AREA DE REGINA-ENCARNACION-SAN PEDRO
Iglesia de san Juan de la Palma
Esta iglesia popularmente
denominada de la Palma, se encuentra bajo la advocación de san Juan Bautista,
como se deduce del contenido de una lápida de cerámica que se encuentra situada
en la puerta que esta junto a la Epístola y que traducida al castellano dice lo
siguiente: ¿No surgió entre los nacidos de mujer, mayor que Juan el
Bautista-Mateo XI?
El nombre popular lo recibe a partir de
una leyenda popular del siglo XVII, que nos refiere Ortíz de Zúñiga:” En años
pasados, cuando hubo en Sevilla muchos herejes, predicó en esta iglesia un
fraile de san Francisco, el cual dijo que nadie delinquiere contra la fe,
porque las paredes tenían ojos y oídos. La noche siguiente, en punto de las
doce, un hereje que oyó este sermón, haciendo burla de lo que el predicador
había dicho, se llegó a la palma situada en el centro del antiguo cementerio de
la Parroquia (actual plaza de San Juan de la Palma), y le dijo: Palma, la Madre
de Dios no quedó Virgen después del parto. Al día siguiente, se presentó en el
Tribunal de la Inquisición un anciano que denunció al hereje, el cual hereje
prendieron los señores inquisidores y le tomaron su confesión, pero éste negó.
Mandó la Inquisición registrar la casa del denunciante para encontrar pruebas
de su herejía y dieron allí con un joven que era nieto de este. Por las
descripciones el joven les dijo que se trataba de su abuelo, pero que éste
llevaba muerto 80 años, y que estaba sepultado al pie de la palma del
cementerio de san Juan. Volvieron a detener al hereje y le contaron el milagro
de Dios, que había permitido que se levantara un muerto para castigar su
pecado”.
Esta curiosa historia se describe en una
placa actualmente colgado en la confluencia de las escaleras para acceder al
Salón de la Casa Hermandad y de las escaleras para subir al tesoro. La fecha de
1794 corresponde a la de colocación de la misma.
San Juan (ver), bajo cuya advocación está esta Iglesia, era hijo de Zacarías, santo sacerdote del Templo de Jerusalén, perteneciente a una de las veinticuatro familias de los hijos de Aarón y su mujer era prima de la Virgen. En una visión, a Zacarías se le apareció el ángel Gabriel que le comunicó que tendría un hijo, al que llamaría Juan, a pesar de que su mujer era estéril. Zacarías le pidió una prueba y al instante quedó mudo, recobrando el habla al nacer el niño.
El Bautista se retiró a orar al desierto
llevando una vida austera y de penitencia alimentándose de animalillos
salvajes, por ello, antiguamente, en el día de san Juan, se quemaban los restos
de animales muertos ya que el humo ahuyentaba a los dragones.
Hacia el año 28 comenzó a ser conocido públicamente como profeta y es venerado como tal en el cristianismo, en el islam (Profeta Yahya en el Corán), en la fe bahái y es considerado como el más grande de los profetas en una gran comunidad de religiosos de Irak, y fundador o al menos un personaje muy importante en el “mandeismo”.
Algunos expertos mantienen que Juan
estaba influenciado por los “esenios”, una secta de características ascéticas
que esperaba un apocalipsis y practicaba rituales relacionados con el budaismo,
aunque no hay evidencias que apoyen esta hipótesis.
Su actividad se desarrolló en el bajo valle del rio Jordán, donde predicaba la “Buena Nueva” y administraba el bautismo en las aguas del rio, y en este sentido la mayoría de los académicos están de acuerdo en que Juan bautizó a Jesús, y son numerosas las representaciones artísticas en este sentido.
Iglesia de San Juan de la Palma. Historia
Fue uno de los veintisiete templos parroquiales con los que contó la ciudad tras la conquista castellana de 1248.
Tradicionalmente, se considera levantada sobre el solar de unos baños
musulmanes o sobre una mezquita del año 478, y que durante los primeros siglos
de dominación cristiana se siguió utilizando, aunque adaptándolo a las
necesidades del nuevo culto.
Esta última hipótesis se basa en la existencia de una losa con epigrafía de caracteres cúficos (ver) en relieve, conservada en el Museo Arqueológico de Sevilla .
Su traducción, sería: "En el nombre
deAlláh, el clemente, el misericordioso. La bendición de Alláh (sea) sobre Mahoma, sello de los profetas./
Mandó la Señora Augusta, madre
de Ar-Raxid Abú-1-Hoseyn, Obaydo-L-Láh, hijo de Al-MotamidAlay-L-LáhAl-Muyyed-Bi-Nassri-LLáh, Abú-L-CasimMohámnwd- ben-Abad (perpetúe Alláh su imperio/y poderío y la gloria de ambos) levantar esta assumúa en su
mezquita (consérvela Alláh), esperando/los premios abundantes; acabase
(esta obra) con la ayuda de Alláh, bajo la inspección del guacir, Al-Kátib-al-Amir Abú-L-1 Casim, Ben-Battah (séale Alláh propicio), y esto (fue) en la luna de Xaaban del año cuatrocientos setenta y ocho" (1086 d. Cr.)
Así, según esta losa, la “assumúa” de la
mezquita la mandó construir la madre de Ar–Raxid Abú-1-Hoseyn, y se terminó en
la luna de Xaaban del año 478.
En la calle Alberto Lista se descubrió una
pila de abluciones con la siguiente leyenda epigráfica:
"Al-Mansur Abi-Amer Mohammad/ -Ben-Abi-Amer (prosperele
Allah). De lo que mandó/ hacer para el alcazar de Az-Zahira y se terminó con el auxilio de A]lláh y su
buena ayuda bajo la dirección de .../... an Nassr(?)
Al-Amiri el añoo siete y
setenta/ [y trescientos... )
Además, en una excavación arqueológica, en
la calle Jerónimo Hernández aparecieron unos restos, datados hacia el siglo XI,
identificados como parte de un palacio de época taifa, que podría tratarse del
mítico al-Mukarram, que aparece mencionado como una de las residencias del rey
Al Mutamid.
Según estos datos, la Iglesia de san Juan
de la Palma se levantaría en un solar que en el siglo XI estaría en las
inmediaciones de uno de los palacios reales construidos por la dinastía de los
abbadíes, en cuya mezquita se ubicaría la pila de abluciones, en un entorno de
monumentalidad por ser el foco de poder dentro de la Isbilya musulmana.
