sábado, 12 de julio de 2025

 AREA DE SAN ROMAN

Basílica María Auxiliadora. Iglesia de la Trinidad.

Historia

Campo de alfalfa de la iglesia de la Santísima Trinidad. Año 1.907.

Tradicionalmente el origen del actual edificio se ha relacionado con las cárceles donde sufrieron suplicio, en el año 287 d. C., las primeras mártires sevillanas, las hermanas alfareras Santas Justa y Rufina (ver), patronas y protectoras de la ciudad. Tradición con cierta base histórica tras la aparición de diversos restos arqueológicos funerarios (desde el siglo I al VIII), siendo la necrópolis de la época visigoda.

Por la devoción a estas santas, en 1602 el procurador general Cristóbal García pudo traer al convento sus reliquias (la cabeza de santa Justa y un hueso de santa Rufina), que estaban en la parroquia de Willaert, en la archidiócesis de Colonia.

Tras la reconquista de Sevilla en 1248, el rey santo en su repartimiento, concedió los terrenos a la Orden de la Santísima Trinidad para la redención de cautivos (conocidos como trinitarios). Hay constancia de un templo medieval que recibiría los privilegios de los monarcas desde Alfonso X a Enrique XI, de la Casa de Guzmán.

Así, el primitivo convento se fundaría a extramuros, al nordeste de la ciudad, frente a la puerta que se llamaría "del Sol" por el relieve que la coronaba. Los trinitarios tenían el privilegio de tener un postigo junto a dicha puerta, para poder entrar a cualquier hora en la ciudad.

Algunas crónicas señalan que ya en 1250 estaba organizado el convento, y que fray Luis Frexa fue su primer prior  y los primeros frailes fueron Antonio de los Ángeles, Alonso de la Torre, Gonzalo Laínez, Juan Tello, Gerónimo de Molina y Damián de San Vicente

Alfonso X dotó al convento en 1.253 con diversas propiedades agrícolas en el Aljarafe, lo que contribuiría a su sustento económico, instaurando la figura de un capellán que, de forma perpetua, rogaría por el alma de Fernando III.

No quedan restos de la edificación medieval, ya que en el siglo XVII se rehicieron la iglesia y las dependencias monacales.

La primitiva iglesia gótico-mudéjar fue derribada por orden del trinitario Fray Pedro de Ahumada en 1617, y el templo actual se inició en 1620 y se dedicó a las Santas Justa y Rufina el 28 de abril de 1627.

El proyecto pertenecía a fray Juan Miguel de Peñalosa y la supervisión de las obras corrió a cargo del entonces Maestro Mayor del Cabildo, Miguel Zumárraga, siendo encargado como arquitecto a Andrés de Oviedo (ver) y a Juan de Segarra (ver) siendo éste último su arquitecto desde 1631.

La nueva iglesia fue inaugurada el 28 de abril del año 1.627 y se reconstruyó tras el terremoto de 1755, especialmente el coro, el campanario y la entrada.

El padre de santa Ángela de la Cruz (ver), Francisco Guerrero, devoto creyente y lector de obras religiosas, trabajó de cocinero en el Convento de la Trinidad. Su hija mayor, Joaquina, acompañada de santa Ángela de la Cruz, trasladaron sus restos del cementerio a una capilla de esta iglesia.

Durante la invasión francesa el conjunto fue saqueado y expoliado por las tropas invasoras, (se perdieron obras de Zurbarán, Pacheco. Montañés …) regresando los frailes en 1810, pero en 1835, como parte de la Desamortización de Mendizábal, los trinitarios fueron expulsados y el convento quedó desamortizado.

Posteriormente, el antiguo convento trinitario pasará por diversos usos, tales como escuela de agricultura, cuartel para tropas artillería a caballo, lazareto, cárcel y hospital militar. Sobrevivió a la Revolución la Gloriosa de 1868 (ver) y en 1875, el arzobispo de Sevilla, fray Joaquín Lluch y Garriga, adquirió el edificio para la iglesia hispalense y el arzobispo fray Ceferino González restauró el edificio y decidió instalar en el mismo el Seminario Menor de Santo Tomás de Aquino, que comenzó a dar clases en el curso de 1888-1889.

