domingo, 7 de septiembre de 2025

 AREA MUSEO

Iglesia de San Antonio Abad (Hermandad del Silencio).

HISTORIA

La Real Iglesia de San Antonio Abad se encuentra situada en pleno centro de la ciudad de Sevilla, en la calle Alfonso XII y en la calle El Silencio 3. Es sede de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, conocida como la Hermandad del Silencio.

Es única en su distribución, alejada de la típica cruz latina o del cajón propio de las iglesias sevillanas. Ello se debe a que son dos iglesias, fruto de la fusión entre el antiguo hospital de San Antonio Abad, regentado por los hermanos hospitalarios de San Antón (ver), y la capilla de Jesús Nazareno, de la histórica hermandad del Silencio (ver). La primera, edificada en el siglo XVI, sobre la antigua ermita de san Antonio Abad, y remodelada profundamente entre 1724 y 1730, etapa en la que se le adosó la capilla de la Hermandad de Jesús Nazareno, bajo la dirección del arquitecto Diego Antonio Díaz (ver). Carlos IV donaría la iglesia y el convento a la hermandad en 1793.

Se trataba de un hospital para tratar el ergotismo, una enfermedad causada por la ingestión de alimentos (pan de centeno) contaminados con hongos, el “fuego de San Antón”, regido por la Orden hospitalaria de san Antón, “Antoninos”, actualmente desaparecida.

Tras la desaparición de la orden hospitalaria, hubo otros usos entre 1819 y 1835 por parte de los franciscanos de San Diego (conocidos como "dieguinos" y provenientes del desaparecido convento del Prado de San Sebastián), que residirán en el convento hasta su extinción en 1835. Posteriormente, siglo XIX, se convirtió en parroquia tras el derribo, durante revolución la Gloriosa de 1868 (ver), de la parroquia de San Miguel (ver). Ello explica que buena parte de su patrimonio se conserve en esta iglesia, en la actualidad regentada en su totalidad por la hermandad del Silencio.

Desaparecida la parroquia, quedó como sede de la Archicofradía pontificia y hermandad de nazareno, cuyos titulares son Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santa Cruz en Jerusalén y María Santísima de la Concepción.

EXTERIOR

El acceso por la calle Alfonso XII se realiza por una portada del siglo XVIII, constituida por un vano adintelado flanqueado por pilastras y rematado por un frontón recto y roto, en cuyo centro se sitúa una hornacina con una pintura de San Diego de Alcalá, recuerdo del promotor de los franciscanos de san Diego que residieron en este convento, a cada lado los escudos de Orden franciscana y la dominica. Se trata del acceso al antiguo convento, aunque la portada es posterior, obra de Diego Antonio Díaz de 1730. 

Fachada a la calle Alfonso XII

Hornacina con San Diego de Alcalá

Escudo de la Orden franciscana

Escudo de la Orden dominica


A la izquierda de la portada hay un azulejo que identifica a la Iglesia y a la hermandad del Silencio y a la derecha un retablo cerámico de la Virgen María Santísima de la Concepción, obra de Alfonso Chaves en 1960, una de las titulares de la hermandad del Silencio.

Azulejo identificativo 

Retablo cerámico de la Virgen María Santísima de la Concepción

Detalle del azulejo de la Virgen María Santísima de la Concepción

En la calle El Silencio, que corresponde a los pies de la nave de la hermandad, posee una portada moderna sencilla. Sobre el arco vemos un pequeño azulejo de la Inmaculada Concepción, y se corona con una cruz de forja y un pináculo de cerámica. 

Muro de la calle Silencio

Portada a la calle El Silencio 

Azulejo de la Inmaculada 

Detalle de la Cruz de forja

Detalle del pináculo cerámico

En el muro de la derecha podemos ver un retablo cerámico de Nuestro Padre Jesús Nazareno, “Nazareno del Silencio”, obra de José Macías Macías en 1921, y otro azulejo dedicado a la saeta de Manuel Centeno.



