martes, 10 de septiembre de 2024

 AREA DE SAN ANDRÉS

Iglesia de San Martín.

Iglesia de san Martín en 1937

La parroquia de San Martin nace con la toma de Sevilla por Fernando III, convirtiéndose en una de las 24 collaciones de Sevilla, y reaprovechando probablemente una mezquita anterior, de la que la actual torre fue el primitivo alminar.

Pero, el edificio actual debe fecharse en época posterior. Posiblemente se inició en 1342, en estilo gótico, y no se terminó hasta el siglo XV. Se cree que en ella intervino Alonso Rodríguez, maestro mayor de la Catedral Hispalense y de las iglesias de la Archidiócesis entre los años 1496 y 1513, encargándose del cerramiento de sus bóvedas.

De este modo, se trata de uno de los escasos templos góticos que nos han llegado hasta nuestros días (junto con la Iglesia de santa Ana o la propia catedral).

En los siglos XVI y XVII se enriqueció su interior notablemente por el patrocinio de diversas casas nobiliarias y por el acogimiento de numerosas hermandades, como la Sacramental, la de la Santa Espina, la de la Coronación, la de la Esperanza, la de la Resurrección o la de Ánimas.

La iglesia fue sometida a importantes reformas durante el siglo XVIII, y en especial a consecuencia de los daños recibidos por el tristemente célebre Terremoto de Lisboa del año 1755.

Posteriormente, el templo pasó por una gran decadencia y abandono al convertirse en centro de una zona marginal. Sobrevivió a un intento de incendio en 1936 y fue parcialmente restaurado en la década de 1970, por el arquitecto Rafael Manzano Martos, una intervención polémica en la que se eliminó el revestimiento de sus muros interiores y un chapitel de estilo barroco de su antigua torre.

Perdió el carácter parroquial en 1911, pasando a ser la Sede Canónica de la hermandad de la Lanzada que se encarga de su administración y usufructo desde 1966, lo que ha revitalizado el mantenimiento de su patrimonio y de sus cultos.

Actualmente, está declarada como Monumento Histórico y aparece inscrita en BOJA del año 2002, como Bien de Interés Cultural.

EXTERIOR

Visión general del templo

En su exterior presenta dos portadas:

A la Plaza de san Martin, se abre la portada de zona de la epístola, tras un pequeño compás con reja. Es una portada de estilo Neoclásico, constituida por pilastras que sustentan un frontón triangular. 

Visión del frontal a la plaza San Martin


Portada de la Epístola


Detalle de la Portada de la Epístola

A la izquierda de la portada, en la fachada de la plaza, se observa el retablo de María Santísima del Buen Fin (Francisco Rafael Abad Mejías y Juan Luis Aguado Granel, 1996) y a la derecha un azulejo que refleja una frase del Pregón de Semana Santa de Rafael González Serna, un mármol que refleja que en esta iglesia se encuentra enterrado el imaginero Juan de Mesa y Velasco, un retablo cerámico del Cristo de la Lanzada y un azulejo que indica la entrada a la Casa de Hermandad.

Retablo de María Santísima del Buen Fin 

Frase del Pregón de Semana Santa de Rafael González Serna

Mármol del imaginero Juan de Mesa y Velasco
Retablo cerámico del Cristo de la Lanzada
Azulejo de la entrada a la Casa de Hermandad Sacramental

La otra portada es la que se abre a los pies y da a la calle Divina Enfermera. Se trata de una portada gótica pétrea con doble arco apuntado que se adelanta respecto al paramento principal y se remata superiormente con un sencillo tejaroz.

Destaca que todo el lienzo de esta fachada está realizado en ladrillo y piedra, y se remata por medio de una vidriera con lacería.

Visión del frontal a la calle Divina Enfermera

Portada principal


Detalle del arco

A la derecha de esta portada se alza el retablo cerámico de la Divina Enfermera, titular de la Hermandad de Gloria que radica en esta Iglesia de San Martín.

En el chaflán de la esquina entre ambas paredes, se presenta una pequeña hornacina con una pintura del Santísimo.

Azulejo de la calle Divina Enfermera

Retablo cerámico de la Divina Enfermera

Hornacina con el Santísimo

TORRE-CAMPANARIO

A la derecha de esta portada se erige la torre campanario, realizada en ladrillo, que sigue el mismo procedimiento constructivo que la de Omnium Sanctorum, sin los paños de “sebka” de decoración musulmana.