Definitivamente en 1.893, siendo cardenal de Sevilla Don Benito Sanz y Forés, ocuparía el lugar la congregación de los salesianos, que instalarán en el centro su comunidad y sus escuelas profesionales, desarrollando una función educativa que llega hasta nuestros días en el extenso solar que ocupó el antiguo convento. 

En 1980 el cardenal José María Bueno Monreal le dio al templo el título de Santuario Diocesano.

El 29 de mayo de 2008 fue declarada Basílica Menor por el papa Benedicto XVI, convirtiéndose en la primera basílica de España dedicada a María Auxiliadora. Es una de las cuatro basílicas de la ciudad y el tercer templo sevillano al que la Santa Sede concedió esta dignidad, tras la Basílica de la Macarena (ver) y la Basílica del Gran Poder (ver).

Actualmente, forma parte de un complejo que incluye el antiguo convento y el Colegio Salesiano de la Santísima Trinidad, regentado por la Congregación Salesiana desde 1.898. En ella tiene su sede canónica la Hermandad de la Trinidad.

Exterior

Tiene acceso por una gran portada labrada en piedra que se encuentra situada en la alineación de la calle María Auxiliadora, y de la cual parte un espacio abierto estrecho y profundo, a modo de compás, al fondo del cual está la iglesia. 

Encima de la portada destaca un azulejo con una leyenda referente a la coronación canónica de la Virgen María Auxiliadora. Esta coronada por un retablo cerámico de María Auxiliadora y una cruz de forja con el símbolo de María.

Portada

Azulejo con una leyenda referente a la coronación canóniga de la Virgen María Auxiliadora: En el año del Señor de 1954, siendo Pontífice Máximo de la Iglesia Católica SS. Pio XII, Rector Mayor de la Congregación Salesiana el Rdmo Sr Renato Ziggiotti. El Emmo y Rdmo Sr Cardenal D. Pedro Segura y Sáenz coronó canóniga y solemnemente el día 13 de mayo la imagen de María Auxiliadora que se venera en la Iglesia de la Sma Trinidad de Sevilla 1956

A los lados dos óvalos con leyendas

Detalle de la parte superior de la portada

Detalle del retablo cerámico de María Auxiliadora

Detalle de la Cruz

En un ensanche de esta acera se ha colocado una estatua de fundición que representa a San Juan Bosco acompañado de un niño. El grupo, financiado por antiguos alumnos salesianos, es obra de Fernández Parra e hijo, realizado en 1.993 para la celebración del Centenario del colegio de los Salesianos.

Detalle de la portada y el ensanche con la estatua de san Juan Bosco

Espacio dedicado a la estatua de san Juan Bosco

Estatua de san Juan Bosco

Detalle de san Juan Bosco

Detalle del niño

Al fondo del compás (prácticamente es una calle), a la derecha de la entrada del templo, una nueva efigie, en esta ocasión se trata de Mamá Margarita, la madre de don Bosco.

Estatua de Mamá Margarita

La Familia Salesiana a Mamá Margarita. Madre de Don Bosco. Sevilla, 31 de enero de 2007

Detalle de Mamá Margarita

La portada de la Iglesia es de un solo cuerpo de altura más ático; consta de un arco de medio punto que flanquean sencillas pilastras pareadas. Sobre el cuerpo principal, rematado por dintel, un frontón mixtilíneo enmarca un azulejo de San Fernando, recibiendo las llaves de la ciudad de manos del rey Axafat acompañado por dos medallones, también cerámicos, con la representación de las santas Justa y Rufina, las dos alfareras de Triana que, según la tradición, fueron martirizadas en unas dependencias anexas al templo.

En las pilastras aparecen dos pequeños retablos de azulejos del siglo XVIII, mostrando la derecha al fraile trinitario beato Marcos Criado, mártir jiennense del siglo XVI y la izquierda al también trinitario San Simón de Rojas, fundador de la congregación del “Ave María” y que llegaría a ser confesor de la reina Isabel de Borbón.

