viernes, 14 de noviembre de 2025

AREA MUSEO

Calle San Pedro Mártir.

De Bailen a Gravina.

Ya en el s. XIll se conocía con el nombre de Pergamineria, denominación que alternaría con la de Pergamineros, por estar situados en ella numerosos integrantes de este oficio.

Al menos desde 1597, tal como puede verse en un acta capitular, se designa ya como San Pedro Mártir, por el hospital de este título que allí tenía el mencionado oficio. Esta última denominación se ha mantenido ininterrumpidamente hasta nuestros días.

Al parecer en el s. XIX se segura también conociendo como Pergamineria Vieja, probablemente en el uso popular y como recuerdo de aquellos artesanos medievales.

Es una calle estrecha, configurada en forma de codo, con un saliente a modo de barreduela a la altura del núm. 18. Se trata de un antiguo callejón ya señalado en el plano de Olavide (1771) por el que actualmente se accede, a través de una bella cancela y patio, al Club Juvenil Cancel; quizás se trate del desaparecido pasaje que comunicaba con Pedro del Toro y que en 1981 el Ayuntamiento rotuló como pasaje de Entrepedros.

De San Pedro Mártir parte, por la acera de los impares, Rafael González Abreu, espacio abierto en los años 20 del siglo XX para dar amplitud a la zona del antiguo convento de San Pablo. 

La fisonomía de la calle ha cambiado notablemente desde principios de siglo, pues en los años 20 culminan sucesivos proyectos de derribos y ensanches que venían conociéndose desde 1890 y que posibilitaron la citada apertura de Rafael González Abreu.

También han desaparecido de la calle el retablo con una cruz y las pinturas de santos que González de León describe (Las calles ...), así como un picadero en el que se celebraban carreras de cintas, bailes y hasta corridas de novillos. Todavía lo menciona un plano municipal de 1910, situándolo hacia la mitad de la calle, en la acera de los impares. También hubo en la misma, en los años 30 del siglo XX, un molino de yeso.

Predominan las casas de tres plantas, algunas con patios y otras de escalera, alternando con construcciones modernas. En 1979 fueron derribadas tres viviendas en la esquina de Gravina caracterizadas, como muchas de esta zona, por su valor histórico y ambiental.

En una de sus casas vivió el escritor Cano y Cueto y en otra nació el poeta Manuel Machado en 1874, aunque al parecer no se trata de la que ostenta en su fachada una placa conmemorativa del Ayuntamiento. También nació el escritor bohemio Alejandro Sawa, el poeta Rafael de León y el pintor Gonzalo Bilbao Martínez.





También estuvo instalada en esta calle la emisora sevillana de Radio Nacional de España. (Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla).

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Calle Rafael González Abreu.

Calle Rafael González Abreu

De san Pedro Mártir a Bobby Deglane. Está cruzada por Canalejas y por su acera izquierda desemboca Virgen de Presentación

Fue abierta en 1920 en los terrenos pertenecientes al huerto del antiguo convento de San Pablo que fueron cedidos por Rafael González Abreu, fundador del Instituto Hispano-Cubano del barrio de Los Remedios. En agradecimiento a esta donación, el Ayuntamiento acordó ese mismo año rotularla con su nombre.

Es una calle de trazado rectilíneo y de considerable anchura en comparación con la mayor parte de los espacios contiguos.

Hasta la reciente apertura de Bobby Deglané, terminaba en un fondo de saco que la separaba de San Pablo. Su linealidad se acentuó con una rectificación de fachada en 1937.

Posee varias casas de la época de su apertura, de factura noble, especialmente la núm. 3, construida en 1923-24 por el arquitecto Aníbal González para el marqués de Monteflorido. Se trata de un bello ejemplar de estilo regionalista, con interesantes herrajes en la fachada.

En el cruce con Canalejas y sobre todo en el tramo final de la calle, abundan los edificios modernos de considerable altura, lo que acentúa el contraste con los del primer tramo, entre los que hay que mencionar también el número 6, sede de Radio Sevilla, la primera emisora que se instaló en la ciudad. (Diccionario Histórico delas Calles de Sevilla).

Casa número 6. Radio Sevilla

Casa numero 6

Radio Sevilla

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Calle Cristo del Calvario.

De san Pablo a Canalejas. En ella desemboca, por la izquierda, Virgen de la Presentación.

