sábado, 12 de abril de 2025

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Iglesia de San Alberto. 

Congregación de san Felipe Neri en Sevilla.

La Congregación del Oratorio de San Felipe Neri (conocida popularmente como los filipenses u oratorianos) fue fundada por San Felipe Neri (ver) en el año 1564, tras varios años dedicados al cuidado de pobres, enfermos y peregrinos. Integrada por sacerdotes seculares, su finalidad principal es fomentar la vida cristiana y la práctica religiosa a través de la oración, el estudio y la predicación. Su labor se ha centrado especialmente en el ámbito de la enseñanza y la formación espiritual.

El origen de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri en Sevilla se remonta a noviembre de 1698, cuando fue fundada por el padre Francisco Navascués Pérez y puesta bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores. La institución (ver) recibió la confirmación oficial mediante una bula emitida por el papa Inocencio XII el 19 de octubre de 1699.

Inicialmente, la Congregación se estableció en una iglesia cercana a la Parroquia de Santa Catalina. Sin embargo, debido a la limitación de espacio de esta primera sede, en 1709 decidieron construir un nuevo edificio que incluyera tanto casa como iglesia. Para ello, aprovecharon un terreno ubicado entre las actuales calles de Doña María Coronel, Gerona, Feijoo y San Felipe. Esta iniciativa fue posible, en gran parte, gracias al generoso apoyo de Don Juan Rodríguez de los Ríos, Secretario de Su Majestad y Administrador General de la Renta de la Sal, quien legó a la Congregación una parte considerable de sus bienes.

Finalmente, el 2 de julio de 1771, se llevó a cabo la consagración del nuevo templo de San Felipe Neri, presidida por el Obispo Auxiliar de Sevilla, Don Pedro Francisco Levanto. El arquitecto Jerónimo Balbás fue el encargado de diseñar y ensamblar el Retablo Mayor, mientras que el escultor Pedro Duque Cornejo talló las estatuas que lo adornaban, salvo una de Nuestra Señora de los Dolores, que probablemente fue realizada en el taller de Pedro Roldán.

En 1830, el retablo fue trasladado al Convento franciscano de San Antonio de Padua, pero los Filipenses conservaban ocho de las esculturas de Duque Cornejo, que fueron colocadas en el nuevo retablo neoclásico encargado en 1829 por Juan de Astorga para reemplazar el anterior en la iglesia.

Este templo sufrió graves daños durante el bombardeo de Sevilla a cargo de las tropas del general Van Hallen, lo que provocó la pérdida de casi todas las esculturas de Duque Cornejo, salvo las de San Felipe Neri, Santa María Magdalena, Santa Rosalía y la Dolorosa, que presidía el retablo.

En 1865, un devastador incendio destruyó gran parte de la iglesia, y tres años después, el Ayuntamiento Revolucionario de 1868 ordenó la demolición tanto de la iglesia como del convento, decretando el destierro de los filipenses a Gibraltar. Así, la Congregación permaneció fuera de Sevilla hasta su regreso en 1875, cuando se encargaron del culto en la Iglesia de San Alberto, que los carmelitas se vieron obligados a abandonar.

Finalmente, en 1893, tal como consta en los documentos, la Congregación obtuvo la propiedad de la iglesia y lo que había sido el Colegio de Estudios Superiores de los Carmelitas Calzados. Fue en ese momento cuando las imágenes que se habían salvado de la antigua Iglesia de San Felipe fueron trasladadas a San Alberto. La Virgen de los Dolores fue colocada en el camarín del altar mayor neoclásico, mientras que las imágenes de Santa María Magdalena y Santa Rosalía fueron situadas en los intercolumnios del lado del evangelio y de la epístola, respectivamente.

La escultura de San Felipe Neri fue enviada al Convento de Santa Isabel (ver), donde se había establecido la Congregación de Madres Filipenses Hijas de María Dolorosa.

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