Nada queda de esa primitiva mezquita, pues los restos más antiguos que se conservan pertenecen a la iglesia gótico-mudéjar, que se construiría entre los siglos XIV y XV.
En concreto, de esa época solo se conserva parcialmente la portada principal, hacia la calle Feria, el cuerpo inferior de la torre y la bóveda del primer tramo de la Capilla Sacramental y la capilla de Esquivel, el resto del edificio se corresponde con sucesivas modificaciones posteriores, pues el templo fue sometido a diversas restauraciones, como la incorporación de una cúpula semicircular en el ante presbiterio, la sustitución de los viejos arcos apuntados, de ascendencia jotica que separan las naves, por arcos de medio punto.
En el siglo XVI se levantó un nuevo altar en la Capilla Mayor a instancia de Melchor Maldonado, embajador de los Reyes católicos en Roma, fallecido y enterrado en esta capilla en 1504.
Esta capilla fue derribada en 1710 por su estado ruinoso, al igual que la sacristía y la nave de la Epístola, y fue reconstruida en 1719 en unas obras dirigidas por el Maestro Mayor del Arzobispado Diego Antonio Díaz.
Finalmente fue levantada la doble espadaña actual,
terminada en 1789, que le dieron su actual fisonomía
En 1936, por las hordas anticlericales de
la Guerra Civil, sufrió numerosos destrozos, como el retablo de san Antonio
(circulo de los Rivas), un san Cristóbal (Escuela de Montañez), una talla de la
Virgen del Rosario (obra de Roque Balduque), así como el Calvario de Pedro de
Campaña y la Virgen de la Maravillas de Hita del Castillo. Se salvaron las
imágenes de Nuestro Padre Jesús del Silencio y san Juan Evangelista, y la virgen
de la Amargura porque fue guardada en un cajón de madera.
Concretamente, la salvación de la imagen de la Virgen de la Amargura se debe al Hermano Mayor de aquella época, Rafael Montaño de la Bastida, que informó a la Hermandad de la posibilidad de altercados en la zona al ser informado, en el desaparecido bar de Juanito Díaz, por un supuesto comunista.
La Junta de Gobierno estaba formada por Jose Ortiz (Mayordomo), Manolito “El granuja” (Prioste), Carlos González Campos (Consiliario) y Manuel Ortiz Muñoz y todos decidieron retirar las imágenes del culto y protegerlas de posibles violaciones.
Se encargó a un carpintero la construcción de un cajón donde se escondió la imagen de la Amargura dentro del horno de una fábrica de ladrillos de Carlos González Campos situada en Marqués de Paradas.
El 13 de diciembre se reabrió al culto la
Iglesia de san Juan de la Palma y se celebró una eucaristía y el primer
besamanos de la Amargura con la asistencia de Gonzalo Queipo de Llanos.
Como recuerdo y reconocimiento de la labor
realizada por Rafael Montaño de la Bastida existe una lápida, alejada de la
vista general, en la escalera que va de la sacristía al camarín.
Criado en la calle
Conde de Torrejón, era Agente Comercial Colegiado y Perito Mercantil empleado
en la fábrica de González Montes, como comercial de vinos de Jerez y falleció
en 1937 a causa de una septicemia producida por una infección rectal.
Su liderato fue esencial para que Manuel Font de Anta (ver) compusiera la marcha “Amargura”, el “Himno” de la Semana Santa Hispalense, que Montaño propuso al padre del compositor enviándole “Cuatro fotos de la Dolorosa” y diciéndole: “A ver si viendo estas imágenes eres capaz de rechazar el encargo”.
Igualmente,
cuentan fuentes familiares que, en 1926, en una noche de “copas” le propuso a
su amigo Juan Manuel Rodríguez Ojeda que hiciera un nuevo palio y un nuevo
manto a la virgen en “rojo” que hoy conforma uno de los grandes tesoros
patrimoniales de la Hermandad.
Iglesia de san Juan de la Palma. Exterior calle Feria
En
la zona de los pies del templo, y dando a la calle Feria, se levanta una
portada tras un pequeño compás cerrado por una reja moderna.
Portada a la calle Feria
Es una portada gótica, de forma ojival y abocinada que
se encargó en 1420 a Juan Rodríguez de Lebrija y Martin Martínez. Está
enmarcada entre semicolumnas profusamente decoradas, que asientan sobre cabezas
de animales, una sobre la de un león y la otra sobre la de un toro , y sobre cuyos
capiteles corre un tejarroz volado sobre canes de piedras con cabezas de
león.
Semicolumnas muy cercanas a las paredes laterales. B)
A) Tejarroz volado sobre
los capiteles de las columnillas laterales. B)
A) Base de la columnilla de
la derecha con la cabeza de un león. B)
A) Base de la columnilla de
la izquierda con la cabeza de un toro. B)
El arco ojival presenta las típicas
arquivoltas góticas apuntadas, sin decoración, salvo la interior acabada en
fina crestería y la exterior decorada con puntas de diamantes y formas
geométricas.
Presenta decoración escultórica en los
capiteles corridos de los baquetones, que se levantan hasta la línea de
imposta, que se encuentra con ornamentación vegetal, con las figuras de dos
leones en la parte de dichas impostas más cercanas a las entradas.
Arco ojival, solo la
arquivolta interior y la exterior están decoradas
Baquetones
Decoración escultórica
en los capiteles de los baquetones, por debajo de la línea de imposta
Imágenes de león en los
extremos de la línea de imposta, cerca de la puerta
Sobre cada lado del arco de
entrada, presenta una hornacina, de forma polilobulada de reminiscencias
mudéjares, enmarcadas por doseles góticos y sobre una imagen facial de piedra.
A) Hornacina
polilobulada mudéjar vacía. B)
En el centro de la fachada, sobre
la clave, una tercera hornacina, con forma de medio punto. Todas las
hornacinas están vacías.
El resto de la fachada es un gran lienzo,
en cuyo centro hay un óculo con vidriera enmarcada por azulejería, culminando la
portada con floreros de cerámica
La puerta de madera claveteada queda
rehuida tras las arquivoltas góticas.
