RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas
Santa Florentina.
Santa Florentina.
Puerta del Bautismo de la Catedral de Sevilla
Santa
Florentina nació a mediados del siglo VI, en la Cartagena visigoda, durante
el Reinado Arriano de Toledo. Hija de un destacado noble, Severiano o Severino
(se le adjudica el título de dux) y de Teodora o Túrtura una dama de origen godo y religión arriana,
aunque luego se convirtió al cristianismo.
Era hermana de San Isidoro, San Leandro y San Fulgencio.
Por motivos políticos, en relación
con la invasión bizantina la familia debió partir al exilio a Sevilla,
donde pronto murieron los padres y donde San
Leandro y San Isidoro llegarian a ser arzobispos y San Fulgencio Obispo de Écija.
Fue una mujer de gran inteligencia
que, siendo muy joven, entregó su vida a Dios y según la tradición, pero sin rigor histórico, ingresó en el monasterio de Santa
María del Valle en
Astigis (Écija), Écija,
del que llegó a ser abadesa y al
que atrajo a numerosas jóvenes a la vida monástica
Los datos relativos a la vida
de santa Florentina se obtienen sobre todo a partir de las obras dedicadas a
ella por sus dos ilustres hermanos, san Leandro y san Isidoro, y por las
biografías de ellos y del tercer hermano, san Fulgencio.
Leandro le dedicó en el año 601 su obra titulada “Regula sive libellus de institutione virginum et de contemptu mundi ad Florentinam sororem”, en la que desarrolla una norma de perfección religiosa para las mujeres.
Su otro hermano, Isidoro, le
dedicó el libro “De fide
catholica contra Iudaeos”, escrito a petición de la santa.
Fundó varios conventos más en
la comarca, donde tuvo a su cuidado a más de mil consagradas,
atendiéndolas en hermandad y caritativamente hasta su muerte.
Murió el 20 de junio en el año 633 y por ello su festividad
se celebra el 20 de junio.
La
invención de sus reliquias, junto con las de su hermano san Fulgencio, en el
valle extremeño de las Villuercas dio paso a su culto en la villa de Berzocana
y a un enconado enfrentamiento, el llamado Pleito de los Santos, entre las
diócesis de Plasencia y de Cartagena, en el que intervino el rey Felipe II y
que se resolvió con el reparto de las reliquias entre las mencionadas diócesis
y el monasterio de El Escorial.
Iconográficamente se la representa vestida de abadesa con báculo y libro.
Iglesia del
Valle. Hermandad de los Gitanos
En el Altar Mayor, en el centro se dispone un camarín barroco del siglo
XVIII, procedente del convento de Santa Florentina de Écija, realizado en
madera tallada, dorada y policromada en celeste con motivos vegetales,
presentando rocallas y espejuelos. En la parte superior del exterior se dispone un dosel
rematado por una pintura de Santa Florentina.
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