Retablo cerámico de Nuestro Padre Jesús Nazareno 

Azulejo de la calle El Silencio 

“Silencio pueblo cristiano”. Saeta de Manuel Centeno

COMPAS

El compás está compartimentado por medio de dos grandes vanos palladianos que apean sobre columnas de mármol. Al fondo se sitúa la iglesia, dispuesta transversalmente al eje del compás.

En el primer tramo, cubierto por techo de madera y sujeto por dos grupos de cuatro columnas de mármol blanco, hay dos pequeños retablos, a la izquierda el dedicado a San Cayetano y a la derecha Santa Rita de Casia.

Santa Rita de Casia es una imagen de vestir y de tamaño académico. San Cayetano es una imagen de las llamadas de chuleta, porque la parte posterior es plana, tallada en madera y de tamaño académico. 

Vista del primer tramo desde el interior 

Detalle del primer tramo desde el interior 

Detalle de un grupo de cuatro columnas

Detalle de capiteles de un grupo de cuatro columnas

Retablo de san Cayetano

San Cayetano

Detalle de san Cayetano

Retablo de Santa Rita de Casia

Santa Rita de Casia

Detalle de Santa Rita de Casia

El siguiente tramo está descubierto, en él hay una Cruz de hierro , antiguamente llamada de la Retama (ver) colocada en la fachada del antiguo cementerio de la parroquia de San Julián .
Dos nazarenos con espada y libro de reglas, los retablos cerámicos de la Virgen del Carmen, de la Inmaculada y de San Antonio María Claret y un pozo.

En esta zona se encuentra el acceso a la Tienda de Recuerdos y la Casa Hermandad.

Cruz de la Retama

Detalle de la Cruz de la Retama

Retablo de la Virgen del Carmen

Detalle del retablo de la Virgen del Carmen

Retablo de la Inmaculada

Retablo de San Antonio María Claret

Detalle del pozo

El último tramo es la entrada al templo precedida por un pórtico sostenido por columnas de mármol blanco.

En la parte superior de la portada hay una pintura de fray Diego de Alcalá que desapareció en 2024 por un incendio fortuito.

Atrio cubierto

Detalle del atrio cubierto

Pintura de fray Diego de Alcalá

En el lado izquierdo hay dos columnas que no sé de donde proceden.

Detalle de las columnas

En el lateral derecho se encuentra la pequeña imagen, en pasta de madera, de san Judas Tadeo (ver), abogado de las causas imposibles, la de menor valor artístico del templo, pero de gran veneración popular. Sobre ella una gran cruz de madera. 

Lateral derecho del atrio

Detalle de la cruz de madera 

Retablo de San Judas Tadeo

San Judas Tadeo

Detalle de San Judas Tadeo

Azulejo de San Judas Tadeo


ESPADAÑA

Airosa sobre el patio se levanta la espadaña, de dos cuerpos y tres arcos de medio punto con sendas campanas, decorada con cruz de forja en su coronamiento y con jarrones cerámicos.

Espadaña

Detalle de la espadaña

Detalle del cuerpo inferior

Detalle del cuerpo superior

Detalle del cuerpo superior

Detalle de la cruz de forja y veleta

Detalle de la cruz de forja y veleta

INTERIOR

Iglesia del antiguo convento de San Antonio

La primera nave es la correspondiente a la Iglesia del antiguo convento de san Antonio. Se entra por el lado del Evangelio, quedando el retablo Mayor a la izquierda y el Coro y Sotocoro a l derecha.

Al frente, en el muro de la Epístola, dos arcos con molduras permiten el acceso a la nave de la Hermandad del Silencio.

Del siglo XVI sólo conserva el esquema general de la planta, rectangu­lar y de una sola nave, iluminada por ventanas, ya que el aspecto que ahora ofrece se debe a las obras efectuadas entre 1724 y 1730.

Como resultado de ellas el interior aparece compartimentado en cuatro tramos, más el presbiterio, con coro y sotocoro a los pies. Los tramos y la cabecera se cubren con bóveda de medio cañón con arcos fajones y lunetas y el antepresbiterio con bóveda vaída.

