RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas
San José de Nazaret.
No existe
mucha información sobre la figura de san José que es referida en la
Biblia en los evangelios de Mateo y de Lucas.
Según el protoevangelio de Santiago, José nació en el año
90 a. C. en Belén. Existen dudas sobre
la identidad del padre de José ya que en la genealogía hecha por Mateo se le
llama Jacob y en la de Lucas Helí, pero ambas coinciden al señalar a José como descendiente del rey David (requisito
necesario para considerar a Jesús el verdadero Mesías).
Según el Evangelio de Mateo (Mt 13: 55), era de oficio
artesano (en el original griego, τέκτων), lo que ya en los primeros siglos del
cristianismo se concretó en carpintero, profesión que habría enseñado a su
hijo, de quien el Evangelio de san Marcos afirma que era “carpintero”.
El libro
apócrifo “La Historia de José el Carpintero” fue escrito en el siglo VI y presentado como una biografía
de José dictada por Jesús. En ella se describe cómo José vivió célibe durante
cuarenta años, luego tomó a su primera esposa, cuyo nombre no se revela, con la
que tuvo cuatro hijos y dos hijas, a saber: Judas, Justo, Santiago y
Simón los varones y Asia y Lidia, las mujeres. Después de cuarenta y nueve
años de matrimonio, José enviudó. El Evangelio de Mateo le llama “justo”, lo
que se interpreta como ser fiel a la Torá.
Un año
después de la muerte de su esposa, cuando los sacerdotes anunciaron por toda la
Judea que ellos deseaban encontrar en la tribu de Judá algún hombre respetable
para desposar a María, de entonces doce a catorce años de edad, José, quien ya
tenía en dicho momento noventa años, fue a Jerusalén entre los candidatos, y un
milagro manifestó la elección de José realizada por Dios.
Según el
Evangelio de Lucas (1:26-38), Nazaret había sido el lugar de residencia de
María, ya desposada con José, cuando acaeció la Anunciación.
En el
Evangelio de Mateo se muestra el drama que vivió José de Nazaret al saber que
María estaba embarazada. Iba a repudiarla en secreto, porque no quería que
fuera apedreada según lo dispuesto en la Torá (Deuteronomio 22:20-21). Pero,
no quería encubrir con su nombre a un niño cuyo padre ignoraba, y al mismo
tiempo estaba convencido de la virtud de María, por lo que se negaba a
entregarla al riguroso procedimiento de la ley de Moisés.
Este
sufrimiento es recordado en la tradición católica en la devoción de los
“Dolores y Gozos de san José”.
Según el
Evangelio de Mateo (1:20-24), el ángel del Señor le manifestó en sueños
que ella concibió por obra del Espíritu Santo y que su hijo “salvaría a su
pueblo de sus pecados”, por lo que José aceptó a María. Ella, virgen perpetua,
dio a luz a Jesús a quien José cuidó como un padre.
Y así el
Evangelio de Mateo (Mt. 13:55) afirma que Jesús de Nazaret era “hijo del
carpintero” y el Evangelio de Marcos (Mc. 6:3) considera que a Jesús tenía
el mismo oficio: “¿No es éste el carpintero?”.
Por otra
parte, la palabra "carpintero" tenía también el sentido figurado de
"sabio" para los judíos de la época de Jesús, por lo que el versículo
de Marcos podría por un epíteto laudatorio y no una indicación de la profesión
de Jesús.
El hecho de que José de Nazaret sea
mencionado como padre putativo de Jesús, ha dado lugar a una etimología
popular del diminutivo de este nombre: “Pepe”, como acrónimo de ambas
iniciales: “P.P.” Aunque es más probable que provenga de “Jusepe” (forma
antigua del nombre en español).
Según el
Evangelio de Mateo (Mt 2:13-23), José tomó al Niño y a su madre y huyó a Egipto
antes que Herodes I el Grande ordenara matar a los niños menores de dos años de
Belén y de toda la comarca. Al morir Herodes, José entró nuevamente con el
niño y su madre en tierra de Israel, pero, al enterarse de que Arquelao, hijo
de Herodes el Grande, reinaba en Judea, tuvo miedo de ir allí y se retiró a la
región de Galilea, a Nazaret.
La
última vez que José aparece en la Biblia es cuando Jesús tenía 12 años, en el
relato de su “perdida y hallazgo en el templo”, posteriormente, ningún
evangelista lo menciona durante el “ministerio público de Jesus”, por ello, se
presume que José había muerto antes de que este tuviera lugar, pues ya solo se
hace referencia a Jesús como su hijo, en Mt 13:55, Lc 4:22, Jn 1:45 y Jn 6:42.
José de
Nazaret fue declarado patrono de la familia y es considerado el patrono de
la buena muerte por suponer la tradición que habría muerto en brazos de Jesús y
de María.
