jueves, 2 de mayo de 2024

RUTAS POR SEVILLA: Santos y Santas Mártires 

San Julián.

Cristo con san Julián y Basilisia, Celso y Marcionilla. Pompeo Battoni. 1736-38. Getty Museum. Los Ángeles (CC BY 3.0)

Celso y Marcionilla fueron unos de los primeros mártires cristianos. Marcionilla fue una matrona​ y Celso era su hijo pequeño. Junto con Anastasio, Antonio, Juliano y otros sufrieron el martirio en Antioquía durante la Persecución de Diocleciano. ​

Sobre los santos Julián y Basilisa, del siglo III, no hay datos históricos absolutamente fehacientes y frecuentemente se ha confundido este Julián con Julia de Cilicia, ya que en el Martirologio romano se hace referencia a ocho santos con este nombre que se celebran durante el mes de enero.

Fueron forzados a casarse a pesar de que habían hecho voto de castidad y preservaron su virginidad durante toda su vida.

Basilisa fundó un convento para mujeres, del cual fue superiora y Julián reunió un grupo de monjes y fundó un monasterio.

Además, convirtieron su hogar en un Hospital donde se llegó a atender a más de mil personas.

Consiguieron una oleada de conversiones por lo que fueron prendidos durante la persecución de Diocleciano.  A pesar de ser sometido a todo tipo de torturas conseguía convertir al cristianismo a los presos y carceleros, por lo que fue arrojado a los leones, pero estos se postraron a sus pies, por lo que finalmente fue decapitado, en Antioquía o, más probablemente en Antínoe (Egipto).

Martirio de san Julián. Antonio Zanchi. 1665 (CC BY 3.0)

Basilisa murió pacíficamente en su cenobio, pero iconográficamente se suele representar a los dos juntos, con un león postrado a sus pies, portando las azucenas de su castidad y la palma del martirio. 

Santos Julián y Basilisa. Grabado popular con los dos santos (CC BY 3.0)


Otras referencias hacen alusión a San Julián el Hospitalario, un santo del cual se ignora su sepultura, su país y su cronología y cuya fiesta señalaba arbitrariamente los Acta Sanctorum el 29 de Enero, se asociaba en Francia a San Julián de Le Mans, del que se conoce poco más o menos que fue un noble romano del siglo IV que llegó a ser primer obispo de Le Mans y a cuyo culto enaltecido por el rey Enrique II, se dedicaron muchas iglesias celebrándose su fiesta el 27 de enero, mientras que en España aparece asociado a San Julia de Cuenca que murió en 1208, distinguiéndose por su caridad con los pobres y su apostolado entre los sarracenos.

La legendaria historia de Julián el Hospitalario, difundida por la “Legenda Aurea”, nos cuenta la vida un joven a quien estando de caza, un ciervo le anunció que un día mataría a sus padres. Horrorizado por esa profecía abandonó el castillo de sus padres, llevando una vida errabunda y de aventuras hasta que, finalmente, no pudo escapar a su fatal destino. Arrepentido de su espantoso pecado pasó sus días como penitente a la orilla de un río donde vivía como barquero ayudando a atravesar sus aguas a los viajeros que por allí llegaban. Finalmente, una noche de tormenta acostó en su cama a un pobre leproso medio muerto de frío que, al morir a la mañana siguiente, transformándose en un ángel le comunicó que Dios había aceptado su perseverante penitencia. Y poco después murió también Julián, yendo al cielo.

Esta es la historia admirablemente narrada en el vitral de los pescaderos de la nave del Evangelio de la catedral de Ruán. En ella se inspiró Gusta ve Flaubert para escribir su cuento “La Légende de Saint Julian le Hospitalier” pues no sólo conocía bien aquel lugar de la catedral sino también el “Essai historique et descriptif sur la peinture sur verre” publicado por Langlois en 1832 donde se reproducía el vitral de Ruán. 

En consecuencia, se fundaron en su memoria muchos hospitales, convirtiéndose en el patrón de los posaderos, barqueros y viajeros en general. 


Iglesia de san Julián

En la pared de la Epístola del Presbiterio una talla completa de San Julián, obra de José Pérez Conde (1996).

San Julián

Detalle de san Julián

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