RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística, Escultores
Benito Hita del Castillo.
Benito de Hita y Castillo y de Guzmán, también conocido como Benito Hita del Castillo, nació en Sevilla el
12 de enero de 1714. Hijo del maestro albañil, Gabriel de Hita y
Castillo, y Alfonsa María Casilda de Guzmán, fue bautizado en la Iglesia de San Martín.
En la biografía personal de Benito
Hita y Castillo aparece la fecha de su primera boda el día 23 de mayo de 1737, al
parecer con carácter secreto, en la colegial del Divino Salvador, con Beatriz
Gutiérrez, mujer que tenía 13 años más que el escultor, algo poco habitual en
la época que puede explicar el secretismo del enlace.
Beatriz
falleció en noviembre de 1774, siendo enterrada en la cripta de la hermandad
Sacramental de San Juan de la Palma. Un mes
más tarde, se casó en la parroquia del Sagrario con Josefa García de Marta.
Historiadores clásicos como Ceán Bermúdez
señalaban su formación junto a José Montes de Oca y Miguel Perera ,
aunque hoy se suele considerar su formación como una evolución de las formas de
Pedro Duque Cornejo.
Su amplia obra,
distribuida por Sevilla, Cádiz, Huelva o las islas Canarias, se
centró fundamentalmente en el arte sacro, puesto al servicio de parroquias,
conventos, hermandades o cofradías con las que mantuvo una especial
vinculación.
Falleció en Sevilla el 2 de noviembre en 1784 a los setenta años, longevidad poco frecuente en el siglo XVIII, y sus restos descansarían en la cripta de la Sacramental de San Juan de la Palma.
Se rotula con su nombre una plaza o barreduela (ver).
Quizás de los más destacados, encerrados en el olvido
desde hace una década, sean los retablos de la Capilla Sacramental de Santa Catalina (ver),
de 1748 a 1753, con las
imágenes de Hita: a las formas barrocas, a la decoración pormenorizada y al
horror vacui del Barroco de mediados del siglo, se unía la estilización y la
elegancia de las Santa Justa y
Rufina o el dinamismo de la talla de San Sebastián.
Debe citarse también como
ejemplo de esta colaboración la realización del marco retablo de la parroquia
sevillana de San Isidoro, así como
los Evangelistas del retablo del Sagrario.
SE evidencia la mano de Hita en
otro retablo sevillano, el retablo de la iglesia del Pozo Santo (1760), conservado sin dorados
posteriores, otro ejemplo de la evolución del estípite como elemento definidor
del Rococó sevillano.
En la Capilla de la universidad destacan los “Ángeles Lampareros” de 1762 y “Virgen de los Remedios, San José y San
Carlos Borromeo” de 1762.
De 1733 a 1738
son los “Ángeles lampareros” de la Iglesia de San Lorenzo (ver).
De 1740 es la “Inmaculada
Concepción” de la iglesia de la Magdalena.
De 1763 son los “Ángeles
Mancebos» de la Iglesia de san Juan de la Palma (ver).
La sinrazón de
1936 provocó la desaparición de uno de sus grupos escultóricos más afamados, el
de la Virgen de las Maravillas de
San Juan de la Palma, notable composición encargada por la hermandad del
mismo título en la que aparecían la Virgen junto al Niño Jesús y San Juanito,
grupo de concepción piramidal y elegante dinamismo que se suele considerar de
lo mejor de su producción.
Su obra más destacada, es la imagen San Juan Evangelista de la Hermandad de la Amargura de la Iglesia de San Juan de la Palma (ver), de 1770, que procesiona junto a “María Santísima de la Amargura “en su paso de palio.
Hornacina/camarín central del Altar Mayor con la imagen titular de María Santísima de la Amargura acompañada por San Juan y detalle de las imágenes
En relación con esta imagen, el
propio Hita del Castillo modificó la postura de la Virgen y le proporcionó un
nuevo candelero que acentúa su integración con la del portentoso San Juan.
También realizó
para su hermandad dos imágenes de
soldados romanos, de 1760 a 1765, incluido el popular “Tuerto”, que no
han llegado a nuestros días.
Y la “Virgen de las Maravillas”
también de la iglesia de San Juan de la Palma de 1738, destruida en 1936.
En la Iglesia de San Antonio de Padua, el San Sebastián del retablo
de Santa Ana (ver).
En la Capilla del Museo, Santa Ana y la Virgen Niña, en su retablo.
En la Iglesia del Sagrado Corazón, la “Virgen de la Victoria” de
1765 en el retablo mayor (ver).
En la iglesia de san Andrés, la
“Virgen de los Dolores o de los Desamparados” de 1760 (ver).
En la Iglesia del Santo Ángel, San Joaquín del retablo de la Esclavitud de San José.
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