En el primer cuerpo se abren saeteras, de arco apuntado y alfiz. El último cuerpo es el de campanas, con dos vanos en cada frente, acabados en arco de herradura enmarcados en alfiz, y asentados sobre una sencilla imposta.

Sobre un soporte cilíndrico se presenta una cruz de forja y una veleta

Muy difícil de fotografiar por la falta de perspectiva debido a la estrechez de la calle.

Torre Campanario


Detalle del cuerpo de campanas
Detalle del cuerpo de campanas

Cruz de forja y veleta


INTERIOR

Se trata de uno de los escasos templos góticos de la ciudad, que han llegado hasta nuestros días, que presenta la singularidad de contar con una sola nave gótica con cuatro tramos y presbiterio.

El hecho de ser un templo completamente diáfano, sin columnas o elementos sustentantes, le da un aspecto singular en la arquitectura sevillana. 

Se cubren con bóvedas nervadas, unidas longitudinalmente por medio de un espinazo central, que se sustentan lateralmente con grandes contrafuertes. 

Tanto los muros de la iglesia como los tramos de las bóvedas entre los nervios están construidos en su totalidad en ladrillo. 

Vista desde los pies del templo


Detalle de la bóveda nervada

Muro de la Epístola

Entramos por la portada de la epístola y realizamos la visita desde los pies del muro de la epístola y continuamos siguiendo el sentido contrario de las agujas del reloj.

En el primer tramo encontramos unos cuadros de la vida de la Virgen, anónimo del siglo XVIII, del circulo de Lucas Valdés, una capilla cerrada y la capilla de la Virgen del Amor, obra del profesor Juan Manuel Miñarro.

El imaginero donó esta dolorosa a la Hermandad de la Sagrada Lanzada, y la junta de gobierno aceptó dicha propuesta por unanimidad en el cabildo de oficiales del 26 de abril de 2022, por lo que se solicitó el consentimiento a la autoridad eclesiástica que ha aprobado la misma en un escrito remitido en junio de 2022, firmado por el vicario general Teodoro León.

La imagen de María Santísima del Amor fue realizada en el año 1989 y la hizo para él, pero cuando se encontraba restaurando al Cristo del Perdón de la parroquia de San Isidoro, José Luis Peinado, su párroco, le contó que tenía ilusión por tener una Virgen junto al crucificado, por lo que estuvo expuesta durante unos años en el citado templo.

En dos ocasiones (2002 y 2021) fue rechazada por los hermanos de las Siete Palabras como nueva imagen de la Virgen de la Cabeza. 

Vista del primer tramo de la Epístola





Detalle de la capilla cerrada por reja

Detalle del rostro de la Virgen del Amor


Detalle de la mano izquierda con un rosario y una flor


Detalle de la mano derecha con un pañuelo


Pasada la puerta de la plaza de san Martín, encontramos la “Capilla de Nuestra Señora del del Reposo”

Según inscripción heráldica fue labrada en 1500 por Juan Sánchez Gallegos para capilla funeraria de su familia. Su descendiente el Licenciado Diego de Gallegos la enriqueció en 1614. 

Tras el terremoto de Lisboa sufrió diversas reformas y mejoras a partir de 1756.  

También podemos decir, que antiguamente la imagen de la Divina Pastora de Santa Marina recibía culto en esta capilla.

Vista del primer tramo de la epístola

Sobre esta capilla está colocado el órgano de la iglesia, se trata de un órgano neoclásico del siglo XVIII, datable hacia 1805 (antiguamente existían dos más igual que éste, luego había tres), época en la que se realizó una nueva sillería coral que hoy no se conserva.

Órgano

Detalle del Órgano

En los laterales de la puerta de acceso a la capilla, encontramos una foto de Santa Ángela de la Cruz, muy vinculada con esta parroquia y, sobre una repisa, se nos presenta una imagen pequeña que podría ser de Santa Rita de Casia.

Santa Ángela de la Cruz

Breve historia de Sor Ángela y las Hermanas de la Cruz

Santa Rita de Casia

Su interior está decorado con azulejos de 1614 de autor anónimo y atribuido a Hernando de Balladares. Frescos en la bóveda, de 1756, igualmente de autor anónimo pero atribuidos a Vicente Alanís. Cuadros de Juan Guy de 1608. Muy difícil de fotografiar a través de la reja. 

