domingo, 8 de junio de 2025

 ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA

Retablo cerámico de la Virgen de los Dolores. Hermandad de los Servitas.

La sencilla puerta de la capilla fue ampliada en 1969, sobre ella hay un azulejo de la Virgen de los Dolores.

Azulejo de la Virgen de los Dolores

A lo largo de más de tres siglos de historia, la corporación de los Servitas ha atravesado numerosas vicisitudes, incluida la pérdida de una parte importante de su patrimonio artístico. Sin embargo, existe un bien singular que ha perdurado intacto, que es la representación en azulejos de la Virgen de los Dolores, situada sobre la puerta principal de su capilla en la calle Siete Dolores de Nuestra Señora.

Según el investigador Martínez Amores, esta pieza es una de las más notables dentro de su género en Sevilla, destacando por su antigüedad, dimensiones, calidad artística e iconografía. Pese a ello, permanece relativamente desconocida, probablemente debido a su ubicación, pues al estar colocada a considerable altura y en una calle estrecha, dificulta su apreciación directa. Esta circunstancia, paradójicamente, podría haber contribuido a su conservación, especialmente durante la retirada general de símbolos religiosos en las calles durante las últimas décadas del siglo XIX.

Junto con el retablo de Jesús Nazareno de la Hermandad de la O, esta obra figura entre los retablos cerámicos más antiguos conservados por corporaciones penitenciales de Sevilla, aunque en el caso de los Servitas, en sus orígenes, se trataba de una orden tercera.

El retablo está compuesto por 120 losetas vidriadas, de autor anónimo, aunque por sus características estilísticas se atribuye con seguridad a uno de los talleres cerámicos trianeros de la época, semejante a otros ejemplos de devoción popular en la región.

Enmarcada por una orla barroca que simula un cuadro, con abundantes roleos decorativos, la escena central presenta a la Virgen de los Dolores en pie, sin la figura de Cristo en su regazo. Viste el hábito de la Orden, con un escapulario que le cae del pecho hasta las rodillas, y lleva siete espadas clavadas en el pecho, símbolo de sus dolores. La corona, la ráfaga rematada por una cruz patriarcal, la luna a sus pies y el escabel de nubes en que se eleva contribuyen a su representación glorificada.

Detalle
Detalle

Cuatro ángeles rodean la imagen portando símbolos tanto de la Pasión (el haz de varas, la corona de espinas, los clavos y la lanza) como propios de la Orden Servita (el escapulario y la corona dolorosa). 

Detalle de ángel

Detalle de ángel
Detalle de ángel
Detalle de ángel

En un plano inferior aparecen arrodillados los santos patronos de las órdenes tercera masculina y femenina de los Siervos de María: San Felipe Benicio (ver) y Santa Juliana de Falconieri (ver), quienes reciben de la Virgen sendos escapularios.

San Felipe Benicio

Santa Juliana de Falconieri


Entre ambas figuras se lee el texto en latín del Salmo 79: "Respice de caelo et vide, et visita vineam istam" ("Mira desde el cielo, fíjate y visita esta viña"), una frase escogida como alegoría de la Orden, entendida como viña del Señor, bajo la protección de la Virgen de los Dolores.

"Respice de caelo et vide, et visita vineam istam"


Originalmente, el retablo estuvo iluminado por una lámpara de aceite izada mediante un pescante con carrucha, cuyo herraje aún se conserva en la parte superior. En la actualidad, un tubo fluorescente oculto en la parte inferior proporciona iluminación nocturna sin interferir con la estética de la obra.

 RUTA DE LOS CAMPANARIOS Y VELETAS 

Capilla de los Servitas.

Se rematada por una pequeña espadaña difícil de fotografiar por la falta de perspectiva.

Presenta un solo cuerpo y esta ciega pues por detrás tiene un tejado a dos aguas. Tiene una sola campana y presenta una reja de ventana en su frente.

