miércoles, 5 de julio de 2023

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística  

Diego Rodríguez de Silva Velázquez . 

Autorretrato. Atribuido a Diego Velázquez. 1645. Óleo sobre lienzo. 103,5 x 82,5 cm. Galería Uffizi. Florencia.

La Sevilla de la época de Velázquez era el centro del mundo al disponer del monopolio del comercio con las Indias, lo que la convertida en la ciudad más rica y poblada del Imperio.

Su padre fue Juan Rodríguez de Silva, nacido en Sevilla, pero de origen portugués. Sus padres (abuelos de Velázquez) Diego Rodríguez y María de Silva se establecieron en Sevilla procedentes de Oporto. Su madre Jerónima Velázquez era sevillana de nacimiento. Se casaron en la Iglesia de san Pedro el 28 de diciembre de 1597 y Diego sería el primogénito de 8 hermanos.

Su padre era notario eclesiástico y su abuelo materno, Juan Velázquez Moreno, era calcetero. 

Por los apellidos de sus progenitores, su nombre sería Diego Rodríguez Velázquez, pero adoptó el apellido de su madre, según uso frecuente en la Andalucía de la época, firmando como “Diego Velázquez” o “Diego de Silva Velázquez”.

No se sabe el día exacto de su nacimiento, pero parece que fue el día antes de su bautizo, por lo que se podría hablar del 5 de junio de 1599.

Efectivamente fue bautizado el 6 de junio de 1599 en la Iglesia de san Pedro.


Placa en la Iglesia de san Pedro

Nació en el número 4 de la calle Padre Luis Llop, junto a la plaza del Cristo de Burgos, una corrala andaluza del siglo XVI, de casi 600 metros cuadrados, con dos patios y una altura de dos plantas.   Ha sido utilizada como vivienda particular hasta que en 1970 comenzó a usarse con diferentes fines culturales y artísticos, y hasta 2010 funcionó como atelier de los diseñadores Vitorio y Luchino, actualmente está en obra para convertirse en Centro de Interpretación y Divulgación de su vida y obra. 


Casa número 4 de la calle Padre Luis Llop

Placa indicativa de su casa natal

Según Antonio Palomino, a los diez años empezó su formación en el taller de Francisco Herrera el Viejo, pintor de gran prestigio en la Sevilla del siglo XVII.

La estancia en el taller de Herrera, aunque no ha podido ser documentada, debió ser breve, pues en octubre de 1611 firmó la “Carta de Aprendizaje” con Francisco Pacheco, incorporándose a su taller situado en el número 15 de la calle del Puerco (actual Trajano) (ver), donde existe una placa conmemorativa (actual Hotel Venecia) y donde tuvo la oportunidad de relacionarse con otros artistas de la época, como Martínez Montañez o Alonso Cano.


Calle Trajano número 15

Placa del taller de Francisco Pacheco

Después de seis años de aprendizaje, el 14 de marzo de 1617, aprobó el examen que le permitía incorporarse al "gremio de pintores", y ejercer como “maestro de imaginería y al óleo”, pudiendo “practicar su arte en todo el reino, tener tienda publica y contratar aprendices”.

Al año siguiente, antes de cumplir los 19 años, 23 de abril de 1618, se casó con la hija de su maestro Francisco Pacheco, Juana Pacheco, que tenía 15 años y con la que tuvo sus dos hijas, Francisca e Ignacia.

Parece que se fueron a vivir a una casa de la calle del Potro (actual Ana Orantes)(ver), actualmente desaparecida.

No se conserva ningún dibujo de los que debió realizar como aprendiz, pero desarrolló ampliamente los bodegones y se considera que son obras maestras de esta época, “Vieja friendo huevos” de 1618 y “El Aguador de Sevilla” realizado en 1620, que reflejan los tipos y los ambientes de esa época, y “Cristo en casa de Marta y María”.


Cristo en casa de Marta y María. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y. 1618. Óleo sobre lienzo. 60 x 103, 5 cm. National Gallery. Londres. Reino Unido

El Hospital de los Venerables Sacerdotes, edificio barroco del siglo XVII, alberga el “Centro Velázquez” como iniciativa de la Fundación Focus Abengoa y en ella se exponen “La Inmaculada” de   1617, “La Imposición de la Casulla a San Ildefonso”, originaria del convento de san Antonio (ver), habiendo estado en el Palacio Arzobispal durante el siglo XIX y “Santa Rufina”, realizada entre 1629 y 1632.  

