jueves, 4 de julio de 2024

 AREA DE MACARENA-SAN LUIS-SAN JULIAN

Calle Flecha.

Es una barreduela de la calle Orden de Malta.

Calle Flecha

Hasta 1845 era conocida como calle de Medio Culo y en la reforma general del callejero de dicho año quedó integrada en la actual Orden de Malta. En 1868 volvió a segregarse y se le dio un nombre común y arbitrario, como ocurrió con otras barreduelas en ese momento, que hoy conserva. Es probable que en tiempos históricos estuviera comunicada con otra estrecha barreduela que se encuentra al final de San Luis. Hoy es un corto callejón.

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Calle Orden de Malta.

De san Luis a Torreblanca. En la acera de los impares se abre la barreduela la Flecha.

Calle Orden de Malta

Al menos desde 1483 era conocida como San Sebastián, según González de León por un hospital que hubo en ella, y hacia 1940 recibe el nombre que actualmente conserva por la orden militar (ver), heredera de la de los Hospitalarios. 

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Calle Torreblanca.

Desde Plaza de Pumarejo y Aniceto Sáenz a Macarena.  Confluye Orden de Malta por la izquierda y Eustaquia Barrón por la derecha.

Calle Torreblanca

Recibe este nombre al menos desde 1451 porque desemboca en una de las torres de defensa de la muralla almorávide, de planta hexagonal y mayor altura que las adyacentes. 

Calle Torreblanca. Al fondo la torre de la muralla


Está formada por dos tramos rectilíneos que forman un ángulo muy abierto a la altura de la confluencia de Orden de Malta.

Hasta el s. XVII debió de ser una calle populosa pues hay noticias a mediados del s. XV de la ubicación en ella de un corral, el de los Frailes, y en el s. XVI de dos hospitales, el de San Gil y el de la Sangre de Cristo.

Sin embargo, en el s. XVIII estas noticias son sustituidas por las que hablan de la existencia de solares y muladares, que confirman la decadencia demográfica y económica de este sector de la ciudad histórica.

La regular ordenación de buena parte de la acera de la derecha es resultado de la parcelación de la Huerta de los Toribios (ver).

Torre Blanca


La torre Blanca situada en la Ronda Histórica es una torre fortificada Almohade de planta octogonal irregular construida entre los siglos XII y XIII, que formaba parte de las defensas del tramo de la muralla que unía la puerta de la Macarena con la puerta de Córdoba. Fue llamada así por estar pintada de blanco, está construida en argamasa y ladrillo y en su interior disponía de buenos aposentos en dos cuerpos o plantas abovedadas.

Formaba parte, junto con la torre del Oro, la torre de la Plata y la torre Abd el Aziz de las torres defensivas de que disponía el conjunto amurallado de la ciudad, y es la única en la actualidad que conserva su paño de muralla; a lo largo de éste se extienden ocho torres más, aunque de menores dimensiones y de estructura más simple.

Pertenece al periodo almohade de la ciudad, por lo que debió ser levantada durante la importante ampliación llevada a cabo durante el dominio del sultán Ali ibn Yusuf, y reforzada en las posteriores mejoras efectuadas en el siglo xiii, que dotaron a los muros de otros elementos defensivos como la barbacana, que también se conserva en este tramo. Cada una de sus dos plantas presentan saeteras. Fue derribada parcialmente durante la Revolución de 1868 (ver).

En la actualidad también es conocida como torre o torreón de la tía Tomasa.

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Plaza Manolo Caracol.

Plaza Manolo Caracol


Rotulo con Azulejo a Manolo Caracol

Recibe esta denominación en 1981, a petición de la empresa constructora, en memoria de Manuel Ortega Juárez (ver), célebre cantaor flamenco, de acusada personalidad artística. Esta plaza es el resultado de una promoción de varios bloques de viviendas construidos a comienzos de lacada de 1980 en la calle Macarena, que deja un espacio central, a modo de patio común para acceso a las viviendas, en cumplimiento de las ordenanzas municipales al efecto.

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Calle Eustaquio Barrón.

De Torreblanca a Patricio Sáenz.


Calle Eustaquio Barrón


Como hemos comentado, en 1886 Aniceto Sáez Barrón adquirió el Palacio de Pumarejo, construyó viviendas en las huertas (Huerta de los Toribios), y urbanizó los terrenos, trazando calles que fueron rotuladas con su propio nombre y de sus parientes más cercanos, de aquí los nombres de calle Aniceto Sáenz, de su madre Eustaquia Barrón, de su padre Patricio Sainz y de su hija Antonia Sáenz, mientras que el palacio seguía funcionando como casa partido.