Parte superior de la
fachada
Vidriera enmarcada en
azulejería
Florero de cerámica en
el ático
A la izquierda de la portada, antes de la reja, un retablo cerámico de Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, obra de Alfonso Orce Villar del 22 de marzo de 1696, colocado en conmemoración del III Centenario de la presencia de la hermandad en el templo.
Al lado del retablo, la hermandad tenía previsto colocar unos faroles
de cerrajería artística por el mismo autor del retablo, inspirados en los
faroles de la Cruz de Guía de la hermandad, pero hasta la fecha no se ha
realizado.
Nuestro Padre Jesús del
Silencio
Detalle de la fecha del
retablo en la esquina inferior izquierda
A continuación, una ventana con reja y a través de la cual se puede apreciar el “Santísimo Cristo de los Afligidos”, sobre una peana cubierta de azulejería artística.
Aparece sentado con túnica y corona y parece representar el momento de la burla al Señor, tras ser azotado y coronado de espinas (muy difícil de fotografiar por los reflejos del cristal que lo cubre).
La imagen actual podría ser obra de José Merino Román, aunque otros la atribuyen a José Sanjuán Navarro. Lo cierto es que fue realizada para sustituir a la original que fue destruida por las “hordas anticlericales” que asaltaron la Iglesia durante la Guerra Civil en 1936.
La imagen original procedía del desaparecido “Convento Regina”, exclaustrado en 1835 y derribado posteriormente, que se situaba muy cerca de San Juan de la Palma, concretamente en la calle Regina, que toma su nombre del mencionado convento.
En dicho convento, el Cristo de los Afligidos recibía culto tras una
ventana, por lo que se decidió, que en el nuevo emplazamiento, no perdiera esa condición
de ser visible por todos los devotos que pasaran por delante caminando por la
calle.
Santísimo Cristo de los
Afligidos
Peana de azulejería
Detalle de la cara
Detalle de los pies
A la izquierda del compás, en el año 2004, se colocó un azulejo de Santa Ángela de la Cruz, pintado por Alfonso Carlos Orce Villar y ejecutado en un taller particular, con la siguiente inscripción: “La Hermandad de la Amargura a su titular Santa Ángela de la Cruz, canonizada en Madrid el 4 de mayo de 2003 por SS Juan Pablo II”.
Encima de la
puerta del lateral izquierdo un azulejo de la Inmaculada.
Azulejo de la Inmaculada
Azulejo de Santa
Ángela
Iglesia de san Juan de la Palma. Exterior
Plaza de san Juan de la Palma
En la esquina con feria y la plaza de san
Juan de la Palma, se aprecia una esquinera o guardabarrera de piedra con una
imagen superior, y después un retablo cerámico, bajo un tejaroz, de
Nuestra Señora de la Amargura y San Juan, pintado por Manuel de la Lastra y
Liendo, Marqués de Benamejí, realizado en el taller “La Bética” en 1917, y
donado por el artista, que fue Teniente Mayor de la Hermandad. El retablo tiene
una leyenda: “El Marqués de Benamejí pintó para la Hermandad de Ntro Padre Jesús
del Silencio y Ntra Sra de la Amargura en el año de MCMXVIII".
Esquina Feria con san
Juan de la Palma
Retablo de Nuestra Señora de la Amargura y San Juan
El manto de la Virgen, de este
retablo, se asemeja al “manto azul” que bordó Juan Manuel Rodríguez Ojeda en
1905 y que fue vendido a la Hermandad del Desconsuelo de Jerez de la Frontera
en 1926, aunque en el retablo no parece azul sino de color guinda. La corona
que lleva la Virgen es conservada por la Hermandad y la usa para el camarín. Ni
la túnica ni el mandolín de San Juan es el que bordara Ojeda en 1904.
Detalles del retablo de Nuestra Señora de la Amargura
y San Juan
En la plaza se ubica la portada lateral, por la que se accede a la nave de la Epístola, y por la que sale la hermandad para su estación de Penitencia.
Es una portada más sencilla, aunque de gran tamaño, y de construcción más posterior, en un estilo barroco muy cercano al neoclasicismo. Presenta un cuerpo superior en forma de espadaña, que alberga un panel cerámico con una cita bíblica en latín: “NON SURREXIT INTER NATOS MULIERUN MAIOR IOANNE BAPTISYA. MATH XI 11” (“NO SURGIÓ ENTRE LOS NACIDOS DE MUJER, MAYOR QUE JUAN BAUTISTA”).
Sobre ella una cruz de fragua y floreros de cerámica.
Fachada de la plaza de san Juan de la Palma
Cuerpo superior de la portada
Detalle de la cruz de fragua
A la derecha de la portada, mirándola desde enfrente, se encuentra un retablo cerámico de Nuestra Señora de la Cabeza, patrona de Andújar, que tiene en el interior del templo una capilla propia con retablo, en torno a la cual hay erigida una hermandad.
El retablo
cerámico representa el momento en que la Virgen se le aparece, según la
tradición, al pastor Juan Alonso de Rivas el día 12 de agosto de 1227.
Retablo de Nuestra Señora de la Cabeza
Seguidamente, en el mismo lienzo del muro, un retablo cerámico de las “Ánimas del Purgatorio”, pintado por Pedro Borrego Bocanegra en 1918 y ejecutado por la fábrica de Ramos Rejano.
Está
inspirado en el retablo de las ánimas del interior de la Iglesia y presenta una
composición similar al retablo cerámico de las “Animas” de la iglesia de San
Pedro de Roma.
Retablo ceramio de las “Ánimas del Purgatorio”
A la izquierda de la portada, se puede contemplar un retablo de “Nuestra Señora de Montemayor”, patrona de Moguer, que también reside en la iglesia.
Este retablo fue pintado por Alfonso
Carlos Orce Villar, ejecutado en un taller particular de Sevilla, y se colocó
con motivo del 50 aniversario de la Hermandad, con la siguiente leyenda:” Ntra.
Sra. De Montemayor. Patrona de Moguer. 50 Aniversario 1956-2006”.
Iglesia de san Juan de la Palma. Torre
A la izquierda de la portada, al mirarla de frente, se levanta la torre (sobre la capilla de Esquivel) en la parte correspondiente del Evangelio.
Es de planta cuadrangular, la parte inferior es original conservando restos del alminar de la primitiva mezquita, el cuerpo central es el resultado de la reconstrucción del siglo XVIII, seguramente tras el terremoto de Lisboa.