El hueco es un arco de medio punto con impostas. A ambos lados y sobre las jambas, unas pilastras. Entablamento alto. Frontón alto con las vertientes muy inclinadas. Sobre él se prolongan los pilares en forma de dados terminados con florones de cerámica vidriada de color amarillo. En el vértice de dicho frontón otro dado con terminación escalonada y se remata con una cruz latina de hierro y una veleta.

Pequeña espadaña

Detalle de la Cruz y la veleta

RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Nuestra Señora de San Lorenzo. Capilla de los Dolores de los Servitas.

Según la tradición, el origen de esta devoción se remonta al reinado de Alfonso VI (1072-1109), cuando un sacerdote trasladó a Valladolid una imagen de la Virgen venerada en Consuegra (Toledo), con el fin de protegerla de los saqueos musulmanes.

La imagen fue ocultada en una cueva situada fuera de las murallas de la ciudad, en la margen izquierda del río Pisuerga, junto a la antigua Puerta de Aguadores. Por esta ubicación, la Virgen comenzó a ser conocida como la "Virgen de los Aguadores".

Con el paso del tiempo, un pastor descubrió la imagen, y este hallazgo fue considerado milagroso. Desde entonces, se fortaleció la devoción popular bajo el título de "Virgen de los Aguadores", pues siempre fue relacionada con el agua, y se le pedía ayuda en casos de inundaciones, sequías o cualquier problema relacionado con el agua.

El incremento de testimonios sobre favores recibidos, tanto públicos como particulares, impulsó el traslado de la imagen a una pequeña ermita dedicada a San Lorenzo. Este hecho propició el crecimiento del número de fieles y consolidó su fama como imagen milagrosa. Ante la creciente devoción, se decidió levantar un templo más adecuado para su veneración.

Aunque fue invocada como Patrona de Valladolid desde 1637, la declaración oficial como tal se produjo el 21 de octubre de 1917, coincidiendo con la Coronación Canónica de la imagen, presidida por el cardenal Cos. Su festividad se estableció para el 8 de septiembre.

La Hermandad de Nuestra Señora de San Lorenzo, fundada el 7 de octubre de 1781, recuperó en 2003 la tradicional procesión popular en honor a la imagen, que llevaba más de medio siglo sin celebrarse.

La imagen de la Virgen es una talla de madera policromada de estilo románico-bizantino. Representa a María sentada en un trono, con los pies descalzos. 

Su mano derecha está en posición de sostener un pomo, gesto típico de las imágenes antiguas, aunque actualmente sostiene un ramo artístico de oro y pedrería. 

Porta también una medalla con el escudo de la ciudad y un bastón de mando, símbolo de la alcaldía vallisoletana. 

El Niño Jesús, que aparece en su regazo, sostiene un libro y apoya su mano derecha sobre el pecho de su madre. 

Ambas figuras llevan coronas elaboradas en oro y plata.

Procesión de la virgen de san Lorenzo en Valladolid (ver)(CC BY 3.0)


Capilla de los Dolores de los Servitas

En el año 1971, un grupo de vallisoletanos residentes en Sevilla solicitó al Ayuntamiento de Valladolid la realización de una réplica de la Virgen de San Lorenzo. La obra fue encargada al escultor zamorano José Luis Núñez Solé, quien residía en Valladolid.

La imagen fue bendecida por el cardenal José María Bueno Monreal y actualmente se encuentra en una hornacina dentro de la capilla de los Servitas, en la capital hispalense, donde recibe culto y cada mes de septiembre se celebra una función religiosa en su honor.

Hornacina con Nuestra Señora de san Lorenzo

Nuestra Señora de san Lorenzo

Detalle de la Virgen y el Niño

Detalle del rostro de la Virgen

 AREA DE SAN ROMAN

Hermandad de los Servitas.

La Orden de los Siervos de María (en latín: Ordo Servorum Mariae), comúnmente conocida como Orden de los Servitas, es una congregación religiosa católica de vida apostólica y de derecho pontificio.

