viernes, 19 de septiembre de 2025

RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

María Santísima de Villaviciosa.

Retablo de la Virgen de Villaviciosa con San Juan Evangelista y María Magdalena

La tradición nos habla del hallazgo de la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. de Villaviciosa en el Alentejo portugués, concretamente en Vila Viçosa. Unos trabajadores estaban dedicándose a replobar los viñedos de la zona y descubrieron una caja de plomo, enterrada desde época remota, que contenía una bella imagen de la Virgen.

Comenzaron a darle culto solemnemente primero en la iglesia del pueblo y después en un pequeño santuario que en su honor edificaron en el mismo viñedo donde había aparecido.

Con el paso de los años, se fue abandonando la ermita hasta el punto de extinguir prácticamente el culto a la Stma. Virgen aparecida.

Un vaquero castellano llamado Hernando, llevado por el intenso afecto que sentía, tomó la imagen y, metiéndola en su zurrón, emprendió el camino de Córdoba, y en la sierra cordobesa de las Gamonosas en la amplia concavidad del tronco de un alcornoque encontró el nuevo lugar de culto para la imagen.

Cuenta la leyenda que un numeroso cortejo de caballeros portugueses lograron encontrar al vaquero y la desaparecida imagen de la Virgen, lo apresaron y emprendieron el viaje de regreso. Hernando fue encarcelado, procesado y condenado a muerte en la horca. Hernando imploró a la Virgen de Villaviciosa y llegada la mañana de la ejecución, fue milagrosamente liberado de la cárcel y la imagen restituida al alcornoque de la sierra cordobesa.

Los portugueses, recorrieron de nuevo el camino y, llegando a las Gamonosas, descubrieron a Hernando delante de la Virgen. Fue de nuevo detenido y volvieron de regreso hacia Portugal, pero tras varios días de camino, comprobaron que, después de tan largo recorrido estaban en el mismo lugar de partida.

Tomando por milagro lo sucedido determinaron, que la sagrada imagen de la Virgen no quería abandonar aquel altar de la sierra cordobesa.

En este lugar, se construyó un santuario en su honor y creció una aldea, denominada de Vila Viçosa, que Carlos III, en 1775, otorgó el título de villa como Villaviciosa de Córdoba.

El culto de esta advocación de la Virgen fue traído a Sevilla en el siglo XVI por genoveses establecidos aquí para el comercio con las Indias. Entre ellos, el alfarero Tomás Pessaro fundó en 1582 una cofradía bajo esta advocación en el Hospital del Espíritu Santo, situado en la actual calle Tetuán. Tras la reducción de hospitales decretada por el cardenal Rodrigo de Castro en 1587, la corporación se trasladó al barrio de los Humeros, donde acabó fusionándose con la del Santo Entierro, dando lugar a la Hermandad de Penitencia bajo la doble advocación de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de Villaviciosa.

Es la única imagen que queda procesionando del grupo escultórico inicial realizado por Quirós para representar el Misterio del Duelo, por encargo del presbítero y mayordomo de la corporación, Manuel González de Contreras. El resto de tallas (las Tres Marías, los Santos Varones y san Juan Evangelista) se perdieron en la invasión francesa y fueron sustituidas en 1829, por otras de Juan de Astorga(ver), por orden del Asistente de la Ciudad, don José Manuel de Arjona

El "paso de duelo" está inspirado en el rito de expresar la condolencia a los familiares del difunto tras enterrar al fallecido en el cementerio. La escena representada no aparece en los textos de los Evangelios canónicos, ni tampoco en los apócrifos, y tiene su base iconológica en la sociológica y el costumbrismo, haciéndose en su concepción uso de un recurso muy barroco que consiste en llevar los usos y costumbres sociales a las personas y sucesos de la vida sagrada, con intención de incrementar el realismo.

Imágenes del duelo

Se trata de una figura de candelero de 1,64 metros de alto, obra de Antonio de Quirós, en 1.691. Se caracteriza por su expresión contenida y serena, en la que se equilibra el dolor por la muerte del Hijo con una noble dignidad que transmite recogimiento y solemnidad. El modelado del rostro, de facciones delicadas y suaves, unido a la inclinación de la cabeza y la mirada baja, refuerza la espiritualidad intimista de la escultura.

Presenta la mirada baja, el ceño fruncido, la nariz afilada, la boca entreabierta dejando ver los dientes superiores.

Virgen de Villaviciosa
Detalle de la Virgen de Villaviciosa
Detalle de la Virgen de Villaviciosa
Detalle de la Virgen de Villaviciosa
Detalle de la Virgen de Villaviciosa