La figura de José fue contemplada y admirada por
diversos padres y doctores de la Iglesia, y es hoy objeto de estudio de una
rama particular de la Teología. Los franciscanos se interesaron en José de
Nazaret como modelo único de paternidad. Sixto IV (1471-1484) introdujo la
festividad de San José en el Breviario Romano. El
culto a San José fue especialmente favorecido por el Concilio de Trento
(1545-1563), extendiéndose su devoción, especialmente en España, y
protagonizando numerosas pinturas.El Papa Gregorio XV en 1621 fijó su
fiesta el 19 de marzo. Teresa de Ávila dio gran impulso a la devoción
católica a San José en el siglo XVI.
El papa Pio IX lo proclamó el 8 de diciembre de 1870 patrono de la
Iglesia universal. En 1889, el papa León XIII publicó la encíclica “Quam
quam pluries”. El 15 de agosto de 1989, al cumplirse su centenario, el papa
Juan Pablo II le dedicó la exhortación apostólica “Redemptoris custos”
que ha sido llamada "la carta magna de la teología de San José".
La iconografía paleocristiana mostró
a José de Nazaret como un hombre joven hasta por lo menos el siglo V. Muchos artistas posteriores lo
presentaron como un hombre anciano, calvo o canoso, por influencia del
Protoevangelio de Santiago.
Cristo Coronando a San José. Zurbarán, Francisco de. Hacia 1640. Óleo sobre
lienzo. 250 x 166 cm. Museo de Bellas
Artes de Sevilla. Sala VI. Procede de la Desamortización (1840) del Convento de
San José
Sagrada Familia. Uceda, Juan de. 16232. Óleo sobre
lienzo. 305 x 230 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala IV. Procede de la
Desamortización (1840) del Convento de la Merced Calzada
Sagrada Familia. Papagayo, Maestro del. Hacia 1550.
Temple sobre roble. 62,50 x 48 c. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala II.
Adquisición del Estado (1984)
Capilla del Rosario de los Humeros (ver)
Se sitúan en el muro del evangelio. El patriarca
sostiene al Niño (es una única talla) entre sus brazos. El rostro del santo
aparece sereno y frontal. El Niño, por su parte, sentado, sostiene con su mano
izquierda el Mundo y con la derecha, bendice. Su rostro, tratado con mucho
gusto, refleja aun con candor infantil, la majestad de su Persona. Tonos verdes
en distinta gradación componen el color de sus vestimentas talladas junto al
ocre de la capa de San José. Sobre esta escultura no existe ninguna
documentación. No figura en el primitivo inventario de 1784 y parece que su
introducción fue a comienzos del siglo XIX cuando la capilla fue durante unos
años oratorio de una comunidad de carmelitas, aunque su ejecución parece
anterior. Consta ya en el inventario de la segunda mitad del XIX. Sus rasgos
denotan un gran valor artístico y parece clara su relación con el círculo de
Rivas, de finales del XVII o principios del XVIII, aunque tiene muchos
repintes. Tuvo también altar propio en el XIX.
En el cuerpo superior del Altar Mayor una imagen de San José con
el Niño en la calle central.
En
el retablo Mayor de la Capilla Sacramental, en la calle lateral están las
imágenes de San José en actitud itinerante con el Niño Jesús.
Pasada
la portada de la Epístola, se encuentra el Retablo de San José, de estilo
neoclásico y elaborado alrededor de 1790 por Jacinto Pimentel. La
escultura del titular se aproxima al estilo de las obras de Cristóbal Ramos,
quedando enmarcada por una serie de relieves que aluden a la vida de San
José, y en el ático se ubica un relieve en madera de El
Descendimiento.
Iglesia de Santa Catalina (ver)
En el
límite del Presbiterio, junto a una inmaculada del siglo XVII, una imagen de san José con el niño en brazos.
En el muro de la Epístola, el retablo barroco de San
José, del siglo XVII, procedente de la localidad de Osuna, con un arco
abocinado, en cuyo centro se abre una hornacina donde se sitúa el titular con
el niño.
Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús (ver)
En la fachada principal que da a la
calle Jesús del Gran Poder, podemos observar un azulejo con San José y El Niño.
El retablo mayor se ordena en un banco, dos cuerpos con tres calles y ático. Lo preside una gran escultura del Sagrado Corazón de Jesús, y
a cada lado San José y la Virgen de la Victoria siglo XVIII, obra de
Benito Hita del Castillo, procedente del antiguo convento de los
Mínimos.
En la nave derecha de la Epístola. Retablo
neoclásico de Santa Ana, la Virgen y el Niño, siglo XVII, curiosa
iconografía de origen centroeuropeo conocida como Santa Ana Triplex, flanqueada
por San Sebastián, obra de Hita del Castillo y San José siglo XVIII y
sobre ella la Virgen de Guadalupe Extremeña.
En
el muro de la Epístola. Retablo de la Virgen de los Dolores, barroco y muy decorado, del siglo XVIII. Bajo ella una imagen de San José.
