sábado, 24 de mayo de 2025

 AREA DE SAN ROMAN

Convento, Colegio, Jardines y Muralla del Valle.

Según la leyenda, en las afueras de la ciudad de Sevilla vivía una mujer, natural de Écija con su hijo de corta edad. Había quedado viuda y para mantenerse había abierto una hospedería.  La casa amplia, poseía un patio y en el patio un pozo. Un día el chiquillo jugando cayó al pozo, la madre acude a la Virgen del Valle, patrona de Écija y le promete donar su casa para un convento donde siempre se cantara la gloria del Hijo de Dios y de su Madre. Las aguas subieron llevando al niño sano y salvo a su madre, ella cumplió su promesa entregando su propiedad a los religiosos dominicos.

Así, se crea el convento de Nuestra Señora del Valle como establecimiento religioso fundado en 1403, en la actual calle verónica, por monjas dominicas, y constaba de Iglesia, dependencias, claustros, jardines y huerta.

La Puerta Osario y el Convento del ValleRichard Ford. 1830. (ver) (CC BY 3.0)

Alonso Morgado dice en su Historia de Sevilla (1587) que el nombre "del Valle" viene del valle y la arboleda que se encontraban en este sitio donde existía un desnivel que se utilizaba para almacenar agua.

La congregación fue disuelta en 1507 y estas monjas fueron repartidas entre los Conventos de Madre de Dios y San Clemente.

Posteriormente, el edificio fue ocupado por la Congregación de Santa Catalina de la Penitencia, una comunidad de terciarias dominicas apoyada por Isabel la Católica.

La congregación se fusionó con la del Monasterio de Santa María la Real en 1511, siendo arzobispo Diego de Deza.

En 1529 el convento pasó a ser ocupado por la Orden de los Padres Regulares Terciarios de San Francisco hasta 1657.

En 1657 fue ocupado por la Orden de los Franciscanos Observantes que, integrados en los frailes recoletos, permanecieron en el convento hasta la desamortización de 1835.

En 1810, en la invasión francesa de Sevilla, el convento fue exclaustrado y buena parte de sus enseres fueron destruidos.

En 1814 vuelven los franciscanos, procediendo a labores de restauración, y serán sus últimos moradores ya que, como hemos comentado, en 1835 con la ley de desamortización de Mendizábal el monasterio se subastó, fue comprado por un vecino que a su vez lo alquiló a 90 familias convirtiéndose todo en pequeñas parcelas de huertas y casas de vecinos mal pagadas y abandonadas, la Iglesia pasó a ser filial de la parroquia de San Román.

En el convento se encontraba la imagen de la Virgen del Valle. Una leyenda dice que la imagen de la Virgen se encontraba abandonada y en mal estado en la Parroquia de San Román. Un sacristán fue a tirarla al fuego, pero se le apareció la Virgen para reprocharle esa intención. El sacristán dio cuenta al arzobispo del milagro, celebró cultos en honor a la Virgen y dejó la imagen en el Convento del Valle.

La desamortización de 1835 supuso la exclaustración de los frailes y la secularización del convento. Aunque la iglesia se mantuvo abierta bajo la supervisión de un capellán, el edificio principal fue utilizado como almacén de grano y, como hemos comentado, posteriormente como casa de vecinos.

En 1856 el franciscano Mariano Pilar de la Torre, que había pertenecido a la comunidad exclaustrada y que actuaba de visitador de la Orden Tercera Seglar, comenzó la restauración de la iglesia abandonada. No obstante, la restauración fue insuficiente y la iglesia fue derribada en 1873 para realizar la actual, finalizada en 1877.

En 1864 el edificio del convento fue adquirido por la viuda del marqués de Villanueva, quien lo entregó a la congregación de religiosas del Sagrado Corazón para la fundación de un colegio femenino que hizo uso de la iglesia, y que funcionó desde 1866 hasta 1975, siendo conocido popularmente como “Colegio del Valle” con alta fama por la educación de las “niñas bien” de la Sociedad Sevillana.  