En la planimetría de finales del XIX y principios del XX aparece como un tramo de la calle Magdalena, si bien esta denominación o era muy insegura o se perdió en la conciencia popular, pues en la petición que hizo la Hermandad del Calvario, de la inmediata parroquia de la Magdalena, para que se le asigne el nombre de su titular, se alega que carece de rótulo anterior. El Ayuntamiento accede a esa petición en 1928.

En esa fecha la calle, que se abrió en el solar del convento, era más corta de lo que es en la actualidad y discurría sólo desde San Pablo al antiguo edificio de la Delegación de Hacienda, situado hasta los años 40 a la altura de lo que hoy es Virgen de Presentación. Era, pues, una calle sin salida.

A fines de la década de los 50 de siglo XX se prolonga hasta Canalejas, y en 1960 se toma el acuerdo de urbanizar ese tramo final. Es rectilínea y relativamente ancha.

Toda la acera de los pares está ocupada por las fachadas laterales de la parroquia de la Magdalena y del hotel Colón. En la izquierda destaca la capilla barroca de Montserrat, donde radica la Hermandad del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón y Ntra. Sra. de Monserrat, que hace su estación de penitencia la tarde del Viernes Santo.

Cumple una función residencial, aunque sólo hay tres edificios de viviendas, todos de construcción moderna.  En la calle estuvo ubicado el Colegio de los Hermanos Maristas. (Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla).

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Calle Bailen.

Calle Bailen

Calle Bailen

De la confluencia de san Pablo y Murillo a Alfonso XII. En Bailén desembocan, por la derecha, San Eloy, San Roque, Miguel de Carvajal y Cepeda, y por la izquierda Canalejas, San Pedro Mártir y Pedro del Toro.

En el pasado el actual espacio de Bailén recibió diversos nombres. El tramo comprendido entre San Pablo y Pedro del Toro se llamó, al menos desde la primera mitad del s. XV, Dormitorio de San Pablo pues bordeaba el del convento dominico del mismo título. El resto de la calle, hasta Alfonso XII, estaba rotulado como calle del ABC, topónimo de origen no muy claro, aunque el erudito González de León (ver) lo atribuye a unas escuelas de niños allí situadas en tiempos del rey Pedro I.

Rotulo de ABC

A mediados del s. XIX el nombre de Dormitorio de San Pablo se sustituye por el de Bailén, en memoria de la famosa batalla de la guerra de la Independencia que tuvo lugar en 1808 y en la que las tropas napoleónicas fueron derrotadas por el general Castaños. Finalmente, quizás tras la Revolución de 1868, ese topónimo se hizo extensivo también a la calle del ABC, cuyo rótulo desapareció del nomenclátor sevillano.

En 1937 se decide rotular como Santa María Magdalena al tramo comprendido entre San Pablo y San Eloy, sin duda por la proximidad de la parroquia del mismo nombre. Posteriormente debió ser desestimado, pues en la documentación municipal no se encuentran más referencias al mismo ni aparece recogido por la planimetría.

Santiago Montoto relaciona también con Bailén otros topónimos antiguos tales como Monasterio de la Merced, Pergaminería Vieja y la plazoleta de Matías Gordillo, que, según el citado erudito, designaría en el pasado a un ensanche situado en la mediación de la calle. No se han encontrado otras pruebas documentales de tales nombres referidos expresamente a Bailén.

Se trata de una calle larga, estrecha y sinuosa que ya desde su iniciación describe una ligera curva más o menos pronunciada, según los tramos.

A la altura de San Eloy y Canalejas se ensancha notablemente para estrecharse de nuevo en el cruce con San Pedro Mártir.

A la altura de Pedro del Toro forma un chaflán en el punto de arranque del antiguo convento de la Merced, a la espalda del actual Museo de Bellas Artes. Este chaflán, que rompe la linealidad de la calle recuerda que en el pasado debió ser aún más angosta y sinuosa de lo que es hoy, pues hay referencias documentales de dos barreduelas ya desaparecidas y sobre todo numerosísimos proyectos de alineación, ensanche y compra o expropiación de fincas, en especial desde el último tercio del s. XIX hasta los años 40 del XX. En la actualidad sólo conserva una barreduela ocupada por una finca, el número 28, casa-palacio del XVIII donde hasta hace pocos años tuvo su sede el Consulado de Italia. 

