AREA DE SAN ANDRÉS
Calle Viejos.
De la
confluencia de Amparo y Don Pedro Niño a Viriato.
Las primeras referencias históricas a este espacio
público pertenecen al s. XVIII. En el
plano de Olavide (1.771) se designa como calle de la Pava.
Se llamó también Arquillo de los Viejos, por la presencia
de uno de estos arcos, tan frecuentes en la Sevilla histórica, que debía
encontrarse hacia el centro de la calle, entre el hospital y la casa
del administrador.
Un azulejo del nomenclátor de Olavide, adosado a la
fachada de la casa núm. 1, recuerda este topónimo.
A comienzos del
XVIII se llamó Dormitorio de los Viejos, y a lo largo del s. XIX Hospital de
Viejos y también Viejos, por referencia al Hospital de San Bernardo ubicado en
ella y conocido popularmente con ese calificativo.
Todos los
topónimos mencionados designaban en realidad al espacio en forma de Y formado
por la actuales Viejos y Viriato conjuntamente, hasta que, en 1868, por acuerdo
municipal, se dio este último nombre al espacio que actualmente lo lleva y
redujo el de Viejos al corto tramo entre Viriato y Amparo.
El edificio más significativo es, sin duda, el Hospital de San Bernardo o de Viejos (ver).
Frente al hospital, en el número 1 de la calle, se encuentra una bella casa de finales del XVII, de tres plantas y torreón, en la esquina a Don Pedro Niño.
Posee una portada
flanqueada por pilastras toscanas, con un balcón principal con yeserías del s.
XVIII.
Esta casa,
construida para la familia Gómez de Barreda estaba próxima a la antigua casa
del administrador del hospital, situada hacia el centro de la calle y unida al
edificio hospitalario por el citado arquillo de los Viejos, demolido en la
segunda mitad del XIX. Entre ambos edificios discurría también una galería
subterránea que aún se conserva.
El número 5, se
corresponde con la casa del conde de Gelvez, actualmente reconvertida en
apartamentos turísticos.
El numero 8
presenta un escudo sobre el dintel de la puerta que no sé a que corresponde.
El número 9, es
la “Casa del Tigre” con una curiosa historia:
Sobre su fachada un curioso azulejo hace
alusión a la antigua existencia de un tigre en el interior de dicha vivienda.
La casa se mandó edificar en el año
1898 por el que fuera Gobernador Militar de la ciudad de Sevilla y Caballero de
la Orden de San Juan de Jerusalén, don Pedro Parias González, destinándola a su
residencia particular.
La construcción se realizó sobre el
solar de una vieja posada del siglo XVI, llamada de Santa Teresa, por haber
pernoctado en ella Santa Teresa de Ávila, así como sobre una antigua casa
particular del siglo XVII.
En el año 1943, tras el fallecimiento del Gobernador
Parias, el edifico fue adquirido por don Isacio de Contreras, un conocido
aristócrata y político de la ciudad de Sevilla, natural de Alcalá la Real, en
la provincia de Jaén.
Posteriormente, la familia Contreras alquiló el
edificio a la familia del poeta Sáenz de Andino, durante unos años, tras lo
cual se alquiló a don Javier Lasaleta del Clos, Director del Zoológico de Jerez
de la Frontera.
Don Javier Lasaleta del Clos era propietario de dos tigres,
que había cazado en uno de sus frecuentes viajes a África. Al criarse en
cautiverio los tuvo durante más de diez años como animales domésticos en el
edificio, y fue, entonces, cuando comenzó a llamarse popularmente “La casa del
Tigre”.
Tras pasar de nuevo el uso del edificio a la familia
propietaria se inicia una nueva reforma en el año 1977 para reconvertirla en residencia
familiar, y han procurado mantener viva la historia y singularidad de la casa colocando
este azulejo que recuerda la historia del tigre del Director del Zoológico de
Jerez.
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