viernes, 24 de octubre de 2025

RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen de la Sopa. Anónimo. Museo de Bellas Artes.

Virgen de la Sopa. Anónimo. Taller de Gerard David (Flandes). Hacia 1500-1510. Óleo sobre tabla. 33,7 x 28,5 cm. Museo de Bellas Artes. Sala II. Procede del Convento de las Clarisas de la Purísima Concepción de Marchena. Adquirido por el Estado en 1971 

Sevilla, ciudad puente entre Europa y América, fue durante siglos un centro de tránsito de todo tipo de mercancías, entre las que las artísticas ocuparon un lugar destacado por su abundancia y diversidad. Muchas de estas piezas quedaban en la propia ciudad, mientras que otras continuaban su viaje hacia los mercados americanos. Entre las obras que arribaron a Sevilla se contaban numerosas pinturas flamencas, adquiridas o donadas para enriquecer tanto residencias particulares como templos y conventos.

La llegada de estas pinturas se explica por la presencia en los Países Bajos de numerosos sevillanos vinculados a la administración y al gobierno, quienes adquirieron allí obras de notable calidad para traerlas consigo o destinarlas a instituciones religiosas. Gracias a ello, Sevilla llegó a reunir un apreciable conjunto de pintura flamenca, del que algunas piezas pasaron al Museo tras la Desamortización. Otras, sin embargo, fueron lamentablemente sustraídas o vendidas de forma ilícita al extranjero.

Tal es el caso de un magnífico tríptico que perteneció al convento de la Merced Calzada —actual sede del Museo de Bellas Artes—, obra de Frans Floris que hoy se conserva en el Museo de Bruselas, adonde ingresó en 1897. De no haber sido vendido fraudulentamente, formaría parte del patrimonio artístico sevillano.

Del mismo modo, muchas otras tablas flamencas, por su pequeño formato, fueron adquiridas por particulares aprovechando la negligencia o la complicidad de quienes debían custodiar el patrimonio que, hacia 1836, pasó de manos eclesiásticas a dominio estatal.

Pese a las pérdidas sufridas, el Museo conserva un conjunto digno y representativo de esta escuela pictórica. La mayoría de las obras proceden de la Desamortización y otras, en menor número, han ingresado gracias a donaciones privadas. En su conjunto, constituyen un valioso testimonio del alto nivel alcanzado por las escuelas de Brujas, Amberes y Bruselas, cuya riqueza artística ofrece aún amplias posibilidades de estudio y análisis en futuras investigaciones.

Detalle sin marco

El tema de la Virgen de la Sopa fue abordado en numerosas ocasiones por Gerard David, quien, tanto de manera directa como con la participación de su taller, respondió a la gran demanda que esta escena suscitó gracias a la armonía de su composición y al sereno intimismo doméstico que transmite.

La obra conservada en el Museo de Bellas Artes de Sevilla repite casi literalmente la tabla del pintor flamenco que se encuentra en el Palazzo Bianco de Génova. A partir de estas dos versiones originales se produjeron varias pinturas de dimensiones semejantes, realizadas en serie mediante el uso de patrones y cartones perforados para el estarcido, práctica habitual en los talleres flamencos de la época (según la web oficial del Museo de Bellas Artes de Sevilla). Es posible que esta tabla se realizara al mismo tiempo que la conservada en el Aurora Trust de Nueva York o incluso que derivara de ella.

La comparación de esta pintura con otras variantes del mismo tema firmadas por Gerard David demuestra claramente que no se trata de un original del maestro, sino de una versión ejecutada por un discípulo o por un hábil imitador hacia el año 1500. En cualquier caso, la calidad pictórica es notable: el autor logra captar con acierto el espíritu y la delicadeza del modelo original, dando lugar a una obra de excelente factura que ocupa un lugar destacado entre las tablas de este círculo artístico que han llegado hasta nosotros.

La pintura ingresó en el Museo en 1971, tras su adquisición por el Estado al convento de Clarisas de la Purísima Concepción de Marchena (Sevilla). Una inscripción en el reverso indica que fue objeto de especial devoción por doña María Guadalupe de Lancaster y Cárdenas, duquesa de Aveiro, Arcos y Maqueda, quien la donó al citado convento (Enrique Valdivieso González, Pintura, en Museo de Bellas Artes de Sevilla, tomo II, Ed. Gever, Sevilla, 1991).

Detalle de la Virgen 

Detalle del Niño

Esta delicada composición, de marcado carácter intimista y ambientada en un interior doméstico, destaca por la ternura del gesto de la Virgen, que se dispone a alimentar al Niño tomando con una cuchara la sopa de leche de un cuenco. La escena, de profunda sencillez y naturalidad, simboliza en un primer plano el tema universal de la maternidad.

La Virgen viste un traje oscuro y lleva un velo translúcido que deja entrever parte de su cabello, acentuando su serenidad y dulzura. El Niño, sentado en su regazo y cubierto con una fina túnica clara, extiende su mano derecha sosteniendo una pequeña cuchara de madera, mientras aguarda con gesto confiado el alimento.

Detalle de la mesa

En el primer plano, la mesa con un plato, un panecillo, una manzana y un cuchillo —dispuestos con equilibrio y sobriedad— introduce un sutil efecto de bodegón que aporta realismo a la escena. Los muebles del fondo, adornados con diversos objetos, contribuyen a estructurar la composición y a reforzar su atmósfera doméstica.

Detalle de la Ventana

Al fondo de la estancia se abre una ventana que enmarca un paisaje típicamente flamenco: una vista suburbana de Brujas que actúa como “un cuadro dentro del cuadro”. En ella se observa a un hombre que camina hacia la puerta de una casa situada a la izquierda, mientras un caballo bebe en la orilla del río. Estos elementos se repiten tanto en la versión de Génova como en la de Sevilla.

En la versión conservada en Bruselas, el fondo se puebla con tres figuras que avanzan por distintos caminos y con dos cisnes que surcan la corriente del río. Los cisnes, junto al caballo —ligeramente desplazado en la orilla—, aparecen también en la tabla de la colección Deutz, mientras que en la pintura del Aurora Trust se representa únicamente un cisne y un caminante, variantes que enriquecen el estudio comparativo de esta apreciada composición de tema mariano.