ALGUNOS PERSONAJES HISTÓRICOS EN LAS CALLES DE SEVILLA
Doña Josefina Comer Ford, condesa de Sales
Según indica
Gómez Zarzuela en su guía de 1875, en la calle García Ramos, casa número 17, murió la célebre Doña
Josefina Comer Ford, condesa de Sales, de gran influencia en la Cataluña de la
Guerra Civil de 1820-23 y principalmente en la insurrección ultra-realista de
1827.
Rótulo de la calle García Ramos (ver)
Siempre se
pensó que había nacido en Tarifa, pero lo hizo en Ceuta donde su padre, José de
Comerford, sargento mayor del Regimiento de Infantería de Irlanda, al servicio
de los reyes de España, natural de Cádiz, estaba destinado.
Su segundo
apellido, Mac Crohon, es el de su madre, María Josefa, que a pesar de haber
nacido en San Sebastián era de origen irlandés.
Al quedar
huérfana, en 1808, fue adoptada por su tío paterno, Enrique de Comerford, conde
de Bryas, que con la invasión francesa abandonó la guardia valona y se
trasladó a Dublín. Allí Josefina se educó en un ambiente ultracatólico.
Al morir el
conde de Bryas, heredó su fortuna, y vivió un tiempo en Roma, y en 1820 regresó
a España.
La primera
etapa de su vida pública está vinculada a la figura de Antonio Marañón, "el
Trapense", a cuyo lado luchó contra los liberales durante el Trienio
Liberal, especialmente en el establecimiento de la Regencia de Urgel.
Precisamente
por los servicios prestados, la Regencia de Urgel le concedió en 1823 el título
de condesa de Sales.
El guerrillero fray Antonio Marañón, apodado “El Trapense”
Restablecido
el absolutismo por la intervención de los Cien Mil Hijos de san Luis, fue
confinada en Barcelona.
A mediados de
1827 logró burlar la vigilancia policial a la que estaba sometida y desde
Cervera financió y participó en la organización del movimiento de los agraviados
o malcontents, que estableció en Manresa la Junta Suprema
Provisional de Gobierno de Cataluña.
Calomarde,
capitán general de Cataluña, y el propio rey Fernando VII al frente del
ejército expedicionario, acabaron con la insurrección y permitieron la captura
de sus principales dirigentes, que fueron inmediatamente ejecutados.
Josefina de
Comerford, fue condenada a reclusión perpetua en el convento de la Encarnación
de Sevilla, y dado su carácter fuerte, fue pasando por distintos conventos
a causa de sus actitudes contrarias a las reglas monásticas. Con la
exclaustración decretada por Mendizabal 1835 quedó en libertad y fijó
su residencia en Sevilla, llevando en adelante una vida discreta.
En 1863 otorgó
testamento y falleció de una pulmonía el 3 de abril de 1865.
Llegó a ser
conocida como "la Juana de Arco carlista", y diversos autores la han
hecho protagonistas de sus novelas:
Agustín de
Letamendi, estando aún viva, la hizo protagonista de su novela Josefina
de Comerford o el fanatismo. Novela original, histórica y contemporánea (Madrid,
1849).
Con rasgos
tomados de Letamendi, Francisco José Orellana la incluyó en otra
novela histórica de semejantes características, El conde de España o La
inquisición militar (Madrid y Barcelona, 1856), cuya acción discurre
en la insurrección de los malcontents.
Será también
una de las protagonistas de la novela de Benito Pérez Galdós," Un
voluntario realista", quien la describe, con edad más avanzada de lo
que le correspondía, al presentarse en el convento ficticio de las
dominicas de Solsona, centro de la conspiración absolutista.
El
polifacético Cristóbal de Castro la incluyó en dos relatos, La inglesa
y el Trapense (1926) y La generala carlista (1931).
También Pío Baroja se sintió atraído por las hazañas de esta guerrillera ultrarrealista, a quien dedicó un retrato idéntico al de Letamendi en Fantasmas de Tarifa, dentro de su Vitrina pintoresca. En Siluetas románticas, comenta que Josefina de Comerford quería ser “una Juana de Arco del clericalismo”, convertida en el alma de la conjura de la Federación de Realistas Puros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario