sábado, 31 de mayo de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen de las Angustias. 

La Virgen de las Angustias es una advocación mariana que representa a la Virgen María en el momento de su dolor al contemplar la muerte de su hijo Jesús. 

No se corresponde con un solo modelo iconográfico, sino que, por el contrario, se encuentran repartidas por todo el mundo hispánico imágenes de la Virgen que, llevando dicho título, evocan distintos momentos del drama de la Pasión y representan diversas tipologías de la Mater Dolorosa.

Ello se evidencia especialmente en el campo de la escultura procesional, donde con frecuencia nos encontramos con Vírgenes de las Angustias,  o en sus variantes nominativas de la Angustia, Quinta o Sexta Angustia,  desfilando sollozantes bajo palio, estantes al pie de la Cruz formando parte de un Calvario tradicional o de la escena del Descendimiento, sosteniendo el cadáver de su hijo o en la más rigurosa soledad.

La devoción a la Virgen de la Angustia tiene sus raíces en la espiritualidad medieval, influida por la contemplación de los Dolores de María. Esta forma de piedad mariana se fortaleció en los siglos XIII y XIV con la expansión de las órdenes mendicantes, especialmente los Servitas, que promovieron la devoción a los Siete Dolores de la Virgen, de los cuales uno de los más intensos es precisamente la muerte de Jesús.

La advocación de la Virgen de la Angustia, como tal, se consolidó en los siglos XVI y XVII, al calor de la espiritualidad barroca, que exaltaba la expresión del dolor y el sufrimiento como camino hacia la redención.

El mensaje principal de la Virgen de la Angustia es el consuelo en el dolor. María aparece como una figura maternal que, habiendo sufrido profundamente, comprende el sufrimiento de sus hijos en la tierra. Su imagen es una invitación a la fortaleza en la fe, a la confianza en Dios incluso en medio del dolor más grande, y a la esperanza en la resurrección y la vida eterna.

Además, esta advocación subraya la humanidad de María, que, como madre, sufre por su hijo, acercándola emocionalmente a los creyentes. En su angustia, no se rebela, sino que se une al misterio de la redención, siendo ejemplo de fidelidad, amor y entrega total a la voluntad de Dios.

En la tradición cristiana, la figura de la Virgen María juega un papel fundamental como madre de Jesús. En este sentido, las angustias que ella padeció a lo largo de su vida son objeto de reflexión y análisis por parte de los fieles.

El primer dolor de María se produce cuando el arcángel Gabriel se le aparece y anuncia que será la madre del Salvador. Esta noticia es una gran responsabilidad para María, que tendrá que criar a un hijo que tendrá un destino trágico.

La segunda angustia se produce cuando María y José tienen que huir a Egipto para escapar de la masacre de Herodes. María tiene que abandonar su hogar y desconocer el destino que les espera en un país extranjero.

El tercer dolor se produce cuando María pierde de vista a Jesús durante la peregrinación a Jerusalén. Esta situación genera una gran angustia, al no saber qué le ha pasado a su hijo.

La cuarta angustia de María se produce durante la Pasión de Cristo. Ver a su hijo torturado y ejecutado en la Cruz es la peor de sus angustias. María sufre junto a su Hijo y se siente impotente ante la crueldad de los hombres.

La quinta angustia ocurre cuando María tiene que separarse de Jesús tras su Ascensión al cielo. Es el momento en el que se produce la separación definitiva entre madre e hijo, lo que genera un gran dolor.

El sexto dolor tiene lugar cuando María ve la Iglesia perseguida y despreciada. A través de las vicisitudes que sufre la Iglesia, María sufre como una madre que ve sufrir a sus hijos.

La séptima angustia se produce cuando María ve a los ateos y a los que niegan a su Hijo. María siente el dolor de la indiferencia y del rechazo de la fe.

El octavo dolor tiene lugar cuando María tiene que aceptar la glorificación de su Hijo sin estar físicamente presente. Este hecho genera un sentimiento de incomodidad en María, que hubiera preferido estar presente en ese momento.

En definitiva, estas "8 angustias de la Virgen María" dan muestra de una madre que sufrió intensamente por su Hijo, asumiendo con valentía la responsabilidad que le había sido encomendada. Son una muestra del amor incondicional que María sintió por Jesús y que sigue sintiendo por toda la humanidad.

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen del Valle.

Écija

La devoción a la Virgen del Valle en Écija tiene raíces muy antiguas. Según la tradición, la imagen fue un obsequio del arzobispo de Sevilla, San Leandro, a San Fulgencio, obispo de Astigi (nombre romano de Écija). Posteriormente, San Fulgencio la entregó a su hermana, Santa Florentina, también hermana de San Isidoro y del propio San Leandro, para que fuera venerada en el monasterio de San Benito, fundado por ella en la ciudad.

Las religiosas del convento comenzaron a invocarla como Nuestra Señora del Valle, en referencia al paraje natural en el que se encontraba el cenobio, ubicado en las afueras de Écija.