Actualmente el campanario consta de dos espadañas sobre los muros meridional y occidental de la antigua torre, ambas se edificaron en ladrillo en el siglo XVIII en 1788, como lo indica los dos azulejos del muro occidental.
Esta espadaña consta de tres cuerpos de altura, el primero prácticamente ciego sirve de soporte para los dos superiores donde se alojan las campanas, dos en el cuerpo central y una más pequeña en el superior, en huecos con arcos de medio punto, y antepechos con balconcillos de forja.
Presenta incrustaciones de azulejos de reflejos metalizados, pilastras de tacos vidriado y está rematada por una cruz de forja con dos pares de floreros de cerámica a los lados.
La inscripción del muro meridional
posiblemente haga referencia al campanario que existió en el hastial, sobre la
portada: “ESTE CAMPANARIO SE TRASLADO A ESTE SITIO ANO 1789”, consta de una
campana y esta rematado por una cruz de forja.
El documento más antiguo que hace
referencia a ella, es el contrato para la construcción de la portada a los pies
del templo, fechado en el 28 de julio de 1420 y firmado por Alfonso Guillen,
mayordomo de la Iglesia, y por los maestros canteros Juan Rodríguez de Lebrija
y Martin Martínez: "...Eque faganws enrima delfastyal un campanario para la campanilla, tal coma esta hecho en la iglesia de Santa Agna de Triana. E otrosy que fagamos una escalera desde la torre de dicha iglesia do estan las campanas
de[ campanario, fasta el dicho campanario, que avemos de fazer doha de estar la campanilla.
Eotros{ quefagamos una puerta segund que pertenesre
a la dicha torre para servidumbre del escalera.
E que la aportyllemos
de sus axarrafas a la dicha escalera. E otrosy
quefagamos un canal de la dicha escalerapordo salga
las aguas a la ca/le... ".
En él, se habla de la torre donde estaban
las campanas, diferenciando este campanario del que se iba a construir sobre la
portada, en el hastial de la Iglesia. También, se habla de la escalera que los
uniría y de la puerta de la torre que daría acceso a esta escalera, distinta a
la escalera de caracol de la torre para acceder desde la planta baja. Así,
sabemos que ya estaba construida en 1420 y que tenía un segundo cuerpo de
campanas.
Conjunto del campanario
del muro occidental
Cuerpo central con
azulejo de fecha de renovación
Cuerpo de dos campanas
Cuerpo superior con una
sola campana
Remate de cruz de forja
con veleta y floreros de cerámica
Las dos espadañas sobre
los muros meridional y occidental
Inscripción del muro
meridional
Cruz de forja sobre la
espadaña meridional
Iglesia de san Juan de la
Palma. Interior. General
Presenta planta de tres naves, separadas por cinco arcos de medio punto, que asientan sobre pilares de ladrillo de sección cruciforme.
Presenta varias capillas laterales añadidas posteriormente.
El presbiterio esta elevado tres escalones sobre el resto de la planta.
Se añade un
coro con un órgano lateral al fondo de la nave del Evangelio.
Cubierta de la nave central. Cubierta de una de las naves laterales
Tanto las pilastras como las paredes de las naves están recorridos por un zócalo de azulejos de Triana, de época contemporánea.
Detalle del zócalo de azulejos
Iglesia de san Juan de la
Palma. Interior. Presbiterio y Retablo Mayor
El presbiterio o Capilla Mayor, sufrió grandes restauraciones en los siglos XVII y XVIII y perteneció por su patronato al linaje de los Maldonados cuyos escudos junto al de los Saavedra y otros linajes sevillanos se ven en las pechinas.
Está cubierto por una cúpula de
media naranja, decorada con las pinturas de los padres de la iglesia y en las
pechinas, además de los escudos mencionados, se observan medallones con los
evangelistas.
Detalle del fondo de la cúpula del presbiterio
Los evangelistas en las pechinas
En la parte baja la sillería del coro, en el arco de entrada dos ángeles lampareros.
Sillería del coro en el presbiterio
Ángel lamparero del lado del Evangelio
Todo el Presbiterio está decorado con pinturas con diversos motivos decorativos del siglo XVIII.
En los laterales dos cuadros, a la izquierda (lado de la Epístola) la “Apoteosis de la Inmaculada”, obra sevillana del siglo XVIII, a la derecha (lado del Evangelio) los “Funerales de la Virgen” del siglo XVII.
A la izquierda, una pintura mural
conmemorativa del Papa Pio XII, que dice: ”Pius PP XII qui canonicam
coronationem concessit MCMLIV”, y una lápida que conmemora la concesión por
parte de Pio XII de la coronación canónica de la Amargura en 1954, frente a
esta pintura hay a ventana con una vidriera con el escudo de la
Hermandad.
Lateral de la Epístola en el Presbiterio. Apoteosis de la Inmaculada
Lateral del Evangelio en el Presbiterio y Funerales de la Virgen
Pintura mural de Pio XII en el Lateral del Evangelio y Vidriera con el escudo de la Hermandad en el lateral de la Epístola
El Retablo Mayor, pertenecía al convento de san Felipe de Carmona y en 1960 lo compró la Hermanad de la Amargura.
El retablo anterior se encuentra, actualmente, en la Iglesia de san Juan de Aznalfarache.
Se trata de un retablo de estilo rococó tallado por Francisco González Guisado en 1777, que tuvo que ser ampliado para adaptarlo a su nueva ubicación, siendo restaurado y dorado por Francisco Ruiz de Rodríguez en 1959-1960.
Está
formado por un banco, dos cuerpos y ático. El primer cuerpo tiene tres calles,
el segundo está separado por una cornisa sustentada por dos pilastras.
Retablo Mayor
En la hornacina/camarín central del banco se encuentra la imagen titular de María Santísima de la Amargura acompañada por San Juan, obras documentadas de Benito Hita del Castillo de 1760, excepto el rostro de la Virgen que es obra anónima fechable entre 1700 y 1701.
La imagen de esta Virgen representa la
absoluta amargura de la Virgen, que no consigue su consuelo ni con las amables
palabras del Discípulo Amado, con lo que constituye una de las imágenes más
desgarradoras de la Semana Santa Sevillana.