Vista general de la portada principal de la Iglesia

Detalle de la portada

San Fernando

Santa Justa 

Santa Rufina

Beato Marcos Criado

San Simón de Rojas

A la derecha de la portada, en la base de la torre, un retablo cerámico de María Auxiliadora de la Trinidad y un azulejo conmemorativo de la visita de la Esperanza Macarena, acompañado del escudo papal, como símbolo de su nombramiento como basílica.

María Auxiliadora de la Trinidad

Retablo cerámico

Escudo Papal

A la izquierda, la casa de Hermandad de la Trinidad con un azulejo del Misterio del Cristo de las Cinco Llagas.

Casa Hermandad al lado de la Iglesia

Retablo del Misterio del Cristo de las Cinco Llagas

Detalle del azulejo

Torre

La Torre cuadrangular se sitúa a los pies del templo, junto a la puerta de acceso. El cuerpo de campanas sobresale de la altura de iglesia, abierto en sus cuatro lados mediante arcos de medio punto y adornado con suaves molduras en relieve. Se remata mediante un chapitel de base poligonal recubierto por azulejos en colores blanco y azul cobalto, que presenta en su vértice una cruz latina y una veleta.

Vista general de la portada del templo y la torre

Detalle del cuerpo de campanas y el chapitel

Detalle del cuerpo de campanas y el chapitel

Detalle del reloj

Detalle de una de las caras del cuerpo de campanas

Detalle de una de las campanas

Detalle de un azulejo

Detalle del Chapitel

Detalle de la Cruz y la Veleta

Interior

Es un templo de grandes proporciones que se estructura en una planta rectangular, con tres naves que aparecen separadas por pilares cruciformes dobles, de gran tamaño, y crucero alineado bajo una bóveda de media naranja sobre pechinas con linterna ciega. 

Tanto la nave central (con pinturas de gran riqueza de adornos vegetales y heráldica) como las laterales y los brazos del crucero utilizan bóvedas de cañón, con arcos fajones, también dobles y lunetos, para su cubrimiento.

La nave central se encuentra ornamentada con pinturas sobre lienzos que aparecen entre marcos arquitectónicos, donde se representan algunos santos de la Orden Trinitaria, obra que debió ser realizada después del Terremoto de Lisboa de 1755, por el discípulo de Murillo, Bernardo Lorente en el siglo XVIII, San Juan Angélico, San Francisco Ramiseo, San Roberto Kanesburgo y San Guillermo Escoto.

Vista general del templo desde los pies


Vista general del templo desde la cabecera

Detalle de la cubierta de la nave central y el crucero

San Juan Angélico

San Francisco Ramiseo

San Roberto Kanesburgo

San Guillermo Escoto

Nave de la  Epístola

Visión de la nave de la epístola

En primer lugar, encontramos la Virgen de los Remedios, imagen de candelero con Niño Jesús, del siglo XX, devoción trinitaria. Se acompaña de dos ángeles tunerarios. 

Primer tramo

Virgen de los Remedios

Detalle de la Virgen de los Remedios

Detalle de la Virgen de los Remedios

Ángel tunerario

Ángel tunerario

Seguidamente un retablo en madera neoclásico del siglo XIX, con un notable altorrelieve que representa la Adoración de Los Pastores, obra de Diego López Bueno entre 1601 y 1602, que procede del antiguo retablo mayor del templo.

En el ático, observamos un cuadro de la Trinidad, de gran devoción trinitaria.

Segundo tramo

Retablo de la Adoración de los Pastores

Detalle del Alto Relieve

Detalle del Niño

Detalle de María y José

Detalle de pastora y el buey

Detalle de pastores y el asno

La Trinidad en el ático

En el lateral de la capilla observamos un confesorio y sobre el un cuadro de la Sagrada Familia, San José, la Virgen, el Niño y Santa Ana.

Pared lateral

Cuadro de la Sagrada Familia

Le sigue el retablo dorado de María Inmaculada (ver), del siglo XVII y estilo barroco. La imagen de la Inmaculada que lo preside es también del siglo XVII, estando flanqueada por san Joaquín y santa Ana (ver), ambos del XVIII.