La bóveda esta bellamente decorada con pinturas murales recientemente restauradas, obras de Domingo Martínez (ver) y Juan Espinal (ver) realizadas en el siglo XVIII y ocultadas con pintura desde 1834 hasta 2020.

En el presbiterio están representado Dios Padre, Jesucristo y la Virgen María,  y en la zona del crucero el espíritu Santo en forma de paloma junto a numerosos Ángeles.

En la parte central de la nave podemos ver el escudo, al Rey Felipe V, las imágenes de San Pablo, San Marcos y el escudo de la orden de los Antoninos, junto a los Ángeles que portan los atributos de San Antón, bastón en forma de Cruz Tau, jabalina, libro, campana etc.).

Vista general desde los pies

Vista general desde la cabecera

Vista general de la bóveda

Detalles de los distintos tramos de la bóveda

Detalles de los distintos tramos de la bóveda

Detalles de los distintos tramos de la bóveda

Detalles de los distintos tramos de la bóveda

Detalles de los distintos tramos de la bóveda

En el suelo una placa de mármol de los Marqueses de Riancvela y la placa que indica la donación de Carlos III de la iglesia de San Antonio Abad a la Hermandad del Silencio. 

Placa de mármol de los Marqueses  de Riancvela

Placa de la donación de Carlos III


Como siempre comenzamos la descripción por el muro dela epístola para seguir por presbiterio y altar Mayor y seguir por el muro del evangelio para terminar en los pies.

Muro de la Epístola

Encontramos primero, un arco que comunica con la otra nave y del que cuelgan placas de mármol de hermanos ilustres.

Arco de comunicación

Luis Ybarra y Osborne

Tomas Ybarra y Lasso de la Vega

Tomas Pérez

Adquisición de la sede. Mateo Alemán

Agregada a la Basílica de la Santa Cruz de Jerusalén de Roma

Le sigue el retablo de la Inmaculada denominada popularmente “Virgen del Alma Mía”. Se trata de un retablo de 1740 compuesto por banco, cuerpo de tres calles y ático. 

Retablo de la Inmaculada “Virgen del Alma Mía”

Está presidido por la imagen titular, es una talla de madera para vestir, que presenta las manos unidas por la punta de los dedos, en actitud devota. 

Fue bendecida por el arzobispo de Sevilla, don Pedro de Castro, el 23 de enero de 1615. Ante ella se desarrolló el Glorioso Movimiento Concepcionista sevillano de principio del siglo XVII.  

Se sitúa sobre una peana de plata de ley del siglo XVIII, realizada por el orfebre Blas Amat, que perteneció a la Virgen del Rosario de la desaparecida iglesia de San Miguel (ver), cerrada al culto por la Junta Revolucionaria Municipal el 28 de octubre de 1869, para su demolición.

Detalle de la peana 

Fue encargada por los frailes del desaparecido convento franciscano de San Diego de Alcalá (situado antiguamente en el actual Prado de San Sebastián) al escultor flamenco, avecindado en Sevilla, Hernando Gilman, que le dio el nombre al salvar la vida de su hijo tras un accidente, y fue donada a la iglesia de San Antonio.

Es una de las tallas de la Inmaculada más antigua de Sevilla.

Inmaculada “Virgen del Alma Mía”

Detalle de la Inmaculada con las manos unidas por la punta de los dedos

Detalle del rostro

Detalle del rostro

A su lado se hallan imágenes de santa Ana y san Joaquín (ver)

San Joaquín

Detalle de San Joaquín

Detalle de San Joaquín

Santa Ana

Detalle de Santa Ana

En el ático, san Miguel (ver), santa Bárbara (ver) y san Rafael (ver).

Ático con Santa Bárbara

Detalle de Santa Bárbara

Arcángel San Miguel

Arcángel San Rafael

Detalle de la Puerta del Sagrario con un pelicano

Seguimos por el muro de la Epístola y encontramos una talla colocada sobre una peana que representa a San José  (ver) obra de Martínez Montañez (ver) de 1607.

