sábado, 26 de agosto de 2023

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen del Mayor Dolor y Traspaso.

La Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, es una talla de 1798 (aunque su realización no está documentada), de autor anónimo, costeada por el mayordomo Manuel Benjumea que reemplaza a otra anterior y que a lo largo de los años ha sufrido algunas intervenciones que han alterado su apariencia original, pues se le cambió la cabeza, colocándole también la corona de plata sobredorada que luce actualmente.

De tamaño natural (mide 1,74 metros), es una talla en candelero de madera de cedro policromada, candelero al que van adheridos el busto y los brazos de la Virgen.

Representa el momento en que sufre el cuarto de sus dolores al traspasársele el corazón viendo el sufrimiento de su hijo camino del Calvario. 

Alude al momento en que la Virgen acompañada de san Juan ve traspasado su corazón,  viendo el sufrimiento de su hijo camino del Calvario. La escena se basa en una vieja tradición que narraba el pasmo o desmayo de la Virgen, por lo que un ángel que bajó del cielo le dio poder para soportar tan inmenso dolor.

Esta leyenda es citada por Bermejo y Carballo. Hay constancia, además, que fue también recogida en las devociones primeras de los Santos Lugares, y se sabe que incluso que en Jerusalén existió una capilla dedicada a contemplar el desmayo de la Virgen en la calle de la Amargura. Más tarde pasó al teatro medieval de los Misterios y tuvo sendas aceptaciones populares.

“A ti una espada te atravesará el corazón” es la profecía evangélica del anciano Simeón que da título a la Dolorosa de la hermandad y durante mucho tiempo a la propia corporación.

Por ello, está representada en una actitud llorosa, con la cabeza inclinada hacia su izquierda para, adecuarse a San Juan del que recibe indicaciones y consuelo en el momento posterior al cruce de miradas entre Cristo y María en la Calle de la Amargura”. 

Su rostro expresan tristeza, con su boca entreabierta y de sus ojos caen hacia sus mejillas unas lágrimas de cristal. 

En el pecho, entre la prenda que lo cubre (pecherín), se clava un puñal, símbolo del dolor clavado en su corazón, mientras que en su cabeza porta una corona, atributo de su divinidad.

Ha sufrido diversas restauraciones. Así, en el año 1954, Antonio Illanes afianzó la cabeza al candelero, pero también alteró sus facciones de manera leve para acercarla al gusto de la época. Más adelante, la intervención de Peláez del Espino consistió en alterar de una manera llamativa la policromía de la obra, al tiempo que la dotaba de un candelero metálico en 1978. Luis Ortega Bru en 1979, la encarnaría con colores claros, además de sustituir de nuevo el candelero por otro realizado en madera. En el año 2003 Luis Álvarez Duarte volvía a intervenir en la imagen, subsanado unas grietas en el cuello que amenazaban la estabilidad del busto.

Virgen del Mayor Dolor y Traspaso

Detalle de la Virgen

Detalle de la Virgen

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