En el ático, una cruz.

Retablo de la Inmaculada

Inmaculada

Detalle de la Inmaculada

San Joaquín

Santa Ana

Cruz del ático

De enorme interés es la talla del Cristo atado a la Columna, realizada por el escultor hispano-flamenco Juan Giralte en el año 1.565, por un precio de treinta y seis ducados, y que fue el primitivo titular de la hermandad de la Columna y Azotes (Hermandad de Las Cigarreras). La hermandad perdió sus pertenencias al trasladarse de iglesia, cambiando de imagen titular hasta en cuatro ocasiones.

Es una escultura policromada de 1,75 m de altura que sigue modelos tardomedievales, como la ausencia de dinamismo, miembros alargados, incluida la cabeza, y las manos atadas a  una columna de fuste alto y sección circular.   

Durante más de cuarenta años estuvo abandonada en una habitación del inmueble de la Casa-Hermandad, hasta que en 1.993 Mauricio López Madroñero consiguió su restauración. 

En el ático, observamos la Coronación de la Virgen, de gran devoción trinitaria.

Retablo de Jesús atado a la columna

Jesús atado a la columna

Detalle de Jesús atado a la columna

Coronación de la Virgen

Seguidamente la puerta de la epístola, con lapidas funerarias a cada lado, da entrada a un bello patio del antiguo claustro del monasterio, donde se sitúa la cripta de la iglesia donde la tradición relata que estuvo la cárcel donde estuvieron prisioneras, en tiempos romanos, las santas sevillanas Rufina y Justa.

Igualmente podemos contemplar un busto de Don Bosco y diversos azulejos conmemorativos.

Lapida funeraria a los lados de la puerta de la epístola

Lapida funeraria a los lados de la puerta de la epístola

Vista general del patio

Vista general del patio

Vista general del patio

Entrada a las Sagradas Cárceles

Pasillo de las Sagradas Cárceles

Columna de las Sagradas Cárceles

Estatua de Don Bosco

Azulejo conmemorativo de 100 años

Mártires Salesianos

Lapida funeraria de D. Antonio Dalmau Curto

Recuerdo de la visita de las religiosas de San Juan Bosco

Beato Antonio Fernández Camacho

Asociación Mama Margarita

Pasamos la puerta de la Epístola vemos la Capillita dedicada a santa Ángela de la Cruz (ver) y el cuadro de la beata Eusebia Palomino Yenes, salesiana salmantina que ejerció su ministerio en la localidad onubense de Valverde del Camino, donde se la venera.

Capillita de santa Ángela de la Cruz 

Santa Ángela de la Cruz 

Beata Eusebia Palomino Yenes


Llegamos al brazo del crucero, donde encontraremos el retablo de San Juan Bosco acompañado de un niño, imagen de Guzmán Bejarano (ver) o de José Pérez Conde, con la imagen de San Miguel (ver) en el ático, del siglo XVIII.

Brazo del crucero del lado de la epístola

Retablo de San Juan Bosco

San Juan Bosco

Detalle de San Juan Bosco

San Miguel

El retablo de San Juan Bosco está rodeado de diversos cuadros en mal estado de conservación.

San Felis Devalois

Juan III

San Felis Devalois

Cuadro

Detalle de vidriera

En la base de la nave de la epístola observamos, sobre la puerta de la sacristía un cuadro de Santa Justa y Rufina y la Santísima Trinidad.

Cabecera de la nave de la epístola

Santa Justa y Rufina

Santísima Trinidad

El arco toral de separación de la nave principal y el presbiterio está decorado con abundantes pinturas de motivos vegetales y retratos de santos trinitarios.

Roberto Giraldi

Estefano Innes Patri Antioqveno

Roberto Herberto

Presbiterio

Separado de la nave central por un gran toral, presenta un ángel lamparario en cada lado, del siglo XVIII. Ambas paredes están ampliamente decoradas con figuras vegetales y de santos trinitarios.

La bóveda que antecede al presbiterio está decorada con pinturas de Francisco Miguel Jiménez, del siglo XVIII, con representaciones de ángeles, cenefas, guirnaldas, escudos de Castilla y León, y la cruz roja y azul de los trinitarios.