San José

Detalle de san José

A continuación, se presenta el segundo arco de comunicación entre ambas iglesias, con un cuadro de Virgen. Se trata de un cuadro de pequeñas dimensiones que representa a la Virgen de los Reyes, con la indumentaria propia de la época romántica. 

Segundo arco

Cuadro de Virgen

Presbiterio-Altar Mayor

Presbiterio-Altar Mayor

Las cubiertas del presbiterio están decoradas con pinturas murales del siglo XVIII, que recuerdan el estilo de Juan del Espinal, que representan a Dios Padre, Jesucristo, la Virgen María.

Bóveda del presbiterio

Detalle de Dios Padre

Detalle de Jesucristo

Detalle de la Virgen María

A cada lado un ángel lamparario.

Ángel lamparario del lado de la epístola

Detalle

Ángel lamparario del lado del evangelio

Detalle

El retablo mayor es barroco, está atribuido a Baltasar de Barahona (ver) y se fecha entre 1694-1709. Se compone de banco, un solo cuerpo subdividido en tres calles mediante columnas salomónicas compuestas y ático superior.

Fue reformado en 1768 por Manuel Díaz y José de Ribera, que transformaron el camarín central y añadieron los estípites que aparecen en el ático.

Retablo Mayor

Preside el retablo la imagen de Jesús Nazareno, que abraza la cruz al revés, al modo de las iconografías habituales del siglo XVI, como la del Cristo de los Ajusticiados (ver) que pintó Luis de Vargas en las gradas de la Catedral, lo cual es una prueba de antigüedad, ya que dentro del estilo manierista así lo interpretaban los artistas del Renacimiento.

Realizado en madera de cedro, totalmente anatomizado, con encarnadura realizada mediante técnica de pulimento, y se atribuye a Francisco de Ocampo sobre 1609, aunque no está documentado, por semejanzas con otras imágenes suyas, aunque algunos autores proponen a Gaspar de la Cueva, más conocido por sus obras en Perú.

A los pies del Nazareno una pequeña imagen de Inmaculada y el sagrario con una puerta de plata.

Jesús Nazareno

Detalle de Jesús Nazareno

Detalle de Jesús Nazareno
Detalle de Jesús Nazareno
Detalle de Jesús Nazareno

Inmaculada

Detalle de los querubines 


Puerta del Sagrario

En el primer cuerpo también se sitúa la imagen de San Antón (ver), realizada por Francisco Antonio Gijón en 1676, fue titular del gremio de cordoneros de las Redes, y la del beato Juan de Prado, que es de la época de realización del retablo.

San Antón

Detalle de san Antón

Detalle del cerdo

Beato Juan de Prado

Detalle del Beato Juan de Prado

El ático presenta en su centro la Santa Cruz y a sus lados las tallas de San Buenaventura y San Juan Nepomuceno (ver).

Detalle de la Santa Cruz

San Buenaventura

San Juan Nepomuceno

Muro del Evangelio

Tras el pulpito encontramos una talla colocada sobre una peana que representa a la Virgen María, obra de Juan Martínez Montañez de 1607, un cuadro de san Nicolás (ver), una celosía de madera y un cuadro de la Adoración de los pastores.

Pulpito

Virgen María

Detalle de la Virgen María

Detalle de la Virgen María

San Nicolás de Bari

Celosía de madera

Adoración de los pastores

Después encontramos la Santa Cruz que porta el Nazareno en su salida penitencial. Es de madera de teca, revestida de planchas de carey, con cantoneras de plata labrada. Pertenece a la Hermandad desde el primer tercio del siglo XVII, fecha en la que fue donada por Juan Leonel Gómez de Cervantes y Carvajal y por Juan de Cervantes y Casaús, residentes en Nueva España (México).

Seguida de un cuadro, dentro de una hornacina, de Regina Caiorvm.

