domingo, 19 de enero de 2025

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Convento de Regina Angelorum.

Convento de Regina Angelorum


Guiomar de Castro, esposa de Pedro Manrique Lara, duque de Nájera, dispuso en su testamento la fundación del Convento de Regina Angelorum, de monjas dominicas.

Y efectivamente, en 1521 este convento es fundado por su hija, Leonor Manrique de Lara y Castro, esposa de Francisco de Zúñiga y Pereza de Guzmán, I marqués de Ayamonte, en unas casas cercanas al palacio familiar, en la collación de San Pedro.

Concretamente, estaba situado en la plaza de la Encarnación junto a la plazoleta de Regina y frente al convento de la Encarnación que fue derribado para construir el mercado dela Encarnación. Debió ocupar parte del antiguo Mercado de la Encarnación y la actual calle Regina hasta la calle Jerónimo Hernández.

Convento de Regina Angelorum (señalado en naranja). Plano de Sevilla del asistente Pablo de Olavide de 1771

Relación del Convento de Regina Angelorum con el antiguo Mercado de la Encarnación y la calle Regina

En este convento hubo doce monjas y una abadesa, pero fue abandonado a los nueve años, por falta de medios, y las religiosas se distribuyeron en otros conventos dominicos de la ciudad y las casas quedaron reservadas a hospedería para frailes.

Su fundadora Leonor Manrique de Lara y Castro dispuso en su testamento la creación de otro convento en estas casas, y su hija, Teresa de Zúñiga y Manrique de Lara, esposa de Francisco de Zúñiga Sotomayor y Portugal, conde de Belalcázar, procedió a la construcción de un convento de Frailes Predicadores, dominicos masculinos, y su correspondiente iglesia en 1553.

Este nuevo convento mantuvo el título de Regina Angelorum y la iglesia tenía un acceso directo desde el palacio familiar. ​ Sus fundadores, Teresa de Zúñiga y Francisco de Zúñiga Sotomayor y Portugal, fueron enterrados en la capilla mayor.

Entre 1549 y 1810 en una capilla de la iglesia se estableció la extinguida Hermandad y Cofradía del Santo Crucifijo e Inmaculada Concepción de María, fundada por nobles sevillanos, entre ellos los marqueses de Ayamonte y de otros miembros de la oligarquía local, y que hacía estación de penitencia a la Catedral la tarde del Jueves Santo.

A los pies de la nave del evangelio se encontraba la capilla de Nuestra Señora del Rosario (s. XVII), diseñada por Pedro Sánchez Falconete y Sebastián de Ruesta y construida por Juan González en 1659, propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, por lo que la hermandad estaba plenamente vinculada con esa institución.

Curiosamente, en esta capilla fue enterrada el 20 de octubre de 1687, la cabeza Pedro Andrés de Guzmán y Portocarrero, V marqués de La Algaba, gobernador y capitán general de Orán, único resto que pudo recuperarse tras su muerte heroica en combate el 9 de marzo de 1681.

Este convento de Regina Angelorum, se hizo famoso en la Sevilla del XVII por la oposición de sus frailes al movimiento en favor de la proclamación dogmática de la Inmaculada Concepción.

El día de Navidad de 1613 el dominico Fray Diego de Molina, en su prédica llegó a decir “que se concibió la Virgen, como vos y como yo y como Martin Lutero” provocando un gran revuelo en una ciudad eminentemente Inmaculista.

Se inició un enfrentamiento con los franciscanos, con Fray Francisco de Santiago a la cabeza, que dejó versos contundentes:

Aunque le pese a Molina

Y a los frailes de Regina,

Al prior y al provincial,

Y al padre de los anteojos

Sacados tenga los ojos

Y el colgado de un peral

Maria fue concebida

Sin pecado original

O aquellos versos eternos de Miguel del Cid, que se canturreaban por las calles, que decían:

Todo el mundo en general

A voces reina escogida

Diga que sois concebida

Sin pecado original

El 29 de septiembre de 1615 la Hermandad del Silencio formuló y proclamó su voto de sangre para defender la Inmaculada concepción de María.

