RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes
Nuestra Señora del Pópulo. Museo de Bellas Artes.
Nuestra Señora del Pópulo. Anónimo
sevillano. Hacia 1670. Museo de Bellas Artes. Claustro de los Bojes. Procede de
la Desamortización (1840) del Convento del Pópulo
En
el claustro de los Bojes del Museo de Bellas Artes, destaca el azulejo de
Nuestra Señora del Pópulo. Presidía la fachada de la Iglesia del convento
agustino que recibía el nombre de esta advocación mariana y que se encontraba
en el barrio del Arenal. Estaba rodeado de otros paneles de cerámica de Triana
que representaba a santos agustinos. En el siglo XVII, en que se edificó el
templo, era habitual el recubrimiento con paneles cerámicos, concebidos como
cuadros aislados, formando fachadas-retablo.
Esta
obra se encontraba sobre la portada, constituyendo el conjunto más notable de
este tipo de decoración mural. Estaba rematado por San Agustín con Jesucristo y
la Virgen. A ambos lados se encontraba san Nicolás de Tolentino, Fray Juan de
Sahagún, santa Mónica y Santa Clara de Montefalco. Bajo estos el Papa san
Gelasio y a la derecha el obispo santo Tomas
de Villanueva.
El
convento acabó siendo cárcel, donde la saeta de un preso inspiró la marcha “Soleá
dame la mano”. Cuenta la leyenda que durante una de las crecidas del rio el
agua arrancó el retablo de la Virgen que se mantuvo flotando con la lámpara de
aceite que la iluminaba misteriosamente encendida.
Con
la desamortización de los bienes eclesiásticos, los azulejos de la fachada se
desmontaron y trasladaron al Museo. Actualmente están instalados en el
vestíbulo del museo todos excepto este.
La
representación de la Virgen del Populo tiene su origen en la pintura de la
Virgen Salus Populi Romani, conservada en la iglesia de santa María Maggiore de
Roma, de origen bizantino.
Es
un icono que ancla su devoción en tiempos remotos, pues se viene venerando desde
la aparición de los primeros cristianos, de hecho, su realización se atribuye a
San Lucas.
En
Sevilla, la devoción a la Virgen del Populo se inició con Maese Rodrigo de Santaella,
quien trajo hasta la Universidad de Santa María de Jesus, en 1505, una tabla
bizantina que sigue formando parte de la pequeña capilla que actualmente se
encuentra al inicio de la Avenida de la Constitución, que se localiza en la
fila de abajo del altar.
Detalle
En el azulejo que nos ocupa, la Virgen aparece de medio cuerpo con el Niño en sus brazos que está en actitud de bendecir. Viste con túnica púrpura y manto azul, y, como su hijo, esta coronada y la estrella en el hombro alude a su virginidad Esta representación supera el hieratismo del icono romano y las figuras, si bien no se comunican con la mirada, lo hacen con el gesto de la Virgen de acercar su cabeza al Niño y por la mano de este que acaricia la de su madre. Los rostros ganan en expresividad al dirigirse al espectador con una intensa mirada y un asomo de sonrisa.