AREA DE SAN VICENTE-MIGUEL DEL CID-TEODOSIO
Calle Miguel del Cid
En la Baja Edad Media se la denomina calle Nueva, y al menos desde 1587 es conocida como Cabra-Higos, quizás por la existencia en ella de una o varias higueras silvestres.
En 1869
se rotuló calle del Cid, que en 1875 se completó con Miguel (del)
Cid (ver), por el poeta religioso sevillano,
cantor del misterio de la inmaculada
Concepción.
La calle Miguel Cid, se ubica en el cuadrante nor-este de la vieja ciudad intramuros, y discurre en dirección sur-norte, paralela a las calles san Vicente y Teodosio.
Enlaza la calle Cardenal Cisneros,
que se encuentra en su extremo sur, con la calle Miguel de Minas, en las
inmediaciones de la plaza de san Antonio de Padua, que se encuentra en su extremo norte.
Está atravesada por Baños, Pascual de
Gayangos y Juan Rabadán y forma parte de una serie de calles del barrio de San Vicente
trazadas a cordel en los siglos XIII-XIV.
Su recorrido es relativamente largo y con un
trazado muy recto. Presenta una alineación bastante irregular en su trazado, más
estrecha en sus primeros tramos, en donde han
quedado inconclusos algunos
proyectos de alineación y a partir de la confluencia con Pascual de Gayangos presenta un trazado marcadamente rectilíneo y con mayor anchura.
Aparece, con frecuencia, como una calle descuidada y sucia, en la que se
acumulaban escombros, particularmente en el tramo comprendido entre Pascual de Gayangos
y Juan Rabadán, que constituía la fachada trasera del convento de Santa María la Real (ver).
En su comienzo, en la
fachada esquina con la Iglesia de San Vicente, bajo el rótulo de Miguel Cid, existe un
azulejo de la Inmaculada y el estribillo de los famosos versos que este poeta
compusiera en alabanza a la Inmaculada Concepción.
En las esquinas con Baños y Juan Rabadán
presenta Guarda Ruedas, Guardacantón o Guardaesquinas, y un curioso azulejo en
la pared del bar “El Pollo Lusitano”.
Al parecer en esta calle tuvo instalada su
notaría Blas Infante durante algunos años.
Casas
de la calle Miguel Cid
Se han producido sustituciones del caserío
tradicional por bloques de viviendas de tres y cuatro pisos, siendo más
antiguas las de cuatro plantas, por la mayor permisividad
urbanística en los años sesenta y setenta; con
todo, sigue siendo dominante la edificación
tradicional de casa de patio sevillano de dos
plantas, y en menor medida de tres, y algunas casas de escalera del primer tercio de este siglo.
Son de destacar las números 27, 78 Y 71; las dos primeras eran viviendas unifamiliares que son reutilizadas ahora
como casas de vecinos, y la tercera es de tipo popular.
Miguel Cid, número 8
Miguel Cid, número 25
Miguel Cid, número 64
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