Desde el siglo XVI, la Virgen del Valle es reconocida como patrona del Ayuntamiento de Écija. Además, ostenta el título de alcaldesa perpetua de la ciudad, y fue coronada canónicamente en 1999 por el entonces arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo.

En la actualidad, la imagen se encuentra en la iglesia parroquial Mayor de Santa Cruz. Originalmente, sin embargo, pertenecía al desaparecido monasterio de Santa María del Valle, regido por monjes jerónimos, que fue clausurado como consecuencia de las leyes de desamortización impulsadas por Mendizábal en el siglo XIX.

Virgen del Valle coronada (ver) (CC BY 3-0)

Venezuela

La imagen de la Virgen del Valle llegó a la isla de Cubagua en el año 1526, cuando esta se convirtió en el primer asentamiento urbano fundado por el Imperio español en el actual territorio venezolano. Apenas dos años más tarde, el 13 de septiembre de 1528, este enclave recibió el título de ciudad bajo el nombre de Nueva Cádiz.

Durante esa época, la isla vivía un notable auge económico, y es muy probable que la advocación mariana bajo el nombre de "Valle" tenga su origen en la patrona de Écija, dado que numerosos colonos ecijanos se habían establecido en la zona y llevaron consigo sus tradiciones y devociones religiosas.

El 25 de diciembre de 1541, un devastador huracán destruyó por completo la ciudad, incluyendo el templo donde se veneraba la imagen. Sin embargo, la efigie de la Virgen fue encontrada milagrosamente intacta entre los escombros, lo que fortaleció aún más su carácter sagrado entre los fieles.

Como consecuencia de este suceso, al año siguiente la imagen fue trasladada al Valle del Espíritu Santo, en la isla de Margarita. Allí fue erigido un santuario en su honor, donde aún hoy es venerada como una de las devociones marianas más queridas de Venezuela.

Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo. (ver) (CC BY 3.0)

A lo largo de los siglos, se han atribuido numerosos milagros a la Virgen del Valle, más allá del conocido suceso del huracán de 1541, cuando su imagen fue hallada intacta entre las ruinas de Nueva Cádiz.

El primer milagro documentado por escrito data de 1608. En ese año, una intensa sequía azotaba la isla de Margarita, lo que llevó a la comunidad a organizar por primera vez una procesión con la imagen de la Virgen desde su llegada. Según los relatos de la época, al cruzar la Virgen el umbral de la ciudad, el cielo, hasta entonces despejado, se oscureció repentinamente, y comenzó a llover de forma abundante e ininterrumpida durante todo el día y la noche siguiente. Este hecho fue interpretado como una respuesta directa a la súplica del pueblo.

Durante la lucha por la independencia de Venezuela, la Virgen del Valle fue considerada protectora de los patriotas. En la Batalla de Matasiete, el 31 de julio de 1817, una bala impactó en el pecho del general Juan Bautista Arismendi, pero no logró herirlo gracias a una medalla de la Virgen que llevaba en el bolsillo de su uniforme. La devoción popular sostiene que la imagen también curaba a los heridos en el campo de batalla, motivo por el cual es conocida como la Virgen Patriota.

Otro hecho legendario ocurrió el 25 de abril de 1815, cuando las joyas y la corona de oro de la Virgen fueron robadas, presuntamente por soldados de la expedición del general Pablo Morillo. Las valiosas piezas fueron embarcadas en el navío San Pedro Alcántara. Según la tradición popular, la embarcación fue consumida por las llamas y se hundió en el mar. Al conocer la noticia, los margariteños interpretaron la tragedia como una señal divina, exclamando: "¡Es un castigo por el sacrilegio; la Virgen es poderosa!"

Entre los milagros más conocidos se encuentra el del pescador Domingo, cuya historia consolidó la devoción de la Virgen del Valle como protectora de los pescadores. Mientras buscaba perlas en el mar, Domingo fue herido por una raya venenosa y sufrió una grave gangrena en la pierna. Su esposa, profundamente angustiada, imploró la intercesión de la Virgen. Días después, contra todo pronóstico, la pierna de Domingo sanó. En agradecimiento, el pescador prometió regalarle a la Virgen la primera perla que encontrara. La perla hallada tenía la forma de una pierna, con la marca de la cicatriz incluida. Esta singular reliquia se conserva hoy en el Museo Diocesano de la Virgen del Valle, en el estado Nueva Esparta.

Iglesia del Valle. Hermandad de los Gitanos.

Cuenta la leyenda que, en las afueras de Sevilla, vivía una mujer originaria de Écija junto a su pequeño hijo. Viuda y con escasos recursos, había convertido su amplia casa, dotada de un patio central con pozo, en una hospedería para poder mantenerse. Un día, mientras el niño jugaba, cayó accidentalmente al pozo. Desesperada, la madre imploró la ayuda de la Virgen del Valle, patrona de Écija, a quien prometió consagrar su casa para fundar un convento donde se cantara eternamente la gloria de Dios y de su Santísima Madre. Según la tradición, el agua del pozo subió milagrosamente, devolviendo al niño sano y salvo a los brazos de su madre. Fiel a su promesa, la mujer donó la propiedad a la orden de los dominicos.

