lunes, 21 de julio de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Pintores  

Antonio Cabral Bejarano.

Autorretrato. Cabral Bejarano, Antonio. 1851. Óleo sobre lienzo. 55 x 42 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala XI. Donación de D. Alfonso Lasso de la Vega y Pedroso en 2013

El pintor Diego Bejarano fue bisabuelo de Antonio Cabral Bejarano. Diego tuvo una hija, María Bejarano, quien contrajo matrimonio con Pedro Cabral. De esta unión nació Joaquín Cabral Bejarano, también pintor, quien en 1785 se casó con Escolástica Pérez Junquitu Fernández. Fruto de ese matrimonio nació, el 31 de octubre de 1798, Antonio Cabral Bejarano. Aunque su nombre completo en el bautismo, realizado en la iglesia de San Pedro, fue Antonio Joaquín María de Todos los Santos Ignacio de Loyola Quintín, renunció a sus apellidos maternos para usar exclusivamente los de su padre.

En 1823 contrajo matrimonio con Francisca de Paula Aguado Pacheco, con quien tuvo nueve hijos, que igualmente usaron los apellidos Cabral Bejarano.

Antonio se formó inicialmente bajo la tutela de su padre, heredando de él la admiración por la obra de Murillo. Sin embargo, tras la invasión francesa de Sevilla en 1812, ingresó como alumno en las reanudadas clases de la Escuela de Tres Nobles Artes.

En 1814 colaboró con su padre en la decoración del convento de la Trinidad (ver) y, dos años más tarde, en el embellecimiento del Archivo General de Indias, que en aquel entonces también funcionaba como tribunal consular. Esta intervención se llevó a cabo con motivo del paso por Sevilla de las infantas portuguesas María Isabel y Francisca de Braganza, en ruta hacia Madrid para contraer matrimonio con Fernando VII y Carlos María Isidro, respectivamente.

Participó también en el diseño de arquitecturas efímeras para celebraciones públicas. En 1819 colaboró en la construcción de un catafalco funerario en la catedral de Sevilla en honor a María Isabel de Braganza, e incluso realizó un grabado del mismo que sirvió como portada para una publicación conmemorativa. Al año siguiente, decoró una lápida encargada por el Ayuntamiento para conmemorar la Constitución de 1812.

Durante el Trienio Liberal apoyó activamente las iniciativas en defensa del nuevo régimen en Sevilla. En ese contexto, pintó un retrato del general Riego, que cedió para una manifestación celebrada el 13 de septiembre de 1821.

En 1825 fue nombrado profesor auxiliar de Perspectiva en la Escuela de Tres Nobles Artes. Más adelante, en 1829, el Ayuntamiento le encargó la creación del “Templo de Himeneo”, una estructura conmemorativa levantada en la plaza de la Encarnación con motivo del matrimonio de Fernando VII con María Cristina de Borbón.

En 1834 diseñó la fachada del teatro Cómico Principal y, en 1843, retrató a María Cristina de Borbón y a la reina Isabel II en una obra conservada en el Archivo de Indias.

Ya con reconocimiento consolidado, en 1836 solicitó su ingreso como académico de mérito en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, presentando para ello una pintura histórica titulada “La degollación de San Juan Bautista”, que también fue expuesta en la muestra de 1840.

En 1837 pasó a formar parte de la comisión gestora del recién creado Museo de Bellas Artes de Sevilla, y al año siguiente fue uno de los fundadores del Liceo de Sevilla, participando de forma habitual en sus exposiciones, en las que destacó con escenas de corte costumbrista.

En 1839 diseñó un monumento efímero denominado “Templo de la Paz”, con el que Sevilla celebró el fin de la Primera Guerra Carlista tras la firma de la Paz de Vergara. Al año siguiente fue nombrado primer director del Museo de Bellas Artes de Sevilla.

En 1846, con motivo del doble enlace matrimonial de Isabel II y Luisa Fernanda con el duque de Cádiz y el duque de Montpensier, respectivamente, decoró la fachada del edificio del Gobierno Civil y diseñó la del teatro de la Pasión. Un año más tarde, en 1847, se encargó de las decoraciones escénicas y los techos del teatro San Fernando.

En 1850 fue nombrado director de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla. Entre ese año y 1857 trabajó para el duque de Montpensier en diversas obras, entre ellas las pinturas de la capilla del palacio de San Telmo y una serie de retratos de sevillanos ilustres. Su labor en el palacio fue continuada por el pintor Joaquín Domínguez Bécquer (ver).

En 1853 se vio envuelto en una polémica: fue acusado de haber vendido cincuenta cuadros del Museo de Bellas Artes y cesado de su cargo. No obstante, fue readmitido dos meses después, tras devolver todas las obras.

Antonio Cabral Bejarano alcanzó su mayor notoriedad en el género costumbrista, con obras como “El patio de Monipodio”, conservada en el Museo de Montevideo, y numerosas escenas protagonizadas por majos y majas. Muchas de sus pinturas se encuentran en colecciones particulares, y la Biblioteca Nacional de España conserva un dibujo suyo del célebre torero Francisco Montes “Paquiro”.

Falleció en Sevilla el 1 de agosto de 1861.

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