Santa Cruz

Detalle de la Santa Cruz

Virgen de la Antigua. Regina Caiorvm

Detalle

Detalle

Sotocoro

El coro alto se cubre con una bóveda con pintura de la Virgen con el Niño y Santiago Apóstol.

Bóveda del coro alto

Virgen con el Niño

Santiago Apóstol

San Andrés

En el coro bajo, un arco de medio punto sostenido por una pareja columnas de mármol en cada lado, con las pinturas de los arcángeles san Gabriel y san Miguel.

Vista de los pies desde la cabecera del templo

Detalle de la pareja de columnas

San Gabriel

San Miguel

Su interior lo cubre bóveda en forma de pañuelo decorada con pinturas murales de ángeles, el cuadro de la Virgen con el Niño y San Juanito, procedente de la desaparecida iglesia de San Miguel.

Detalle de la Bóveda 

Al lado izquierdo del sotocorro, nos encontramos con el retablo de san Antonio de Padua (ver)barroco neoclásico del XVIII. El santo es acompañado, en los laterales, por san Francisco de Paula (ver) y san Francisco de Asís (ver).

Retablo de san Antonio de Padua

Hornacina con San Antonio de Padua

Detalle de San Antonio de Padua

San Francisco de Paula 

Detalle de San Francisco de Paula 

San Francisco de Asís

Detalle de San Francisco de Asís

De enorme interés es un tondo con la Virgen, el Niño Jesús y San Juanito, situado en el centro, que data de 1530, pieza de gran calidad que ha llegado a ser colocado en la estela de Rafael Sanzio o de algunos de sus mejores seguidores.

La Virgen, el Niño Jesús y San Juanito

En la zona derecha del sotocoro, el curioso fresco de las Tentaciones de san Antonio Abad bajo el que se encuentra un Crucifijo.

Zona derecha del sotocoro

Detalle del cuadro

Detalle del crucificado

Detalle del rostro

Detalle del paño de pureza y de la herida del costado

Detalle de los pies

Finalmente, restos de la sillería del Coro.

Sillería

Iglesia de la capilla de Jesús Nazareno o del Santo Crucifijo

Construida por Diego Antonio Díaz en el primer tercio del siglo XVIII. Es de planta rectangular y los retablos se alojan en hornacinas practicadas en los muros laterales, sobre los que hay balconadas decoradas con nazarenos de la hermandad del Silencio portado insignias de la hermandad (difícil de fotografiar por el fuerte contraluz).

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Detalle de balconada con nazareno del Silencio

Es una nave con bóveda de medio cañón, que en la zona del presbiterio se convierte en una cúpula que ilumina la zona.

Vista desde los pies de la nave

Vista desde la cabecera incluyendo la bóveda 

Detalle de la cúpula del presbiterio

Muro de Epístola

A los pies de la nave se sitúa un lienzo en forma de lunero que representa la escena de la Crucifixión (muy deteriorada), de mediados del siglo XVII.

Crucifixión 

Le sigue el retablo de San José con el Niño (ver), de estilo barroco, realizado en el siglo XVIII y atribuido al círculo de Montes de Oca (ver).

Retablo de San José con el Niño

Detalle de San José con el Niño

Detalle de san José

Detalle del Niño

A continuación, el retablo de San Miguel Arcángel (ver), obra de Dionisio Ribas (ver), siglo XVIII, que proviene de la desaparecida y cercana parroquia de su nombre. 

Retablo de San Miguel Arcángel 

San Miguel Arcángel 

Detalle de San Miguel Arcángel 

Detalle de un pie de San Miguel Arcángel 

Detalle de un pie de San Miguel Arcángel 

A ambos lados se sitúan sendas tallas que representan a san Joaquín y santa Ana.

San Joaquín

Detalle de San Joaquín

Santa Ana

Detalle de Santa Ana

Anteriormente, en su lugar podemos encontrar un retablo dedicado a la Virgen de la Antigua. Esta advocación se representa mediante una copia de la imagen dela catedral de estilo icono bizantino. A sus lados se sitúan las tallas de San Joaquim y Santa Ana.

