lunes, 7 de noviembre de 2022

AREA DE SAN VICENTE-MIGUEL DEL CID-TEODOSIO

Convento Santo Tomás de Aquino-Iglesia Santa María la Real

Iglesia del Convento colegio noviciado de Santo Tomás, de los Padres Dominicos

Centro de formación de seminaristas heredero de la antigua Universidad de igual nombre, que estaba situada frente al Archivo de Indias.

El origen del primitivo convento de Santa María la Real se remonta al siglo XV.  

El 13 de diciembre de 1409 es la fecha de la fundación de este monasterio en la calle de San Vicente. En 1410 se concedió el permiso para la edificación solicitada por doña Catalina de Castilla, la madre del rey don Juan, que daba así inicio a la primera comunidad de dominicas de Sevilla.

Fue el papa Benedicto XIII el que concedió la bula de erección y el que concedió notables privilegios al convento. 

La fundación se estableció en casa de una mujer retirada, la que se conocía como un beaterio, establecido en la casa de María la Pobre, mujer piadosa que vivía con otras mujeres en una comunidad de vida espiritual. Su casa estaba situada en el enclave que ha llegado hasta nuestros días, entonces conocido como calle de la Zapatería Vieja, aunque antes estuvieron acogidas en unas casas del barrio de Santa Cruz.

La primera comunidad del convento llegó proveniente de Toledo, de Santo Domingo el Real (donde, curiosamente, terminaría la existencia del convento sevillano de Dueñas siglos más tarde). El convento, que tardó algún tiempo en seguir la regla de Santo Domingo, fue creciendo en su comunidad y en sus edificaciones. 

En 1511 las hermanas del monasterio de Nuestra Señora del Valle de Sevilla, se unieron al de Santa María la Real por orden del arzobispo Fray Diego de Deza. 

Más tarde, en 1835, coincidiendo con la Desamortización de Mendizábal, también el monasterio de Santa María de Gracia de Sevilla se unió al de Santa María la Real.

A lo largo del siglo XIX creció la comunidad, ya que acogió a las monjas del convento de la Pasión (calle Sierpes) y las de Santa María de Gracia (junto a la Campana).

La desgracia llegó en 1868 ya que la revolución "La Gloriosa” (ver), que destronó a Isabel II, hizo abandonar temporalmente el convento a las dominicas. Éstas se refugiaron en la casa de las monjas franciscanas de Santa Clara. 

El edificio se convirtió en un centro de reuniones políticas, perdiéndose buena parte de su gran patrimonio. 

Siete años después las monjas vuelven a su monasterio. Al regresar la comunidad dominica se reaprovechó parte del patrimonio que había perdido la comunidad de mercedarios del convento de la Asunción, en la plaza del Museo, también suprimido en la época.

Consta que en 1886 se derrumbó el techo del coro. Las monjas se movilizaron para reunir el dinero necesario para las obras. Familias de la ciudad colaboraron generosamente en la restauración. Aun así, se vieron obligadas a vender parte del edificio para costear todos los gastos.

Cuando la situación mejoró, tras las obras oportunas, en 1931 se proclama la II República.

En ese momento histórico, las dominicas tuvieron que abandonar el monasterio de nuevo y refugiarse, como seglares, en casas particulares. Cuando los ánimos se calmaron, volvieron al convento.

Aun así, no duró mucho el tiempo de paz. En 1936 estalla la Guerra Civil. En 1939, la situación del edificio era de ruina total. Las hermanas tuvieron que vender otra parte importante del convento para poder mantener el resto que estaba seriamente afectado.

En el siglo XX todavía acogería el convento a monjas de Segovia (1972) y a la comunidad de Santa Catalina de Osuna (1992). 

En 1977 se demolió buena parte del conjunto, conservándose la iglesia y un patio muy alterado.

Con el traslado a Bormujos, se mantendría la iglesia y fue entonces cuando los Padres Dominicos de la Provincia Bética, que tenía como estudiantado un piso de la calle Severo Ochoa, consideraron oportuno comprar el edificio a sus hermanas dominicas, para el nuevo uso como centro de estudios y noviciado dominico, instalando allí el Estudio General de la Provincia.

