ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Fray Diego José de Cádiz.
José Francisco López-Caamaño y García Pérez
nació en Ronda el 30 de marzo de 1743.
Pertenecía a una familia ilustre y se quedó huérfano
de madre a los nueve años.
Su padre se trasladó a Grazalema donde comenzó
sus estudios de Gramática.
A los doce años estudió Lógica y Metafísica en
el convento de los Padres dominicos de Ronda.
Posteriormente, fue admitido en el noviciado
de los Hermanos Menores Capuchinos de Sevilla y profesó el 31 de marzo de 1759.
Al terminar el noviciado sustituyó su apellido
por el de su ciudad de nacimiento y como Diego José de Cádiz sería conocido
desde entonces.
Los capuchinos, caracterizados
por su luenga barba, se consideraban a sí mismos como la rama más espiritual de
la familia franciscana y al mismo tiempo como "los frailes del
pueblo". Los Hermanos Menores usan un
hábito marrón de estameña con una cuerda anudada (como todos los franciscanos),
pero la diferencia principal con los otros dos grupos es que llevan una capucha
unida a la túnica (de acuerdo a la forma del hábito original que usaba San
Francisco) y es más larga comparada con la de las otras ramas.
Dotado de grandes cualidades para la oratoria,
en 1771 comenzó las misiones itinerantes populares capuchinas predicando por
toda España y llegó a ser denominado como el segundo san Pablo.
En Sevilla se le permitió usar el púlpito que se encuentra en el Patio
de los Naranjos de la Catedral, donde habían predicado san Vicente
Ferrer, san Francisco de Borja y Juan de Ávila.
Difundió la
devoción al Señor del Gran Poder y en 1780 dirigió unos Ejercicios Espirituales
en la parroquia de san Lorenzo, enmarcado en las Misiones organizadas por el
arzobispo de Sevilla Fray Javier Delgado y Venegas y la imagen del Señor fue
colocada en el Altar Mayor, consiguiendo una gran audiencia.
El 13 de abril de 1786 ingresó como Hermano en
la Hermandad del Gran Poder y existe una imagen del mismo en el pasillo de los Beatos
de la Basílica del Gran Poder.
Falleció el 24 de marzo de 1801 en Ronda y fue
beatificado el 22 de abril de 1894 por SS. León XIII
Su imagen es una escultura de cedro de talla completa policromada,
que es encargada en 1967 a Antonio Castillo Lastrucci, quien fallece antes de
concluirla y deja el encargo a José Pérez Delgado.
Es de tamaño natural y se encuentra en la actualidad en la sala de
los Beatos, sobre peana dorada a la salida del camarín del Señor en el
deambulatorio de la Basílica.
En la representación de Fray Diego José de Cádiz, del que se
conocieron sus facciones por haber sido retratado en vida.
Viste el sayal propio de la orden franciscana en su reforma
capuchina, con cíngulo a la cintura con tres nudos que significan los votos o
virtudes de la orden (pobreza, castidad y obediencia) y con el crucifijo en las
manos al que reverencia en actitud de besarlo.
Sus rasgos se asimilan a la fisonomía, difundida de San Francisco,
de los frailes del s. XVIII coetáneos al Beato Diego, como las barbas pobladas,
los pómulos prominentes, las mejillas hundidas y ardor místico.
La escultura también es el símbolo de la hermandad que a lo largo
de la Historia ha existido entre la Orden Menor Capuchina y la Cofradía y que
quedó refrendada en la Carta de Hermandad de 1999.
En el aniversario de la beatificación del Beato Diego J. de Cádiz
se celebra Solemne Función Religiosa, colocándose en dicho día la imagen del
Beato en el presbiterio de la Basílica.
Detalle del rostro
Detalle de los pies
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