Fue fundada el 15 de agosto de 1233 en Florencia por un grupo de siete hombres, conocidos tradicionalmente como los Siete Santos Fundadores, quienes formaban parte de una cofradía laica dedicada a la veneración de la Virgen María.

La fecha de fundación coincide con la solemnidad de la Asunción de la Virgen, lo que explica que sus miembros sean llamados “Siervos de María” o simplemente “Servitas”. Acompañan sus nombres con las siglas O.S.M.

La Orden constituye un caso singular en la historia de la Iglesia, al ser la única fundada por un grupo de siete personas, no por uno o dos fundadores, cuyos nombres, según la tradición, son: Buen hijo Monaldi, Bonayunta Manetti, Manetto dell’Antella, Amadio degli Amidei, Sosteneo, Hugo y Alejo Falconieri.

El 13 de marzo de 1249, el papa Inocencio IV concedió su aprobación oficial y desde entonces, los Servitas adoptaron la Regla de San Agustín y un hábito de color negro.

La Orden posee un gobierno centralizado bajo la autoridad de un prior general, elegido por periodos de seis años, renovables. Su organización interna se divide en provincias, cada una encabezada por un prior provincial.

El proceso formativo de los frailes Servitas comprende tres etapas: prenoviciado, noviciado y profesión religiosa (primero simple, luego solemne). Durante el prenoviciado se realiza el discernimiento vocacional. El noviciado constituye una etapa de formación espiritual y vida comunitaria. En el profesado se comprometen vivir y experimentar la vida del fraile Siervo de María; primero con los votos simples y finalmente los solemnes, por medio de los cuales el fraile se consagra públicamente al servicio de Dios y Santa María

Inspirados por la figura de la Virgen María como Sierva del Señor, los Servitas aspiran a vivir una vida de comunión fraterna, oración, servicio y anuncio del Evangelio. Promueven el desarrollo de los dones individuales de cada miembro en beneficio tanto de la comunidad como de la sociedad.

Hacia 2015, la Orden contaba con aproximadamente 872 religiosos, de los cuales 587 eran sacerdotes, y unas 150 comunidades distribuidas en los cinco continentes.

Presencia de los Servitas en Sevilla

La rama laical de los Servitas en Sevilla, conocida como Orden Tercera Servita, fue erigida formalmente el 16 de agosto de 1696 con la aprobación de sus primeras reglas, aprobadas por el Provisor del Arzobispado D. Jaime de Palafox y Cardona (ver).

No obstante, existen indicios documentales que permiten situar su existencia en fechas anteriores. Un grabado de Francisco Gordillo de 1773 menciona una imagen de Nuestra Señora de los Dolores en su capilla junto a San Marcos, a la que ya se le habían concedido indulgencias por parte del Cardenal Borja, arzobispo de Sevilla entre 1632 y 1645, lo que sugiere que la hermandad ya operaba en la primera mitad del siglo XVII. En el grabado se puede leer “verdadero retrato de Nuestra Señora de los Dolores, sita en su capilla de V.O.T. de Siervos de María, junto a San Marcos de Sevilla, cuyo altar es de animas perpetuo y diario. El Exmo Sr. Cardenal Borja y otros Sres. Arzobispos concedieron 200 días de indulgencia rezando una salve”

La corporación nació en la parroquia de san Marcos en torno a la devoción de una pequeña imagen de la Piedad, de la escuela alemana de aproximadamente la segunda mitad del siglo XVI, y que la hermandad conserva en una pequeña hornacina en el presbítero de su capilla (ver).

A principios del siglo XVIII, la hermandad adquirió terrenos cercanos a la actual plaza de Santa Isabel, donde construyó su capilla y Casa de Hermandad, estableciéndose definitivamente allí en 1713.

