AREA DE SAN ANDRÉS
Calle Don Pedro Niño.
De la confluencia de Amparo y Viejos a la de Cervantes,
Angostillo y Plaza de san Andrés.
La primera
referencia documental a la calle es de 1.441, y se menciona como “la que va de
San Juan a San Andrés”.
A mediados del
s. XV pudo conocerse como calle de Juan Agudo.
En otro
documento de 1.510 como “la que va desde el barrio de San Juan (actual Aposentadores)
hasta San Andrés'".
Y en otro de 1.636
parece otorgarle el nombre de Vallejos, que hace pensar en el apellido de
alguna familia que habitaba o tenía dependencias en ella, pues habla de “la
calle que va de San Andrés a los Viejos, que se dice de los Vallejos".
Desde 1.665
está documentada como Don Pedro Niño, aunque no hay unanimidad sobre el origen
de este último topónimo.
Para González
de León se refiere a un hermano del cardenal don Fernando Niño de Guevara,
veinticuatro de Sevilla y propietario de casi todas las casas de esta calle.
Justino Matute
lo atribuye a otro don Pedro Niño, caballero sevillano que en 1.403 llevó a
cabo una larga y arriesgada expedición marítima.
Y Santiago Montoto considera que el nombre
alude a un don Pedro Niño de Herrera, que vivió en la calle a fines del s. XVI
y que aparece citado en ciertos documentos notariales.
De las tres
atribuciones la más aceptada parece ser la primera. Así se deduce, al menos,
del dictamen municipal que en 1.868 acuerda rotular la calle con el nombre de
Guevara, en evidente alusión al apellido cardenalicio. Esta denominación debió
ser muy fugaz, pues en la planimetría de finales del siglo aparece como Don
Pedro Niño.
Según Álvarez-
Benavides, con anterioridad al XVII se llamó Pila del Tesorero, pero se trata
de un error. Y al parecer también Pajería, de lo que tampoco hay clara
constancia.
En algún
documento del XIX se la llama asimismo calle de Montelirio. Es, sin duda, una
inexactitud pues en esa fecha existía todavía la llamada plaza o plazuela de
Montelirio (o Montelirios), que era sólo el espacio delantero a la casa del
conde del mismo título, situada hacia el centro de la calle. Formaba una
barreduela que, al derribarse la casa en los años cuarenta de nuestro siglo,
quedó incorporada a Don Pedro Niño.
Tiene gran
interés artístico la fachada lateral de la casa núm. 1 de Viejos (ver), cuyo
torreón se proyecta hacia Don Pedro Niño.
También resulta
curiosa, por su desajuste con el resto de las edificaciones, la fachada de
corte clásico de la casa núm. 3, en estado ruinoso, donde se ubicaba la librería
de viejo El Desván, que celebraba reuniones y lecturas poéticas.
En el s. XVIII había en la calle un corral de vecinos llamado del Dormitorio.
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