Retablo de Virgen de la Antigua 

Seguidamente, en el interior de un arcosolio, la Cruz de Guía de la Hermandad, que recuerda que la Santa Cruz de Jerusalén es uno de los titulares de la misma. Junto a ella, los cuadros de la Anunciación y la Adoración de los pastores.

Cruz de Guía

Anunciación

Adoración de los pastores

Presbiterio y Altar Mayor

En los laterales podemos observar los ángeles lampararios.

Ángel lamparario del lado de la Epístola

Detalle del ángel lamparario del lado de la Epístola

Ángel lamparario del lado del Evangelio

Detalle del ángel lamparario del lado del Evangelio

El retablo de esta capilla es neobarroco y fue diseñado por el pintor Alfonso Grosso (1948), correspondiendo la talla a Luis Jiménez Espinosa. Se completa con la antigua crestería del palio de la Virgen, de plata repujada, obra de Rafael Palomino (1871). 

Lo preside la Virgen de la Concepción, acompañada de san Juan Evangelista.

Retablo del Altar Mayor

Detalle de la puerta del Sagrario

Virgen de la Concepción y san Juan Evangelista

Detalle de la Virgen de la Concepción y san Juan Evangelista

Detalle de la Virgen de la Concepción y san Juan Evangelista

La Virgen de la Concepción es obra de Sebastián Santos Rojas (ver), adquirida por la hermandad en 1.954 para sustituir a otra muy antigua, con mascarilla de Cristóbal Ramos, que había sufrido graves deterioros con el paso del tiempo. Fue bendecida por don José Sebastián y Bandarán, canónigo de la Santa Iglesia Catedral, en 1954.

Procesiona bajo un rico palio de plata inspirado en las formas de la Catedral de Venecia y con suntuosos bordados del taller de Hijos de Miguel Olmo.

Virgen de la Concepción


Detalle de la Virgen de la Concepción


Detalle de la Virgen de la Concepción

Detalle de la Virgen de la Concepción

La talla de san Juan Evangelista, es de candelero, retocada y modificada en la segunda mitad del siglo XVIII por Cristóbal Ramos, sobre un modelo anterior, y totalmente restaurada en el año 2000.

San Juan Evangelista

Detalle de San Juan Evangelista

Detalle de San Juan Evangelista

Detalle de San Juan Evangelista

Detalle de los pies de San Juan Evangelista


Detalle del pie adelantado de San Juan Evangelista

Muro del Evangelio

Entre los dos arcos que comunican ambas naves se sitúa un retablo de columnas salomónicas de comienzos del siglo XVIII, es el Retablo del Cristo de la Buena Muerte, imagen de tamaño algo inferior al natural, imagen de papelón (pasta de papel), anónima de mediados del siglo XVIII. Le acompañan las figuras de dos ángeles pasionarios.

Retablo del Cristo de la Buena Muerte

Cristo de la Buena Muerte

Detalle del rostro del Cristo de la Buena Muerte

Detalle del rostro del Cristo de la Buena Muerte

Detalle del brazo izquierdo del Cristo de la Buena Muerte fijado por la palma de la mano con un clavo

Detalle del paño de pureza

Vista frontal de los pies

Vista lateral de los pies

Ángel pasionario

Detalle

Ángel pasionario

Detalle

Pasado el arco, encontramos un mármol que nos indica que en la cripta-columbario se encuentran los restos de Sebastián Santos Rojas (ver)

Sebastián Santos Rojas

Anteriormente, le seguía una pequeña hornacina con un busto de Ecce Homo y sobre ella un óleo de José con el Niño Jesús.

Ecce Homo 

San José con el Niño 

Finalmente un cuadro de Cristo con la cruz a cuestas (muy deteriorado), de mediados del siglo XVII, retrato de San Antonio María Claret  y otro.

Cristo con la cruz a cuestas

San Antonio María Claret  


Vía Crucis

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