Vista general del Presbiterio y altar mayor

Detalle de la cubierta del presbiterio

Bóveda del crucero, previa al presbiterio, con el escudo Trinitario

Así en la pared de la epístola observamos a San Pablo, San Marcos, imagen Trinitaria, ángel de la guarda y santos trinitarios en el arco toral. 

Vista general de la pared de la epístola

Ángel lamparario

San Pablo

Detalle de San Pablo

San Marcos y a los lados ángeles con el escudo trinitario

Miguel Lainez

Lvis Ronqvillo

Ángel de la guarda

Escena Trinitaria

En la pared del Evangelio igualmente observamos un ángel lamparario, San Pedro,  y decoración con figuras vegetales y santos trinitarios.

Vista general de la pared del evangelio

Ángel lamparario

San Pedro

Detalle de san Pedro

Escena Trinitaria

Simón de Royas

Rogerio Leproso

Santo Trinitario

Retablo Mayor

Preside el presbiterio un retablo moderno recompuesto con piezas de diferente procedencia. Es de estilo neobarroco, datado en el segundo tercio del siglo XX y llevado a cabo por José Alarcón, hacia 1.930.

Vista general del Altar Mayor

Está constituido por dos cuerpos, divididos en tres calles y ático.

El primer cuerpo está presidido por la imagen de María Auxiliadora, talla realizada a finales del siglo XIX por el catalán Perellada, alrededor de 1894-5, y policromada  por Casanovas. En 1941, con motivo de las Bodas de Oro de la Fundación Salesiana de la Santísima Trinidad, toda la imagen fue decorada con oro fino. La última restauración la hizo el antiguo alumno salesiano, José Pérez Conde.

La imagen mide 1,91 m. con peana y 1,55 m. sin peana. Con larga cabellera que le cae por la espalda, en la mano derecha porta un cetro y en la izquierda sostiene al Niño Jesús, que figura con los brazos abiertos. Esta imagen se ha convertido en modelo y paradigma para el mundo salesiano. Es la imagen más reproducida en calendarios, estampas, libros, etc. Muchos la llaman “La Virgen de los ojos bajos”.

La imagen fue bendecida el 30 de mayo de 1895 por el Excmo. Sr. Cardenal D. Benito Sanz y Forés, Arzobispo de Sevilla. Fue madrina la Serenísima Señora doña María Luisa Fernanda, Infanta de España. Después, Fray Diego de Valencina, guardián de los Padres Capuchinos de Sevilla.

Fue Coronada Canónicamente, el 13 de mayo de 1.954, por el Cardenal Pedro Segura en la Plaza Calvo Sotelo, actual Puerta de Jerez.

En la actualidad, la imagen de María Auxiliadora ocupa el centro del retablo del altar mayor, sobre una peana tallada por Manuel Guzmán Bejarano (ver), y desde el año 1981 pasó a convertirse en la Titular del Templo cuando fue declarado como “Santuario” por el Cardenal Bueno Monreal. Es titular de la archicofradía de María Auxiliadora, la patrona de los salesianos.

Vista general del primer cuerpo

Imagen de María Auxiliadora

Detalle de María Auxiliadora

Detalle de los pies y la peana

A su lado, en el primer cuerpo del retablo, las imágenes del joven santo Domingo Savio, salesiano, alumno de Don Bosco y Santa María Mazzarello, fundadora de las Hijas de María Auxiliadora, las Salesianas.

Santo Domingo Savio

Detalle de Santo Domingo Savio

Santa María Mazzarello

Detalle de Santa María Mazzarello

En el segundo cuerpo, tallas del siglo XVII, el centro lo ocupa un grupo escultórico, que representa a Santa Justa y Rufina, escoltando a la Giralda. A cada lado, los fundadores trinitarios san Juan de la Mata y san Félix de Valois.