En la nave de Epístola.
La “Capilla
de Nuestra Señora de la Cabeza”. En el ático la imagen de san José.
En la nave de Epístola. La “Capilla de san José”, cerrada por una magnifica reja, con un retablo barroco de finales del XVII
presidido por una imagen de san José en un primer cuerpo, le acompaña el Niño
Jesús, San Joaquín y Santa Ana con el niño, y en el ático la Virgen de
Fátima.
Al final de la nave, un retablo del siglo XVIII, en cuyo centro se venera
una imagen de vestir de “Sor Ángela de la Cruz” de tamaño natural.
En el ático una imagen de san José del siglo XVIII.
Nave de la Epístola (derecha). En el interior de una hornacina, encontramos la imagen de san
José Itinerante con el Niño en brazos,
anónima y fechada en el siglo XVIII, aunque muy retocada por sucesivas
restauraciones.
En la nave del Evangelio (izquierda). Un cuadro de san José con el niño.
San José con el niño
Iglesia de Santa Ana (ver)
Retablo mayor.
Fue realizado en el año 1675 por el
escultor y retablista Fernando de Barahona (Sevilla, 1669-1709) y procede del
antiguo Convento de Belén. Está
presidido por la imagen de la Virgen del Carmen, del siglo XVIII, rodeada de
ángeles. A su lado, lateralmente, las imágenes San José y San Joaquín.
En el Muro del Evangelio, formando chaflán, está situado el
grupo escultórico de San José con el Niño Jesús.
En el muro de la derecha, de la epístola, dentro
del Presbiterio, destaca el retablo de la Sagrada Familia de la Virgen,
conocido popularmente como el “Paseíto”,
con un grupo escultórico central con imágenes
de Santa Ana, San José, la Virgen Niña
atribuido al escultor Benito Hita del Castillo, siglo XVIII, rodeadas de
pinturas sobre tabla del siglo XVI de los apóstoles. En el centro del segundo
cuerpo se presenta u crucificado y en el ático una escena de la Piedad.
En el muro
del Evangelio de la Epístola, se levanta el retablo del XVIII, que preside una
magnifica talla de San José de 1800. cercana al
taller de Roldán y repolicromada con posterioridad, que tiene la particularidad
de situarse en un retablo dieciochesco con decoración chinesca.
En uno
de los lados del retablo de Santa Ana con la Virgen Niña se presenta una imagen
de san José con el Niño.
Pasada la Capilla Bautismal, nos encontramos con una obra escultórica que representa a la Virgen Niña con
San Joaquín y Santa Ana. De fecha y autor desconocido.
En la nave del Evangelio, un retablo
del siglo XVIII y de estilo barroco tardío con estípites realizado en
madera tallada, ensamblada y dorada. Mide 6,60 metros de altura y 2,90 metros
de ancho.
En la hornacina central se muestra a
San José con el Niño Jesús. Ambas imágenes son de gran calidad, aunque de
autoría desconocida. La obra es de madera tallada, estofada y policromado y
mide 1,52 metros de altura.
Iglesia de San Martín
En el muro de la derecha, del Presbiterio,
destaca el retablo de la Sagrada Familia de la Virgen, conocido popularmente
como el “Paseíto”, con un
grupo escultórico central con imágenes de Santa Ana, San
José, la Virgen Niña atribuido al escultor
Benito Hita del Castillo, siglo XVIII, rodeadas de pinturas sobre tabla
del siglo XVI de los apóstoles.
En el
último tramo de la nave del Evangelio.
En el banco del retablo de la Divina Pastora,
dentro de una vitrina, un grupo de la Sagrada Familia de la Virgen en terracota
policromada, se trata de una talla de busto de san Joaquín, santa Ana y la
Virgen Niña, de hacia 1760-1770, del círculo de Cristóbal Ramos.
En las paredes laterales del Presbiterio, en los laterales
del Retablo Mayor, se han dispuestos dos hornacinas modernas, la del lado de la
Epistolar alberga a san Julián y la del lado del Evangelio a san José con el
Niño.
En la nave de la epístola, un
retablo es de estilo barroco que consta de un solo cuerpo y remate, fechándose
hacia 1760. En el centro se sitúa un lienzo de mediados del siglo XVIII de San
José con el Niño.
Retablo de San José con el Niño
Detalle de san José
En el ático del Altar Mayor,
a los lados del crucificado se sitúan las tallas de San Miguel Arcángel y de
San José con el Niño, ambas de Simón de Pineda, que se enmarca por columnas
salomónicas de menores proporciones.
Retablo Mayor
San José con el Niño
En la
nave del Evangelio se sitúa el retablo del Cristo de la Misericordia. En los laterales, las
esculturas de San Antonio de Padua y San José, ambas de hacia 1760.
Retablo del Cristo de la Misericordia
San José
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