jueves, 30 de octubre de 2025

 EXCURSIONES

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Aroche.

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Aroche fue mandada construir por los Reyes Católicos en 1483. Su edificación se prolongó a lo largo de varios siglos, desde finales del XIV hasta el XVII, lo que explica la presencia de elementos pertenecientes a diferentes estilos arquitectónicos: gótico, mudéjar y renacentista.

La parte más antigua se conserva en el muro de los pies, donde se encuentra la portada gótico-mudéjar conocida como Puerta de las Limosnas y una ventana superior que podría datarse en el siglo XIV.

A finales del siglo XV comenzaron las obras de un nuevo templo, construido íntegramente en ladrillo, que comprendía el muro perimetral, el presbiterio y la torre.

Durante los primeros años del siglo XVI se levantaron los pilares y bóvedas del primer tramo, siguiendo el modelo del gótico final característico de la Catedral de Sevilla.

Hacia 1530 intervino el maestro mayor de Sevilla Diego de Riaño, responsable de la sacristía, de planta rectangular y cubierta con bóveda vaída decorada con casetones.

En la siguiente fase constructiva, iniciada a partir del segundo tramo, se sustituyó el ladrillo por un aparejo mixto y se rediseñaron los pilares interiores, abandonando el esquema gótico por uno de carácter pseudocolumnario. A esta etapa pertenece la intervención del arquitecto renacentista Hernán Ruiz II, quien entre 1562 y 1569 realizó las dos portadas laterales: la Puerta del Sol, al sur, y la Puerta de las Flores, al norte.

La evolución de estilos se percibe también en el exterior. La segunda fase se concluyó a comienzos del siglo XVII, como atestigua la fecha de 1609 grabada en el reloj de sol del último contrafuerte del muro de la epístola.

El último tramo del templo nunca llegó a cubrirse, y tampoco se derribó el antiguo muro de los pies. Posteriormente se construyó sobre la nave central una tribuna-coro, destinando los tramos laterales a dependencias auxiliares; sobre esta estructura se levantó en el siglo XVII una pequeña espadaña de ladrillo.

En 1835, con motivo de la instalación de un nuevo retablo, se añadió al presbiterio un camarín de estilo neoclásico.

En tiempos recientes, diversas restauraciones han devuelto al conjunto su actual prestancia.

EXTERIOR

El templo, exento, permite contemplar sus cuatro fachadas.

La Portada principal, situada a los pies, quedó inconclusa y conserva restos de la primitiva iglesia gótico-mudéjar del siglo XIV. Presenta un esquema simple con un piñón triangular que unía las naves laterales y la central, posiblemente coronado por una espadaña hoy desaparecida.

En la portada de los pies, la Puerta de las Limosnas, del siglo XV, responde al estilo gótico. Está formada por tres arquivoltas apuntadas de piedra, enmarcadas por un alfiz decorado con bolas en su trasdós. Sobre ella se abre una ventana mudéjar de inspiración toledana, compuesta por un doble arco de herradura en ladrillo encuadrado en un rectángulo.

La fachada meridional o de la epístola es un muro liso articulado por estribos. En su segundo tramo se abre la Puerta del Sol, obra manierista de Hernán Ruiz II, se fechan entre 1562 y 1569, concebida como un arco de triunfo con vano de medio punto, pedestales, entablamento, frontón triangular y pináculos.

La fachada norte, o del evangelio, presenta un diseño similar con la Puerta de las Flores, también del mismo arquitecto y época.

La torre, adosada al testero del lado de la epístola, tiene planta rectangular y también actúa como contrafuerte del templo. Se organiza en dos cuerpos: el inferior alberga la escalera, varias dependencias y la caja del reloj; el superior contiene el campanario, con cuatro huecos de medio punto enmarcados por alfiz y coronado por un chapitel piramidal.

Torre

En el perímetro del edificio, a lo largo de la cornisa se disponen nueve gárgolas de cantería que representan figuras inspiradas en el bestiario medieval, entre ellas un cañón, un personaje cabezudo, un águila y otras figuras zoomorfas y antropomorfa de gran expresividad.

INTERIOR

El templo presenta planta basilical, con tres naves y cuatro tramos; el último, correspondiente al hastial, quedó sin cubrir.

La nave central, más elevada, se cubre en su primer tramo con una bóveda de crucería estrellada con terceletes que alcanzan el fondo achaflanado del presbiterio. Los tramos segundo y tercero muestran nervaduras radiales concéntricas con claves decoradas con motivos heráldicos y florales.