Esta imagen se sitúa en el centro del retablo, desde 1960, cuando la
Hermandad de la Amargura obtiene la autorización eclesiástica, tras ser
coronada canónicamente en 1954 por arzobispo de la diócesis don Pedro Segura y
Saenz.
En 1893, al pasar la cofradía por la plaza de san Francisco, sufrió el
incendio del palio y curiosamente la gente reclamó fundamentalmente la
salvación de san Juan, que evidentemente forma un bello conjunto con la Virgen
de la Amargura, pues Hita del Castillo, que era mayordomo de la Sacramental de
san Juan de la Palma, y vivía en una casa que hace esquina con la calle Regina,
realizó primero el San Juan y después adaptó la Virgen para que hiciera
conjunto con él.
Hornacina/camarín central con la imagen titular de María Santísima de la Amargura acompañada por San Juan y detalle de las imágenes
En las calles laterales se hallan dos esculturas, a
la derecha el Niño Jesús en actitud de bendecir, obra de Francisco Dionisio de
Rivas de 1644, a la izquierda San Juan Bautista Niño del taller de los Rivas.
El niño Jesús estuvo en el Altar del Sagrario antes del Altar Mayor.
Escultura del Niño Jesús
Escultura de San Juan Bautista Niño
En el centro del segundo cuerpo, dentro de una
hornacina, hay una escultura de pequeño tamaño de San Juan Bautista,
probablemente del siglo XVIII, con dos relieves en sus laterales de Santa Ana a
la derecha y San Joaquín la izquierda. Culmina el ático una representación de la
Anunciación.
A) San Joaquín. B)
Anunciación en el ático
Iglesia de san Juan de la Palma. Interior. Sacristía
En el lateral
izquierdo (pared del Evangelio) del presbiterio se abre la Sacristía, de la que
destaca la pintura de la “Virgen de Guadalupe” anónima del primer tercio del
siglo XVIII, siguiendo el modelo original mexicano, una piedra con texto
referente a la familia Espinosa Maldonado y una pila de agua, y la placa
dedicada a Rafael Montaño de la Bastida.
Virgen de Guadalupe
Espinosa Maldonado
Rafael Montaño de la Bastida
Iglesia de san Juan de la Palma.
Interior. Muro de la Epístola
Recorrido de la Iglesia desde los pies de la nave en dirección a su
cabecera.
Visión de la nave de la epístola desde los pies del templo
Visión de la nave de la epístola desde la cabecera del templo
En primer lugar, observamos la “Pila de Agua Bendita”, después un cuadro
de la “Virgen de Belén”, de origen anónimo, y copia del cuadro que pintó Alonso
Cano en torno a 1635 y que se conserva en la Catedral de Sevilla.
Virgen de Belén
En el primer tramo de este muro podemos observar la “Sagrada Familia en el descanso de la Huida de Egipto” anónimo del siglo XVIII y de inspiración murillista.
A continuación, un azulejo indicando la tumba de Bartolomé Hidalgo de Agüero y sobre ella un cuadro de la “Divina Pastora” anónimo del siglo XVIII.
En lo alto dos cuadros de apóstoles de fines del siglo XVII,
pero de dudosa identificación iconográfica por estar muy oscurecidos.
Vista general del primer tramo de la nave de la epístola
Divina Pastora
Sagrada Familia en el descanso de la Huida de Egipto
Apóstoles
Apóstoles
Azulejos de la tumba Bartolomé Hidalgo de Agüero
Bartolomé Hidalgo de Agüero por Francisco Pacheco, libro de descripciones y verdaderos retratos de ilustres y memorables varones, Madrid. Biblioteca de la Fundación Lázaro Galdiano.
El primer retablo de esta nave es el de “Nuestra Señora de Montemayor", de estilo neoclásico de 1974, de escaso valor artístico, con la imagen de la Virgen, imagen de vestir, obra de Buiza de 1956.
Pertenece a la Real Hermandad sevillana de Nuestra Señora de Montemayor fundada en 1956.
La virgen de
Montemayor es una reproducción de la virgen del mismo nombre que es patrona de
Moguer (Huelva), pero esta virgen onubense es, al mismo tiempo, la reproducción
realizada por Sebastián Santos en 1937, tras la pérdida de la imagen original
durante la Guerra Civil, con lo que se da la curiosidad de que el discípulo
(Buiza) reprodujo la imagen del maestro (Santos). O sea, la actual imagen
sevillana es copia de la primitiva de Huelva y la actual de Huelva es copia de
la de Sevilla.
La imagen mide 120 cm y fue encargada a Francisco Buiza por D, Manuel
Alcalá de los Reyes, Hermano Mayor, y D. José Llobel Flores, Secretario, en
nombre de la Junta Rectora de la Real Hermandad Sevillana de la Santísima
Virgen de Montemayor.
Vista general del segundo tramo de la nave de la epístola con el Retablo de Nuestra Señora de Montemayor
Retablo de Nuestra Señora de Montemayor
Nuestra Señora de Montemayor
Detalle de Nuestra Señora de Montemayor
Detalle de Nuestra Señora de Montemayor
Sobre un confesonario un cuadro anónimo de "Magdalena
Penitente" del siglo XVII y un cuadro de un Apóstol.
Magdalena Penitente
Apóstol
A continuación, tras pasar la puerta de entrada que
da a la plaza de san Juan de la Palma, se encuentra un anónimo del siglo XVII
de “San Pedro Penitente”, bajo un cuadro de un apóstol.
San Pedro Penitente
Detalle de San Pedro Penitente
Detalle de San Pedro Penitente
Apóstol
Seguidamente la “Capilla de Nuestra Señora de la Cabeza”, patrona de Andújar, fundada el 8 de febrero de 1931.
Su interior se encuentra decorada con un alto zócalo de azulejos con motivos geométricos.
En el centro un retablo barroco con la imagen titular realizada por Fernando Cruz a principios de los años 30 del siglo XX, remodelada por Manuel Cerquera y restaurada por Buiza, siguiendo los modelos de la que se venera en la tierra de Jaén, la popular “Morenita y Pequeñita”.
Se trata de una Virgen de estilo gótico, que lleva en su brazo derecho un
ramo de flores y en el izquierdo al Niño, el cual porta en la mano izquierda el
globo del mundo rematado por una cruz.
En las calles laterales dos imágenes de niños desnudos y en el ático la
imagen de san José.