De esta forma, en 1403 se fundó el convento de Nuestra Señora del Valle en la actual calle Verónica, bajo la tutela de monjas dominicas. El complejo contaba con iglesia, dependencias conventuales, claustros, jardines y una huerta.

A lo largo de su historia, el cenobio experimentó numerosos cambios. Fue ocupado por distintas órdenes religiosas, como la Congregación de Santa Catalina de la Penitencia, los Padres Regulares Terciarios de San Francisco y, más tarde, por los Franciscanos Observantes. También sufrió las consecuencias de grandes convulsiones históricas, como la invasión napoleónica en 1810 y la desamortización de Mendizábal en 1835. Tras esta última, el edificio fue vendido a un particular que lo dividió en pequeñas parcelas de uso residencial y agrícola, alquilándolo a más de 90 familias, como casa de vecinos. La iglesia pasó a ser capilla filial de la parroquia de San Román.

En 1864, la viuda del marqués de Villanueva adquirió el inmueble y lo donó a la Congregación del Sagrado Corazón para establecer un colegio, popularmente conocido como el “Colegio del Valle”. Gozó de gran prestigio entre la alta sociedad sevillana por la educación que ofrecía a las denominadas "niñas bien".

En 1975, el colegio se trasladó al Aljarafe y vendió la propiedad a una empresa inmobiliaria. Sin embargo, la presión de colectivos ecologistas y, sobre todo, de los vecinos del barrio, logró frenar los planes urbanísticos. Finalmente, el Ayuntamiento de Sevilla adquirió el terreno y, en 2010, se inauguraron los actuales Jardines del Valle.

Mientras tanto, la iglesia del antiguo convento se encontraba en estado de ruina. En 1996 fue cedida a la Hermandad de los Gitanos, que emprendió su restauración con la colaboración de la duquesa de Alba. En 1999, el templo fue consagrado como sede canónica de la hermandad. Desde 2007, recibe el nombre de Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada.

La imagen de la Virgen del Valle, que da nombre al convento, también está envuelta en una historia legendaria. Se dice que, tras quedar olvidada y deteriorada en la parroquia de San Román, un sacristán intentó quemarla. En ese momento, se le apareció la propia Virgen, reprochándole su intención. Tras relatar el suceso al arzobispo, se celebraron cultos en su honor y la imagen fue trasladada al convento.

Actualmente se sitúa en la capilla de la mencionada Iglesia de la hermandad de los Gitanos, denominada desde 2007 como Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada.

Se trata de una talla de origen medieval y autor desconocido. En 1801, el escultor Juan de Astorga llevó a cabo una profunda restauración: cubrió el rostro original con una mascarilla de cartón piedra, le colocó una cabellera de estopa, e introdujo un documento dentro de la imagen detallando la intervención. Aunque hoy día luce una apariencia distinta, la estructura original, de menor tamaño que su aspecto vestida, permanece intacta bajo los ropajes. En su brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús, una figura barroca que completa esta venerada representación mariana.

 

Virgen del Valle

Detalle de la Virgen y el Niño

Detalle del rostro de la Virgen

Detalle del Niño

jueves, 29 de mayo de 2025

 RUTA DE LOS CAMPANARIOS Y VELETAS 

Iglesia del Valle. Hermandad de los "Gitanos". 

La torre es de pequeño tamaño, se sitúa en el lado del evangelio y tiene una pequeña espadaña con dos campanas y se cubre con un tejadillo a dos aguas.

Visión de la fachada principal con la Torre- Campanario

Detalle de la espadaña y campanas

 AREA DE SAN ROMAN

Hermandad de los Gitanos.

Su nombre completo es Real, Ilustre y Fervorosa Hermandad Sacramental, Ánimas Benditas y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada.

A finales del siglo XVIII había en Sevilla 1.615 gitanos de los 7.933 que había en Andalucía, y este colectivo sufría una fuerte marginación social y discriminación, de tal manera muchos gitanos vivían en los márgenes sociales.

Esta hermandad fue fundada en 1753, con el propósito de rendir culto a Nuestro Padre Jesús de la Salud, una imagen muy venerada por la comunidad gitana y al mismo tiempo como forma de expresar su fe y buscar una mayor inclusión en la vida social y religiosa de la ciudad.

Así, fue fundada por personas de etnia gitana en el Hospital de los Gitanos de Triana. Las reglas fueron redactadas por Miguel de Varas y Miranda y aprobadas por el arzobispado, con algunas modificaciones, en 1753.

La hermandad solicitó que su sede fuese la iglesia del convento del Espíritu Santo, pero esto fue denegado porque ya estaba destinada a ser sede de la Hermandad de las Tres Caídas, que entonces tenía su sede provisional en la iglesia de Santa Ana.

Por ello, se estableció en 1754 en la iglesia del convento de Nuestra Señora del Pópulo, donde destacó en su labor de ayuda en las sacramentaciones que se hacían a extramuros de la ciudad.