Vista general del segundo cuerpo

Santa Justa y Rufina

San Juan de la Mata

Detalle de San Juan de la Mata

San Félix de Valois

Detalle de San Félix de Valois

El ático tiene forma de arco de medio punto, adornado con lienzos de Antonio Cabral Bejarano, pintados en 1.814. El central representa a la Santísima Trinidad sobre un trono de nubes y debajo varios ángeles y santos. En los laterales, dos escenas trinitarias, la fundación de la Orden Trinitaria por San Juan de la Mata, con la aprobación del Papa Inocencio III, y su vida eremítica con San Félix.

Cuadros del ático

Santísima Trinidad

Fundación de la Orden Trinitaria

Vida eremítica con San Félix

Nave del Evangelio

Vista de la nave del evangelio desde los pies del templo


En la cabecera de la nave del Evangelio encontramos la sencilla capilla del Sagrario, que alberga un tabernáculo labrado en plata y oro, y está presidida lateralmente por un Crucificado.

Vista general de la cabecera de la nave del evangelio

Vista general de la Capilla del Sagrario


Detalle del tabernáculo de plata y oro

Detalle del Crucificado

Detalle de la cara y brazos

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies


Encima de la puerta de acceso a la capilla del Sagrario observamos un cuadro del ángel de la guarda, copia de Murillo y un cuadro de la trinidad.

El arco toral como en el lado de la epístola presenta decoración floral y retratos de santos trinitarios.

Ángel de la guarda

Escena Trinitaria

Roberto Helpis

Roverto de Toparis

Eduardo Ervesin

Cuadro de Jesús

En el brazo izquierdo del crucero se localiza el retablo del Sagrado Corazón de Jesús (ver), de fecha moderna y estilo neoclásico, a los lados unos ángeles. En el ático se nos muestra la crucifixión de san Cristobalito de la Guardia, secuestrado y martirizado, siguiendo el modelo de Jesucristo, hasta su muerte en la cruz por “tres malvados judíos” a finales del siglo XV.

Vista general del crucero en la nave del evangelio

Retablo del Sagrado Corazón de Jesús

Sagrado Corazón

Detalle del Sagrado Corazón

San Cristobalito de la Guardia

Detalle de ángel lateral

Detalle de ángel lateral

Como en el crucero del lado de la epístola, el retablo se encuentra rodeado por diversos cuadros y una vidriera en lo alto.

Vidriera

Escena trinitaria

Escena trinitaria

Escena trinitaria

Hornacina vacía

San Juan de Mata

Santo Domingo de Guzmán

En la pared lateral del crucero volvemos a encontrar una serie de cuadros y el pulpito de herrería.

Vista general de la pared lateral del crucero con el pulpito

Santa Inés

Santo Trinitario

Santo Trinitario

Santo Trinitario

Seguidamente, encontramos el Retablo de San José (ver), de estilo barroco con una imagen del siglo XVIII. En las hornacinas laterales y el ático se sitúan imágenes de las que no he conseguido información.

Retablo de san José

Hornacina con san José

Detalle de san José

Imagen lateral derecha

Imagen lateral izquierda

Imagen del ático

Seguidamente, el retablo de San Francisco de Sales, titular y patrono de la Familia Salesiana.

Cuenta con una imagen del siglo XX de San Francisco de Sales, acompañada de los arcángeles Rafael y Gabriel, siglo XVIII (durante la visita las hornacinas correspondientes están vacías). En el ático una imagen de una Inmaculada.

Retablo de san Francisco de Sales

Hornacina con san Francisco de Sales

Detalle de san Francisco de Sales

Inmaculada del ático

El retablo de la Santísima Trinidad es igualmente barroco, con un grupo escultórico central del siglo XIX y las figuras laterales de santo Domingo de Guzmán (ver) y san Francisco de Asís (ver), ambas del XVIII.

Retablo de la Santísima Trinidad

Santísima Trinidad

Detalle de Dios Padre

Detalle de Jesús Dios Hijo

Santo Domingo de Guzmán

San Francisco de Asís

Al fondo de la nave, observamos un Retablo con una Cruz en recuerdo a los Mártires de la Congregación Salesiana, y bajo ella el grupo escultórico de La Piedad, de tamaño académico, de mediados del siglo XVI.