Corral de las Mercedes en la calle Bailén esquina con la calle Pedro del Toro, con su altar de la esquina y pajarito en la jaula para alegrar las mañanas con su canto. Fotografía de 1.930 

En su caserío abundan las construcciones de principios de siglo en un aceptable estado de conservación: casas con patio, cancela y cierro a la calle.

En los últimos años han sido derribados algunos importantes ejemplares y sustituidos por construcciones de pisos respetando la altura dominante en la calle.

Buena parte del tramo primero está ocupado por un lateral de la parroquia de la Magdalena, en cuya puerta se conserva una de las placas de mármol que en el pasado anunciaban el lugar donde podían solicitarse los santos sacramentos. A fines de los años sesenta se perdió la oportunidad de dejar exento su ábside, ahora oculto por una casa de construcción moderna.

Lateral de la parroquia de la Magdalena

A partir de Pedro del Toro, en la acera de los pares, se eleva el alto muro del antiguo convento de la Merced. La portada principal de su iglesia, de mármol blanco, fue trasladada en el siglo XIX de este lugar a la actual plaza del Museo.

Entre los edificios de la calle merece también citarse la mencionada casa-palacio dieciochesca del número 28, de dos plantas y portada sobre pilastras jónicas con un bello balcón. 

Casa numero 28

Detalle del nivel superior

Otras tienen piedras de molino empotradas en sus fachadas.

Detalle de piedra de molino

Detalle de piedra de molino

Bailén cumple una función marcadamente residencial. En el siglo XIX se ubicaron en ella la Diputación Provincial y las oficinas del Gobierno Civil. En una de sus casas falleció el poeta y erudito decimonónico Manuel María del Mármol y en otra habitó el escritor Manuel Halcón.

Como dato curioso hay que dejar constancia del azulejo de la esquina con Alfonso XII, en la acera de los impares, recordando el nivel del agua en una riada de 1796. (Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla).

Esquina con Alfonso XII

A las 9 de la noche del Miercoles 28 de Diciembre de 1796 siendo Asistente de esta Civdad el Exmo Sr. D. Manuel Cándido Moreno subió el Río en los contornos exteriores de ella HTA. El nivel correse a los pies de este azulejo

Casa numero 39

Casa número 39

Azulejo en recuero del pintor Domingo Gimeno Fuster

Casa número 65-67

Detalle del cancel que da acceso al patio

Detalles del patio

Detalles del patio

Detalle de la escalera

Casa número 71

Detalle del cancel que da acceso al patio

Detalles del patio

Detalles del patio

Detalles del patio
Detalles del patio

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Calle Cepeda.

Calle Cepeda

De la confluencia de la plaza del Museo y Alfonso XII a Bailen.

Debe su nombre a un tal capitán Cepeda, personaje desconocido, a quien en el pasado se le atribuyó erróneamente la paternidad de la imagen del Cristo de la Expiración que se venera en la capilla del Museo.

La primera referencia histórica a este espacio se remonta a comienzos del s. XV en que se designa como “La vuelta de la Merced”, “calle que va a la Merced” y también calle y plazuela de la Merced, en evidente alusión al convento mercedario allí establecido.

Todavía en la planimetría del XVIII (plano de Olavide, 1771) carece de nombre específico, asimilándose a la del ABC. González de León (ver) atestigua ya que en la primera mitad del XIX su nombre más conocido era el de plaza de la Merced. Sin embargo, en la década de 1840 fue rotulada calle del Museo, tras la ubicación de la pinacoteca sevillana en el entonces recién desamortizado convento. Y a partir de 1869 recibió su nombre actual, que ya está presente en un plano de 1870.

Es corta y de mediana anchura en comparación con la estrechez dominante en otras calles de la zona y quizás como consecuencia de alineaciones de la segunda mitad del XIX y principios del XX, pues todavía en 1942 el Ayuntamiento aprobó un proyecto de modificación de líneas.

Toda la acera de la izquierda, en la que existe una rinconada, está ocupada por la fachada lateral del ex-convenio de la Merced, con la portada de su antigua iglesia, que habitualmente permanece cerrada.  

Columna

Portada a la calle Cepeda del Museo de Bellas Artes

Hornacina con la imagen de san Fernando

Detalle de san Fernando

Predominan las casas de tres plantas de comienzos del XX, y cumple una función exclusivamente residencial.

En la casa núm. 8 hay una "Tertulia del Museo", señalada con una placa de cerámica. Este espacio fue citado por Lope de Vega en su obra “El amante agradecido”. (Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla)

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Calle Miguel de Carvajal.