Para realizar su estación de penitencia contó con la ayuda del hermano Jerónimo del Campo, el general de los mercedarios calzados, Alonso de Monroy, pagó la realización de un almacén para los pasos, mientras que el trianero Miguel de Varas pidió prestado a la Hermandad de la Esperanza una serie de enseres, con los que la hermandad pudo hacer su primera estación de penitencia en 1757.

Posteriormente, procesión irregularmente, anualmente hasta 1759, luego en 1761 y 1763, luego de 1766 a 1768 y luego en 1770, 1775, 1777 y 1783.

En 1783 dejó de procesionar por no haber presentado sus reglas, conforme a lo ordenado, en el Real Consejo de Castilla, por lo que presentó sus nuevas reglas al Real Consejo en 1817, siendo aprobadas en 1818, lo que le permitió procesionar en 1819, 1827 y 1829.

Tras la desamortización de 1835 el convento del Pópulo pasó a ser la cárcel de la ciudad, por lo que en 1837 se trasladó a la iglesia de San Esteban.

En 1860 su sede canónica se trasladó a la iglesia San Nicolás. Al irse de la iglesia de San Esteban dejó una devoción a Jesús de la Salud, por lo que, posteriormente, la Hermandad de San Esteban tuvo como titular a Jesús de la Salud y Buen Viaje.

Posteriormente, en 1880 se trasladó a la iglesia de San Román, templo modesto y vinculado a la feligresía más humilde de Sevilla.

Durante el siglo XIX, la hermandad vivió etapas de gran precariedad económica y conflictos internos. En varias ocasiones, estuvo a punto de desaparecer. A pesar de ello, la comunidad gitana se mantuvo fiel a sus imágenes y tradiciones, manteniendo viva la devoción.

El incendio sufrido por la Parroquia de San Román en el año de 1936, por las hornas anticlericales durante la Guerra Civil, destruyó todas las propiedades de la Hermandad, hasta el punto que tuvo que encargar nuevas imágenes, y se trasladó a la iglesia de Santa Catalina.

Se encargó una nueva talla de Jesús de la Salud, obra del escultor José Rodríguez Fernández-Andes. También se realizó una nueva imagen de la Virgen de las Angustias, obra de José Sebastián Santos Rojas.

Regresó a la iglesia de San Román, ya restaurada, en 1950, ​ uniéndose a la hermandad sacramental de dicha parroquia en 1975.

En 1954, la Hermandad fue declarada Pontificia y se le otorgó el carácter Real por la Casa Real Española.

La Virgen de las Angustias fue coronada en 1988 por el arzobispo Carlos Amigo Vallejo

En 1993 se trasladó, de nuevo, a la iglesia de Santa Catalina por obras de restauración de la iglesia de San Román.

En 1996, el arzobispado le cede la iglesia del antiguo convento del Valle (ver), posteriormente convertido en colegio del Valle que se había trasladado al Aljarafe, por lo que dicha iglesia se encontraba totalmente abandonada.  La Hermandad la restauró, con la ayuda de la duquesa de Alba, y la convirtió en su sede canónica en 1999 (ver).

En 2007 el templo fue consagrado como santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada por el cardenal Carlos Amigo Vallejo.

miércoles, 28 de mayo de 2025

AREA DE SAN ROMAN

Iglesia del Valle. Santuario del templo de Ntro. Padre Jesús de la Salud y María Stma. de las Angustias Coronada. Hermandad de los Gitanos.


Historia

Según la leyenda, en las afueras de la ciudad de Sevilla vivía una mujer, natural de Écija con su hijo de corta edad. Había quedado viuda y para mantenerse había abierto una hospedería.  La casa amplia, poseía un patio y en el patio un pozo. Un día el chiquillo jugando cayó al pozo, la madre acude a la Virgen del Valle, patrona de Écija y le promete donar su casa para un convento donde siempre se cantara la gloria del Hijo de Dios y de su Madre. Las aguas subieron llevando al niño sano y salvo a su madre, ella cumplió su promesa entregando su propiedad a los religiosos dominicos.

Así, se crea el convento de Nuestra Señora del Valle como establecimiento religioso fundado en 1403, en la actual calle verónica, por monjas dominicas, y constaba de Iglesia, dependencias, claustros, jardines y huerta.

Alonso Morgado (ver) dice en su Historia de Sevilla (1587) que el nombre "del Valle" viene del valle y la arboleda que se encontraban en este sitio donde existía un desnivel que se utilizaba para almacenar agua.

La congregación fue disuelta en 1507 y estas monjas fueron repartidas entre los Conventos de Madre de Dios y San Clemente.

Posteriormente, el edificio fue ocupado por la Congregación de Santa Catalina de la Penitencia, una comunidad de terciarias dominicas apoyada por Isabel la Católica.

La congregación se fusionó con la del Monasterio de Santa María la Real en 1511, siendo arzobispo Diego de Deza.

En 1529 el convento pasó a ser ocupado por la Orden de los Padres Regulares Terciarios de San Francisco hasta 1657.

En 1657 fue ocupado por la Orden de los Franciscanos Observantes que, integrados en los frailes recoletos, permanecieron en el convento hasta la desamortización de 1835.

