domingo, 29 de septiembre de 2024

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Humanistas

Diego Ortiz de Zúñiga.

Retrato póstumo del aristócrata e historiador Diego Ortiz de Zúñiga (1633-1680), que fue caballero de la Orden de Santiago y Veinticuatro de Sevilla. Esta obra es una copia realizada en 1751 del original que pintó Bartolomé Esteban Murillo hacia 1653, y procede del antiguo colegio agustino de San Acacio, que fue convertido posteriormente en biblioteca municipal, y al que fue donado por el nieto del historiador Diego Ortiz de Zúñiga, llamado José Ortiz de Zúñiga, que era marqués de Montefuerte. (CC BY 3-0)

Nació en una familia noble que llegó a la capital andaluza durante la Reconquista, en el siglo XIII.

Hijo del caballero de la Orden de Calatrava, Capitán de Infantería y Veinticuatro de Sevilla (ver) Juan Ortiz de Zúñiga y de Leonor Luisa del Alcázar y Zúñiga.

La casa en la que se crió, según documentos notariales, iba de la Plaza de San Martín al Pozo Santo.

También pasó parte de su vida en la actual calle Jesús del Gran Poder (ver). Concretamente, en la antigua farmacia militar, actualmente convertida en dependencias de la Consejería de Justicia e Interior de la Junta de Andalucía.

Estudió en el colegio jesuita de la iglesia de San Hermenegildo que estuvo activo entre mediados del siglo XVI y finales del XVIII. En su formación y su interés por la historia, fue pieza clave su tío José Maldonado y Saavedra, erudito, estudioso e investigador de antigüedades.

Con tan sólo siete años, sus padres solicitaron su ingreso en la Orden de Santiago y, después de verificadas las pruebas necesarias, se celebró la ceremonia en Sevilla en 1640.

Al cumplir los veinte años se le concedió una plaza de Veinticuatro en el Cabildo hispalense, por Cedula Real fechada en Madrid el 8 de septiembre de 1653:” Por ser caballero hijodalgo, notorio de sangre y caballero de la orden de Santiago".

En 1657, contrajo matrimonio con Ana María Caballero de Cabrera, hija de Diego Caballero de Cabrera, Veinticuatro de Sevilla, Caballero de la Orden de Santiago, y de su esposa María Jerónima Caballero de Illescas.

En su casa solían celebrarse tertulias a las que asistían hombres versados en letras y artistas de reconocido prestigio en la época.

Tenía una biblioteca que acumuló una extensa biblioteca de “más de mil cien libros”. Un número considerable para una época en la que el rey, Felipe IV, contaba con una biblioteca personal de algo más de “dos mil libros”. Parte de su producción, entre la que se encuentran obras poéticas, narrativas y genealógicas, se puede encontrar en la Institución Colombina.

Pero además de bibliófilo, Ortiz de Zúñiga era un importante coleccionista de pintura, pero sus colecciones están repartidas por distintos lugares del mundo, destacando una Virgen del Rosario actualmente ubicada en Londres o un retrato de Murillo.

Amigo de Miguel de Mañara, el 11 de julio de 1665, solicitó su ingreso en la Hermandad de la Caridad, confirmándose el día 17 de septiembre tras el informe emitido por tres hermanos. Su relevancia en el seno de la corporación llegó hasta ser uno de los miembros de la comisión, en la que también estaba Murillo, que eligió a Pedro Roldán para realizar el retablo mayor de la iglesia de San Jorge.

Además, por su condición de veedor de la armada, estuvo estrechamente vinculado a la Casa de la Contratación; y, por su amistad con el duque de Medinaceli, a la Casa de Pilatos, de la que fue alcaide.

Por encargo del pariente mayor de la casa de los Ortizes de Sevilla, Alonso Ortiz de Zuñiga, II Marqués de Valencina, realizó una obra genealógica de su linaje titulada “Discurso Genealógico de los Ortizes de Sevilla” que abarca desde la conquista de Sevilla en 1248 hasta el 1680, que se conserva en la Biblioteca Nacional de España. 

Pero su obra más importante y que le ha convertido en el mayor cronista de Sevilla es “Annales Eclesiásticos y Seculares de la muy Noble y muy Leal Ciudad de Sevilla, Metrópoli de Andalucía”, que contiene sus más principales memorias desde el año de 1246 hasta el año de 1671. Libro editado por Juan García Infanzón, en la Imprenta Real, Madrid en 1677, y dedicado a Juan Francisco de la Cerda, VIII duque de Medinaceli, Adelantado Mayor y Notario Mayor de Andalucía, Alguacil Mayor de Sevilla, descendiente del santo rey Fernando III de Castilla y León, conquistador de Sevilla en 1248.

También escribió e hizo imprimir “Posterioridad de Juan de Céspedes, Trece y Comendador de Monasterio en la Orden de Santiago” y empezó a redactar su obra “Teatro genealógico de los Céspedes de Sevilla” que no llegó a concluir. ​

Falleció en 1680 a la edad de 44 años y fue enterrado en la capilla de la Iglesia de San Martín de Sevilla (ver), pues pidió ser enterrado a los pies de la que fue su mayor devoción mariana: la Divina Enfermera, a la que define como “el sujeto de mi honesto trabajo y estudio”

Iglesia de san Martín

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