 26 de agosto de 1861, fiesta de san Ceferino Papa, de quien tomó el nombre.

Su profesión era la de tratante de caballos y artesano de cestería, por lo dedicó los mejores años de su vida a la compraventa de caballerías por las ferias de la región y a la venta ambulante de los cestos que fabricaba con sus manos, llegando a tener una buena posición social y económica, que estuvo siempre a la disposición de los más necesitados.

Se casó, al estilo gitano, con Teresa Giménez Castro, una gitana de Lérida, y se estableció en Barbastro. En 1912 regularizó su unión celebrando el matrimonio según el rito católico. No tuvo hijos, pero adoptó de hecho a una sobrina de su esposa, llamada Pepita, cuyos hijos viven todavía.

Comenzó desde entonces a frecuentar la iglesia hasta convertirse en un cristiano modelo, pues asistía a misa diariamente, comulgaba con frecuencia y rezaba cotidianamente el rosario, y aunque no supo nunca ni leer ni escribir, era amigo de personas cultas y fue admitido como miembro en diversas asociaciones religiosas: Jueves eucarísticos, Adoración nocturna, Conferencias de San Vicente de Paúl e ingresó como laico en la Orden Franciscana Seglar en 1902.

En una ocasión, fue injustamente acusado de robo y encarcelado, aunque finalmente fue declarado inocente. Durante su juicio, el abogado que lo defendía dijo: “El Pelé no es un ladrón, es san Ceferino, patrón de los gitanos”.

Al inicio de la guerra civil española, en los últimos días de julio de 1936, fue detenido por un grupo de milicianos republicanos al salir en defensa de un sacerdote que arrastraban por las calles de Barbastro y estaban golpeando a culatazos para llevarlo a la cárcel.

Le ofrecieron la libertad si dejaba de rezar el rosario, pero prefirió permanecer en la prisión y afrontar el martirio.

En la madrugada del 8 de agosto de 1936, lo fusilaron junto a las tapias del cementerio de Barbastro. Murió con el rosario en la mano, mientras gritaba su fe: “Viva Cristo Rey”.

Fue beatificado por el papa Juan Pablo II en 1997, siendo así el primer gitano  elevado a los altares, ​ estando su proceso de canonización en la fase final.

Iglesia del Valle. Santuario de la Hermandad de los Gitanos

La primera capilla, desde la cabecera del evangelio está dedicada al Beato Ceferino Giménez Malla “El Pelé”, primer gitano que sube a los altares. Se trata de una talla completa en madera de cedro realizada por Darío Fernández Parra (ver). Se presenta junto a un niño al que entrega pan con chocolate. El beato viste camisa morada y cordón del hábito del Nazareno. Lleva un rosario en la mano y la cruz franciscana en el cuello.

La imagen fue bendecida por fray Carlos Amigo Vallejo el 13 de mayo de 2001.

 

Beato Ceferino Giménez Malla “El Pelé”

Detalle del beato

Detalle de la camisa y la cruz del beato

Detalle del Niño

Detalle del pan con dos onzas de chocolate