En 1810, en la invasión francesa de Sevilla, el convento fue exclaustrado y buena parte de sus enseres fueron destruidos.

En 1814 vuelven los franciscanos, procediendo a labores de restauración, y serán sus últimos moradores ya que, como hemos comentado, en 1835 con la ley de desamortización de Mendizábal el monasterio se subastó, fue comprado por un vecino que a su vez lo alquiló a 90 familias convirtiéndose todo en pequeñas parcelas de huertas y casas de vecinos mal pagadas y abandonadas, la Iglesia pasó a ser filial de la parroquia de San Román.

En el convento se encontraba la imagen de la Virgen del Valle. Una leyenda dice que la imagen de la Virgen se encontraba abandonada y en mal estado en la Parroquia de San Román. Un sacristán fue a tirarla al fuego, pero se le apareció la Virgen para reprocharle esa intención. El sacristán dio cuenta al arzobispo del milagro, celebró cultos en honor a la Virgen y dejó la imagen en el Convento del Valle.

La desamortización de 1835 supuso la exclaustración de los frailes y la secularización del convento. Aunque la iglesia se mantuvo abierta bajo la supervisión de un capellán, el edificio principal fue utilizado como almacén de grano y, como hemos comentado, posteriormente como casa de vecinos.

En 1856 el franciscano Mariano Pilar de la Torre, que había pertenecido a la comunidad exclaustrada y que actuaba de visitador de la Orden Tercera Seglar, comenzó la restauración de la iglesia abandonada. No obstante, la restauración fue insuficiente y la iglesia fue derribada en 1873 para realizar la actual, finalizada en 1877.

En 1864 el edificio del convento fue adquirido por la viuda del marqués de Villanueva, quien lo entregó a la congregación de religiosas del Sagrado Corazón para la fundación de un colegio femenino que hizo uso de la iglesia, y que funcionó desde 1866 hasta 1975, siendo conocido popularmente como “Colegio del Valle” con alta fama por la educación de las “niñas bien” de la Sociedad Sevillana.  

En 1975 la congregación se trasladó al Aljarafe y vendió el convento a una empresa inmobiliaria, concretamente a la inmobiliaria del Banco de Granada.  Se produce entonces un gran expolio de altares, cristaleras, herrajes, azulejos, solerías, antes de que la empresa procediera al derribo de todas las edificaciones, excepto la iglesia, la puerta principal y un retablo cerámico.

El derribo dejó al descubierto doscientos cincuenta metros lineales de muralla almohade, con tres torreones, que estaban situados en el interior del convento y que separaban sus jardines de las viviendas colindantes.

Sin embargo, el movimiento ecologista, y sobre todo el vecinal, impidieron la construcción prevista pues el Ayuntamiento negó la licencia a la inmobiliaria, lo que motivó un largo pleito judicial, que concluyó al llegar a un acuerdo por el cual la corporación municipal adquirió la propiedad del terreno y en 2010 se construyeron los Jardines del Valle.

Mientras tanto, la Iglesia seguía en total ruina y fue cedida en 1996 a la Hermandad de los Gitanos, que la restauró, con la ayuda de la duquesa de Alba, y la convirtió en su sede canónica en 1999.

La Iglesia del antiguo convento del Valle, actual sede de los Gitanos, en la década de los 60 (ver) (CC BY 3.0)


En 2007, bajo decreto pontificio, el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, consagró el templo en santuario. El nombre completo del templo pasó a ser el de Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada.

En 2014 fueron enterradas en este santuario la mitad de las cenizas de la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, hermana y camarera de la Virgen de las Angustias.

Hermandades

En el convento se establecieron varias hermandades:

En una capilla de la iglesia del convento tenía su sede la Hermandad de San Diego, que encargó un retablo para la misma en 1603.

En 1544 se trasladó a una capilla de este lugar, desde el monasterio de Santiago, la Hermandad de Jesús del Gran Poder

En 1450 se fundó en este convento la Hermandad de la Santa Faz y Nuestra Señora de la Encarnación, que aprobó sus nuevas reglas en 1558, por las que se constituía como cofradía de penitencia, con sede en una capilla del claustro.

En 1540 se fundó en la Iglesia de San Martín la Hermandad de la Coronación de Espinas, que posteriormente, se trasladó al Convento de Monte-Sion en este mismo siglo y, a finales del siglo XVI, tenía su sede canónica en el Convento del Valle.

En 1590, ambas se fusionaron para formar la actual Hermandad del Valle, con el nombre completo de Cofradía del Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas, Nuestro Padre Jesús con la Cruz al Hombro, Nuestra Señora del Valle y Santa Mujer Verónica.

En 1695 situaron su sede en la capilla de la iglesia donde había estado la Hermandad del Gran Poder.

En 1810, con motivo de la ocupación francesa, la hermandad se trasladó a la Iglesia de San Román y en 1816 regresó al Convento del Valle.

En 1827, debido al mal estado de la capilla, se trasladaron a la Iglesia de San Andrés. En la actualidad, la Hermandad del Valle tiene su sede en la Iglesia de la Anunciación.

