RUTAS POR SEVILLA: Vírgenes
Virgen de las Angustias.
La Virgen de las Angustias es una
advocación mariana que representa a la Virgen María en el momento de su
dolor al contemplar la muerte de su hijo Jesús.
No se corresponde con un solo modelo iconográfico, sino que,
por el contrario, se encuentran repartidas por todo el mundo hispánico imágenes
de la Virgen que, llevando dicho título, evocan distintos momentos del drama de
la Pasión y representan diversas tipologías de la Mater Dolorosa.
Ello se evidencia especialmente en el campo de la escultura
procesional, donde con frecuencia nos encontramos con Vírgenes de las Angustias,
o en sus variantes nominativas de la
Angustia, Quinta o Sexta Angustia, desfilando sollozantes bajo palio, estantes al
pie de la Cruz formando parte de un Calvario tradicional o de la escena del
Descendimiento, sosteniendo el cadáver de su hijo o en la más rigurosa soledad.
La devoción a la Virgen de la Angustia tiene sus
raíces en la espiritualidad medieval, influida por la contemplación de los
Dolores de María. Esta forma de piedad mariana se fortaleció en los siglos XIII
y XIV con la expansión de las órdenes mendicantes, especialmente los Servitas,
que promovieron la devoción a los Siete
Dolores de la Virgen, de los cuales uno de los más intensos es
precisamente la muerte de Jesús.
La advocación de la Virgen de la Angustia, como tal,
se consolidó en los siglos XVI y XVII, al calor de la espiritualidad barroca,
que exaltaba la expresión del dolor y el sufrimiento como camino hacia la
redención.
El mensaje principal de la Virgen de la Angustia es el
consuelo en el dolor. María
aparece como una figura maternal que, habiendo sufrido profundamente, comprende
el sufrimiento de sus hijos en la tierra. Su imagen es una invitación a la
fortaleza en la fe, a la confianza en Dios incluso en medio del dolor más
grande, y a la esperanza en la resurrección y la vida eterna.
Además, esta advocación subraya la humanidad de María, que, como madre,
sufre por su hijo, acercándola emocionalmente a los creyentes. En su angustia,
no se rebela, sino que se une al misterio de la redención, siendo ejemplo de
fidelidad, amor y entrega total a la voluntad de Dios.
En la tradición cristiana, la figura de la Virgen María
juega un papel fundamental como madre de Jesús. En este sentido, las angustias
que ella padeció a lo largo de su vida son objeto de reflexión y análisis por
parte de los fieles.
El primer dolor
de María se produce
cuando el arcángel Gabriel se le aparece y anuncia que será la madre del
Salvador. Esta noticia es una gran responsabilidad para María, que tendrá que
criar a un hijo que tendrá un destino trágico.
La segunda
angustia se produce
cuando María y José tienen que huir a Egipto para escapar de la masacre de
Herodes. María tiene que abandonar su hogar y desconocer el destino que les
espera en un país extranjero.
El tercer dolor se produce cuando María pierde de vista a
Jesús durante la peregrinación a Jerusalén. Esta situación genera una gran angustia,
al no saber qué le ha pasado a su hijo.
La cuarta
angustia de María se
produce durante la Pasión de Cristo. Ver a su hijo torturado y ejecutado en la
Cruz es la peor de sus angustias. María sufre junto a su Hijo y se siente
impotente ante la crueldad de los hombres.
La quinta
angustia ocurre
cuando María tiene que separarse de Jesús tras su Ascensión al cielo. Es el
momento en el que se produce la separación definitiva entre madre e hijo, lo
que genera un gran dolor.
El sexto dolor tiene
lugar cuando María ve la Iglesia perseguida y despreciada. A través de las
vicisitudes que sufre la Iglesia, María sufre como una madre que ve sufrir a
sus hijos.
La séptima
angustia se
produce cuando María ve a los ateos y a los que niegan a su Hijo. María siente el
dolor de la indiferencia y del rechazo de la fe.
El octavo dolor tiene
lugar cuando María tiene que aceptar la glorificación de su Hijo sin estar
físicamente presente. Este hecho genera un sentimiento de incomodidad en María,
que hubiera preferido estar presente en ese momento.
En definitiva, estas "8 angustias de la Virgen María" dan muestra de una madre que sufrió intensamente por su Hijo, asumiendo con valentía la responsabilidad que le había sido encomendada. Son una muestra del amor incondicional que María sintió por Jesús y que sigue sintiendo por toda la humanidad.
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