AREA DE SAN VICENTE-MIGUEL DEL CID-TEODOSIO
La casa de la Torre. Jesús de la Vera Cruz 12
Es la casa del marqués de Gómez de la Barreda, denominada La Casa de la Torre, que tiene su historia interesante.
A mediados del siglo XV, los Duques de Arcos y de Medina Sidonia, se disputaban el control de la Ciudad, y muchas residencias se convirtieron en fortalezas con edificios amurallados y torres defensivas.
Terminadas estas disputas, los Reyes católicos ordenaron derribar esas torres defensivas, pero una de ellas ha llegado a nuestros días, la casa de la Torre, en la esquina de Jesús de la Vera Cruz con Virgen de los Buenos libros.
Sus orígenes se remontan al siglo XIV siendo sus propietarios los Duques de Medina Sidonia, además del Palacio de los Guzmanes en la Plaza del Duque.
A finales del XVIII fue vendida a un comerciante y posteriormente a distintos propietarios, hasta comienzos del XIX en que pasó a la propiedad de los marqueses de Gómez de la Barreda.
Fue rehabilitada por Antonio Gómez Millán, uno de los arquitectos más reconocidos del momento, que le terminó de dar el aspecto actual.
Pudo ser derribada al abrirse la calle Virgen de los Buenos libros, pero en su lugar solo se incluyó la casa número 10 de Jesús de la Vera Cruz, justo en el límite con ella.
Esto explica que su fachada a la calle Virgen de los Buenos Libros sea una simple medianera, con alguna ventana abierta con el paso de los tiempos, pero sin la elegancia que le corresponde a un edificio de su antigüedad.
Fachada a la calle Virgen de los Buenos Libros
La torre presenta una planta rectangular, en tres alturas, la superior sobresale del resto del edificio, no coronada por merlones o almenas que denoten su posible pasado bélico, pues la cierra un simple pretil de fábrica.
Vista desde Cardenal Cisneros
La intermedia muestra un balcón protegido por guardapolvo de pizarra en su parte superior y una reja de forja en el piso, flanqueada por dos hachones con velas simuladas, que se repite en el resto de huecos de la fachada de esta planta.
Estos hachones pueden ser de finales del XVIII cuando Larrumbe y otros asistentes de Sevilla ordenaban a los dueños de los edificios más importantes que colocaran lámparas, antorchas o luces en las fachadas, para iluminar la ciudad de noche.
Área intermedia de la torre
En la planta baja, la fachada principal es de gran sobriedad, conserva dos guardacantones de mármol a su entrada y otro haciendo esquina a Virgen de los Buenos libros.
El Guardacantón es un elemento arquitectónico situado en las esquinas de numerosas calles, son las innumerables columnas, algunas antiguas con capiteles romanos, para preservarla de posibles golpes (ver).
La R.A.E. nos dice que cantón es esquina, y guardacantón es poste de piedra para resguardar de los carruajes las esquinas de los edificios.
Guardacantón a cada lado de la puerta y Botarruedas en la pared
A lo largo de
toda su fachada a Jesús de La Vera Cruz presenta una colección de
ruedas de molino que conforman el zócalo.
Estas ruedas
de molino, denominadas Botarruedas, protegían los bajos del edificio de
las ruedas de carruaje, que botaban sobre ellas, al preservarlas de los
golpes de los carros y carruajes.
Es una palabra
del habla popular, que no está recogida en el diccionario de la R.A.E.
Parece que el
propio Antonio Gómez Millán, los rescató de varias capas de enfoscado que las
tenían ocultos desde hacía mucho tiempo.
Guardacantón en la esquina con Virgen de Buenos libros y a los lados de la puerta y Botarruedas en el zócalo
La fachada está avitolada (ver),
concepto relacionado con la modalidad en la colocación del ladrillo, que casi
elimina las juntas verticales entre ellos, mientras que marca la separación de
las hiladas, apareciendo entre ellas una superficie ligeramente hundida. Este
sistema de enladrillado fue una creación del barroco sevillano, por Leonardo de
Figueroa, el arquitecto más importante del siglo XVIII de la
ciudad.
Fachada avitolada, vista desde la calle Virgen de los Buenos Libros
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