El conjunto arquitectónico se renovó en el siglo XVII, correspondiendo su iglesia al diseño que el arquitecto Juan de Segarra (ver) concertó en el año 1632.

La iglesia, fue despojada de buena parte de su patrimonio que se trasladó al Aljarafe.

Exterior

Muy austero. La fachada linda con las calles Juan Rabadán y San Vicente donde se encuentra la puerta no decorada. 


Iglesia de santa María la Real

A su izquierda una puerta neo barroca decorada con un escudo Real.



Convento santo Tomas de Aquino

Interior

El interior, una sola nave, que corresponde al diseño del arquitecto Juan de Segarra, paralela a la calle San Vicente, presenta como forma de cubrimiento una bóveda de medio cañón, teniendo coro a los pies. 

Visión del Altar Mayor desde los pies del templo

Visión del Coro desde la cabecera del templo

Detalle del escudo dominico en la bóveda de medio cañón

Detalle de la iluminación del templo

Los muros están decorados con pontífices dominicos, San Pío V, Benedicto XI, Inocencio V, beatificados, y Benedicto XIII.



Muro de la Epístola

Muro de la Epístola desde los pies del templo

1) En el lado de la epístola, a los pies del templo, un retablo neoclásico de San Buenaventura, franciscano doctor de la iglesia.

Retablo de san Buenaventura
Imagen de san Buenaventura
Detalle de san Buenaventura
Ático del retablo

2) Seguidamente, un retablo neoclásico de San Raimundo de Peñafort, dominico patrón de los juristas.

Retablo de san Raimundo de Peñafort
San Raimundo de Peñafort
Detalle de san Raimundo de Peñafort

Retablo Mayor

En la cabecera, destaca el retablo mayor, procedente del antiguo convento mercedario de la Asunción, que se encontraba en la plaza del Museo, como atestigua el escudo mercedario que corona la obra (con un emblema dominico superpuesto). 

Retablo Mayor
Remate del retablo

El retablo fue comenzado por Luis de Figueroa en 1530, aunque debió ser terminado ya en el siglo XVIII, según se constata por la decoración de hojarasca de los cuerpos superiores.

Se compone de dos cuerpos y tres calles; en el primer cuerpo, en barroco camarín se sitúa la Virgen del Rosario, una talla de vestir que aparece flanqueada por las imágenes de Santo Domingo de Guzmán y de San Francisco de Asís. 

Camarín con la Virgen del Rosario
Virgen del Rosario
Detalle de la Virgen del Rosario
San Francisco de Asís
Detalle de San Francisco de Asís
Santo Domingo de Guzmán
Detalle de santo Domingo de Guzmán

Detalle dl perro con la tea

El segundo cuerpo está presidido por una talla de Santo Tomás de Aquino que aparece flanqueado por otros dos santos dominicos (Beato Álvaro de Córdoba y Gonzalo de Amarante). Santo Tomás de Aquino se representa con el hábito dominico, libro, sol en el pecho e iglesia bajo el brazo.

Santo Tomás de Aquino

Detalle de santo Tomás de Aquino

Beato Álvaro de Córdoba

Detalle del beato Álvaro de Córdoba

Beato Gonzalo de Amarante

Detalle del beato Gonzalo de Amarante

Corona el ático un marco mixtilíneo que acoge una pintura de la Sagrada Familia.

Sagrada familia en el ático

En el presbiterio un Crucificado y en los laterales las pinturas de la Inmaculada y Santa Rosa de Lima.

Inmaculada

Santa Rosa de Lima

Crucificado

Detalle superior
Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies

Lápida del Presbiterio
Muro del Evangelio.
Muro del Evangelio desde los pies del templo

1) En el lado del evangelio, un retablo barroco de Santo Domingo de Guzmán fundador de la orden, decorado con pinturas alusivas a la Eucaristía el Corazón de Jesús, San Juan Evangelista y la Cruz.

Retablo de santo Domingo de Guzmán
Santo Domingo de Guzmán
Detalle de santo Domingo de Guzmán
Eucaristía y Cruz

Corazón y cordero

Finalmente, un retablo neoclásico muy austero de San Francisco de Asís.

Retablo de san Francisco de Asís
San Francisco de Asís
Detalle de san Francisco de Asís
Ático del retablo

No hay comentarios:

Publicar un comentario