Exterior

El edificio es moderno, austero y de estilo neogótico, con las fachadas prácticamente lisas.

Vista general del muro del evangelio

En el muro de la nave de la Epístola se muestran una hilera de óculos y una sencilla puerta de acceso, formada por bloques de piedra caliza, con forma de arco ojival.

Muro de la epístola

Detalle de la portada

A la izquierda de la portada una estrecha ventana de aspecto mudéjar y dos retablos cerámicos, María Santísima de las Angustias y Nuestro Padre Jesús de la Salud, ambos de Emilio Sánchez Palacios de 1999. 

Ventana de aspecto mudéjar y retablos cerámicos 

María Santísima de las Angustias

Nuestro Padre Jesús de la Salud

La portada principal, a los pies del templo, de estilo neogótico, muestra un óculo a cada lado y en el segundo cuerpo dos ventanas dobles rematadas por un nuevo óculo. Se remata con una cruz de forja.

Portada principal

Detalle de la puerta principal

Detalle de las ventanas del segundo cuerpo

Detalle de la Cruz


A la izquierda de la basílica se encuentra en la nueva y amplia Casa Hermandad.

Torre-Campanario

La torre es de pequeño tamaño, se sitúa en el lado del evangelio y y tiene una pequeña espadaña con dos campanas y se cubre con un tejadillo a dos aguas.

Visión de la fachada principal con la Torre- Campanario

Detalle de la espadaña y campanas

Interior

Atrio

Entrando por la puerta principal se accede a un pequeño atrio que a derecha e izquierda muestra dos retablos cerámicos de los titulares de la hermandad.

Estos retablos son los originales de Antonio Morilla de 1953 que se colocaron inicialmente en la fachada de la iglesia de san Román. Durante las obras de restauración de esta iglesia se produjo un incendio que afectó al retablo del Cristo, por lo que se decidió restaurarlo y colocarlos en la ubicación actual. 

Vista del lado de la epístola del atrio

Retablo de la Virgen de las Angustias

Vista del lado del evangelio del atrio

Retablo de Nuestro Señor de la Salud

Mármol dedicado a la Duquesa de Alba

General

El templo es de planta rectangular, con tres naves, iluminadas por ventanas tipo óculos. La nave central es de mayor tamaño y está cubierta de madera al estilo mudéjar, mediante la técnica de par y nudillo, luciendo en el centro el escudo de la Hermandad de los Gitanos. Las naves laterales están cubiertas por galerías o tribunas que recorren todo el templo.

Las naves están separadas por arcos apuntados, sostenidos por pilastras polilobuladas, decoradas superiormente con las imágenes de los apóstoles.

Destacan, finalmente, las pilas de agua bendita.

Vista general del templo desde los pies

Detalle del artesonado de par nudillos con el escudo de la hermandad

Detalle de un ventanal

Pila de agua bendita

Pila de agua bendita

San Pablo

Santiago el Mayor

San Mateo

San Bartolomé

San Andrés

San Pedro

San Juan

El Mayor

San Tomas

San Judas Tadeo

Realizamos la visita como siempre, desde los pies de la nave de la epístola, continuamos por el presbiterio y altar mayor, para seguir por la nave del evangelio desde su cabecera y terminar a los pies del templo.

Epístola

Vista de la nave de la epístola

La primera capilla del lado de la epístola contiene una pintura de estilo moderno, de fecha, autor y desconocido, que representa “La Resurrección”.

Debajo una hornacina con restos de la duquesa de Alba (Cayetana Fitz-James Stuart) con una lápida de mármol con versos de Isabel de León, Marquesa de Méritos.

Vista general de la primera capilla

Cuadro Resurrección

Mármol de la hornacina de la Duquesa de Alba

Detalle
Detalle
Detalle
Detalle

Le sigue la Capilla de la Virgen del Valle, antigua titular de la Iglesia del primitivo convento (ver).

Se trata de una talla de origen medieval de autor desconocido. En 1801, Juan de Astorga (ver) la restauró cambiando completamente su aspecto, pues le hizo una mascarilla de papelón con cabellera de estopa e introdujo un documento con los detalles del contrato.

El resto de la imagen, que permanece oculta por la vestidura, es original y de tamaño más pequeño que el que corresponde a su aspecto vestida.

El Niño Jesús es sostenido con su brazo izquierdo y es una obra barroca.

Vista general de la capilla de la Virgen del Valle

Virgen del Valle

Detalle de la Virgen y el Niño

Detalle del rostro de la Virgen

Detalle del Niño

En la cabecera de la nave destaca un cuadro de la Virgen del Rocío, a la izquierda de la entrada a la Capilla Sacramental.

Cabecera de la nave de la epístola con la puerta de acceso a la Capilla Sacramental

Cuadro de la Virgen del Rocío

En la entrada de la Capilla Sacramental vemos la imagen de Santa Magdalena Sofía Barat (ver), fundadora de la Sociedad del Sagrado Corazón, orden que regía el colegio del Valle donde se sitúa la basílica, y del Dominico y popular San Martín de Porres (ver).  

Dos placas de mármol en relación con la Hermandad de la Macarena y del Gran Poder.