Se consideran interesantes las pinturas del retablo que representan al
“Santuario” jienense y la “Aparición de la Virgen” aunque no se puede hacer la
fotografía a través de la reja.
La Virgen de la Cabeza de esta Iglesia es copia de la original de Andújar
que se mandó tallar en 1931. Durante la Guerra Civil la original se quemó con
el santuario y se realizó una copia de la copia existente en esta capilla y
llega a San Juan de la Palma en 1941, procedente del convento franciscano de
san Buenaventura.
Hasta el año 1936 esta Capilla estuvo ocupada por la “Virgen Fe las Maravillas” de Benito Hita del Castillo (1783), que fue quemada ese año.
El
origen de la devoción a la Virgen de la Cabeza se puede situar en 1561, en el
convento Casa Grande del Carmen, aunque la hermandad es de 1931.
La Casa Grande del Carmen, fue el principal convento de esta orden en
Sevilla. Se fundó en 1358, fue desamortizado en el siglo XIX, después fue usado
como cuartel y finalmente en 1990 fue adquirido por la Junta de Andalucía para
su utilización como Conservatorio Superior de Música y Escuela Superior de Arte
Dramático.
Capilla de Nuestra Señora de la Cabeza
Retablo de Nuestra Señora de la Cabeza
Nuestra Señora de la Cabeza
Detalle de Nuestra Señora de la Cabeza
En las calles laterales dos imágenes de niños desnudos
San José en el ático
Detalle de San José
Pintura del “Santuario” jienense
Pintura de la “Aparición de la Virgen”
Seguidamente un cuadro de “San Jorge matando al
dragón”, anónimo del siglo XVI y debajo una loza mortuoria de Juan Francisco
González de Andia y su viuda Valeriana Rodríguez y Cabrera y encima un cuadro
de Apóstol.
San Jorge matando al dragón. Anónimo. Siglo XVI. Óleo sobre tabla.
Apóstol
A continuación, la “Capilla de san José”, cerrada por una magnifica reja, con un retablo barroco de finales del XVII presidido por una imagen de san José en un primer cuerpo, le acompaña el Niño Jesús, San Joaquín y Santa Ana con el niño, y en el ático la Virgen de Fátima.
En los
muros laterales San Francisco y san Juan Nepomuceno, en el arco de entrada hay
pinturas murales de la muerte de San José y el nacimiento de la Virgen.
Vista general del tramo de la nave de la epístola con la Capilla de san José
Reja de la capilla de San José y retablo de la capilla
San José y el niño Jesús
San Francisco y san Juan Nepomuceno
Le sigue un cuadro de “La aparición del niño Jesús a san Antonio”, copia de Murillo del lienzo que preside la capilla del Bautismo de la catedral de Sevilla y un cuadro de Apóstol.
La aparición del niño Jesús a san Antonio
Apóstol
Al final de la nave, un retablo del siglo XVIII, en cuyo centro se venera una imagen de vestir de “Sor Ángela de la Cruz” de tamaño natural.
El rostro es
de Javier Cuadrado y el cuerpo y manos de Francisco Berlanga y el retablo fue
restaurado en 1982 por Manuel Calvo Carmona.
La imagen se trasladó en el año 91 desde el convento de Sor Ángela a San Juan de la Palma y desde entonces recibe culto en dicho templo.
Las hermanas de santa Ángela de la Cruz son las encargadas de vestir a la Virgen.
Debajo de la imagen hay un relicario que contiene una reliquia de Santa Ángela, un trazo de hábito, que va en la peana del paso de palio de la Virgen de la Amargura.
En el
ático una imagen de san José del siglo XVIII.
Sobre el banco, la fotografía de un joven Juan Pablo II y sobre las
paredes unos cuadros imposibles de fotografiar al través de las rejas de la
capilla.
Retablo de Santa Ángela de la Cruz
Relicario
San José en el ático
Iglesia de san Juan de la Palma. Interior. Muro del
Evangelio
Desde la cabecera a los pies del templo.
En la zona hastial, un retablo del segundo cuarto del siglo XVIII, restaurado después de 1936, con una copia de la "Virgen de la Antigua" que preside la capilla del mismo nombre de la Catedral de Sevilla.
En el ático una escultura moderna de la Milagrosa, que Juan Martínez califica de estilo “sansulpiciano almirabao almirabao e indigesto”.
Retablo de la Virgen de la Antigua
Pintura de la Virgen de la Antigua
Detalle de la Virgen de la Antigua
Seguidamente, un cuadro de “San Francisco Javier atendiendo a Marcelo Francisco Maserilli”, anónimo del primer tercio del siglo XVII.
Debajo un pequeño retablo de la Inmaculada.
San Francisco Javier atendiendo a Marcelo Francisco Maserilli
Inmaculada
Se continua con la “Capilla Sacramental”, propiedad de la Hermandad de la Amargura.
Es de planta rectangular, resultado de la unión en el siglo XVIII de dos capillas anteriores, una de la marquesa de Fuentes y otra de los Ponce de León, es por ello que se abre a la nave a través de dos puertas.
Presenta abundante
decoración y el primer tramo presenta la cubierta mudéjar original, siendo uno
de los pocos elementos originales del primitivo edificio árabe, mientras que el
segundo, de la izquierda, se cubre mediante una cúpula ochavada sobre trompas ,
decorada con pinturas del XVIII de los Evangelistas y diversos santos y santas
relacionados con la Eucaristía: Santo Tomas de Aquino, san Marcos, santa Clara,
san Lucas, san Juan de Ribera, San Juan Evangelista, santa María Micaela del
Santísimo Sacramento (fundadora de las Adoratrices) y san Mateo.
Cubierta mudéjar
Cúpula ochavada
Detalles de la cúpula
Ha sufrido diversas restauraciones y en
la actual se han cambiado la posición de las imágenes con lo que se han
realizado fotos antes y después, con la distinta colocación de las imágenes en
diferentes retablos.
Un
retablo dorado enmarca la imagen de “Nuestro Padre Jesús del Silencio en el
Desprecio de Herodes”, cotitular de la Hermanad de la Amargura. Se atribuye a
Roldan y se fecha entre 1696 y 1697. Representa el momento en el que Jesús fue
enviado por Pilatos a Herodes y este, tras varias preguntas lo desprecia y le
ciñe una vestidura blanca (Lucas 23, 8-11). Por ello, el nombre del silencio le
viene por el que guardó Cristo ante el interrogatorio de Herodes, de ahí también
la denominación cofradiera del Silencio Blanco, que asimismo se utilizó incluso
para título de una marcha de cornetas y tambores de Julio Vera.