Detalle del fresco de la bóveda

Detalle de las pinturas de las paredes


A su izquierda el retablo barroco rococó dorado de la Piedad, datado en 1765. En el centro un cuadro anónimo del siglo XVIII, que representa al Descendimiento, donde la Virgen sostiene amorosamente la mano izquierda de Jesús. A los lados, cuadros de la Resurrección y la Ascensión de Cristo, junto con representaciones de San Lorenzo y San Esteban, pinturas del pintor flamenco Juan Guy Romano de 1608.

Muy difícil de fotografiar por situarse en la pared izquierda de la capilla cerrada por una reja. 

Retablo

Detalle del cuadro de la Piedad

En ella se encuentran habitualmente las imágenes secundarias del paso del misterio de la Lanzada, María Magdalena (Blas Molner y Juan de Astorga 1810), María Salomé (Cristóbal Ramos 1786), María de Cleofás (Juan de Astorga 1810) y San Longinos, soldado romano autor de la lanzada. 

Imágenes secundarias
María Magdalena

María Cleofás
María Salomé
San Longinos

Seguidamente, un retablo neoclásico de 1827, ejecutado por Francisco de Acosta y policromado por José María González, en cuya hornacina se encuentra una talla anónima de 1787 de San Francisco de Paula, atribuido a Juan Bautista Patrona y Quartín.

En el ático una pintura anónima de la Santa Faz, atribuida a José María González. 

Retablo de san Francisco de Paula

San Francisco de Paula

Detalle de san Francisco de Paula

Santa Faz

En la cabecera de esta nave se alza el altar de la Virgen de la Esperanza, titular de una histórica hermandad de gloria hoy fusionada con la penitencial.

El altar, de columnas salomónicas, está fechado en 1667 y se atribuye a Francisco Dionisio de Ribas o a Cristóbal de Guadix.

Retablo de la Virgen de la Esperanza

La titular, conocida como la Divina Enfermera, es talla del siglo XVI, transformada en el XVIII para ser vestida, y en el siglo XX por Castillo Lastrucci (ver). Procede del antiguo hospital de Nuestra Señora de la O (ver), en la calle Correduría (ver), actualmente desaparecido, cuando en 1587 el cardenal Rodrigo de Castro decretó la reducción de hospitales. 

Divina Enfermera

Detalle de la Divina Enfermera


En la festividad de la Expectación el Niño Jesús se cambia por otra imagen más pequeña sobre su vientre.

Divina Enfermera con el Niño Jesús en el vientre

En el ático un relieve en el que se representa a Dios Padre. 

Dios Padre

Corona el retablo las imágenes de las virtudes teologales, Fe (cruz), Esperanza (ancla) y Caridad (corazón).

Esperanza

Fe

Caridad

A los pies se enterró el afamado historiador Ortiz de Zúñiga, que en el siglo XVII publicó los “Anales de Sevilla”.


Presbiterio


El presbiterio es de planta cuadrada, está cubierto con bóvedas de nervaduras sexpartitas, y se ilumina por medio de vidrieras de lacería. 

Presbiterio

Dentro del presbiterio, hay dos retablos en cada uno de sus muros. 

Resultan muy difícil de fotografiar al no poder acceder al presbiterio, por lo que las fotos tienen una gran oblicuidad.

En el muro de la derecha, de la epístola, destaca el retablo de la Sagrada Familia de la Virgen, conocido popularmente como el “Paseíto”, con un grupo escultórico central con imágenes de Santa Ana, San José, la Virgen Niña atribuido al escultor Benito Hita del Castillo, siglo XVIII, rodeadas de pinturas sobre tabla del siglo XVI de los apóstoles. En el centro del segundo cuerpo se presenta un crucificado y en el ático una escena de la Piedad. 

Retablo de la Sagrada Familia

Detalle parcial del grupo escultórico
Crucificado del segundo cuerpo del retablo
Detalle de la Piedad del ático

Le sigue un retablo en mármoles, con notable talla central de San Antonio de Padua, del siglo XVII. 

Retablo de San Antonio de Padua


San Antonio de Padua


Además, en el muro podemos ver una copia a escala del Santo Sudario de Turín, donada por el escultor imaginero Juan Manuel Miñarro, y una placa de mármol en recuerdo del historiador sevillano Diego Ortiz de Zúñiga gran devoto de la Divina Enfermera y enterrado bajo el altar de la misma.

Una pintura que representan a Jesús Nazareno, encargada por la hermandad Sacramental en 1629, y la que muestra a la imagen de la Virgen de la Esperanza "Divina Enfermera", del siglo XVIII, lienzo que se colocaba en el altar de la Virgen cuando no estaba presidido por la talla escultórica.