Entrada a la Capilla Sacramental

Santa Magdalena Sofía Barat

Detalle de Santa Magdalena Sofía Barat

Detalle del niño

Detalle del niño

San Martín de Porres

Detalle de San Martín de Porres

Hermandad de la Macarena

Hermandad del Gran Poder

La Capilla Sacramental está presidida por un retablo de estilo barroco realizado en 1955 por el escultor José Vázquez Sánchez, según diseño del padre Ardales. 

Es el antiguo retablo que, en la iglesia de san Román, acogía a los titulares de la hermandad y actualmente lo sigue haciendo cuando el Altar Mayor está ocupado por otra actividad litúrgica.  

Vista general de la Capilla Sacramental

Detalle de la cubierta de madera

El retablo consta de tres calles coronada con un dosel con el escudo de la Hermandad y dos ángeles pasionistas. 

Detalle del retablo

Detalle del escudo de la Hermandad

Dos ángeles pasionistas

Dos ángeles pasionistas

Está presidido por una Inmaculada confeccionada con barro y telas encoladas por Francisco Fernández Enríquez y Rubén Fernández Parra en el año 2000. 

La corona y la media luna son de plata, de Manuel de los Ríos. 

Inmaculada

Detalle de la Inmaculada

Detalle de la Inmaculada

A los lados, ángeles sedentes, procedentes del antiguo paso de Cristo, realizados por José Fernández Andes.

Ángeles sedentes

Ángeles sedentes
Ángeles sedentes
Ángeles sedentes

Finalmente destaca la puerta del Sagrario con el cordero sobre el libro de los siete sellos.

Puerta del Sagrario

A cada lado del retablo un lamparero y en el suelo, en el lado izquierdo una pequeña capillita con la Virgen y el Niño. 

Lamparero del lado derecho

Virgen y el Niño

Detalle de la Virgen y el Niño

En las paredes cuelgan cuadros modernos de ángeles con los atributos de la pasión y de la vida de Jesús, y un mármol de la fundación de la Hermandad de la Santa Faz.

Ángel con escalera

Ángel con la corona de espinas

Ángel con el cáliz

Ángel con el flagelo

Natividad

Natividad

Descendimiento

Mármol: En el año del señor de 1450, bajo el patrocinio de SS Nicolás V, el Emmo. y Rvdmo D. Juan de Cervantes, Cardenal-Arzobispo de Sevilla, fundó en este antiguo convento de padres franciscanos recoletos de Ntra. Sra. del Valle, la Hermandad de la Santa Faz de Ntro. Sr. Jesucristo. En el DL aniversario de esta efeméride, la Archicofradía de la Coronación de Espinas, Ntro. Padre Jesús con la Cruz al hombro y Ntra. Sra. del Valle, acordó colocar esta placa, para perpetua memoria. Nuestro eterno agradecimiento a la Hermandad de Ntro. Padre Jesús de la Salud y Mª Stsma. de las Angustias. Año jubilar 2000

Presbiterio

El presbiterio está separado de la nave central por un arco toral ojival. Se cubre parcialmente con una tribuna sobre la que hay una vidriera. 

Detalle del Presbiterio


A media altura de las pilastras que soportan el arco toral, se nos muestran dos ángeles lampararios, tallados y policromados por Rubén Fernández de Parra y Francisco Fernández Enríquez. 

Ángel lamparario del lado de la epístola

Detalle

Ángel lamparario del lado del evangelio

Detalle


En el centro del presbiterio, sobre una gran peana de mármol destaca la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Salud.

La imagen, donada por la familia Peinado, es moderna, de 1983, de José Manuel Rodríguez Fernández-Andes (ver), con la policromía realizada por Guillermo Bonilla, buscando el máximo parecido con la anterior, desaparecida en el incendio de san Román.

Nos muestra a un Nazareno con la cruz al hombro y claros rasgos de la etnia gitana, en actitud itinerante camino del Calvario. Inicialmente se concibió como imagen de candelero, pero en 1982 se le esculpió cuerpo y miembro, quedando tallado en su totalidad. 

Vista lateral

Vista frontal

Detalle del rostro

Detalle del rostro

Detalle de las manos

Detalle de los pies


En el lateral del evangelio se dispone un magnifico crucifijo.

Crucifijo

Detalle de la cara y los brazos

Detalle de la cara

Detalle de la herida del costado y el paño de pureza

Detalle de los pies

Altar Mayor

En el centro se dispone un camarín barroco del siglo XVIII, procedente del convento de Santa Florentina de Écija, realizado en madera tallada, dorada y policromada en celeste con motivos vegetales, presentando rocallas y espejuelos. Tiene un friso con las Letanías de la Virgen (ver).

Camarín central

Detalle del friso con las Letanías de la Virgen: La fuente, el ciprés, la palmera, el pozo….


En la parte superior del exterior se dispone un dosel rematado por una pintura de Santa Florentina (ver).