El 21 de julio de 1720, por iniciativa del padre Juan de Lara Villafranca, obtuvo autorización desde Roma, por parte del prior general de la Orden, fray Sosteneo María Cavalli, para constituirse como Venerable Orden Tercera de Servitas, iniciando así una etapa de crecimiento devocional e institucional.

En 1730, la hermandad encargó al escultor José Montes de Oca (ver) las imágenes titulares de Nuestra Señora de los Dolores y el Santísimo Cristo de la Providencia.

 A lo largo del siglo XVIII se enriqueció el patrimonio artístico con el retablo mayor y una serie de pinturas sobre la vida de la Virgen y la Pasión de Cristo.

Las reglas fueron aprobadas por el Real Consejo de Castilla en 1772. Entre sus hermanos figuraban numerosos miembros de la nobleza sevillana, como la Casa Ducal de Medinaceli, los Marqueses de Valencina y la Condesa de Lebrija. En 1779, el rey Carlos III le concedió los títulos de "Real" e "Ilustre".

El siglo XIX fue difícil para la hermandad, marcada por las pérdidas ocasionadas durante la invasión napoleónica, aunque se mantuvieron los cultos y se tiene constancia de procesiones hasta 1926.

Durante la Guerra Civil, el patrimonio volvió a verse afectado, aunque las imágenes fueron salvadas gracias a la intervención de D. Manuel Crespo, Capiller de la hermandad.

El 26 de noviembre de 1967, en el Convento de Santa Isabel,  se bendijo la imagen de María Santísima de la Soledad, realizada en el taller de Castillo Lastrucci (ver) y remodelada por Antonio Joaquín Dubé de Luque (ver). Fue donada por los hermanos Esteba y Juan de Dios Pechero Guinea.

El 30 de diciembre de 1971, el Cardenal José María Bueno Monreal autorizó la transformación de la corporación en Cofradía de Penitencia.

Como cofradía su nombre completo es Real, Ilustre y Venerable Hermandad de Nazarenos y Primitiva Cofradía Servita de Nuestra Señora de los Dolores, Santísimo Cristo de la Providencia, María Santísima de la Soledad y San Marcos Evangelista y nunca ha abandonado su sede histórica: la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores.

El 1 de abril de 1972 se realizó la primera Estación de Penitencia a la Catedral con el paso de misterio. En 1981 se incorporó el paso de palio con la Virgen de la Soledad.

El paso de misterio representa la escena de la Piedad, con la Virgen al pie de la cruz, sosteniendo el cuerpo yacente de Jesús. Tallado en madera noble en 1979, está iluminado por cuatro faroles plateados y rematado con una cruz de plata y carey diseñada por Dubé de Luque (ver). La Virgen viste manto de terciopelo negro, bordado en el convento de Santa Isabel en 1975.

En el paso de palio aparece María Santísima de la Soledad. En su frontal lleva una réplica en miniatura de la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid, obsequio del Ayuntamiento vallisoletano. El palio, de terciopelo granate con bordados en oro, presenta orfebrería plateada.

En febrero de 2009 se estrenó un nuevo manto para la Virgen, confeccionado en el taller de Jesús Rosado (Écija), siguiendo un diseño original de Dubé de Luque, quien también concibió el diseño del palio.

 AREA DE SAN ROMAN

Capilla de los Dolores Servitas.

Historia

La Capilla de los Dolores, situada en la calle Siete Dolores de Nuestra Señora s/n, está situada junto a la Iglesia de San Marcos. Su origen se remonta a 1714, cuando la Hermandad de los Servitas, que compartía espacio con otras corporaciones en la mencionada iglesia, solicitó al Provisor del Arzobispado la cesión de un terreno tras el templo. La intención era disponer de un lugar donde conservar sus enseres y objetos litúrgicos, petición que se realizó mediante el pago de un tributo.