De la construcción originaria, casas para obreros, unifamiliares y de una planta, se conservan tres, en algún caso con modificaciones posteriores, incluso con el añadido de una segunda planta. En el resto se ha procedido en las dos últimas décadas a la sustitución del caserío primitivo por bloques de pisos de tres plantas. 

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Calle Patricio Sáenz.

De Aniceto Sáenz a Macarena. En la acera de los impares confluye Eustaquio Barrón.

Calle Patricio Sáenz

Como hemos comentado, en 1886 Aniceto Sáez Barrón adquirió el Palacio de Pumarejo, construyó viviendas en las huertas (Huerta de los Toribios), y urbanizó los terrenos, trazando calles que fueron rotuladas con su propio nombre y de sus parientes más cercanos, de aquí los nombres de calle Aniceto Sáenz, de su madre Eustaquia Barrón, de su padre Patricio Sainz y de su hija Antonia Sáenz, mientras que el palacio seguía funcionando como casa partido.

El primer tramo figura por vez primera trazado en el plano de Padura y Vega-Campuzano (1891), y el segundo se abre a comienzos de la década de 1920.

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Calle Antonia Sáenz.

De Fray Diego de Cádiz a Macarena.

Calle Antonia Sáenz

Como hemos comentado, en 1886 Aniceto Sáez Barrón adquirió el Palacio de Pumarejo, construyó viviendas en las huertas (Huerta de los Toribios), y urbanizó los terrenos, trazando calles que fueron rotuladas con su propio nombre y de sus parientes más cercanos, de aquí los nombres de calle Aniceto Sáenz, de su madre Eustaquia Barrón, de su padre Patricio Sainz y de su hija Antonia Sáenz, mientras que el palacio seguía funcionando como casa partido.

El primer tramo figura por vez primera trazado en el plano de Padura y Vega-Campuzano (1891), y el segundo se abre a comienzos de la década de 1920.

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Calle Aniceto Sáenz.

Desde Plaza de Pumarejo Y Torreblanca a Macarena. Está cruzada por Antonia Sáenz y por la acera de los pares confluye Patricio Sáenz.

Calle Aniceto Sáenz


Calle Aniceto Sáenz. Al fondo la muralla en la calle Macarena

En 1886 Aniceto Sáez Barrón adquirió el Palacio de Pumarejo, construyó viviendas en las huertas (Huerta de los Toribios), y urbanizó los terrenos, trazando calles que fueron rotuladas con su propio nombre y de sus parientes más cercanos, de aquí los nombres de calle Aniceto Sáenz, de su madre Eustaquia Barrón, de su padre Patricio Sainz y de su hija Antonia Sáenz, mientras que el palacio seguía funcionando como casa partido.

Todavía en el plano levantado por el Cuerpo del Estado Mayor del Ejército (1884) puede apreciarse la existencia de una extensa huerta situada al norte, dentro del casco histórico, entre el muro de la Macarena y las calles Torreblanca y Rubios (actual Fray Diego de Cádiz), denominada Huerta de los Toribios.

Ya en el plano de Padura y Vega Campuzano (1891), aparecen trazadas y nominadas las cuatro calles, si bien Aniceto Sáenz y Antonia Sáenz sólo en su primer tramo y se conserva el topónimo de Huerta de los Toribios en un espacio más reducido. En el plano de Poley y Poley (1910) Aniceto Sáenz figura trazada en su totalidad.

miércoles, 3 de julio de 2024

ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA

Retablo del Cristo de la Cárcel.

En la fachada de la calle San Luis 91, "Pensión Macarena", en el flanco occidental de la plaza de Pumarejo (ver), se aprecia un retablo dedicado al santísimo Cristo de la Cárcel de Mairena del Alcor.

Lado oeste de la plaza del Pumarejo con la Pensión Macarena

Retablo del Cristo de la Cárcel

Detalle del azulejo del Cristo de la Cárcel

Detalle del azulejo del Cristo de la Cárcel

Es una imagen cristífera venerada en Mairena del Alcor, donde posee una capilla propia. También es invocado con el título de Nuestro Padre Jesús de la Misericordia.

El original era una obra renacentista de autor anónimo, fechada entre finales del siglo XV y principios del XVI. 