Inmaculada. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y. 1617. Fundación Focus Abengoa. Hospital de los Venerables Sacerdotes. Sevilla

La imposición de la casulla a San Idelfonso. Velázquez, Diego. 1623. Óleo sobre lienzo. 162 x116 cm.  Fundación Focus. Hospital de los Venerables Sacerdotes. Sevilla (Convento San Antonio de Padua)

Santa Rufina. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y. 1617. Fundación Focus Abengoa. Hospital de los Venerables Sacerdotes. Sevilla.

En 1622, alentado por su maestro, se traslada a Madrid con intención de conseguir algún cargo al servicio de la monarquía, pero al no lograr su objetivo regresa a Sevilla.

En 1623, por la influencia de Juan Fonseca, capellán real y canónigo de Sevilla, fue llamado por el Conde-Duque de Olivares para elaborar un retrato del rey Felipe IV, que posteriormente le nombró “maestro de cámara de la corte”, ocupando la vacante de Rodrigo de Villadrando, que había fallecido el año anterior.

Su estancia en Madrid le permitió estudiar a los maestros de la colección de Palacio como Tiziano, y su trabajo principal era realizar los retratos de la familia real y decorar los palacios reales.

En marzo de 1627 juró el cargo de “ujier de cámara” y desde 1628 ostentó el cargo de “Pintor de Cámara”, vacante a la muerte de Santiago Moran, considerado el cargo más importante entre los pintores de la corte.

En 1628 Rubens llegó a Madrid para realizar gestiones diplomáticas y permaneció en la ciudad casi un año, ejerciendo una gran influencia sobre Velázquez como muestra el famoso lienzo “El triunfo de Baco”.


En 1629, seguramente influido por Rubens, solicitó y se le concedió licencia para viajar a Italia, con un criado y con carta de recomendación para las autoridades de las ciudades que iba a visitar.

De esta época son las telas de gran formato como “La fragua de Vulcano” (ver) y “La túnica de José” de 1630.

La fragua de Vulcano. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y.1630. Óleo sobre lienzo. 223 x 290 cm. Museo Nacional del Prado



En 1631, regresó a Madrid y realizó una gran actividad, pues de esa época son sus grandes lienzos “La Rendición de Breda”, “La Coronación de la Virgen” y “Esopo” (ver), y participó en los dos grandes proyectos de ese momento, el nuevo Palacio del Buen Retiro, impulsado por Olivares y la Torre de la Parada, el pabellón de caza del rey. 

Las lanzas o la Rendición de Breda. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y. Hacia 1635. Óleo sobre lienzo. 307 x 371,5 cm. Museo del Prado. Sala 009A


Por esta época también pintó sus retratos de bufones y enanos, con su diversidad de posturas en relación con sus deformidades corporales. 

El bufón el Primo. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y. 1644, Óleo sobre lienzo. 106,5 x 82,5 cm. Museo del Prado. Sala 015

Enano con un perro. Seguidor de Velázquez, Diego Rodríguez de Silva. Óleo sobre lienzo. 141 x 107cm. Museo del Prado. No expuesto

Además, siguió progresando en la corte, pues en 1633 recibió una vara de “Alguacil de Corte”, en 1636 fue nombrado “Ayuda de Guardarropa” de su majestad, “Ayuda de Cámara” en 1643, que suponía el máximo reconocimiento pues era de las personas más próximas al monarca, y “Superintendente de obras” en 1644, con la obligación de ocuparse de las tareas de conservación y dirección de las reformas del Real Alcázar.

En 1649 viajó por segunda vez a Italia, donde permaneció hasta 1651, con el propósito de adquirir nuevas piezas para la colección real, tanto pictóricas como escultóricas

En 1650 estando en Roma tuvo el honor de ser nombrado miembro de la “Academia de san Lucas” y de la “Congregazione dei Virtuosi del Panteón”, que le permitía exponer en el pórtico del Panteón. Así, el 19 de marzo expuso el retrato de “Juan Pareja”, esclavo morisco de su propiedad (ver), que le acompañó a Roma, donde le dio la “Carta de Libertad”, con la obligación de seguir sirviéndole, como hombre libre, durante cuatro años. 


En esta etapa, Velázquez tuvo un hijo natural, Antonio de Silva, de madre desconocida.

El estudioso Camón Aznar especula que la madre pudo ser la modelo que posó para el desnudo de “La Venus del Espejo”. 

Según Palomino pudiera ser Flamiria Triunfi y Marini sugiere que quizás se pueda identificar con Flaminia Triva, hermana y colaboradora de Antonio Domenico Triva, discípulo de Guercino. 