Copia del Santo Sudario de Turín

Mármol de Diego Ortiz de Zúñiga 


Igualmente, dentro del presbiterio, en el muro izquierdo del Evangelio, hay dos retablos de gran interés. 

El altar de la Piedad es un altorrelieve, de finales del siglo XVI. Presenta dos áreas diferenciadas.  La superior es un calvario y la inferior una escena del Santo Entierro. Remata el conjunto el relieve de Dios Padre.

Oscurecidos por el tiempo y la suciedad, se ha relacionado su estilo con el de Isidro de Villoldo, Jerónimo Hernández e, incluso, con el de Andrés de Ocampo.

Perteneció a la familia Cervantes, algunos de cuyos miembros aparecen representados en la zona del banco. En los laterales aparecen san Pedro y san Pablo.

Altar de la Piedad

Calvario en la zona superior

Detalle del crucificado del Calvario
Detalle de la zona inferior del Calvario

Detalle del Santo Entierro de la zona inferior

Detalle del Santo Entierro de la zona inferior

Al lado se levanta el retablo de san José del XVIII, que preside una magnifica talla de San José de 1800. cercana al taller de Roldán y repolicromada con posterioridad, que tiene la particularidad de situarse en un retablo dieciochesco con decoración chinesca. Esta rodeado por doce medallones en relieve que representan escenas de su vida.

En el ático una pequeña imagen de la virgen de Fátima.

Altar de San José

Detalle de San José

Virgen de Fátima

Altar Mayor

El retablo mayor es de estilo tardorenacentista y fue proyectado por Vermondo Resta en 1606, siendo realizado por Diego López Bueno. Completaron la participación en la obra Juan y Diego Salcedo, autores del dorado y la policromía, entre 1606 y 1611, encargo traspasado por la viuda de Gaspar de Ragis, con quien se contrató inicialmente la tarea.

Posteriormente fue modificado en los últimos años del siglo XVII, cuando se colocó el camarín central.

El cuerpo central del retablo fue labrado de nuevo por Fernando de Barahona en 1691, por encargo de la hermandad sacramental, realizándose también los camarines centrales y la nueva decoración barroca. Su dorado corrió a cargo de Antonio Gallardo.

Junto al retablo, en el muro del Evangelio, se abre una puerta mudéjar de interesante decoración geométrica que da acceso a la, hoy cerrada, primitiva capilla sacramental.

Se enmarca con una decoración epigráfica con una cita eucarística del Evangelio de San Juan.

Consta de banco, dos cuerpos y ático, compartimentados mediante columnas corintias de fuste estriado, y en él se alternan tanto la escultura como la pintura. Las pinturas son obra del italiano Gerolamo Lucente de Corregio, mientras que las tallas son obra de Andrés de Ocampo.

Por encargo de Diego Gallegos, clérigo de San Martín, otro pintor italiano activo en Sevilla, Juan Gui, proporcionó un “Descendimiento de la Cruz” rematado en medio punto.

Retablo Mayor

En el banco, a los lados del tabernáculo, podemos contemplar dos relieves de san Juan Bautista y san Marcos. 

San Juan Bautista
San Marcos

En el primer cuerpo, y de izquierda a derecha nos encontramos un lienzo de la caridad de San Martín, una escultura de San Pedro, y ya en la parte central se abre el camarín donde se halla una escultura de la Virgen con el Niño, Nuestra Señora Divina Maestra, obra del siglo XVII. A la derecha del camarín se encuentra una talla de San Pablo y después un lienzo con el Sueño de San Martín. Debajo de la Virgen se sitúa un Niño Jesús.

San Pedro
Detalle de San Pedro
Nuestra Señora Divina Maestra
Detalle de la Virgen con el Niño
San Pablo
Detalle de San Pablo
Niño Jesús sobre cabezas de querubines

En el segundo cuerpo, y en el mismo orden de izquierda a derecha, un lienzo con la Resurrección de un neófito, después una escultura de la Virgen María anónima, San Martín, una imagen del Santo vestido de obispo talla original de la primera mitad del siglo XVII, identificada en su base como el obispo Andrés Corsino, que cumple la función de representar a San Martín, San Juan Lloroso y una pintura de San Martín resucitando a un niño.

Virgen María
Detalle de la Virgen María
San Martín

En el ático destaca un Calvario atribuido a Ocampo.

