ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA
El Señor de las Fatigas
La Hermandad Sacramental del Sagrario, encargó a Luis
de Vargas (1506-1567), la pintura de una imagen de Jesús en la calle de la
Amargura, portando la cruz del revés y con túnica de color blanco.
Según González León: “es
voz común que se pintó así, porque antiguamente paseaban por la estación del
Corpus, a los reos que llevaban a morir por sus delitos, y al pasar por este
sitio los paraban para que rezasen al Señor, y como estos reos para ir al
suplicio llevan puestos una opa blanca, pintaron a Jesucristo del mismo modo,
para que su vista les sirviera de consuelo”.
El recorrido de los reos hasta el patíbulo de
la Plaza de San Francisco se iniciaba en la calle Sierpes, sede de la Cárcel
Real, y continuaba por Cerrajería, Cuna, Salvador, Álvarez Quintero,
Chapineros, Francos, Placentines, Alemanes, para luego tomar por Génova (actual
Avenida) y de ahí a San Francisco. Toda una "carrera oficial", aunque
por aquellas calendas se decía "por las calles acostumbradas".
Por ello, la imagen pintada por Luis de Vargas
pronto adquirió la advocación de Cristo de los Ajusticiados, de los Ahorcados o
de las Fatigas.
Pero por su ubicación estaba expuesta a las
inclemencias del tiempo y en 1778 Juan de Espinal realizó una copia exactamente
igual, que fue restaurada por Ars Nova en 2014 y que es la que actualmente
existe en el retablo de la biblioteca Colombina, sorbe el dintel de su puerta y
protegida por un cristal y una reja, y sobre la pintura, dos textos en latín: "Tibi soli
pecavi" (contra Tí solo pequé) y "Parce peccatis meis" (perdona
mis pecados).
En la Iglesia
de San Lorenzo destaca la Capilla de la Inmaculada Milagrosa, también llamada
del Cristo de las Fatigas, que tiene dos entradas, una desde la nave
central y otra por la cabecera de la nave del Evangelio.
Contiene esta capilla una
interesante pintura mural que representa La Calle de la Amargura,
del siglo XVI, atribuida en tiempo reciente a Luis de Vargas, se
denomina Cristo de las
Fatigas en su camino al Calvario.
Visión de la capilla desde la cabecera de la nave del evangelio
Cristo de la Fatiga
Querido Andrés, urgar en la historia es siempre empresa ardua, pero muy reconfortante que ilumina y da sentido a tantas cosas. Además nos enseña a respetar y aprender de nuestros mayores. La tradición es absolutamente necesaria para no volver a caer 2 veces en el mismo obstáculo.
ResponderEliminarMuy interesante tu comentario sobre el significado popular de esta pintura.
ResponderEliminar