La imagen se presenta sobre una peana de madera policromada, descalzo y maniatado frontalmente, con la mano derecha sobre la izquierda, vestido con la túnica representativa del pasaje, en posición andante tras el desprecio realizado por el tetrarca.
Es una imagen para vestir de 185 cm. El cuerpo no es el original, pues Juan Luis Vasallo realizó uno nuevo en 1951 cambiando la posición de las manos, pasando de detrás hacia adelante.
Las manos son de Sebastián Santos de 1935.
En 1881 fue restaurada por Emilio Pizarro de la Cruz, en 1913 y 1917 por José Ordoñez Rodríguez, en 1928 por Manuel Galliano Delgado, en 1959 y 1974 por Francisco Buiza, en 1980 por Francisco Peláez del Espino y en 1995 por Fuensanta de la Cruz Calatrava en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía.
Esta imagen pasó desde la capilla de los Esquiveles en 1904, cuando la hermandad de la Amargura se fusionó con la Sacramental de san Juan de la Palma.
Retablo de “Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes” visto por la segunda puerta (más próxima a los pies del templo) de acceso a la Capilla Sacramental
Ubicación del retablo bajo la cúpula
Ático del retablo y
"Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes” en los distintos retablos
Detalles de “Nuestro Padre Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes” en los distintos retablos
“San Jerónimo Penitente”, anónimo de finales del siglo XVII.
“La ultima cena”, también anónimo del siglo XVII, deudora de la pintura del mismo tema de Murillo en la iglesia de santa María la Blanca.
“La Apoteosis de la Eucaristía” de finales del siglo XVII, copia del lienzo de Herrera el Mozo de la catedral de Sevilla.
La ultima cena
“La Apoteosis de la Eucaristía”
El “Altar de la Inmaculada” (actualmente ocupado por la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio) es neobarroco con la efigie de la Inmaculada dentro de una hornacina.
Es una talla del siglo XVIII, coronada con doce estrellas y sobre una media luna, siguiendo el Apocalipsis de san Juan.
En el ático sostenido por dos columnas de capiteles corintios, existe un medallón en relieve del Arcángel San Miguel.
La imagen de la Inmaculada era originalmente de medio relieve y ocupaba la parte alta del Altar Mayor. Cuando en 1960 se compra el nuevo retablo, Francisco Buiza la transforma en imagen de bulto redondo y le aplica la actual policromía, desplazando su ubicación a la Capilla Sacramental.
A los lados, colocadas sobre peanas en el muro, aparecen san Joaquín y santa Ana de finales del siglo XVIII.
Detalle de la Imagen de la Inmaculada
San Joaquín y Santa Ana
Imagen de la Inmaculada y detalle de la peana con cinco cabezas de angelotes
" La Caída del maná" atribuida a Lucas Valdés de 1700
Dentro de las modificaciones
temporales de la colocación de las imágenes, en el retablo situado bajo la
cúpula se presenta un crucificado (Cristo de Burgos).
Detalles del crucificado
Le sigue el “Retablo de la Ánimas benditas del Purgatorio”, del siglo XVII, realizado por Andrés Pérez el retablo y las pinturas por Francisco Jiménez.
Delante un pequeño crucificado, exactamente igual que en la Iglesia de san Pedro.
Este retablo fue
gravemente dañado en 1936.
Retablo de las ánimas entre las dos entradas de la Capilla Sacramental
Detalles del Retablo de las Ánimas
Ático del Retablo de las Ánimas y Crucificado situado delante de la pintura
Una pintura de “Las Ánimas del Purgatorio con san Lorenzo”, atribuido a Vicente Alanis de finales del XVIII.
Un cuadro de la “Inmaculada”, anónimo del siglo XVIII y un pequeño retablo de san Antonio de Padua.
Inmaculada
Retablo y detalle de la imagen de san Antonio de Padua
La "Capilla del Bautismo", del siglo XVIII, se sitúa entre dos capillas de origen funerario, la de los Maldonado de Saavedra (luego trasformada en Capilla Sacramental) y la de la familia Esquivel y era el lugar reservado a los que iban a ser incluidos en la comunidad cristiana a través del sacramento del bautismo.
En ella se bautizaron los hermanos Manuel y Antonio Machado en 1874 y 1875 respectivamente.
Hay referencia a la presencia de una imagen de San Juan Bautista y un lienzo de
la Virgen con el niño. Pero a través de la reja solo es posible fotografiar la
Pila Bautismal.
Siguiendo en la nave del Evangelio y hacia los pies del templo, Ecce Homo copia dieciochesca de Murillo, y un Sagrado Corazón de talla moderna, sobre una peana.
“La Estigmación de san Francisco”, anónimo de la escuela sevillana de 1670.
“La Adoración de los Reyes”, anónimo del siglo XVII, parece que copia de Rubens.
“Salome con la cabeza del Bautista”, anónimo de finales del XVII o comienzos del XVIII.
Pared de la Capilla Bautismal con los elementos de su entorno
Sagrado Corazón y
La Estigmación de San Francisco
En el templo este enterrado
don Juan Sánchez Maldonado natural de Salamanca, graduado en derecho, que fue
alguacil de Sevilla por la influencia del conde de Niebla y por la gracia del
arzobispo de Sevilla, le fue permitido ser enterrado en la misma. También está
enterrado en este templo Melchor Maldonado, embajador de Roma por los Reyes
Católicos.
Finalmente, en la nave del
Evangelio, dos puertas cerradas, a los lados del cuadro de “Salomé con la
cabeza del Bautista”. La primera da acceso a la escalera del Alminar de la
primitiva mezquita y a otra escalera que sube a un piso superior donde se
conservan los enseres de la Hermandad en diferentes vitrinas, la segunda a la
Capilla de los Esquivel.
Placa de la Leyenda Popular ya comentada
La "Capilla de Esquivel" fue adquirida en 1511 por la familia Esquivel, como capilla funeraria para sus miembros y fue cedida en 1724 a la Hermandad Penitencial del Silencio por D. Francisco de Esquivel Medina y Barba, que era su propietario al ser descendiente de D. Alonso Esquivel, Comendador de Castilleja de la Orden de Santiago, que la fundó en 1512.
