AREA DE SAN ROMAN
Hermandad de los Servitas.
La Orden de los
Siervos de María (en latín: Ordo Servorum Mariae),
comúnmente conocida como Orden de los Servitas, es una congregación religiosa
católica de vida apostólica y de derecho pontificio.
Fue fundada el
15 de agosto de 1233 en Florencia por un grupo de siete hombres, conocidos
tradicionalmente como los Siete Santos Fundadores, quienes formaban parte de
una cofradía laica dedicada a la veneración de la Virgen María.
La fecha de
fundación coincide con la solemnidad de la Asunción de la Virgen, lo que
explica que sus miembros sean llamados “Siervos de María” o simplemente
“Servitas”. Acompañan sus nombres con las siglas O.S.M.
La Orden
constituye un caso singular en la historia de la Iglesia, al ser la única
fundada por un grupo de siete personas, no por uno o dos fundadores, cuyos
nombres, según la tradición, son: Buen hijo Monaldi, Bonayunta Manetti, Manetto
dell’Antella, Amadio degli Amidei, Sosteneo, Hugo y Alejo Falconieri.
El 13 de marzo
de 1249, el papa Inocencio IV concedió su aprobación oficial y desde entonces,
los Servitas adoptaron la Regla de San Agustín y un hábito de color negro.
La Orden posee
un gobierno centralizado bajo la autoridad de un prior general, elegido por
periodos de seis años, renovables. Su organización interna se divide en
provincias, cada una encabezada por un prior provincial.
El proceso
formativo de los frailes Servitas comprende tres etapas: prenoviciado,
noviciado y profesión religiosa (primero simple, luego solemne). Durante el
prenoviciado se realiza el discernimiento vocacional. El noviciado constituye
una etapa de formación espiritual y vida comunitaria. En el profesado se comprometen vivir y
experimentar la vida del fraile Siervo de María; primero con los votos simples
y finalmente los solemnes, por medio de los cuales el fraile se consagra
públicamente al servicio de Dios y Santa María
Inspirados
por la figura de la Virgen María como Sierva del Señor, los Servitas aspiran a
vivir una vida de comunión fraterna, oración, servicio y anuncio del Evangelio.
Promueven el desarrollo de los dones individuales de cada miembro en beneficio
tanto de la comunidad como de la sociedad.
Hacia
2015, la Orden contaba con aproximadamente 872 religiosos, de los cuales 587
eran sacerdotes, y unas 150 comunidades distribuidas en los cinco continentes.
Presencia de los Servitas en Sevilla
La rama
laical de los Servitas en Sevilla, conocida como Orden Tercera Servita, fue
erigida formalmente el 16 de agosto de 1696 con la aprobación de sus primeras reglas,
aprobadas por el Provisor del Arzobispado D. Jaime de
Palafox y Cardona (ver).
No
obstante, existen indicios documentales que permiten situar su existencia en
fechas anteriores. Un grabado de Francisco Gordillo de 1773 menciona una imagen
de Nuestra Señora de los Dolores en su capilla junto a San Marcos, a la que ya
se le habían concedido indulgencias por parte del Cardenal Borja, arzobispo de
Sevilla entre 1632 y 1645, lo que sugiere que la hermandad ya operaba en la
primera mitad del siglo XVII. En el grabado se puede leer “verdadero
retrato de Nuestra Señora de los Dolores, sita en su capilla de V.O.T. de
Siervos de María, junto a San Marcos de Sevilla, cuyo altar es de animas
perpetuo y diario. El Exmo Sr. Cardenal Borja y otros Sres. Arzobispos
concedieron 200 días de indulgencia rezando una salve”
La corporación
nació en la parroquia de san Marcos en torno a la devoción
de una pequeña imagen de la Piedad, de la escuela alemana de aproximadamente la
segunda mitad del siglo XVI, y que la hermandad conserva en una pequeña
hornacina en el presbítero de su capilla (ver).
A principios
del siglo XVIII, la hermandad adquirió terrenos cercanos a la actual plaza de
Santa Isabel, donde construyó su capilla y Casa de Hermandad, estableciéndose
definitivamente allí en 1713.
El 21 de julio
de 1720, por iniciativa del padre Juan de Lara Villafranca, obtuvo autorización
desde Roma, por parte del prior general de la Orden, fray Sosteneo María
Cavalli, para constituirse como Venerable Orden Tercera de Servitas, iniciando
así una etapa de crecimiento devocional e institucional.
En 1730, la
hermandad encargó al escultor José Montes de Oca (ver) las imágenes titulares de Nuestra Señora de los Dolores
y el Santísimo Cristo de la Providencia.
A lo largo del siglo XVIII se enriqueció el
patrimonio artístico con el retablo mayor y una serie de pinturas sobre la vida
de la Virgen y la Pasión de Cristo.
Las reglas
fueron aprobadas por el Real Consejo de Castilla en 1772. Entre sus hermanos
figuraban numerosos miembros de la nobleza sevillana, como la Casa Ducal de
Medinaceli, los Marqueses de Valencina y la Condesa de Lebrija. En 1779, el rey
Carlos III le concedió los títulos de "Real" e "Ilustre".
El siglo XIX fue difícil para la
hermandad, marcada por las pérdidas ocasionadas durante la invasión
napoleónica, aunque se mantuvieron los cultos y se tiene constancia de
procesiones hasta 1926.
Durante la Guerra Civil, el patrimonio
volvió a verse afectado, aunque las imágenes fueron salvadas gracias a la
intervención de D. Manuel Crespo, Capiller de la hermandad.
El 26 de noviembre de 1967, en el Convento de Santa Isabel, se bendijo la imagen de María Santísima de la
Soledad, realizada en el taller de Castillo Lastrucci (ver) y
remodelada por Antonio Joaquín Dubé de Luque (ver).
Fue donada por los hermanos Esteba y Juan de Dios Pechero Guinea.
El 30 de diciembre de 1971, el Cardenal
José María Bueno Monreal autorizó la transformación de la corporación en
Cofradía de Penitencia.
Como cofradía su nombre completo es Real, Ilustre y Venerable
Hermandad de Nazarenos y Primitiva Cofradía Servita de Nuestra Señora de los
Dolores, Santísimo Cristo de la Providencia, María Santísima de la Soledad y
San Marcos Evangelista y nunca ha abandonado su sede histórica: la
Capilla de Nuestra Señora de los Dolores.
El 1 de abril de
1972 se realizó la primera Estación de Penitencia a la Catedral con el paso de
misterio. En 1981 se incorporó el paso de palio con la Virgen de la Soledad.
El paso de
misterio representa la escena de la Piedad, con la Virgen al pie de la cruz,
sosteniendo el cuerpo yacente de Jesús. Tallado en madera noble en 1979, está
iluminado por cuatro faroles plateados y rematado con una cruz de plata y carey
diseñada por Dubé de Luque (ver). La
Virgen viste manto de terciopelo negro, bordado en el convento de Santa Isabel
en 1975.
En el
paso de palio aparece María Santísima de la Soledad. En su frontal lleva una
réplica en miniatura de la Virgen de San Lorenzo, patrona de Valladolid,
obsequio del Ayuntamiento vallisoletano. El palio, de terciopelo granate con
bordados en oro, presenta orfebrería plateada.
En febrero de 2009 se estrenó un nuevo manto para la Virgen, confeccionado en el taller de Jesús Rosado (Écija), siguiendo un diseño original de Dubé de Luque, quien también concibió el diseño del palio.
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