Calvario
Detalle del rostro del Crucificado
Detalle de los pies del Crucificado

Muro del Evangelio

En la cabecera del lado del evangelio, el Retablo de la Inmaculada Concepciónimagen de vestir de Cristóbal Ramos, realizada en barro cocido, policromada y con cabellera de pelo natural, del año 1.794, titular de la  hermandad Sacramental del Santo Crucifijo del Amor, que  procedía del convento desaparecido de Regina Angelorum, cuyo crucificado se conserva hoy en una parroquia de El Viso del Alcor.

Retablo de la Inmaculada Concepción

Inmaculada Concepción


Detalle de la Inmaculada Concepción

Detalle de la Inmaculada Concepción

Le sigue un magnífico retablo estilo rococó obra de Juan Calero (1784). Está presidido por la devota imagen de Nuestra Señora de la Europa, talla de Felipe Martínez (1686) repolicromada en época posterior.

Iconográficamente se podría tratar de una talla medieval, pues la Virgen aparece sedente y coronada a modo de reina antigua, es decir sin las diademas de perlas, globo y cruz de las coronas reales modernas, pero, como hemos comentado, es una talla del siglo XVII, obra de Felipe Martínez, de talla completa, que tiene el Niño al brazo izquierdo, mientras que en la otra mano sujeta un cetro.

Antiguamente la Virgen de la Europa tenía capilla propia, ya desde el siglo XVII, en la plaza que está al final de la calle Amor de Dios y comienzo de la de Doctor Letamendi, su desaparecida hermandad fue fundada por los habitantes del Peñón de Gibraltar tras ser expulsados por los ingleses.

Esta capilla fue derribada, por motivos urbanísticos, a mediados del siglo XIX, y la imagen fue trasladada a san Martin.

La acompaña las imágenes del siglo XVIII de Santa Rosalía y Santa Isabel de Hungría.

En el ático una pequeña imagen de un fraile.

Retablo de la Virgen de la Europa

Virgen de la Europa
Detalle de la Virgen de la Europa

Santa Rosalía y Santa Isabel de Hungría

Ático

Seguidamente, se abre la Capilla del Sagrario, que pertenece a la Hermandad de la Sagrada Lanzada.

Fue la Capilla de san Juan, propiedad de la familia Jácome, que la cedió a la Sacramenta de san Martin en 1792, año en que se inició su reforma para transformarla en Capilla Sacramental, estrenándose como tal el 25 de marzo de 1811. Lo presidía el retablo neoclásico que la hermandad de la Concepción poseía en el Convento de Regina. Entre 1878 y 1881 el párroco Castor Montoto sufragó diversas mejoras en la misma.

Está cerrada con reja, que procede de la Capilla de la Concepción de Regina, y en el muro a cada lado dos cuadros del pintor flamenco Cornelio Schut siglo XVII, la Inmaculada y San Luis Rey de Francia, y sobre ella el cuadro de la Sagrada Cena.

Capilla del Sagrario
Inmaculada

San Luis, Rey de Francia

Sagrada Cena

En su interior, el altar está presidido por la imagen del Santísimo Cristo de la Lanzada, obra contemporánea de Antonio Illanes (ver) del año 1929, inspirada en el crucificado de la Clemencia de Montañes , realizada en pino de flandes, mide 1,67 metros de altura. 

Altar 
Santísimo Cristo de la Lanzada
Detalle del rostro
Detalle de la herida de la lanzada y el paño de pureza
Detalle de los pies

Está flanqueado por la Virgen de Guía, devoción de la casa de Medina Sidonia y del Condado de Huelva, también de Illanes (1931), tallada en madera de ciprés. La primitiva imagen de Illanes no fue del agrado de los hermanos que encargaron su remodelación a Rivero-Carrera, que realizó una modificación tan profunda que puede considerarse que la imagen actual es obra suya.

Virgen de Guía

Detalle de la cara de la Virgen de Guía

Detalle de la cara de la Virgen de Guía

Detalle de la cara de la Virgen de Guía

La de San Juan es una notable talla anónima del siglo XVII, cercana al estilo de Pedro Roldán. 

San Juan 

Detalle de la cara de San Juan 

Detalle de los pies de San Juan 

El sagrario es obra de Dionisio Gutiérrez de 1798, con la orfebrería de José Guzmán. 

Sagrario

La capilla estuvo originalmente decorada con frescos de Antonio Mohedano, de la primera mitad del siglo XVII. 

La vidriera es de Baldomero Álvarez.