Los sevillanos mandaron una delegación a la Corte primero y a la Santa Sede después, logrando un breve de Pablo V de 1617 a favor de la Inmaculada Concepción que prohibía que se predicase lo contrario, lo que fue bien recibido en la ciudad. Y el Papa Clemente XIII (1693-1769), en una bula, declara a la Inmaculada Patrona de España.

En 1810 durante la invasión francesa el convento fue exclaustrado y usado como cuartel. Los dominicos regresaron cuando los franceses fueron expulsados.

Pero durante la ocupación francesa la iglesia fue expoliada y el cuadro “La Virgen con san Pedro y san Pablo y santo Domingo arrodillado”, de autor desconocido del siglo XVI, se encuentra en paradero desconocido, y “La Virgen con fray Lauterio y santos”, realizado por Murillo entre 1638 y 1640 se encuentra en la actualidad en el Museo Fitzwilliam de Cambridge.

La visión de fray Lauterio. La Virgen con fray Lauterio, san Francisco de Asís y santo Tomas de Aquino. Murillo, Bartolomé Esteban. 1638-1640. Óleo sobre lienzo. 216 x 170 cm. Fitzwilliam Museum. Cambridge. (CC BY 3.0)

Parece ser que, entregado al estudio de la Teología, fray Lauterio se encontró en cierto momento con algún escollo de difícil interpretación. Mediante la oración, invocó a san Francisco de Asís. Acudieron a su llamada la Virgen María, santo Tomás de Aquino y el mismísimo san Francisco. Le aconsejaron entonces que leyera atentamente la obra “Summa Teologica”, de santo Tomás. Fue gracias a su estudio que fray Lauterio logró disipar sus dudas.

En el cuadro aparece fray Lauterio a la derecha, sosteniendo el libro de santo Tomás, mientras escucha con atención las explicaciones de san Francisco.

De la boca de San Franciusco brota un rayo de luz, en el que aparece una frase en mayúsculas: “Crede huic quia eius doctrina non deficiet in aeternum” (‘Cree esto, porque esta doctrina no acabará jamás’).

Al mismo tiempo, señala directamente a santo Tomás con el índice, indicando al fraile que a él es a quien ha de acudir en busca de la explicación.


En 1821, durante el Trienio Liberal el convento fue exclaustrado de nuevo, instalándose en el inmueble la Sociedad Patriótica, y los dominicos pudieron regresar en 1833.

Finalmente, el convento fue desamortizado en 1835 y sus instalaciones fueron utilizadas como fábrica de sombreros, almacenes y casa de vecinos.

La iglesia se mantuvo como templo católico hasta que fue derribada durante el régimen surgido de la Revolución Gloriosa de 1868 (ver).

La iglesia estaba decorada con zócalos de azulejos, realizados en 1625 por el taller de la casa Valladares. Algunos de ellos, antes del derribo del templo, fueron llevados al Museo de Bellas Artes de Sevilla y otros al Museo de la Hispanic Society of America. ​ La campana se llevó a la Iglesia de Ómnium Sanctorum.

La capilla del Rosario fue derribada en 1905 y los terrenos en que aquélla se levantaba fueron donados al Ayuntamiento por la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, que previamente desalojó sus enseres.

Así, el retablo de la antigua capilla, realizado por Pedro Roldán y Francisco Dionisio de Ribas en 1668, se encuentra en la nueva capilla, construida en 1956, que la maestranza tiene junto a su sede.  Y la reja de hierro forjado de la capilla, diseñada por Pedro Roldán y realizada por Francisco de la Chica y Pedro Núñez en 1670, se encuentra en la puerta del Príncipe de la plaza de toros de la Maestranza.

Reja de la puerta del Príncipe de la plaza de toros de la Maestranza

Capilla de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla

Detalle de la Virgen del Rosario

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