Las naves laterales, de igual anchura que la central, se cierran con testeros planos y bóvedas de crucería sexpartita.

En la cabecera se adosan la sacristía, al norte, y la torre, al sur. La sacristía presenta bóveda vaída con casetones, mientras que el aljibe bajo su pavimento se cubre con una bóveda lisa. Las estancias de la torre se cubren con bóvedas esquifadas.

Nave de la Epístola

Desde los pies hacia la cabecera se suceden varios retablos y elementos destacables.

El primero alberga imágenes de San Juan Evangelista (siglo XVI), San Pedro pontífice (Juan de Remesal, 1634) y un Cristo crucificado del siglo XVI. 

Detalle del Retablo

Detalle de san Pedro

Crucificado en el ático

Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza

Detalle de los pies, con un solo clavo y el pie derecho sobre el izquierdo


Frente a él se sitúa la pila bautismal, labrada por canteros portugueses en 1502, una de las piezas más antiguas del templo. 

Detalle de la pila bautismal


Le siguen un altar con la imagen de Jesús en su entrada en Jerusalén y un lienzo de las Ánimas del Purgatorio. 

Entrada de Jesús en Jerusalén

Cuadro de las Ánimas del Purgatorio

Detalle sin marco


Más adelante se encuentra el retablo de la Virgen del Rosario.

Retablo de la Virgen del Rosario

En la cabecera se alza el retablo mayor de esta nave, obra de Manuel Barrera y Carmona y policromado por Pedro Vidal entre 1782 y 1789. En el centro se venera a la Virgen de los Dolores, patrona de Aroche, esculpida por Benito de Hita y Castillo (ver) en 1768 para la Orden Tercera Servita. A ambos lados se representan la Asunción y la Visitación. En el banco del retablo se abre una urna con el Cristo Yacente, talla articulada de escuela sevillana del tránsito de los siglos XVII y XVIII, que protagoniza el auto sacramental del Descendimiento cada Viernes Santo.

Retablo de la Virgen de los Dolores

Virgen de los Dolores

Detalle de la Virgen de los Dolores

Detalle de la Virgen de los Dolores

Urna con el Cristo Yacente

Detalle del Cristo Yacente

Presbiterio

El presbiterio está presidido por un retablo neoclásico de estuco imitando mármoles, realizado por Francisco Fernández entre 1835 y 1845. En su camarín se conserva la imagen de la Asunción, de la misma época, mientras que los cuatro evangelistas proceden del retablo anterior, del siglo XVII. En el ático se sitúa un Crucificado del siglo XVI. 

Retablo Mayor del Presbiterio

Nuestra Señora de la Asunción

Detalle de Nuestra Señora de la Asunción
Detalle de los angelitos y el pelícano a los pies de Nuestra Señora de la Asunción

Crucificado del ático

Detalle del Crucificado del ático

El púlpito, de hierro forjado y con tornavoz de madera dorada, data de alrededor de 1700.

Nave del Evangelio

La cabecera alberga la imagen del Nazareno, obra de vestir de finales del siglo XVIII, acompañada por medallones con las Arma Christi y relieves de la Visitación y el Bautismo, realizados hacia 1600. 

Retablo del Nazareno

Nazareno
Detalle del Nazareno

Le sigue el retablo de la Virgen de los Remedios, del segundo tercio del siglo XVIII, detrás del cual se conserva una pintura mural de gran tamaño dedicada a San Cristóbal, documentada en un testamento de finales del mismo siglo.

Retablo de la Virgen de los Remedios

Virgen de los Remedios
Detalle de la Virgen de los Remedios

Completan la nave los retablos de San Antonio, de mediados del XVIII, y de San Cristóbal, con una pintura de Juan de Espinal (ver) fechada en 1781. En el banco de este retablo se expone una imagen de San Sebastián del siglo XVI.

Retablo de san Antonio

San Antonio
Detalle de San Antonio

San Cristóbal

Detalle de San Cristóbal

San Sebastián

Detalle de San Sebastián
Detalle de un pie de San Sebastián

Pies de la nave central

A los pies, en el tercer tramo de la nave central se encuentra el coro alto, accesible por una escalera situada en el lado del evangelio, que conserva un órgano del siglo XVIII. 

Órgano del siglo XVIII en el coro alto

Vestíbulo

En el vestíbulo, también del lado del evangelio, se expone una delicada obra en marfil que representa la Última Cena.

Última Cena