Santa Florentina

En la parte inferior del camarín se encuentran unas hornacinas protegidas mediante vidrios que contienen figuras de San Agustín (ver) y San Nicolás (ver), obras de Darío Fernández Parra (ver) en madera de cedro, dos angelitos y la Virgen de África (ver), Patrona de Ceuta, en el centro, realizada en plata por Villarreal en 1974.

San Agustín 

San Nicolás

Angelitos

Angelitos

Virgen de África


En el centro del camarín se ubica la Virgen de las Angustias, que se encargó, para sustituir a la quemada en el 36 atribuida a Montes de Oca (ver), al imaginero Rodríguez Fernández Andes en 1938 (ver), que la donó a la hermandad. 

Es una imagen de candelero de 1,64 m, con ojos de vidrio, pestañas artificiales, cinco lágrimas de cristal, dos en la mejilla derecha y tres en la izquierda, la boca entreabierta marcando los dientes superiores y la lengua. 

Virgen de las Angustias

Detalles

Detalles
Detalles

A los lados del camarín vemos dos retablos repisas, obras modernas de Francisco Betazos.

A la derecha con la pintura de la Anunciación en el centro, San Joaquín (ver) en el ático y la Piedad a los pies. En los laterales del marco se muestra a la Virgen con el Niño y san Juanito y el corazón de Mater Dolorosa con los siete puñales. 

Retablo

Detalle de la Anunciación

San Joaquín 

Piedad

Virgen con el Niño y san Juanito

Corazón de Mater Dolorosa con los siete puñales


A la izquierda, el retablo muestra a Jesús con Santo Tomas, Santa Ana (ver) en el ático y la huida a Egipto en los pies. En los laterales del marco se muestra la custodia y Jesús atado a la columna.

Retablo

Detalle de Jesús con santo Tomas

Santa Ana

Huida a Egipto

Custodia

Jesús atado a la columna

No he podido acceder, por lo que no puedo aportar las fotografías, pero conozco que en la parte que da acceso al camarín de la Virgen de las Angustias hay una serie de cuadros de la vida de Jesús y María con el nombre de Escala dolorosa, pues representan los Siete Dolores de la Virgen María. Estas obras, de 2008, fueron encargadas por la duquesa de Alba a Raúl Berzosa. Fueron bendecidas por el cardenal Amigo Vallejo. Dichas obras son: La profecía de Simeón, La huida a Egipto, La pérdida del niño Jesús en el templo, María encuentra a Jesús cargando con la Cruz (lo representan los sagrados titulares), La crucifixión y muerte de Jesús, María recibe a Jesús bajado de la Cruz y La sepultura de Jesús.

Evangelio

Vista de la nave del evangelio

La primera capilla, desde la cabecera del evangelio está dedicada al Beato Ceferino Giménez Malla “El Pelé” (ver), primer gitano que sube a los altares. Se trata de una talla completa en madera de cedro realizada por Darío Fernández Parra (ver). Se presenta junto a un niño al que entrega pan con chocolate. El beato viste camisa morada y cordón del hábito del Nazareno. Lleva un rosario en la mano y la cruz franciscana en el cuello.

La imagen fue bendecida por fray Carlos Amigo Vallejo el 13 de mayo de 2001.

En la pared cuelga un retablo cerámico de Nuestra Señora de Consolación de Utrera.

Vista general de la capilla del Beato Ceferino Giménez Malla “El Pelé”

Detalle del beato con el niño

Detalle del beato

Detalle de la camisa y la cruz del beato

Detalle del Niño

Detalle del pan con dos onzas de chocolate

Historia del beato

Retablo cerámico de Nuestra Señora de Consolación de Utrera: “El XX de mayo de 2007, en el V centenario de Ntra. Sra. De Consolación de Utrera, SER. Fray Carlos Amigo Vallejo, Cardenal Arzobispo de Sevilla anunció la proclamación como Santuario del templo de Ntro. Padre Jesús de la Salud y María Stma. de las Angustias Coronada”.

Le sigue una capilla dedicada a San Juan Evangelista, obra de José Vázquez Sánchez de 1955.

Vista general de la capilla de san Juan Evangelista

San Juan Evangelista

Detalle del rostro

Detalle de los pies

A continuación, la capilla dedicada a Santa Ángela de la Cruz (ver), con una imagen en madera de cedro de Antonio Joaquín Dubé de Luque (ver), delante de un cuadro de la Divina Pastora de Cantillana, pintado por José Antonio Rodríguez Hidalgo con marco de Antonio Payan Calero. 

Vista general de la capilla de Santa Ángela de la Cruz

Detalle del cuadro de la Divina Pastora y Santa Ángela de la Cruz

Detalle del rostro de Santa Ángela de la Cruz

La siguiente capilla contiene un Confesonario y sobre él el cuadro del Cristo de la Cárcel (ver), replica del venerado en Mairena del Alcor y regalado por la familia del cantaor Antonio Mairena. 

Vista general de la capilla del Cristo de la Cárcel

Cuadro del Cristo de la Cárcel

Detalle del cuadro del Cristo de la Cárcel

A los pies del templo, podemos apreciar el interior de la portada principal.

Vista de los pies del templo desde su cabecera

Detalle de la portada