RUTAS POR SEVILLA: Ángeles y Arcángeles.
San Miguel.
Desde la
antigüedad, se considera el hecho que las filas angelicales (ver)
están organizadas en una especie de Corte Celestial, en la que los ángeles
tienen diferentes grados y dignidades, y los arcángeles, de naturaleza espiritual y no corporal, ocupan
las esferas más altas de esta jerarquía angélica. Ellos tienen tareas similares
a las de los ángeles ordinarios, pero sus deberes son aún mayores e
importantes.
La Iglesia católica solo reconoce a los tres
arcángeles que se encuentran referidos en la Biblia, San Miguel, San Gabriel y
San Rafael.
El
nombre se San Miguel deriva del hebreo Mi-ka-El, que significa “¿quién como
Dios?”
San Miguel
es el jefe de los “ejércitos de Yahvéh”, es el guerrero que lucha contra Satanás y sus
emisarios, el defensor de los que aman a Dios, el protector del pueblo de Dios.
Miguel,
es el luchador en la guerra contra los ángeles rebeldes encabezados por
Lucifer. Fue él quien llevó a los ejércitos celestiales en la guerra que
condujo a la expulsión del Paraíso de los ángeles rebeldes, y desde entonces
continúa erigiéndose como el defensor de Dios contra el Maligno y sus
engañadores.
Además,
el Arcángel Miguel es enviado desde el cielo para proteger a los hombres,
guiarlos y enseñarles a distinguir el bien del mal, la verdad de la mentira. Es
Juez de almas, por lo tanto, y protector, defensor de la Iglesia y del pueblo
de Dios. Por ello, el Castel Sant’Angelo, la fortaleza donde el Papa se
refugiaba en caso de peligro, está vigilada por su estatua.
Algunos
estudios relacionan al Arcángel Miguel con los antiguos mitos vinculados a la
figura de un dios-héroe asesino de monstruos, como el dios babilónico Marduk, o
deidades paganas mediadoras entre el cielo y la tierra, como el dios griego
Hermes, y con Mitra, divinidad ligada al Sol por los persas y luego por los
romanos.
Su culto dentro, de la
Iglesia Católica, se
extendió después de su aparición, según un mito, en el año 493, al
menos en tres ocasiones al obispo San
Lorenzo Maiorano, en una
cueva en el monte Gargano (Italia), en Apulia. Cerca de
la cueva se levantó entonces la Basílica Santuario, que sigue siendo uno de los
lugares de culto más importantes y magníficos dedicados al Arcángel Miguel.
En 2013,
el Papa Francisco consagró el Estado de la Ciudad del Vaticano a San José y San
Miguel Arcángel, reconociendo una vez más su papel como defensor de la Fe y la
Iglesia.
Es el
protector de los espadachines, de los maestros de armas. Sus habilidades como
juez de almas también lo han convertido en un patrón de todos los oficios que
implican el uso de una báscula como comerciantes, farmacéuticos, pasteleros.
También es patrón de la Policía.
Se le representa como un guerrero, con armadura, espada que blande o con una lanza que intenta de atravesar a
un dragón, que simboliza el Demonio, y con la balanza del Juicio
Final.
Arcángel San Miguel. Espinal, Juan de. Hacia 1780. Óleo sobre
tela. 91 x 64,5 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala XI
Detalle
San Miguel Arcángel. Atribuido a Juan de Sevilla, el Hispalense. 1480. Óleo sobre tabla. 149 x 85,50 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Sala I
En esta composición encuadrada en un marco conformado por elementos
arquitectónicos góticos, el Arcángel San Miguel centra la escena
sosteniendo en la mano derecha la balanza con sus platillos, en los que se
están pesando las almas. Éstas aparecen representadas a una escala menor en
número de cuatro en cada platillo, bajo el aspecto de momias. El brazo derecho
de la balanza se inclina y desciende hacia ese mismo lado, debido a la fuerza
que ejerce sobre él la mano del demonio, situado en el ángulo inferior derecho,
que trata de apoderarse de esas almas para llevarlas al infierno.
Detalle
El demonio está representado con cabeza de toro y las fauces abiertas.
Uno de los brazos así como las extremidades inferiores, recuerdan las garras de
las águilas. La parte del torso va recubierta de algo similar a las escamas,
mientras que la zona inferior presenta un recubrimiento de plumas. Aparece
medio tendido en el suelo resistiéndose al embite del arcángel que, pisándolo con su pie derecho y con una
lanza, intenta vencerlo. En esta lucha es ayudado por un ángel que está
intentando rescatar el platillo de la balanza de las manos del demonio. La
escena, falta de perspectiva, está presidida por la figura del arcángel.
Detalle
En la nave de la epístola, en el segundo tramo, el retablo de san
Antonio de Padua, que porta un niño en sus brazos y es de autor
desconocido. El Arcángel san Miguel en el ático.
En el presbiterio existe un
templete realizado por José Paz Campano en 1940, inspirado en el baldaquino de
la Basílica de San Pedro de Roma. En el centro, se sitúa la imagen de
"Nuestra Señora Reina de Todos los Santos", talla realizada por Roque
Balduque y esta rematado por una imagen de san Miguel Arcángel.
Visión del Templete del Presbiterio
Imagen superior
de san Miguel Arcángel
En la nave de la epístola, el retablo de San Alonso Rodríguez, es un retablo neogótico presidido por una imagen que fue primitivamente de san Felipe Neri (1515-1595), procedente de la Iglesia del Socorro, pero se le han añadido posteriormente los signos iconográficos de este Jesuita. Está escoltado por figuras de los arcángeles Miguel y Rafael
Retablo de San Alonso Rodríguez
Arcángel
San Miguel
Detalle
En la cabecera de la nave de la epístola, un retablo
del siglo XVIII con una talla de la “Virgen del Carmen”, imagen de candelero de
José Gutiérrez Cano (1867). En el ático el arcángel San Miguel.
Retablo de la Virgen del Carmen
En el ático el Arcángel san
Gabriel
El retablo
mayor ocupa todo el muro del presbiterio. En el ático, inserto en una
hornacina, la imagen del arcángel San Miguel.
Vista global del Altar
Mayor
Arcángel San Miguel
En una hornacina la talla del arcángel san
Miguel, de 1.658, una de las mejores
representaciones realizada por el insigne imaginero Pedro Roldán. Se nos
presenta vestido de militar romano, con casco de cimera de plumas, espada en la
mano derecha y balanza en la izquierda, para pesar a las almas, pisando al
Demonio derrotado. El rostro del arcángel, con la belleza suave de la pureza,
sintetiza rasgos masculinos y femeninos, pues en realidad, la iconografía
de los ángeles es de pura creación intelectual .
Arcángel San Miguel
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