lunes, 21 de julio de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Pintores  

Francisco Miguel Jiménez de Alanís.

Francisco Miguel Ximénez (o Jiménez) nació en Sevilla en 1717. Se formó en el taller del destacado pintor Domingo Martínez (ver), dentro de una tradición barroca tardía que, con el tiempo, evolucionaría en su obra hacia un lenguaje rococó cargado de estereotipos visuales propios de la época.

Su trayectoria artística es amplia y diversa, abarcando tanto la pintura de caballete como el dorado de retablos. En esta última disciplina dejó una huella significativa, colaborando con algunos de los escultores y ensambladores más relevantes del siglo XVIII andaluz, como Benito de Hita y Castillo (ver) o Julián Jiménez. Entre las obras documentadas destaca el retablo del Cristo atado a la columna, en la iglesia de Santa María de la Mesa en Utrera.

En 1727 ya aparece registrado como oficial de pintor, residente en la collación de San Juan de la Palma, entorno donde también se familiarizó con la pintura de feria. Su vinculación con hermandades y encargos religiosos marcó gran parte de su carrera. En 1761 realizó para la Hermandad de la Carretería un lienzo conmemorativo del decreto sobre la Inmaculada Concepción, donde figuran representados la Virgen, el papa Clemente XIII y el rey Carlos III. Años después, en 1788, decoró el arco triunfal erigido por la misma congregación con motivo de la proclamación de Carlos IV.

En 1789 retrató a Carlos IV y María Luisa de Parma para la Real Academia de Medicina, y al año siguiente firmó el lienzo que representa a Paulo III entregando la bula fundacional a las religiosas del convento del Espíritu Santo. En esta obra, Ximénez da mayor protagonismo al entorno arquitectónico que a las figuras humanas, alterando así el equilibrio compositivo. Este enfoque refleja la creciente valoración que los artistas de su entorno daban al conocimiento arquitectónico, habilidad que él mismo cultivó, al igual que su maestro Martínez, quien también fue arquitecto de la Catedral de Sevilla.

Una muestra clara de este interés por la arquitectura puede verse en la pintura titulada “Perspectivas de edificios con varias figuras”, conservada en la Capitanía General de Sevilla. Sin embargo, es en la iglesia parroquial de Algodonales donde se manifiesta con mayor claridad su participación en el diseño arquitectónico. En 1786 diseñó allí el retablo destinado a la imagen del Rosario, siguiendo un plano elaborado por él mismo como “insigne maestro de dibujo” y primer director de la Real Academia de las Tres Nobles Artes. También diseñó la estructura de madera para la Hermandad de las Ánimas, ejecutada por el ensamblador Diego Meléndez, con quien colaboró igualmente para la congregación de la Vera Cruz.

Participó además en el diseño del altar mayor, que debía construirse “según un excelente plano hecho por orden del mencionado señor vicario”. La implicación de Ximénez en estos proyectos arquitectónicos resulta especialmente notable, pues pocas veces se había visto a un pintor desempeñar un papel tan activo en la concepción estructural, en un ámbito que solía estar reservado a arquitectos y maestros de obra.

A esta línea de producción se suma su actividad en la pintura mural. Un ejemplo relevante es el conjunto decorativo del convento de San Clemente, realizado hacia 1770, en el que se combinan motivos de rocalla con representaciones de santos cistercienses y otras figuras devocionales, como San Ildefonso o San Esteban. La soltura con la que Ximénez ejecuta estas decoraciones al temple sugiere una producción más extensa de la que, por ahora, se tiene constancia. Igualmente en la iglesia de la Trinidad.

Ceán Bermúdez menciona además su participación en la ornamentación de la ya desaparecida iglesia de San Felipe Neri. Algunos de los lienzos que allí se encontraban han sido atribuidos al pintor y actualmente se conservan en la iglesia de San Alberto Magno. Entre ellos destaca uno que representa a San Felipe Neri comenzando la construcción del Oratorio de Roma, donde algunos estudiosos han creído ver un posible autorretrato del propio Ximénez.

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