viernes, 10 de febrero de 2023

 AREA DE SAN VICENTE-MIGUEL DEL CID-TEODOSIO

Calle San Vicente

Enlaza la calle Guadalquivir, junto a la Puerta de San Juan de Acre, con la plaza del Museo y, debido a su excepcional longitud, acometen a ella un buen número de calles perpendiculares. Su trazado, sensiblemente rectilíneo, es paralelo y próximo al rio siguiendo una dirección aproximada de sur a norte.

En ella, confluyen, por la derecha, Cardenal Cisneros, plaza de Doña Teresa Enríquez, plaza de san Antonio de Padua y Santa Ana. Por la izquierda, Alfaqueque, plaza de Rull, Imaginero Castillo Lastrucci, Curtidurías, Narciso Bonaplata y Guadalete. Esta cruzada por Baños, Pascual de Gayangos y Juan Rabadán.

Entre los siglos XIV y XVIII recibió distintas denominaciones, según sus diferentes tramos.

La parte inicial, entre la plaza del Museo y las proximidades del convento de San Antonio, era conocida como San Vicente y Ancha de San Vicente, por el templo parroquial del mismo nombre, también (entre los siglos XVI al XVIII) “Zapatería Vieja”, por la abundancia de artesanos de este gremio, asentados en ella.

El tramo comprendido entre la plaza de San Antonio y su final, se denominó Santiago de la Espada o Santiago de los Caballeros, por el convento de este nombre desde el siglo XV. Este último trozo fue conocido también, según el callejero de Moreno y Gálvez, como “Sucia”, no sé por qué.

A partir del siglo XVI el tramo entre Curtiduría y Santa Ana adquirió el nombre de San Antonio, por el referido convento. 

Un trozo debió llamarse en el XVI de Teba, por “ser su vecino el conde de este título”, hecho que no parece cierto, pues este título tenía su casa en realidad en otra calle próxima.

Santiago Montoto afirma que san Vicente tuvo en algún momento el nombre de Correo Viejo, “por un caballero del apellido Saavedra que fue Correo Mayor y que tuvo su casa en ella”.

Según Álvarez Benavides, en las proximidades de Santa Ana se llamó Ancha de la Real, por el convento de Santa María la Real, fundado en el siglo XV.

A pesar de toda esta variedad toponimia, no siempre bien documentada, el nombre de San Vicente debió ser el dominante en el uso popular a lo largo de los siglos y de manera prácticamente ininterrumpida. 

A finales del XVIII todos estos nombres se habían fundido en el de Ancha de San Vicente (plano de Olavides 1771) para designar a la totalidad de la calle, y en el plano de Sartorius (1848) se designa simplemente como San Vicente, que ha permanecido inalterable hasta nuestros días.

Su mayor transformación ha tenido lugar en la zona del antiguo convento de Santiago de la Espada, que en el plano de Olavides aparece como una plaza comunicada con la muralla y que posteriormente (década de 1880) fue cerrada con edificios.

Su caserío es muy variado y marca el perfil social y económico de los diferentes sectores de la calle a lo largo del tiempo, aunque en la actualidad estas diferencias se han atenuado.

En el primer tramo, hasta las inmediaciones de la plaza de San Antonio, abundan todavía las Casas-Palacios construidas en el XIX por la aristocracia y burguesía locales, en algunos casos sobre antiguos edificios de la época barroca y dieciochesca. Son casas tradicionales con bellos patios, cancela y cierros a la calle. En un bando municipal de 1756, está recogido las características de este primer tramo de la calle, donde se dice gráficamente que “no ay pobres sino a muy raro”.

A partir de este punto las casas adquieren un carácter más popular con viviendas unifamiliares convertidas hoy en bloques de tres plantas, construidas en los solares de las viejas casas unifamiliares, muchas de ellas abandonadas por sus propietarios en las últimas décadas, cuando buena parte de la burguesía sevillana las sustituyó por los pisos de los modernos barrios residenciales.

El tramo final hasta el siglo XIX, tenía un marcado sello marginal, con corrales y casas de vecinos.

De este modo, los contrastes en la calidad de la construcción han hecho de san Vicente un ejemplo muy gráfico de la estratificación social sevillana, desde la opulencia económica de los habitantes del primer tramo, en su mayoría aristócratas, comerciantes adinerados o altos profesionales liberados (médicos, abogados..) hasta el tono medio del tramo central y la pobreza manifiesta del final.

La sabiduría popular resumió estas diferencias en una particular progresión toponímica que reflejaría el discurrir de la calle: "San Vicente, Don Vicente, Vicente y Vicentillo”, aunque como se ha subrayado antes, en la actualidad los perfiles sociales de las diferentes zonas de la calle no aparezcan tan marcados, y actualmente, podemos llamar San Vicente, con total propiedad, a toda la calle, pues las diferencias de clase están superadas, y el caserío ha cambiado, al desaparecer las casas y corrales convirtiéndose en bloques de pisos.

