ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA
Gaspar de Yelves y la calle Alfaqueque
Como curiosidad
relacionada con la calle Alfaqueque (ver) se puede contar la que recoge Álvarez Benavides.
D. Gaspar de Yelves era descendiente de una conocida
familia de Castilla la Nueva, y nacido en nuestra ciudad poco antes de mediar
el siglo XVII.
Apenas tuvo la edad precisa D. Gaspar ingresó en el
ejército y militó largos años bajo las órdenes de algunos ilustres caudillos, al servicio del monarca Carlos II.
Hacia el año 1672 D. Gaspar Yelves se retiró del ejército y contrajo
matrimonio con una dama rica y huérfana y vivían en una casa situada en la
calle de Alfaqueque, y
eran tratados por la vecindad con todas las consideraciones debidas a su clase.
Comenzó a hacer, con frecuencia, algunos viajes, que le tenían alejado
de su casa por periodos
más o menos largos. Según su mujer eran viajes de negocios
relacionados con la administración de sus bienes.
A mediados del 1697, su viaje se prolongó tanto, que
puso en cuidado a su esposa y amigos.
Por los años de 1695, cuando España atravesaba una situación
lamentable aparecieron en los campos andaluces numerosas partidas de
bandoleros, que llevaban a cabo robos e incluso asesinatos.
En una ocasión estos bandoleros realizaron un robo sacrílego
de gran consideración en una iglesia, y se desplegó una gran actividad por la
justicia, que consiguió capturar a algunos de los autores que fueron conducidos
a la cárcel de Sevilla y ahorcados en el mes de enero de 1698 en la plaza de
san Francisco.
Cuando el que aparecía como jefe de la partida llegó
al patíbulo, algunos de los que presenciaban la triste escena, se llevaron una gran sorpresa al
comprobar que se trataba del capitán Gaspar de Yelves.
La cabeza del reo (según dice un autor) estuvo tres días pendiente de una escarpia en la fachada de la casa de la calle Alfaqueque, y el cuerpo fue descuartizado, según la bárbara costumbre de aquellos tiempos.
Verdaderamente en esa época la forma de ejecutar a los reos eran bárbaras y macabras Ahora no podemos comprender esas prácticas. Muy interesante
ResponderEliminarRealmente la historia da para hacer una novela. Muy interesante. Victor.
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