Aquí permaneció la
sede de dicha hermandad hasta 1904, cuando, al fusionarse con la Hermandad
Sacramental, pasó a ocupar la Capilla sacramental.
A este respecto, existe una inscripción en el muro oriental: “EN ESTA
ANTIGUA CAPILLA RECIBIERON CULTO NUESTRAS IMÁGENES TITULARES DESDE EL AÑO DE
1724 AL DE 1904”, y una antigua lauda sepulcral, con el escudo de los Esquivel
y la siguiente inscripción: “ESTA CAPILLA Y BOBEDA ES DE ALFONZO DE ESQUIVEL
CAVALLERO DEL ORDEN DE SANTIAGO COMENDADOR DE CASTILLEJA DE LA CUESTA, Y DE SUS
HEREDEROS Y SUBCESORES. DONDE YACE DOÑA MARIA DE ESQUIVEL MEDINA Y VARBA
MAQUESA DE VALDEOSERA CUYO POSEEDOR ES D. JUAN DE ESQUIVEL MEDINA Y BARBA. AÑO
DE 1699”.
Existe referencia sobre otra inscripción en el primitivo retablo:” ESTE RETABLO MANDO HACER Y PONER EN ESTA CUPULA, ALONSO DE ESQUIVEL, COMENDADOR DE CASTILLEJA DE LA CUESTA, A HONOR Y REVERENCIA DE NUESTRA SEÑORA LA MADRE DE DIOS, Y DEL BIENAVENTURADO SANTIAGO SU PATRON, Y DE LA BIENAVENTURADASANTA CATALINA MARTIR. AÑO DE 1511”.
También, existe referencia de la escritura concertada en 1724 con
Francisco Esquivel Medina y Barba, quien detentaba el patronazgo de la capilla,
y la Hermandad del Silencio, hasta entonces radicada en la parroquia de san
Julián”… para colocar sus imágenes construye altar cubriendo las imágenes
titulares de la Virgen, Santiago y Santa Catalina, que estaban pintadas al
fresco en la pared, y la sustituye en su nuevo altar en unos medallones de
relieve de ningún mérito. Este altar se quitó el año anterior para colocar el
que existe, y con el perecieron las memorias antiguas de esta capilla que tiene
como la del Bautismo reja de madera”.
Esta antigua capilla de los Esquivel, ocupa la planta baja de la antigua
torre-campanario, de modo que sobre ella está construida dicha torre y es uno
de los lugares donde se conservan restos árabes. Se adosa al muro septentrional
del templo, sobresaliendo levemente del muro de la fachada de los pies.
Se abre a la nave del Evangelio, actualmente por una puerta de
cuarterones, colocada posiblemente en 1904, cuando la capilla perdió su función
como tal y pasó a utilizarse como almacén de la Hermandad de la Amargura. Con
anterioridad, tenía una reja de madera, como la de la capilla Bautismal, según
señala González de León, que la separaba de la nave de la iglesia dándole un
carácter privativo.
La capilla se cubre con una bóveda baída o bóveda de pañuelo y en el muro oriental se inserta la escalera de caracol, que hemos mencionado, que sube al campanario y que abría al exterior.
Esta escalera termina en una torrecilla poligonal con cubierta esquifada de seis cascos, muy habitual en el mudéjar sevillano.
Junto al ángulo nororiental de la torre se encuentra un aljibe que recogía las aguas pluviales, origen posiblemente de las humedades por capilaridad de los muros de esta zona.
Torres semejantes a esta, con capilla en la planta inferior y escalera de caracol embutida en el muro, las encontramos en otras iglesias mudéjares sevillanas, como Santa Ana, Omnium Sanctorum, San Gil y San Andrés.
Visión frontal de la capilla Esquivel desde su puerta
Bóveda Baída
Había una vitrina y un tabique al fondo de la capilla y al retirarlo se puso al descubierto los restos de la decoración del arcosolio, correspondiente al altar de la antigua capilla y en la que se ha identificado la escena de los “Desponsorios místicos de Santa Catalina de Alejandría”, que puede situarse cronológicamente en la segunda mitad del siglo XIV.
Decoración del arcosolio con los “Desponsorios místicos de Santa Catalina de Alejandría”
La obra es un temple sobre mortero y rebasaba el arcosolio extendiéndose a los muros y posiblemente también a la bóveda.
La escena está muy perdida pero los restos conservados son suficientemente elocuentes para poder identificarla.
En el centro de la escena se representa a la Virgen con el Niño Jesús en brazos, sentada en una especie de solio, formado por un gran cortinaje que remata una corona sostenida por dos ángeles y cuyos extremos inferiores también recogen otros dos ángeles.
Santa Catalina arrodillada ante la Virgen y el Niño extiende su mano para que este le coloque el anillo.
La santa aparece coronada, poniéndose de manifiesto su rango social.
En la parte inferior izquierda se aprecia levemente esbozada una figura que posiblemente sea un donante.
En el intradós del arco se aprecian dos decoraciones superpuestas, la primera de motivos vegetales muy estilizados en blanco sobre fondo rojo, y la segunda a base de estrellas doradas sobre fondo azul.
Se trata de una obra de notable calidad, equiparable a otras obras del siglo XIV, como la Virgen del Coral, La Virgen de Rocamador y la Virgen de la Antigua.
Determinados textos, hablan de Catalina como esposa de Cristo, pero no de una boda, aunque existen algunas representaciones de esta escena anteriores a esta fecha, lo que indica que hubo una versión anterior de la leyenda, que se ha perdido.
La introducción de este tema en el trecento italiano se relaciona con la sensibilidad de transformar las cualidades espirituales en escenas concretas, representando a la Virgen y Cristo en el Cielo, los Desposorios de la Virgen con San José, los de San Francisco con la pobreza y los de Santa Catalina con Cristo, como en este caso.
A los pies de la nave, sobre la puerta de la calle Feria destaca la vidriera vista desde el interior y un pequeño órgano barroco en el lateral del Evangelio.
Vista de los pies del templo desde su cabecera con la vidriera desde el interior
Vista del órgano en el último tramo de la nave del Evangelio
Angelito con lira en el ático del órgano
Finalmente observamos las tablillas del Vía Crucis.
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