AREA DE MACARENA-FERIA
Convento San Basilio.
Este Convento estaba situado en la Calle Relator
esquina con Calle Amargura y además de la iglesia, el Convento contaba con un
gran claustro y grandes huertas que llegaban hasta la Barqueta.
Fue fundado en 1593 por Nicolao Triarchi Franco,
un comerciante griego nacido en la isla de Citera y de origen chipriota, que
tras hacer fortuna en Valdivia (Virreinato del Perú) se estableció en Sevilla
instalándose en la collación de san Martin.
Era devoto del santo griego san Basilio y
decidió fundar un convento de la orden de ese nombre. Para ello, entabló
relación con fray Bernardo de la Cruz, que actuó junto con los frailes Juan de
la Puente, Melchor de los Reyes y Pablo de Santa María.
Nicolao cedió unas casas propias en la
collación de Omnium Sanctorum y una dotación de rentas para edificar y mantener
el convento. Falleció en 1598 y legó en su testamento diversas cantidades para
la construcción de la feria de la Iglesia, su sepultura y el retablo de la
Capilla Mayor.
Su testamentaria, la Casa de la Misericordia,
contrató la obra del retablo a Fernando de los Ríos y para las pinturas a
Francisco Herrera el Viejo. Estas pinturas actualmente se encuentran repartidas
entre el Museo de Bellas artes de Sevilla y el Museo del Louvre, y otras
desaparecidas.
Visión de san Basilio. Francisco Herrera el Viejo.
1639. Óleo sobre lienzo. 540 x283 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala V.
Procede del Colegio de san Basilio el Magno
En el ángulo inferior derecho está san Basilio arrodillado frente a un altar sobre el cual hay un cáliz y un candelero de plata. El santo, que viste ornamentos pontificales, abre sus manos y en actitud orante eleva su mirada hacia el cielo donde entre nubes y resplandores se encuentra Cristo, quien eleva su mano derecha mostrando su herida y con la izquierda porta la cruz de su sacrificio. Junto a él los doce apóstoles, que destacan en primer plano. Todo este rompimiento de gloria se culmina con querubines y serafines que revolotean alrededor de Jesucristo y de los apóstoles a la vez que tres ángeles mancebos descienden hacia la tierra, dos de ellos ocupan el ángulo inferior izquierdo, estando uno de pie, con una fuente de panes y el otro sentado con un libro. El tercero con el báculo del santo, se halla tras él. Existe gran dinamismo en la composición, más patente en la zona de gloria donde los apóstoles parecen estar inundados de vitalidad, presentando posturas y expresiones distintas, unos de otros.
Se fundó como un colegio y residencia de los
frailes de esta orden y en 1750 había 44 frailes.
En 1590 el gremio de hortelanos fundó en el
convento la cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza y sus normas fueron presentadas al primer abad del
convento, Bernardo de la Cruz, en 1595. En 1653
se trasladó a la iglesia de san Gil y se cree que la imagen de María Santísima
de la Esperanza Macarena, titular de la hermandad, puede proceder de este
convento.
En 1621 se instaló en una capilla de la Iglesia
de este convento la Hermandad de la Sagrada Cena que se unió a la Hermandad del
Santo Cristo de la Humildad y Paciencia.
En 1810, las tropas napoleónicas del general
Soult ocuparon el convento, lo saquearon y convirtieron en cuartel.
La hermandad de la Sagrada Cena con la ocupación de
las tropas francesas se trasladó a la Iglesia de San Gil, volviendo tras la
expulsión de las mismas a la iglesia.
En la segunda mitad del siglo
XVII se instaló en este convento la Hermandad de la Sagrada Lanzada y sufrió las consecuencias de la invasión francesa pues las
imágenes de la Virgen del Buen Fin, las tres Marías y Longinos resultaron
calcinadas, por lo que en 1818 se trasladó al Convento de san Fráncico de Paula
(actual Iglesia del Sagrado
Corazón, PP Jesuitas).
Tras la expulsión de los franceses los
bernardinos regresaron al convento que fue finalmente desamortizado en 1835.
El convento estuvo abandonado hasta que en la
década de 1860 fue parcelado y usado como casa de vecinos y sede de fábricas.
Primero se instaló una fábrica de harinas y luego una de maderas, de la que se
conserva el pórtico, en la actual calle Torres, que actualmente es el portal de
un bloque de pisos de nueva construcción.
La iglesia se mantuvo tras la desamortización
de 1835, fue cerrada por la Revolución La Gloriosa de 1868 (ver) y fue
expulsada la Hermandad de la Sagrada Cena. En 1871 fue adquirida por la Iglesia
española reformada episcopal que derribó el edificio en 1950 para la
construcción del actual templo anglicano.
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