Según Elías Méndez Carrión es una devota y milagrosa imagen de Cristo crucificado pintada al óleo en un lienzo, que mide un metro, veinte y dos centímetros de alto por otro con cuatro de ancho, colocado en una moldura antigua, con cristal y enchapado por el reverso para su conservación.

Este primitivo lienzo habría sido intervenido, ya que estaba “sentado en otro lienzo, estando el primitivo recortado y en ciertos sitios presenta huellas de restauración, todo lo cual, así como las potencias de plata sobre dorada que tiene puestas, la moldura tallada y dorada y el cristal, aunque no es el primitivo, pues ha sido renovado dos o tres veces. Según la reseña de Elías Méndez Carrión, esta intervención y la ejecución del marco y el cristal correspondería a los últimos años del siglo XVII.

Esta antigua imagen del Santísimo Cristo fue destruida en la noche del 19 al 20 de julio de 1936, en el transcurso de la Guerra Civil. 

La que actualmente se conserva, es una reproducción de la primitiva realizada por el pintor D. Félix Lacárcel en 1937, y las potencias de plata sobredorada fueron donadas por un devoto en 1926.

El Cristo de la Cárcel actual, saliendo de su capilla.(CC BY 3.0)

Según la tradición oral, y la reseña histórica que publicó Elías Méndez de esta imagen en 1894, en los últimos años del siglo XVII,  este cuadro se encontraba arrumbado en la habitación de una casa nobiliaria, propiedad de Juan Tomás de Paz y Alcocer y su mujer Marina Palacios y Salcedo.

Ambos, al parecer, lo habían traído de América, junto a tres esclavas

Una de las esclavas, llamada Josefa María, ocultamente le rendía sus respetos y devoción, y cuando fue acusada de un falso testimonio, del cual ella era inocente, se encomendó al Cristo pintado en esta obra, que “empezó a manifestar su amor y misericordia con ruido misterioso, extraordinaria luz y otras señales, que salían del sitio donde estaba el Señor oculto”, indicando que quería se le diese culto. 

Al demostrarse la inocencia de la esclava, todo el pueblo comenzó a venerar la imagen del Cristo.

Simultáneamente, Marina Palacio y la criada protagonista del milagro comenzaron a visitar la cárcel, que se encontraba muy próxima al domicilio donde vivían, como acto de misericordia con los presos. 

Con el paso del tiempo decidieron que la imagen recibiera culto directamente en el penal, y tal fue el fervor de la población normal y la reclusa que en el último tercio del siglo XVII se le levantó una Capilla propia conectada con la cárcel, pues por una ventana se comunicaba al patio de la cárcel, y frente a dicha ventana estaba la de un calabozo para que los presos pudiesen ver al Señor y oír la Santa Misa, de aquí el nombre de “Cristo de la Cárcel”.

En breve se formó una Hermandad para darle culto y hacerle funciones, celebrándose la primera en septiembre de 1716.

La esclava consiguió la libertad de sus amos como premio de sus virtudes y permaneció a su servicio hasta que murieron, y desde entonces se encargó de cuidar la Capilla del Señor.

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Casa-Palacio de Pumarejo.

Plaza del Pumarejo. Año 1932

La Casa-Palacio fue construida por Pedro Pumarejo, mercader de Indias, que se instaló en Sevilla en 1753 y fue distinguido como Caballero Veinticuatro del Ayuntamiento de Sevilla, disfrutando de regidor perpetuo del Ayuntamiento con derecho a voto en cortes.

En 1775 adquirió y derribó la manzana, propiedad del Monasterio de san Jerónimo de Bellavista, de más de 70 casas entre la Calle Real (hoy San Luis) y la calle Lázaro Díaz (hoy desaparecida), convirtiendo el solar en plaza que sirviera de pórtico a su nueva casa-palacio, que ocupa todo el flanco oriental de la plaza (ver).

Casa-Palacio de Pumarejo en el flanco oriental de la plaza

El 17 de abril de 1788, su viuda lo vendió al municipio, siendo incorporado al patrimonio municipal, y cedido a la institución de Los Toribios, estableciéndose allí un hospicio y una escuela, dándole a la Casa el nombre de “Real Colegio de los Niños Toribios” (ver)

En 1808-1814 durante la Guerra de la Independencia la Casa fue ocupada por los franceses, que la utilizaron como cárcel de la población sublevada.