Colegio del Valle. Año 1964

Detalle del patio de la Virgen

Vista general del Colegio

Vista general del colegio

Detalle


En 1975 la congregación se trasladó al Aljarafe y vendió el convento a una empresa inmobiliaria, concretamente a la inmobiliaria del Banco de Granada.  

Se produce entonces un gran expolio de altares, cristaleras, herrajes, azulejos, solerías, antes de que la empresa procediera al derribo de todas las edificaciones, excepto la iglesia, la puerta principal y un retablo cerámico.

Detalle de la puerta principal

Detalle de la entrada

Azulejo de Aquilino Duque


El derribo dejó al descubierto doscientos cincuenta metros lineales de muralla almohade, con tres torreones, que estaban situados en el interior del convento y que separaban sus jardines de las viviendas colindantes.

Sin embargo, el movimiento ecologista, y sobre todo el vecinal, impidieron la construcción prevista pues el Ayuntamiento negó la licencia a la inmobiliaria, lo que motivó un largo pleito judicial, que concluyó al llegar a un acuerdo por el cual la corporación municipal adquirió la propiedad del terreno y en 2010 se construyeron los Jardines del Valle. 

Azulejo en recuerdo a los ecologistas que propiciaron la creación de los jardines

El Jardín del Valle

En la actualidad en el Jardín del Valle se distinguen dos zonas fundamentales. Por una parte, una zona de gran amplitud cubierta de vegetación y por la otra una plaza a la que se accede nada más entrar. Entre ellas coexisten hasta medio centenar de especies vegetales diferentes.

Así, se pueden encontrar ciruelos, celestinas, damas de noche, adelfas, jacarandas, robinias, naranjos, limoneros, palmeras, etc. También hay otras especies más exóticas, como flores de Pascua, un malvavisco o un espino de fuego, un arbusto espinoso que al florecer se cubre de numerosos y llamativos frutos rojos.

Detalle de una de las calles del jardín

Detalles del jardín

Detalles del jardín
Detalles del jardín
Detalles del jardín
Detalles del jardín
Detalles del jardín
Detalles del jardín
Detalles del jardín

Dentro del jardín destaca el azulejo de Santa Rita que fue instalado por las religiosas que llevaban el Colegio en el año de 1920, obra del pintor Carlos Hermoso, y cuando el Colegio fue abandonado las religiosas quisieron dejar el azulejo en el lugar en el que ha llegado en nuestros días.

Monumento a Santa Rita

Azulejo de Santa Rita

Murallas

El tramo de muralla que se incluyen en el jardín del Valle, es el que va desde la puerta del Osario a la del Sol, derribadas ambas en el siglo XIX.

Este fragmento con forma de “L” de unos 250 metros de largo es el mayor lienzo de muralla medieval conservado en la ciudad, después de las murallas de la Macarena.

Es curioso que presenta dos alineaciones rectas que forman un anómalo rincón en escuadra, el primer lienzo es perpendicular a la calle Sol y el otro es paralelo y medianero a dicha calle. Es posible que cuando se hiciera el replanteo de la cerca almorávide existiera alguna dificultad extramuros, tal vez una laguna de las que periódicamente recargaba el arroyo Tagarete.

Detalle longitudinal de la muralla

Detalle longitudinal de la muralla

Detalle de la entrada

Detalle del rincón

Detalle del rincón

Está construido en tapial, son almenadas y tienen una anchura de los paramentos de unos dos metros.

Lo más interesante es que está enterrado más de tres metros, lo que explica que la barbacana no este atestiguada, se documentan dos fases superpuestas, una almorávide y otra almohade, que conservan hasta el enlucido del primer parapeto y muchos merlones.

Por ello, su construcción se ha datado en época almorávide, dentro de las obras de reforma del recinto amurallado que tuvieron lugar alrededor de 1133.

Los torreones conservados tienen planta rectangular y se hallan separados por unos 45 metros. Como los conservados en la Macarena, son macizos hasta la altura del adarve, mientras que presentan un espacio abovedado en el último piso desde el que se accede a la azotea.

Detalle de un torreón

Detalle de un torreón
Detalle de un torreón