sábado, 19 de octubre de 2024

 AREA DE SAN ANDRÉS

Calle Amparo.

Desde plaza del Pozo Santo a confluencia de Viriato y Aposentadores.

Es de configuración sinuosa, con una curvatura más pronunciada a partir de la confluencia con Don Pedro Niño. Parten de ella, por la izquierda, ésta última y Viejos.

Calle Amparo

No se conoce con exactitud ni la fecha en que se le asigna el nombre ni las razones del mismo, aunque tanto Álvarez-Benavides como Santiago Montoto lo relacionan convincentemente con la función caritativa del hospital de San Bernardo situado en la calle.

Justino Matute afirma que antes de llamarse Amparo se llamó Vieja de San Andrés, Benavides indica que ya en época árabe se conocía como Paso del Baño, por su proximidad a los baños que existieron en la actual Aposentadores.

También se conoció, al parecer, como Hospital de San Bernardo y Hospital de los Viejos. Ninguna de estas denominaciones está, sin embargo, suficientemente documentada, y es el plano de Olavide (1.771) la primera referencia histórica clara del actual nombre de Amparo, que desde entonces se ha mantenido sin alteración.

Antes de Olavide sólo se encuentran alusiones muy imprecisas a la “calle que va al Hospital de los Viejos" o a la que “va desde el Pozo Santo hasta San Juan“.

Buena parte de la acera izquierda está ocupada por la fachada del Hospital de San Bernardo (ver), en particular la zona correspondiente a la iglesia del edificio (ver)

Como nota curiosa del pasado, hay que reseñar informaciones de prensa del XIX sobre la existencia de casas de prostitución.

Así, El Porvenir del 28-VII-1.857 escribe: "'Nos dicen que hay una en la del Amparo, con la agravante circunstancia de hallarse cerca de un colegio de enseñanza de niñas ... Cuídese, pues, de vigilarla mucho ... para que no continúen las diarias escenas que con disgusto de los vecinos se ven representar"'. Y dos días después: "Antes de anoche se disgustaron dos mujeres de las del honor desgraciado en uno de los colegios del placer que existen en la calle del Amparo".

Abundan en la calle las casas tradicionales sevillanas, algunas de carácter muy popular.

La número 12, que aparece retranqueada, generando una especie de plaza privada con árboles y farolas. 

Barreduela numero 12

En el número 20 estaba la redacción de la importante revista ultraísta Grecia, dirigida por Isaac del Vando, quien tenía un negocio de antigüedades en la cercana Casa de los Artistas (ver)

El ultraísmo fue un movimiento literario iniciado en España en 1918, siguiendo el modelo creacionista de Vicente Huidobro, enfrentado al modernismo y al novecentismo, ​ que habían dominado la poesía en lengua española desde fines del siglo xix

Amparo 20

Amparo cumple funciones preferentemente residenciales, aunque posee pequeños comercios especializados, como una librería y un taller de encuadernación en la casa núm. 20 y otro de dorado en la número 9 (Ac).

Amparo 9 (Ac)

El número 9, es la “Casa del Tigre” con una curiosa historia:

Sobre su fachada un curioso azulejo hace alusión a la antigua existencia de un tigre en el interior de dicha vivienda.

La casa se mandó edificar en el año 1898 por el que fuera Gobernador Militar de la ciudad de Sevilla y Caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, don Pedro Parias González, destinándola a su residencia particular.

La construcción se realizó sobre el solar de una vieja posada del siglo XVI, llamada de Santa Teresa, por haber pernoctado en ella Santa Teresa de Ávila, así como sobre una antigua casa particular del siglo XVII.

En el año 1943, tras el fallecimiento del Gobernador Parias, el edifico fue adquirido por don Isacio de Contreras, un conocido aristócrata y político de la ciudad de Sevilla, natural de Alcalá la Real, en la provincia de Jaén.

Posteriormente, la familia Contreras alquiló el edificio a la familia del poeta Sáenz de Andino, durante unos años, tras lo cual se alquiló a don Javier Lasaleta del Clos, Director del Zoológico de Jerez de la Frontera.

Don Javier Lasaleta del Clos era propietario de dos tigres, que había cazado en uno de sus frecuentes viajes a África. Al criarse en cautiverio los tuvo durante más de diez años como animales domésticos en el edificio, y fue, entonces, cuando comenzó a llamarse popularmente “La casa del Tigre”.

Tras pasar de nuevo el uso del edificio a la familia propietaria se inicia una nueva reforma en el año 1977 para reconvertirla en residencia familiar, y han procurado mantener viva la historia y singularidad de la casa colocando este azulejo que recuerda la historia del tigre del Director del Zoológico de Jerez.

Numero 9

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