AREA CENTRO 3
Iglesia de San Alberto.
Congregación de san Felipe Neri en Sevilla.
La Congregación
del Oratorio de San Felipe Neri (conocida popularmente como los filipenses u
oratorianos) fue fundada por San Felipe Neri (ver) en el
año 1564, tras varios años dedicados al cuidado de pobres, enfermos y
peregrinos. Integrada por sacerdotes seculares, su finalidad principal es
fomentar la vida cristiana y la práctica religiosa a través de la oración, el
estudio y la predicación. Su labor se ha centrado especialmente en el ámbito de
la enseñanza y la formación espiritual.
El origen de la
Congregación del Oratorio de San Felipe Neri en Sevilla se remonta a noviembre de 1698, cuando fue
fundada por el padre Francisco Navascués Pérez y puesta bajo la advocación de
Nuestra Señora de los Dolores. La institución (ver) recibió la confirmación oficial mediante una bula
emitida por el papa Inocencio XII el 19 de octubre de 1699.
Inicialmente,
la Congregación se estableció en una iglesia cercana a la Parroquia de Santa
Catalina. Sin embargo, debido a la limitación de espacio de esta primera sede,
en 1709 decidieron construir un nuevo edificio que incluyera tanto casa como
iglesia. Para ello, aprovecharon un terreno ubicado entre las actuales calles
de Doña María Coronel, Gerona, Feijoo y San Felipe. Esta iniciativa fue
posible, en gran parte, gracias al generoso apoyo de Don Juan Rodríguez de los
Ríos, Secretario de Su Majestad y Administrador General de la Renta de la Sal,
quien legó a la Congregación una parte considerable de sus bienes.
Finalmente, el 2 de julio de 1771, se llevó a cabo la
consagración del nuevo templo de San Felipe Neri, presidida por el Obispo
Auxiliar de Sevilla, Don Pedro Francisco Levanto. El arquitecto Jerónimo Balbás
fue el encargado de diseñar y ensamblar el Retablo Mayor, mientras que el
escultor Pedro Duque Cornejo talló las estatuas que lo adornaban, salvo una de
Nuestra Señora de los Dolores, que probablemente fue realizada en el taller de
Pedro Roldán.
En 1830, el retablo fue trasladado al Convento
franciscano de San Antonio de Padua, pero los Filipenses conservaban ocho de
las esculturas de Duque Cornejo, que fueron colocadas en el nuevo retablo
neoclásico encargado en 1829 por Juan de Astorga para reemplazar el anterior en
la iglesia.
Este templo sufrió graves daños durante el bombardeo
de Sevilla a cargo de las tropas del general Van Hallen, lo que provocó la
pérdida de casi todas las esculturas de Duque Cornejo, salvo las de San Felipe
Neri, Santa María Magdalena, Santa Rosalía y la Dolorosa, que presidía el
retablo.
En 1865, un devastador incendio destruyó gran parte de
la iglesia, y tres años después, el Ayuntamiento Revolucionario de 1868 ordenó
la demolición tanto de la iglesia como del convento, decretando el destierro de
los filipenses a Gibraltar. Así, la Congregación permaneció fuera de Sevilla
hasta su regreso en 1875, cuando se encargaron del culto en la Iglesia de San
Alberto, que los carmelitas se vieron obligados a abandonar.
Finalmente, en 1893, tal como consta en los
documentos, la Congregación obtuvo la propiedad de la iglesia y lo que había
sido el Colegio de Estudios Superiores de los Carmelitas Calzados. Fue en ese
momento cuando las imágenes que se habían salvado de la antigua Iglesia de San
Felipe fueron trasladadas a San Alberto. La Virgen de los Dolores fue colocada
en el camarín del altar mayor neoclásico, mientras que las imágenes de Santa
María Magdalena y Santa Rosalía fueron situadas en los intercolumnios del lado
del evangelio y de la epístola, respectivamente.
La escultura de San Felipe Neri fue enviada al Convento de Santa Isabel (ver), donde se había establecido la Congregación de Madres Filipenses Hijas de María Dolorosa.
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