Retablo con una Cruz y La Piedad

Detalle de la Piedad

Detalle de Jesucristo

Detalle de la Virgen

Detalle de la Cruz

Ya a los pies del muro, junto a la puerta de entrada, y tras una amplia reja, se sitúa la capilla de la hermandad del Sagrado Decreto (Hermandad de la Trinidad).

La capilla tiene planta de salón y está cubierta por techumbre adintelada con decoración de casetones, los muros decorados con zócalos de azulejos.

Vista general de la capilla desde la iglesia

A la izquierda, según miramos desde la reja, vemos el retablo del Cristo de las Cinco Llagas realizado, en madera de cedro con cruz de caoba, por Luis Álvarez Duarte (ver) en 2.003. A sus pies encontramos a san Juan Evangelista y a María Santísima de la Concepción. 

Retablo del Cristo de las Cinco Llagas con san Juan Evangelista y María Santísima de la Concepción

Cristo de las Cinco Llagas

Detalle del Titulus

Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza

Visión frontal de los pies

Visión lateral de los pies

La talla de la Virgen fue elaborada en 1.956 por Antonio Bidón Villar. Se trata de una imagen de candelero para vestir de tamaño natural (1,71 metros). De sus ojos, elevados para contemplar a su Hijo pendiente de la cruz, se derraman cuatro lágrimas, dos por cada mejilla. Sus cabellos están tallados y peinados con raya al centro, al tiempo que su boca entreabierta permite la visión de los dientes y la lengua. Procesiona en el paso del Cristo con los santos varones José de Arimatea y Nicodemo y las tres Marías.

María Santísima de la Concepción

Detalle

Detalle

San Juan Evangelista

Detalle

Al fondo, preside la capilla Nuestra Señora de la Esperanza, en su camarín con un sencillo retablo. Se trata de una imagen de candelero para vestir (1,58 metros), atribuida durante muchos años a Duque Cornejo, hasta que recientemente se constató de manera documental que el escultor Juan de Astorga contrató su realización en el año 1.819 por la cantidad de 900 reales de vellón, firmando su finalización un año después.

Camarín de Nuestra Señora de la Esperanza

Nuestra Señora de la Esperanza

Detalle

Detalle

La imagen de Nuestra Señora de la Esperanza ha sido objeto de varias restauraciones, sin alterar su fisonomía original: Ángel Rodríguez Magaña en 1.907, Sebastián Santos Rojas en 1.947, Antonio Joaquín Dubé de Luque (que le colocó las cinco lágrimas de cristal en 1.996). Por su parte, Luis Álvarez Duarte le incorporó un nuevo candelero en el año 2.000.

En el lado derecho de la capilla vemos el grupo escultórico del Sagrado Decreto, que representa la Santísima Trinidad, con Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo en forma de paloma. 

Grupo escultórico del Sagrado Decreto

Dios hijo

Detalle de Dios Hijo

Detalle del pie de Dios Hijo

Dios Padre

Detalle de Dios Padre

Detalle del pie semioculto de Dios Padre

La aparición de este misterio en el seno de la Cofradía de las Cinco Llagas se remonta al siglo XVII, según se deduce de los rasgos de la talla de Dios Padre, en el que se reconocen las trazas de la escuela de Juan de Mesa. La imagen de Dios Hijo es originaria del siglo XVIII, aunque en 1.912 hubo que hacerle una restauración (casi una reconstrucción) debido a su mal estado de conservación, por parte de Luis Pizarro. José Antonio Bravo fue el autor de la talla de Dios Espíritu Santo.

Este misterio procesiona en semana Santa con el Arcángel san Miguel, que traspasa el costado de Cristo empapando con su sangre a la iglesia dormida que se transforma en triunfante, representada por los Doctores de la iglesia.

A cada lado altares hornacinas de san Miguel Arcángel (ver) y de san Juan Bosco, velando por dos pequeños monaguillos, obra moderna de José Cepeda y san Nicolás de Bari (ver).