Aunque es probable que se iniciaran trabajos de adecuación poco después, la construcción formal de la capilla no se llevó a cabo hasta alrededor de 1740. Un papel fundamental en este proceso lo desempeñó el padre Juan de Lara y Villafranca, quien ejercía como capellán de la hermandad desde 1719 y cuya implicación fue decisiva para hacer realidad el proyecto.

Exterior

Como hemos comentado, la Capilla de los Dolores de Sevilla se encuentra situada en la calle Siete Dolores de Nuestra Señora, junto a la cabecera de la vecina Iglesia de San Marcos.

En el exterior sus muros son de ladrillo estando cubierta de tejas.

La sencilla puerta de la capilla fue ampliada en 1969, sobre ella hay un azulejo de la Virgen de los Dolores (ver).

Detalle de la Puerta

Azulejo de la Virgen de los Dolores

A la izquierda de la portada podemos ver una ventana con una miniatura de la imagen de Nuestra Señora de los Dolores y del Santísimo Cristo de la Providencia, muy difícil de fotografiar por los reflejos del cristal.

Nuestra Señora de los Dolores y del Santísimo Cristo de la Providencia

Detalle

Detalle

En el muro un azulejo de la Virgen de la Soledad, de 1998 y obra de Emilio Sánchez Palacios.

Azulejo de la Virgen de la Soledad

Espadaña

Se rematada por una pequeña espadaña difícil de fotografiar por la falta de perspectiva.

Presenta un solo cuerpo y esta ciega pues por detrás tiene un tejado a dos aguas. Tiene una sola campana y presenta una reja de ventana en su frente.

El hueco es un arco de medio punto con impostas. A ambos lados y sobre las jambas, unas pilastras. Entablamento alto. Frontón alto con las vertientes muy inclinadas. Sobre él se prolongan los pilares en forma de dados terminados con florones de cerámica vidriada de color amarillo. En el vértice de dicho frontón otro dado con terminación escalonada y se remata con una cruz latina de hierro y una veleta.

Pequeña espadaña

Detalle de la Cruz y la veleta

Interior

La capilla es de planta rectangular tipo salón, algo achaflanada a los pies en su lado izquierdo

Hacia la mitad de la nave, en el lado del Evangelio, se abre a un espacio cuadrangular antiguamente ocupado por la Capilla Sacramental y hoy por la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, al quedar derribado el muro que lo cerraba.

Sus muros son de ladrillo y su cubierta se conforma de tejas con pendiente a dos aguas al exterior.

A los pies se levanta el coro.

Vista del templo desde los pies

Vista del templo desde la cabecera

Como siempre realizamos la descripción desde los pies del muro de la epístola para seguir por el presbiterio, alta mayor, muro del evangelio y terminar a los pies.

Epístola

En el lado derecho se abre la puerta de la capilla, ampliada en 1969 para permitir el acceso de los pasos procesionales.

Seguidamente una hornacina con Nuestra Señora de san Lorenzo, devoción de la ciudad de Valladolid donde es la patrona y alcaldesa perpetua (ver). Se venera en la iglesia de San Lorenzo de esa ciudad. Esta copia del escultor José Luis Núñez Solé fue regalada en 1971 por la ciudad de Valladolid a la colonia vallisoletana de la ciudad de Sevilla.

Hornacina con Nuestra Señora de san Lorenzo

Nuestra Señora de san Lorenzo

Detalle de la Virgen y el Niño

Detalle del rostro de la Virgen

Le siguen dos cuadros de los que no tengo información. No sé si el segundo puede corresponder a la Virgen de los Reyes.

Cuadro

Virgen de los Reyes ??

Virgen de los Reyes ??

Presbiterio

En el lado derecho, de la Epístola, observamos un Crucificado de tamaño académico atribuido al Greco (ver) y un cuadro de la vida de la Virgen María.

Crucificado

Detalle del rostro y los brazos

Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies

Cuadro de la vida de la Virgen María


En el lado izquierdo, del evangelio, en una hornacina vitrina encontramos el conjunto de la Piedad de Nuestra Señora de los Dolores y Santísimo Cristo, de pequeño tamaño y primitiva titular de la Hermandad, fechable hacia el siglo XVI.