A lo largo del tiempo, la calle se caracterizó también por la abundancia de artesanos, entre ellos los del calzado, y por los usos industriales y fabriles en la segunda mitad del XIX, en especial a partir de la plaza de san Antonio.

Había varios hornos de ladrillos y fábricas de jabón y almidón. 

Junto al convento franciscano, y en terreros que habían pertenecido al mismo, abrió su fundición de hierro el industrial Narciso Bonaplata, uno de los impulsores de la Feria de abril. En ella se fundió el herraje del puente de Triana y su demolición dio lugar al desarrollo de varias calles nuevas (Narciso Bonaplata, Capitán Pérez de Sevilla, cristo del Buen Fin .. ). También se ubicó en la calle la fundición de Pérez Hermanos.

Como curiosidades, comentar que, a mediados del XIX se celebraba en San Vicente la llamada vela de san Antonio y san Lorenzo. 

Hasta hace pocos años existió en la calle una sala de Cine, que en algún momento se habilitó también como teatro. 

En algún tiempo, en una de sus casas vivió y organizó tertulias el Duque de Rivas. 

En una casa próxima al convento de Santa María la Real sitúa el novelista Manuel Halcón un pintoresco episodio de duendes a cuenta del poeta Fernando Villalón (Recuerdos de Fernando Villalón).

De sus abundantes construcciones religiosas desapareció, en la esquina con la plaza del Museo, el convento de la Asunción, pero permanecen aún, la parroquia de San Vicente, el Convento de Santa María la Real, la iglesia del convento Franciscano de san Antonio, y el antiguo convento de Santiago de la Espada, ocupado actualmente por un colegio de la comunidad de monjas Mercedarias de la Asunción.

Como hemos comentado, a los dos lados se levantan edificaciones de muy distinta consideración y tipología constructiva. Muchas de estas construcciones conservan la tradición sevillana de los amplios huecos verticales y las combinaciones de los clásicos colores de albero y almagra, y algunas de ellas cuentan además con un notable interés arquitectónico.

Por ello, además de visitar las iglesias y conventos, se puede contemplar las diversas casas sevillanas con cancelas, patios y hermosas fachadas, ellas por sí solas merecen la visita a esta calle. 

Presenta GuardaEsquina con las calles García Ramos,  Pascual de Gayangos y Cardenal Cisneros.

Esquina con García Ramos y Pascual de Gayangos

Esquina con Cardenal Cisneros

Casas de la Calle San Vicente

Buena parte de la acera izquierda, en el arranque de la calle, está ocupado por el lateral del Palacio de Casa Galindo. Cuyo interior lo describiremos con la calle Alfonso XII, pues se corresponde, su portada principal, con el número 48.

Desde la plaza del Museo y calle Alfonso XII y la esquina de san Vicente se puede apreciar el Palacio de Casa Galindo

Se trata de un edificio neoclásico situado en plena calle Alfonso XII, frente a la plaza del Museo, construido en la primera mitad del siglo XIX (1842 es la fecha de su cancela, aunque podría ser anterior) por encargo de Vicente Torres Andueza, por lo que también es conocida como “Casa Andueza”. 

De la ejecución se encargó el maestro de obras Alonso Moreno, que diseñó una gran casa que sigue la tradición arquitectónica sevillana, pero actualizándola a las corrientes artísticas y sociales decimonónicas.

Toma el nombre de Palacio de Casa Galindo por el político liberal-conservador Andrés Lasso de la Vega y Quintanilla, conde de Casa Galindo, y Presidente de la Academia de Bellas Artes, que compró el edificio a sus primeros habitantes. 

La tercera planta, con sus buhardillas, es un añadido del arquitecto Rafael Manzano, encargado de adaptar el edificio a partir de 1978 a su nuevo uso como apartamentos.

Imagen del Palacio de Casa Galindo, antes de añadirse la tercera planta.

En esta segunda imagen se puede apreciar el comienzo de la calle San Vicente y la acera derecha ocupada por el convento de la Asunción, fundado por bula de Pío V de 1568, siendo su promotora María Zapata de la Fuente, que ofreció su propia casa para la comunidad religiosa.

Su fachada principal fue obra de Juan de Oviedo el mozo en 1615. Entre los aspectos históricos más curiosos cabe reseñar el enterramiento intramuros del Obispo Auxiliar Gaspar de Torres en 1583.

Todavía en 1976 estaba ocupado por un almacén de maderas, existiendo fotografías realizadas sobre 1960 en las que se observan los restos del altar junto a elementos de la carpintería.

Actualmente hay una casa de pisos y las monjas mercedarias están en el convento de Santiago de la Espada.

San Vicente 6

Fachada principal

En esta casa se dio cobijo a Nuestra Señora de la Esperanza de la Trinidad en 1936 como consta en un azulejo ubicado en el Hall de entrada.


