jueves, 26 de enero de 2023

 AREA DE SANTA CLARA-JESÚS DEL GRAN PODER 

Monasterio de Yuste

La creación del Monasterio de Yuste se remonta al último término del siglo XIV, cuando los monjes ermitaños Pedro Brañes y Domingo Castellanos se retiraron a vivir a la ermita de San Cristóbal, a las afueras de Plasencia.

Portada del Monasterio

Detalle de la Portada del Monasterio

A comienzos de del siglo XV se trasladan a la Vera extremeña y junto a otros eremitas se convierten en monjes Jerónimos, contando con el apoyo del infante Don Fernando, hijo de Juan I de Castilla, de Don Lope de Mendoza, arzobispo de Santiago y de García Álvarez de Toledo, tercer señor de Oropesa, que en 1408 consiguieron la bula, del papa Benedicto XIII, para levantar un monasterio, con el compromiso de que los monjes obedecieran al prior del monasterio de san Jerónimo de Guisando de Ávila.

Con las obras prácticamente finalizadas, en 1554 Carlos V decide establecer su residencia para los últimos años de su vida, hasta su muerte en septiembre de 1558. La residencia palaciega se construyó sobre el lado Sur de la Iglesia y se terminó en 1557.

De este modo, el conjunto de san Jerónimo de Yuste se compone de dos partes muy diferentes, lo que es el convento propiamente dicho, formado por la Iglesia con dos claustros (gótico y renacentista), la Casa de Novicios y la Casa del Obispo y la vivienda Imperial con sus patios y jardines.

El doble claustro está dividido por una crujía. El gótico construido en el siglo XV de planta rectangular y el renacentista del siglo XVI de estructura cuadrada.

El claustro gótico tiene un aspecto sencillo, de cantería granítica con dos pisos de arquerías con arcos cárpales (arco carpal o arco apainelado es un tipo de arco rebajado simétrico con el añadido de pequeños arcos en los extremos; ​ arcos que tienen su centro en la línea de imposta para conseguir en ellos una forma redondeada) apoyados en columnas sin capiteles. En el centro del claustro se ubica una fuente del siglo XVI, con un perfil circular de cantería con una columna abaustrada sobre la que se asienta un capitel con columna jónicas y  decoración con elementos vegetales renacentistas. Posiblemente fue construida durante la estancia de Carlos V cuando Juanelo Turriano reformo el sistema general de conducción de aguas.




El claustro renacentista también llamado plateresco, es del siglo XVI con etapas diferentes de construcción dependiendo de las disponibilidades financieras. Dispone de dos plantas con arcos de medio punto en la inferior y arcos rebajados en la superior, apoyados en columnas de fustes lisos con capiteles jónicos decorados con motivos vegetales. Las enjutas de los dos pisos (triángulo de lados curvos que está formado por el anillo de una cúpula y los arcos sobre los que se construye) están decoradas con blasones, en cuyo interior se disponen los símbolos de la orden (el león y el capelo cardenalicio de san Jerónimo) y los atributos de la pasión así como varios emblemas heráldicos de las familias protectoras del Monasterio. En el centro del claustro una fuente planta octogonal con taza sobre columna con capital jónico y posiblemente también realizada durante la estancia de Carlos V.

Entrada al claustro


Claustro Renacentista

Arcada Inferior

Arcada superior

Detalle

Esquina del claustro


Fuente central


Cuerpo superior

Vista superior

Vista superior

Vista del campanario

La Casa-Palacio de Carlos V.  El 19 de enero de 1554 Carlos V comunicaba al general de los jerónimos, fray Juan de Ortega, su intención de retirase al Monasterio de Yuste, para lo que deseaba “me labrassedes unos aposentos” de acuerdo al modelo que remitía y que serviría de morada exclusiva para él y su servidumbre. 

La casa-palacio se construyó en el muro sur de la iglesia sobre diseño de Gaspar de Vega y supervisión de obras a cargo de Alonso de Covarrubias, como edificación sencilla de ladrillo y mampostería con enmarcamiento de cantería granítica en puertas y ventanas.

La casa tiene dos pisos idénticos, con pórtico de entrada y cuatro salas separadas dos a dos por un pasillo central, el superior como estancia de invierno y el inferior de verano.  







La planta principal de la que fuera residencia del emperador es sencilla, estructurándose en un pasillo central con dos estancias a cada lado. 

En el ala de la izquierda se encuentran la antecámara y la alcoba de Carlos I, estancia que se comunica con la iglesia. 

A la derecha se sitúan dos estancias más, con sendos miradores que dan a la huerta que completa el conjunto. Una de dichas habitaciones fue comedor y sala de audiencias. Entre el escaso mobiliario de la residencia regia, destaca la silla construida especialmente para el monarca, que sufría de gota. También cabe mencionarse el reloj de bronce y plata, realizado por  Jeremias Metzger y que está datado en 1562.

Sillón para la gota y traslado de Carlos I

Dormitorio de Carlos I

Presentación de D. Juan de Austria al emperador Carlos V, en Yuste. Eduardo Rosales. 1869. Óleo sobre lienzo. 76,5 x 123,5 cm. Museo del Prado

Tras la muerte de Carlos V, su hijo Felipe II determinó la preservación de las habitaciones imperiales y la prohibición de ocupación de las mismas por parte de la comunidad religiosa.

El edificio apenas tuvo cambios significativos hasta principios del siglo XIX.

Primero, con la invasión napoleónica, sufrió un importante incendio en 1809, que afectó a toda la zona del convento, salvándose la iglesia, el Palacio y la casa del Obispo.

Después, con las desamortizaciones eclesiásticas de 1820 y 1835, se confiscaron los bienes inmuebles que conformaban el conjunto conventual, y se vendieron en pública subasta, siendo adquirido entre 1822 y 1838 por Bernardo Borja Tarrius, que instalo una fabrica de tejas y ladrillos. En 1875 paso a ser propiedad del marques de Mirabel que realizó las primeras obras restauración del edificio.

A principios del siglo XX, el claustro plateresco solo conservaba los arcos inferiores de sus muros, pues las bóvedas del coro   y el sotacoro estaban hundidas. La Casa-Palacio era la única construcción totalmente en pie, gracias a su destino como vivienda del guarda.

A partir de su declaración como monumento histórico-artístico en 1931, se inició su verdadera reconstrucción con mayor impulso con ocasión del IV centenario de la muerte de Carlos V en 1958.

Gracias a las obras de restauración llevadas a cabo a partir de 1942, por la Dirección General de Bellas Artes y bajo la dirección del arquitecto Gonzalez-Valcarce, el monasterio de Yuste pudo abrirse a visita publica en 1959, tras la repoblación del monasterio por los jerónimos en 1958. 

La Iglesia del Monasterio.  

La planta de la iglesia es de una sola nave y de cabecera poligonal y se comunica con el claustro gótico. No está autorizado el realizar fotografías y no hay información.

Interior de la Iglesia a los pies del templo

Retablo de la Iglesia 

Detalle del ático del retablo

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