Venus del espejo. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y. 1647. Pintura al aceite. 122,5 x 177 cm.  National Gallery.

De regreso a Madrid en 1651, Felipe IV le nombró “Aposentador Real” lo que, junto a los otros cargos que ocupaba, le obligó a ocupar mucho tiempo en actividades administrativas a expensas de su labor pictórica, pero a pesar de ello a este periodo corresponden sus mejores retratos como “La familia de Felipe IV o Las Meninas” (1657) y “Las Hilanderas o la Fábula de Aracne” (1656).


Las hilanderas o la fábula de Aracne. Velázquez, Diego Rodríguez de Silva y. 1655-1660. Óleo sobre lienzo. 220 x 289 cm. Museo del Prado. Sala 015A

El 12 de junio de 1658, el monarca le concedió el hábito de caballero de la “Orden de Santiago”, pero para ser admitido en la Orden tenía que probar que sus antepasados directos pertenecían a la nobleza y que entre ellos no había judíos ni conversos. En la investigación abierta por el “Consejo de Órdenes Militares” se rechazó la solicitud del pintor por no poderse acreditar la nobleza de su abuela paterna ni de sus abuelos maternos. A instancia del rey, el papa Alejandro VII dictó un “Breve Apostólico” que le otorgaba dispensa papal, lo que permitió al rey concederle la “Hidalguía” y el Consejo de Órdenes Militares no tuvo más remedio que concederle el título de Caballero de la “Orden de Santiago”.

Cruz de la Orden de Santiago

En 1660, acompañó a la infanta María Teresa a Fuenterrabía para encontrarse con su esposo Luis XIV. Velázquez, como “Aposentador Real”, se tuvo que encargar de preparar el alojamiento del séquito y de decorar el pabellón destinado al encuentro.

A la vuelta contrajo la viruela, falleció en Madrid el 6 de agosto de 1660 y fue enterrado en la desaparecida Iglesia de san Juan Bautista (situada en la antigua plazuela de San Juan), en una capilla cedida por Gaspar de Fuensalida, con los honores correspondientes a un Caballero de la Orden de Santiago.


A principios del siglo XIX, con la llegada a Madrid de las tropas de Napoleón, esta iglesia fue derribada por orden de José I y actualmente en su lugar se ubica la plaza de Ramales, que muestra en su centro un monolito con la cruz de hierro de Santiago, en recuerdo del pintor. La leyenda, a sus pies menciona: “aunque aquí se enterró a D. Diego, su fama no fue enterrada con él”.

Plaza de Ramales

Velázquez en el rótulo de azulejos de la plazuela.


Leyenda en la parte baja del monolito homenaje a Velázquez

No existe ninguna noticia del traslado de los restos del pintor, por lo que es posible que quedaran sepultadas entre las ruinas del templo. Desde entonces se han buscado estos restos, pero a día de hoy se desconoce totalmente su paradero.

En 1892 se inauguró un monumento a Velázquez en la plaza del Duque de Sevilla realizado  por Antonio Susillo (ver). El autor se basó en el autorretrato que el propio Velázquez plasmó en “Las Meninas”, por ello, la escultura aparece portando su paleta y pincel, con una banqueta de estética barroca y con su característica indumentaria. 

Es una obra en bronce fundida en los talleres de Ojeda y situada en un pedestal realizado por el arquitecto municipal Juan Talavera y Heredia.

Estatua de Velázquez en la Plaza del Duque

En la plaza de España, proyectada por el arquitecto Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929, se puede apreciar un busto, en uno de los medallones que decoran las galerías de la plaza, concretamente entre los bancos de las provincias de Madrid y Málaga.   

Plaza de España

El 26 de noviembre de 1966 se inauguró el Instituto Velázquez, como Instituto Nacional de Enseñanza Media, en la calle Francisco Carrión Mejías, en unas instalaciones con capacidad para unas 1.200 alumnas, ya que tuvo carácter femenino hasta entrado los años 80 que se convirtió en mixto.

Instituto Velázquez

En 1845 la antigua calle de Triperas o Triperos o San Gregorio es rotulada como Velázquez. 


Calle Velázquez

2 comentarios:

  1. Aunque nací en sevilla y vivo en sevilla sigo aprendiendo de tus magníficos relatos , gracias por compartirlo, un abrazo
    A.Iglesias

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  2. Manuel y Marisol8 de julio de 2023, 4:31

    Un estupendo repaso a la vida y a la obra de nuestro genial pintor con su huella en Sevilla y Madrid.
    Un abrazo.

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