sábado, 31 de mayo de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes

Virgen del Valle.

Écija

La devoción a la Virgen del Valle en Écija tiene raíces muy antiguas. Según la tradición, la imagen fue un obsequio del arzobispo de Sevilla, San Leandro, a San Fulgencio, obispo de Astigi (nombre romano de Écija). Posteriormente, San Fulgencio la entregó a su hermana, Santa Florentina, también hermana de San Isidoro y del propio San Leandro, para que fuera venerada en el monasterio de San Benito, fundado por ella en la ciudad.

Las religiosas del convento comenzaron a invocarla como Nuestra Señora del Valle, en referencia al paraje natural en el que se encontraba el cenobio, ubicado en las afueras de Écija.

Desde el siglo XVI, la Virgen del Valle es reconocida como patrona del Ayuntamiento de Écija. Además, ostenta el título de alcaldesa perpetua de la ciudad, y fue coronada canónicamente en 1999 por el entonces arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo.

En la actualidad, la imagen se encuentra en la iglesia parroquial Mayor de Santa Cruz. Originalmente, sin embargo, pertenecía al desaparecido monasterio de Santa María del Valle, regido por monjes jerónimos, que fue clausurado como consecuencia de las leyes de desamortización impulsadas por Mendizábal en el siglo XIX.

Virgen del Valle coronada (ver) (CC BY 3-0)

Venezuela

La imagen de la Virgen del Valle llegó a la isla de Cubagua en el año 1526, cuando esta se convirtió en el primer asentamiento urbano fundado por el Imperio español en el actual territorio venezolano. Apenas dos años más tarde, el 13 de septiembre de 1528, este enclave recibió el título de ciudad bajo el nombre de Nueva Cádiz.

Durante esa época, la isla vivía un notable auge económico, y es muy probable que la advocación mariana bajo el nombre de "Valle" tenga su origen en la patrona de Écija, dado que numerosos colonos ecijanos se habían establecido en la zona y llevaron consigo sus tradiciones y devociones religiosas.

El 25 de diciembre de 1541, un devastador huracán destruyó por completo la ciudad, incluyendo el templo donde se veneraba la imagen. Sin embargo, la efigie de la Virgen fue encontrada milagrosamente intacta entre los escombros, lo que fortaleció aún más su carácter sagrado entre los fieles.

Como consecuencia de este suceso, al año siguiente la imagen fue trasladada al Valle del Espíritu Santo, en la isla de Margarita. Allí fue erigido un santuario en su honor, donde aún hoy es venerada como una de las devociones marianas más queridas de Venezuela.

Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo. (ver) (CC BY 3.0)

A lo largo de los siglos, se han atribuido numerosos milagros a la Virgen del Valle, más allá del conocido suceso del huracán de 1541, cuando su imagen fue hallada intacta entre las ruinas de Nueva Cádiz.

El primer milagro documentado por escrito data de 1608. En ese año, una intensa sequía azotaba la isla de Margarita, lo que llevó a la comunidad a organizar por primera vez una procesión con la imagen de la Virgen desde su llegada. Según los relatos de la época, al cruzar la Virgen el umbral de la ciudad, el cielo, hasta entonces despejado, se oscureció repentinamente, y comenzó a llover de forma abundante e ininterrumpida durante todo el día y la noche siguiente. Este hecho fue interpretado como una respuesta directa a la súplica del pueblo.

Durante la lucha por la independencia de Venezuela, la Virgen del Valle fue considerada protectora de los patriotas. En la Batalla de Matasiete, el 31 de julio de 1817, una bala impactó en el pecho del general Juan Bautista Arismendi, pero no logró herirlo gracias a una medalla de la Virgen que llevaba en el bolsillo de su uniforme. La devoción popular sostiene que la imagen también curaba a los heridos en el campo de batalla, motivo por el cual es conocida como la Virgen Patriota.

Otro hecho legendario ocurrió el 25 de abril de 1815, cuando las joyas y la corona de oro de la Virgen fueron robadas, presuntamente por soldados de la expedición del general Pablo Morillo. Las valiosas piezas fueron embarcadas en el navío San Pedro Alcántara. Según la tradición popular, la embarcación fue consumida por las llamas y se hundió en el mar. Al conocer la noticia, los margariteños interpretaron la tragedia como una señal divina, exclamando: "¡Es un castigo por el sacrilegio; la Virgen es poderosa!"

