domingo, 15 de septiembre de 2024

RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas 

Fray Fernando Yáñez de Figueroa.

Natural de Cáceres y de noble linaje, pues sus padres eran Juan Fernández de Sotomayor, influyente personaje de la corte de Alfonso XI y María Yáñez de Figueroa.

Se educó y crio junto al príncipe heredero, Pedro I, que le demostró sincera amistad.

Siendo muy joven optó por la vida clerical, y su amigo, ya Rey, le proveyó de una canonjía en Toledo y de la capellanía mayor de la capilla de Reyes Viejos de la Catedral de Toledo.

Pero renunció a estas prebendas para unirse a un grupo de eremitas establecidos en los montes de El Castañar, cerca de Toledo.

Para evitar la visita de sus amigos cortesanos se trasladaron a la ermita de Nuestra Señora de Villaescusa o Bellaescusa, en las riberas del rio Tajuña, entre Orusco y Ambite (Madrid), a la que poco después se incorporó Pedro Fernández Pecha (ver), y comenzó a gestarse la fundación de la Orden de San Jerónimo.

En 1367 se trasladaron a la ermita de san Bartolomé, en Lupiana (Guadalajara) donde se constituyó el primer monasterio de la Orden Jerónima.  

Para solicitar la aprobación papal Pedro Fernández Pecha marchó con Pedro Román a Aviñón, donde Gregorio XI concedió la bula “Sane petitio o Salvatoris humanae generis” de 15 de octubre de 1373, fijándoles como constitución y norma de vida la regla de la orden de san Agustín, según la observancia que de ella se hacía en el monasterio eremítico de Santa María del Santo Sepulcro de Florencia. ​

En 1374, Fernando Yañez aparece como prior de San Bartolomé de Lupiana, Monasterio que rigió con gran acierto y ejemplo de virtudes hasta que en 1389 salió con treinta y un monjes de aquella comunidad a hacerse cargo del insigne Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe (Cáceres), que entonces se entregaba a la Orden de San Jerónimo y se erigía en monasterio.

Guadalupe era un monasterio rico, cabeza de un señorío temporal con numerosas propiedades y rentas y en los años de su gobierno Yáñez contribuyó a engrandecerlo y embellecerlo con la construcción del claustro de los Milagros y su templete mudéjar, el hospital de San Juan Bautista, la enfermería monástica y las granjas de recreo de Valdefuentes y Mirabel. 

Se mantuvo al frente del monasterio hasta su muerte, ocurrida el 25 de septiembre de 1412.

Fray Fernando Yáñez de Figueroa. Valdés Leal, Juan de. Hacia 1657. Óleo sobre lienzo. 246 x 126 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala VIII. Procede de la Desamortización (1840) del Monasterio de san Jerónimo de Buenavista


Valdés representa al monje jerónimo en tres cuartos, con los brazos abiertos y expresión de asombro ante la visión de la Virgen de Guadalupe que aparece en el ángulo superior izquierdo. 

Detalle del fraile y la Virgen de Guadalupe

En un segundo plano a la derecha, sobre una mesa, aparece una mitra, símbolo de su renuncia al arzobispado de Toledo que le ofreció Enrique III.

Detalle de la Mitra

Al fondo de la escena aparecen dos personajes que se corresponden con el rey Enrique III de Castilla colocando un solideo sobre la cabeza de fray Fernando para nombrarle arzobispo de Toledo.

Detalle del rey Enrique III

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