Vitrina de la Piedad

Piedad

Detalle de Nuestra Señora de los Dolores

Detalle del Santísimo Cristo

Detalle del Santísimo Cristo

Altar Mayor

El retablo mayor, rococó del siglo XVII, realizado en madera dorada con dimensiones de 8,00 x 6,40 metros, ocupa todo el testero del presbiterio. Se compone de un sotabanco, un banco, un cuerpo compartimentado en tres calles y un ático.

Vista general del Retablo Mayor


Las calles laterales del cuerpo principal se articulan con cuatro columnas salomónicas, que descansan en ménsulas con cabezas de angelitos y pertenecen a un primer momento datable hacia 1700. El resto se debe a la ampliación posiblemente realizada por Cayetano de Acosta hacia 1760. Por otra parte, hay constancia documental de que José Rodríguez doró y estofó elementos del retablo en 1731.

Detalle de la cabeza de angelitos


En las calles laterales se sitúan Santa Catalina (ver) y Santa Bárbara (ver), que estuvieron con anterioridad en el ático.

Santa Catalina

Detalle de santa Catalina

Santa Bárbara

Detalle de santa Bárbara

En los años 60 se sustituyó en la hornacina del ático una imagen de Santo Domingo (ver) por una Inmaculada (ver) de barro cocido realizada por Antonio Armenta Ramos.

Hornacina de la Inmaculada en el ático

Inmaculada

Detalle de las cabezas de Querubines a los pies de la Inmaculada

Se remata el retablo con la imagen de un pelicano con sus polluelos y diferentes angelitos. Destacan los angelitos que portan elementos de la pasión.

Detalle del Pelicano y dos angelitos laterales

Angelito con los clavos

Angelito con la corona de espinas

Detalle de angelitos laterales

Detalle de angelitos laterales
Detalle de angelitos laterales
Detalle de angelitos laterales
Detalle de angelitos laterales

En la calle central, el Altar Mayor está presidido por un amplio camarín, cuyo interior está decorado con espejos, donde se aloja el grupo escultórico de la Sexta Angustia de la Virgen María, formado por la Virgen de los Dolores, y el Cristo muerto, Jesús de la Providencia, obra de José Montes de Oca (ver) de hacia 1730, flanqueado, como hemos comentado, por dos calles laterales enmarcadas por columnas salomónicas.

Es significativo el hecho de los cambios introducido en el grupo escultórico, que hasta hace pocas décadas estaba acompañado de las imágenes de San Juan y la Magdalena, que actualmente han pasado a los pies del templo. 

Se representa aquí la “Sexta angustia de la Virgen María”: "el sobrecogedor instante en que el cuerpo inerte de Cristo, descendido de la cruz, reposa en su regazo". 

La Santísima Virgen muestra el cuerpo martirizado de su Hijo con serena dignidad, invitando a la compasión y al recogimiento.

Permanece inmóvil, como un bloque de dolor, sosteniendo eternamente la muerte del Redentor.

Este misterio, venerado por la Orden de los Siervos de María, constituye una enseñanza continua sobre la Providencia divina. La muerte de Cristo no es un hecho aislado, sino la afirmación del plan eterno de Dios sobre la historia y la humanidad. Frente a las concepciones paganas del destino, al deísmo racionalista o al materialismo moderno, la fe cristiana proclama que Dios guía y sostiene amorosamente a todas sus criaturas.

Como señala Villar Movellán, es posible que la imagen se inspire en el conmovedor grupo escultórico de la Virgen de las Angustias de Córdoba, obra de Juan de Mesa (ver). No obstante, también cabe suponer la influencia de la imagen titular primitiva, ya comentada, una pieza de pequeño formato con acento galicista, fechada en el primer cuarto del siglo XVI.