La bóveda que cubre la capilla es del siglo XV. 

Los Ángeles Turifarios son tallas anónimas de 1786.

Ángeles Turifarios

En la pared lateral se presentan dos lienzos difíciles de fotografiar por el tema de luz y la oblicuidad de realizar la fotografía desde la reja. Se trata de Jesús y los Doctores, anónimo del siglo XIX y las Animas Benditas y san Martin, igualmente anónimo del siglo XIX.

Jesús y los Doctores

Animas Benditas y san Martin

La última capilla de la nave, de la Virgen del Buen Fin, antiguamente de la Santa Espina, fue erigida en 1898 sobre el cuarto de campanas cedido por la parroquia a la Sacramental de san Martin.

Está presidida por un retablo barroco anónimo de 1811, instalado inicialmente en la Capilla Sacramental trasladándose en 1896 a su emplazamiento actual.

En su tabernáculo se venera la reliquia de Santa Espina, hallada hacia 1421 en el interior de una caja descubierta durante las obras de cimentación de este templo, y está presidido por Nuestra Señora del Buen Fin, cotitular de la Hermandad de la Lanzada.

La advocación del Buen Fin alude a María como Madre y dispensadora de favores, y el buen fin que se pide a la Medianera de todas las gracias.

Se trata de una Virgen de Candelero de 1,60 metros tallada por Juan de Astorga el año 1810, siendo la primera dolorosa que labró el famoso imaginero. 

La cabeza es de papelón mientras que el busto esta realizado en madera de cedro. 

La policromía se debe a Joaquín de la Peña.

Esta imagen actual sustituye a la primitiva de 1670 destruida durante la invasión francesa, en el asalto al convento de san Basilio donde radicaba la Corporación.

Conserva entre sus enseres la saya más antigua de las hermandades sevillanas, pues fue ejecutada por Concepción León en 1852.

Del taller de Ramón León, de 2006, procede la nueva corona de plata sobredorada que sustituye a la anterior de Rangel de 1955, elaborada con metal sobredorado. 

Capilla de Nuestra Señora del Buen Fin

Nuestra Señora del Buen Fin

Detalle de Nuestra Señora del Buen Fin

Detalle de Nuestra Señora del Buen Fin

Los ángeles lampareros, tallados en 1789 por Dionisio Gutiérrez, proceden del retablo de la Hermandad de la Concepción de Regina.

Ángel lamparero

De sus muros cuelgan una pintura de la Virgen de Guadalupe obra de José Cruz de 1788, la Virgen con el Niño y un lienzo anónimo de Nazareno del siglo XVII. 

Virgen de Guadalupe

Virgen con el Niño

Nazareno




La Capilla Bautismal (Cerrada) está cerrada con una reja, junto a la Pila Bautismal, de mármol del siglo XVII, se puede ver un cuadro del Bautismo de Cristo, de la escuela de Murillo del siglo XVIII, una imagen de San Juan Bautista, de Diego López Bueno de 1617, un relieve del Bautismo de finales del siglo XVII, anónimo del Circulo de Francisco A. Gijón.


En ella se bautizaron entre otros, los siguientes sevillanos ilustres, Diego Girón, Juan de Mal Lara, Juan Ramírez de Guzmán, Diego Ortiz Zúñiga y Benito Hita del Castillo. 

Pies del Templo

Vista de los pies del templo

En el fondo de la nave junto a la puerta y el coro, obra anónima entre 1881 y 1883, el cuadro de Nuestra Señora de la Concepción de Regina, perteneció a su hermandad que residía en este convento desaparecido, fusionada a la hermandad Sacramental y la Lanzada.

Nuestra Señora de la Concepción de Regina


Una Cruz de madera y un cuadro de Nazareno y de san José con el Niño.


Cruz
Nazareno

San José con el Niño

Finalmente, podemos ver la imagen del Ecce Homo de la Santa Espina, anónimo siglo XVII, encargado por la Hermandad en 1652, para colocarlo sobre el tabernáculo en el que se veneraba la reliquia de la Santa Espina.

A principios del XIX fue trasladada a la Capilla Bautismal, con intención de que pudiera ser contemplado desde el exterior, a través de una ventana, de forma semejante al Cristo del Buen Viaje de san Esteban.

Fue retirado del culto en 1889 y colocado en esta capilla después de su restauración.

Capilla del Ecce Homo de la Santa Espina
Ecce Homo de la Santa Espina
Detalle del rostro
Detalle de las manos
Detalle de una de las manos

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