En 1837, el Real Colegio de los Niños Toribios” fue incorporado al hospicio que de San Nicolás fue llevado al ex convento de san Jerónimo y finalmente al fusionarse con la beneficencia oficial, la obra de Toribio de Velasco se extinguió en 1823, con el consecuente abandono de las dependencias de la casa que estuvo cerrada durante largo tiempo.

En 1861 una entidad privada llamada Sociedad Benéfica, instaló una Escuela de Adultos y una Biblioteca Popular. Debido a su buen funcionamiento el Ayuntamiento institucionalizó el centro de enseñanza, creando la Escuela Especial de Adultos y Escuela Dominical del Pumarejo destinado a menores, la primera estuvo hasta 1894 y la segunda 1875.

A partir de 1865 el edificio comenzó a funcionar como Casa Partido (viviendas) aumentando los inquilinos con el tiempo.

Posteriormente en 1865 fue adquirida por Manuel Laffont, que respetó su uso escolar en parte de sus dependencias y el resto, gestionada por el ayuntamiento, con uso residencial de casa de vecinos (CasaPartido).

En este periodo, cuando era casa de vecinos, vivieron Isabel Atienza y su hijo, Saturnino Barneto, que, junto a José Díaz, fueron dos destacados sindicalistas, durante la II República.  Durante la Guerra Civil, Isabel fue apresada por los rebeldes, que la vejaron y mataron en la Plaza de Pumarejo, desnudándola y dejándola a la intemperie, amenazando de muerte a quien se atreviera a recogerla o cubrirla.

En 1886 Aniceto Sáez Barrón adquirió la hacienda, construyó viviendas en las huertas, y urbanizó los terrenos, trazando calles que fueron rotuladas con su propio nombre y de sus parientes más cercanos, de aquí los nombres de calle Aniceto Sáenz, de su madre Eustaquia Barrón, de su padre Patricio Sainz y de su hija Antonia Sáenz, mientras que el palacio seguía funcionando como casa partido.

En 1903, tras el fallecimiento de Aniceto Sáez Barrón, la casa fue heredada por su hijo, abogado de profesión, que junto con su madre siguió residiendo en las dependencias nobles del palacio, al tiempo que gestionaban el alquiler de los distintos partidos de la casa.

Posteriormente pasó por diferentes manos, con diferentes usos, como talleres, comercios, almacenes, etc, hasta los años 90, que llegó una situación de abandono, tanto del propio inmueble como de actividades que allí se hacían y el número de vecinos se redujo a una decena de familias.

En 2001 una cadena de hoteles compró a dos hermanos herederos el 50% del edificio para hacer un hotelito de lujo. Pero nace la plataforma por la Casa de Pumarejo, que consiguieron que se declarara Bien de Interés Cultural, paralizando las corrientes especulativas y emprendiendo la recuperación de la Casa Grande del Pumarejo con el objetivo de su rehabilitación, restauración y declaración de Monumento, con distintas y variadas actividades.

Rotulo del Centro Vecinal

Se trata de una característica Casa-Palacio Mudéjar del siglo XVIII, de dos plantas de altura en todo su perímetro.

En su exterior destaca la señorial portada con balcón, con un arco muy rebajado y con decoración de molduras mixtilineas y flanqueada de semicolumnas adosadas. En el centro del dintel se aprecia un rostro humano tallado en la piedra.

Detalle de la portada

Detalle de la cabeza humana en el centro del dintel

Detalle de la cancela de entrada que da acceso al patio principal

En la esquina de la calle Fray Diego de Cádiz existe un balcón en ángulo, y sobre él, en piedra, el escudo nobiliario de la familia Pumarejo.

Detalle de la esquina con la calle Fray Diego de Cádiz

Detalle actual de la esquina con la calle Fray Diego de Cádiz

Detalle del escudo nobiliario de la familia Pumarejo

La casa esta ordenada en torno a dos patios porticados: el patio noble de la casa, y el de servicio.

En el patio principal hay que destacar el zócalo de azulejos y las columnas de madera de caoba de Cuba, que sustentan la galería superior, con lo que sorprende su resistencia.  

Detalle del patio Principal (CC BY 3.0)

Detalle del patio Principal (CC BY 3.0)

Detalle de las columnas de madera de caoba de Cuba (CC BY 3.0)

El segundo patio, de configuración más sencilla en huecos y decoración, ha sufrido ocupación que le ha llevado a cambiar su estructura original.