El atuendo característico de esta advocación mariana consiste en saya y manto de color negro. Esta indumentaria se remonta al luto que vestía la condesa viuda de Ureña, camarera mayor de Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II. La reina ordenó esculpir una imagen de la Virgen vestida de tal forma al artista Gaspar Becerra, que fue venerada en una capilla de la Iglesia Conventual del Buen Suceso o Servitas, en Madrid. En ese mismo lugar, en 1567, se fundó una cofradía que contribuyó decisivamente a la difusión de esta iconografía.

Camarín de la Piedad

Piedad

Detalle de la Virgen

Detalle del rostro de la Virgen

Detalle de Cristo muerto

Detalle del rostro de Jesús

Detalle de la mano derecha

Detalle de los pies

Se introdujo la costumbre de colocar sobre el pecho de María un corazón atravesado por una o siete espadas, clara alusión a los siete dolores, también se retallo el cabello de Cristo dejando al descubierto el pabellón auditivo.  

En 1968 la talla mariana fue restaurada por Antonio Dublé de Luque (ver). En 1978 José Rivera restauro la imagen cristifera para afianzar la cabeza que se había separado del tronco.

Evangelio

Vista del muro del Evangelio

Cuelgan una serie de cuadros de la vida de la Virgen y la pasión de Cristo, santa Ángela de la Cruz (ver) y una loza sepulcral.

Adoración de los Reyes

La Anunciación


Cristo atado a la columna


Santa Ángela de la Cruz

Loza sepulcral: Aqvi yaze Ysabel Josepia Calvo de Villafranca qve mvrio a 29 de marzo de 1733

Hacia la mitad de la nave se abre la Capilla Sacramental, presidida por Nuestra Señora de la Soledad, la otra titular de la Hermandad Servita, que procesiona en paso de palio.

Capilla Sacramental

La figura de la Virgen de la Soledad fue realizada por el escultor Castillo Lastrucci (ver) en 1966, por encargo de los hermanos Juan y Esteban Pechero Guinea,  y fue reformada por Antonio Dubé de Luque (ver) en 1968. 

La Virgen luce corona de plata dorada, con escudo en oro, realizada en 1987.

Nuestra Señora de la Soledad

Nuestra Señora de la Soledad

Detalle del rostro

Detalle del rostro
Detalle de las manos

A los lados los Santos fundadores de la orden Servita, San Felipe de Benicio (ver), propagador y Prior General de la Orden de los Siervos de María    y Santa Juliana de Falconieri (ver), fundadora de las monjas Siervas de María.

San Felipe de Benicio

Detalle

Santa Juliana de Falconieri

Detalle


En el lateral izquierdo un relieve con la Piedad y dos ángeles portadores de objetos de la Pasión, en memoria de Antonio Dubé de Luque (ver).

Piedad

Detalle de la Piedad

Ángel con el martillo y las tenazas

Ángel con los clavos

Pies

A los pies se levanta el coro, al cual se llega a través de una escalera de caracol.

Pies del templo 

Detalle del Coro


Bajo el coro, junto a la Cruz de plata y carey que procesiona con el conjunto de la Piedad, tenemos las imágenes de San Juan Bautista y María Magdalena, obras de Montes de Oca (ver) de hacia 1730.

Estas imágenes fueron restauradas, la de San Juan por Juan Manuel Miñarro López en 1991, y la de la Magdalena primero por Antonio Joaquín Dubé de Luque (ver) en 1967 y posteriormente por Miñarro en 1989.

Cruz de plata y carey con San Juan Bautista y María Magdalena

Detalle del cordero sobre el Libro de los Siete Sellos en el centro de la Cruz

San Juan

Detalle del rostro de San Juan

Detalle de las manos de San Juan con los clavos

Detalle de los pies de San Juan

María Magdalena

Detalle del rostro de María Magdalena

Detalle de las manos de María Magdalena