El patio sevillano es siempre un espacio abierto en una casa desde el que se aporta luz, sol, calor en invierno y frescor en verano. al resto de estancias de la vivienda.
Además, suelen estar adornados con flores, plantas, fuentes en muchos casos, figuras escultóricas (de más o menos valor artístico) medallones y frescos, elementos que no se permitían durante la ocupación islámica.

Generalmente son zonas de tránsito y de bullicio. Al anochecer, la luz se vuelve tenue, el silencio se apodera del patio y solo los fantasmas recorren los pasillos y arcadas.

Vista general del patio


Azulejo

Fuente

Escalera de acceso a planta superior

Detalle del descansillo de la escalera

San Vicente 11



San Vicente 15






San Vicente 20

Como se comentaba anteriormente, en el primer tramo de la calle, hay gran mayoría de altos profesionales liberales (médicos, abogados..), y este es el caso de esta vivienda perteneciente a una saga de grandes médicos, empezando por Juan de la Vega como Profesor Asociado Universitario y Exjefe de Medicina Interna del Hospital Universitario “Virgen Macarena”  y continuado por sus hijos.

Fachada principal con típicos cierros a la calle

Puerta de entrada con rótulos médicos

Extraordinaria belleza del Hall de entrada

Vista general del patio

Azulejo de la Virgen de los Reyes 

Imagen del Niño Jesús


Bailaora


Bargueños


Arcón

Crucificado


Jarrón


San Vicente 22

Patio principal
Patio principal con fuente central
Detalle de la fuente
Mas detalle de la fuente

Patio secundario


Patio secundario

San Vicente 26

Presenta portada con molduras quebradas.


San Vicente 30


San Vicente 36

Como se comentaba anteriormente, en el primer tramo de la calle, hay gran mayoría de altos profesionales liberales (médicos, abogados..), y este es el caso de esta casa que se relaciona igualmente con  una saga de grandes médicos, empezando por Felipe Martínez Pérez, médico, doctor, catedrático y académico, nacido en Morón de la Frontera en 1920 y fallecido en Sevilla en el 2008 a los 88 años de edad. 

Fue pionero en la introducción del diagnóstico por imagen como fundador de Cerco, y del PET en Andalucía con Cadpet y el ciclotrón productor de isótopos. 

Fue creador del que sería el primer Servicio de Digestivo de Sevilla, bajo cuya dirección se formaron destacados especialistas, entre ellos su hijo y nietos.

Don Felipe Martínez Pérez

Don Felipe Martínez Alcalá e Hijos

Puerta principal y rótulos médicos

Detalle del herraje de los balcones con letanías lauretanas (escalera, árbol, sol) 



San Vicente 37

Los edificios guardan historias que retratan a quienes los habitaron y el número 37 de la calle San Vicente esconde relatos de nobles enriquecidos con el negocio de las Indias, de arquitectos audaces y de modernas conjuras políticas. 

La casa que "se hizo y fabricó para su manejo" José de Carvajal y Lancáster, ministro del Consejo de Estado de Su Majestad Fernando VI y presidente del Consejo de las Indias, según reza una lápida situada en el patio y fechada en el año 1753.

A mediados del siglo XX, la adquiere el arquitecto sevillano José Galnares Sagastizábal, autor, entre otros edificios, de la sede del Banco de Bilbao en la Plaza Nueva o de algunos de los primeros edificios de la avenida de la República Argentina.

Galnares, convertido ya en ese momento en uno de los arquitectos más pujantes de una ciudad en plena reconstrucción, se encuentra con una casa luminosa, con un "gran patio, zaguán amplio con entrada de coches, magnífica y bien trazada escalera, empaque externo y buenas proporciones".

Todos esos elementos valiosos fueron respetados por Galnares, pero con la idea de convertirla en un hogar cómodo, y con bastante seguridad. 

Fue la primera piscina construida en Sevilla en una azotea, así como con una "centralilla automática" con capacidad para 22 teléfonos.

Portada principal

Escudo

Jarrón

San Vicente 38

Portada principal
Detalle de capiteles
 Escudos con letanías lauretanas (escalera, árbol, sol) 
San Vicente 40

Detalle del patio
Fuente y azulejo

Detalle del patio

Inmaculada
San Vicente 48

En esta casa se situó el taller del escultor Antonio Castillo Lastrucci.


San Vicente 57

Se sitúa en la misma esquina con la Calle Pascual de Gayangos. 

La fachada es muy simple con una balconada en el centro sobre la puerta principal y dos pequeños balcones a ambos lados. Estos últimos prescinden de la reja de hierro y apuestan por pilares pétreos en forma de columnas. Tienen forma circular.

El conjunto arquitectónico está completado con unos relieves. Los del balcón central confunden elementos humanos con elementos mitológicos (dragones, grandes serpientes, águilas, leones...). Los de los balcones laterales son un poco más dulces a la vista, con querubines alrededor de una cabeza humana.

Portada principal

Balcón central
Detalle superior del balcón central

Balcón lateral

Balcón lateral

Patio con estatua central
Estatua
Detalle de la estatua

San Vicente 75



San Vicente 96



San Vicente 100












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