San Miguel Arcángel


San Juan Bosco 

San Nicolás de Bari

Varias copias pictóricas decoran la zona del altar, destacando especialmente los lienzos de la Magdalena penitente (copia de Mateo Cerezo) y una Santa Catalina de Alejandría del siglo XVII. El Niño Jesús, diferentes santos, como San Isidoro, San Leandro copias de Murillo, santa Mártir etc.

Magdalena penitente

El Niño Jesús

El Niño Jesús

San Isidoro

San Leandro

Calvario


San Jerónimo



Pies

Vista general desde la cabecera del templo

A los pies del templo destaca la puerta y encima un magnifico coro, también conocido como "coro del alma", no tiene una fecha específica de construcción. Se trata de un coro litúrgico tradicional que forma parte del diseño de la iglesia y su construcción se remonta a la época de la edificación del templo.

Detalle de la puerta a los pies del templo

Detalle del órgano

En la pared derecha observamos un cuadro de la virgen con el Niño, posible copia de Murillo y diversas placas conmemorativas.

Virgen con el Niño

Consagración del Santuario

125 aniversario del origen de la Casa salesiana de la Stma. Trinidad

En la pared derecha observamos un cuadro de San Pedro (ver) y otras placas conmemorativas.

San Pedro

Benedicto XVI concedió a este Santuario el título de Basílica Menor

Vía Crucis

I y II

III y IV
V y VI
VII y VIII
IX y X
XI Y XII
XIII Y XIV

Casa Hermandad

La casa hermandad de la Trinidad se sitúa al lado izquierdo de la iglesia y en ella se encuentra el más antiguo de los Crucificados conservados de esta corporación penitencial. Se trata de una escultura policromada de la primera mitad del XVII en tamaño natural (mide 1,75 metros), elaborado con madera, pasta de papel y telas encoladas. 

Crucificado

Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza

Visión frontal de los pies

Visión lateral de los pies

Tras numerosas intervenciones a lo largo de los siglos, la endeble calidad artística de esta imagen y su preocupante estado de conservación justificaron que la Hermandad se planteara reemplazarla.

La nueva efigie, de Manuel Hernández León, realizada en madera de cedro policromada, fue bendecida por el cardenal José María Bueno Monreal el 4 de marzo de 1.981. Sin embargo, sus grandes proporciones (1,80 metros) no armonizaban con el resto de figuras del misterio, y actualmente se encuentra en la iglesia de san Pablo.

Primer Crucificado de Manuel Hernández León.

Detalle del troco superior con ausencia de esternón

Detalle del rostro inclinado a la izquierda

Detalle del paño de pureza

Visión frontal de los pies, el izquierdo sobre el derecho

Visión lateral de los pies, el izquierdo sobre el derecho

Detalle de un brazo, con el calvo en la muñeca 

Al año siguiente, el mismo autor lo sustituyó por otro Crucificado, de factura prácticamente idéntica, pero realizado a una escala inferior (1,65 metros), que se bendijo el 26 de febrero de 1.982. Presentaba unas singularidades iconográficas dignas de recordarse, como el hecho de presentar taladradas las muñecas, montar el pie izquierdo sobre el derecho, o la manera de reclinar la cabeza hacia la izquierda.

En la casa de hermandad, podemos observar el proyecto de este crucificado a menor escala de la real.

Crucificado

Detalle de un brazo, con el clavo en la muñeca 

Detalle del rostro inclinado a la izquierda

Visión frontal de los pies, el izquierdo sobre el derecho

Pasadas dos décadas, y no terminándose de consolidar la devoción hacia la imagen de Hernández León, la Hermandad, en cabildo general extraordinario celebrado el 2 de diciembre de 2.001, decidió encomendar la realización de un nuevo Crucificado al renombrado escultor Luis Álvarez Duarte (ver), quien lo concluyó el 17 de febrero de 2.002. Empleando la técnica de la talla directa, está íntegramente ejecutado en madera de cedro (mide 1,77 metros), utilizando la caoba de Brasil para la cruz arbórea, cuyo titulus está redactado en griego, arameo y latín, y es el que hemos descrito en la capilla y actualmente procesiona.

Además, en la casa Hermandad podemos observar diversas fotografías significativas.




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