Entre los milagros más conocidos se encuentra el del pescador Domingo, cuya historia consolidó la devoción de la Virgen del Valle como protectora de los pescadores. Mientras buscaba perlas en el mar, Domingo fue herido por una raya venenosa y sufrió una grave gangrena en la pierna. Su esposa, profundamente angustiada, imploró la intercesión de la Virgen. Días después, contra todo pronóstico, la pierna de Domingo sanó. En agradecimiento, el pescador prometió regalarle a la Virgen la primera perla que encontrara. La perla hallada tenía la forma de una pierna, con la marca de la cicatriz incluida. Esta singular reliquia se conserva hoy en el Museo Diocesano de la Virgen del Valle, en el estado Nueva Esparta.

Iglesia del Valle. Hermandad de los Gitanos.

Cuenta la leyenda que, en las afueras de Sevilla, vivía una mujer originaria de Écija junto a su pequeño hijo. Viuda y con escasos recursos, había convertido su amplia casa, dotada de un patio central con pozo, en una hospedería para poder mantenerse. Un día, mientras el niño jugaba, cayó accidentalmente al pozo. Desesperada, la madre imploró la ayuda de la Virgen del Valle, patrona de Écija, a quien prometió consagrar su casa para fundar un convento donde se cantara eternamente la gloria de Dios y de su Santísima Madre. Según la tradición, el agua del pozo subió milagrosamente, devolviendo al niño sano y salvo a los brazos de su madre. Fiel a su promesa, la mujer donó la propiedad a la orden de los dominicos.

De esta forma, en 1403 se fundó el convento de Nuestra Señora del Valle en la actual calle Verónica, bajo la tutela de monjas dominicas. El complejo contaba con iglesia, dependencias conventuales, claustros, jardines y una huerta.

A lo largo de su historia, el cenobio experimentó numerosos cambios. Fue ocupado por distintas órdenes religiosas, como la Congregación de Santa Catalina de la Penitencia, los Padres Regulares Terciarios de San Francisco y, más tarde, por los Franciscanos Observantes. También sufrió las consecuencias de grandes convulsiones históricas, como la invasión napoleónica en 1810 y la desamortización de Mendizábal en 1835. Tras esta última, el edificio fue vendido a un particular que lo dividió en pequeñas parcelas de uso residencial y agrícola, alquilándolo a más de 90 familias, como casa de vecinos. La iglesia pasó a ser capilla filial de la parroquia de San Román.

En 1864, la viuda del marqués de Villanueva adquirió el inmueble y lo donó a la Congregación del Sagrado Corazón para establecer un colegio, popularmente conocido como el “Colegio del Valle”. Gozó de gran prestigio entre la alta sociedad sevillana por la educación que ofrecía a las denominadas "niñas bien".

En 1975, el colegio se trasladó al Aljarafe y vendió la propiedad a una empresa inmobiliaria. Sin embargo, la presión de colectivos ecologistas y, sobre todo, de los vecinos del barrio, logró frenar los planes urbanísticos. Finalmente, el Ayuntamiento de Sevilla adquirió el terreno y, en 2010, se inauguraron los actuales Jardines del Valle.

Mientras tanto, la iglesia del antiguo convento se encontraba en estado de ruina. En 1996 fue cedida a la Hermandad de los Gitanos, que emprendió su restauración con la colaboración de la duquesa de Alba. En 1999, el templo fue consagrado como sede canónica de la hermandad. Desde 2007, recibe el nombre de Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada.

La imagen de la Virgen del Valle, que da nombre al convento, también está envuelta en una historia legendaria. Se dice que, tras quedar olvidada y deteriorada en la parroquia de San Román, un sacristán intentó quemarla. En ese momento, se le apareció la propia Virgen, reprochándole su intención. Tras relatar el suceso al arzobispo, se celebraron cultos en su honor y la imagen fue trasladada al convento.

Actualmente se sitúa en la capilla de la mencionada Iglesia de la hermandad de los Gitanos, denominada desde 2007 como Santuario de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de las Angustias Coronada.

Se trata de una talla de origen medieval y autor desconocido. En 1801, el escultor Juan de Astorga llevó a cabo una profunda restauración: cubrió el rostro original con una mascarilla de cartón piedra, le colocó una cabellera de estopa, e introdujo un documento dentro de la imagen detallando la intervención. Aunque hoy día luce una apariencia distinta, la estructura original, de menor tamaño que su aspecto vestida, permanece intacta bajo los ropajes. En su brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús, una figura barroca que completa esta venerada representación mariana.

 

Virgen del Valle

Detalle de la Virgen y el Niño

Detalle del rostro de la Virgen

Detalle del Niño

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