Calle Miguel de Carvajal

De la confluencia de Rafael Calvo, Monsalve y Plaza del Museo a Bailen

En el pasado formó parte de la llamada calle de los Pasos (plano de Olavide, 1771), denominación que se extendía también a la actual Rafael Calvo y a una acera de la actual plaza del Museo, la frontera al antiguo convento de la Merced.

En la segunda mitad del XIX aparece rotulada como Narcisos, término cuya razón se desconoce.

En 1882 el Ayuntamiento acuerda llamarla con su nombre actual, en homenaje al alcalde Miguel de Carvajal y Mendieta, conde de Casal, impulsor, según Santiago Montoto, de la reforma del nomenclátor de las calles llevada a cabo en 1845. Este personaje público había fallecido en ese mismo año de 1882.

En el s. XVIII pudo conocerse también como callejuela de la Porteria, por la del citado convento

Hasta el derribo parcial del antiguo convento mercedario en 1840 y la posterior remodelación de la plaza del Museo, era un espacio secundario, muy estrecho. Probablemente se trata de la calleja que un documento de 1455 (Sec. 10) describía como "mucho sucia, en tanto grado que de la suciedad e fedor avía venido grand daño a los dichos frayles e a los vesinos comarcanos".

Tras las obras citadas, adquirió la anchura y rectitud que hoy posee. Hubo, además, rectificaciones de líneas en algunas casas y varios derribos en 1863, 1867 Y 1941, fecha en la que se decide sustituir la tapia del ala sur del Museo por la verja que actualmente tiene y que ocupa toda la acera derecha de la calle.

Detalle de la verja que cierra el ala Sur

Las casas de la acera izquierda son de principios de siglo, de tres plantas, algunas de buena factura, con balcones de artísticos herrajes.

En la casa núm. 1 tiene su sede el Colegio Oficial de Gestores Administrativos de Sevilla. (Diccionario Histórico de las calles de Sevilla).

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Plaza del Museo.

Plaza del Museo

Plaza del Museo

Entre las acalles Alfonso XII, Monsalves, Rafael Calvo, Miguel de Carvajal y Cepeda

El espacio actual de la plaza, resultado de una importante operación urbanística decimonónica, estuvo ocupado desde la Edad Media por el desaparecido convento de la Merced, que dio nombre, al menos desde principios del s. XV, a la llamada calle y también plazuela de la Merced, topónimos referidos sólo a la pequeña zona próxima a Alfonso XII, la que hoy se conoce como Cepeda. En esa zona debió estar la calle del Dormitorio de la Merced, cuya ubicación exacta se ignora, pero que se documenta en la segunda mitad del XVII.

Por ese mismo flanco norte el edificio conventual lindaba con Armas (actual Alfonso XII), y por el este con la calle de los Pasos, también llamada desde fines del XVII Sacramento. Por el lado sur el limite era la antigua Narcisos (actual Miguel de Carvajal).

Derribada en 1840 buena parte del convento y urbanizado como nueva plaza el espacio resultante, pasó a designarse con diversos nombres, que aparecen indistintamente en informes, documentos y noticias de prensa de mediados del XIX: paseo de la Merced, jardines de la Merced, paseo del Museo, alameda del Museo y plaza del Museo, que es el que termina por consolidarse en los años 60, pues tras la desamortización de 1835 el convento habrá sido habilitado como museo de pinturas por orden del jefe político de la ciudad, el escritor Serafín Estébanez Calderón.

En 1900 ese nombre se sustituye por el de Conde de Casa Calinda, en homenaje a Andrés Lasso de la Vega y Quintanilla, jefe del partido liberal conservador en la provincia de Sevilla y Presidente de la Academia Provincial de Bellas Artes, que habitaba en el palacio de su nombre en la calle Alfonso XII, frontero a la plaza.

En 1931 se acuerda reponer la denominación de plaza del Museo. Tras la parcial demolición del convento, se acordó en 1846 trazar un paseo según los planos del arquitecto municipal Balbino Barrón. Las obras avanzaron con rapidez y en ese mismo año se inauguran tanto el paseo como la plaza que, al decir de un contemporáneo, quedaron como "elevado terraplén, cuyas bellas y elegantes formas han cambiado la faz de aquel insuperable laberinto de calles cortas, ahogadas y tortuosas. Se halla circuido de elevadas verjas ... “, con “ricas estatuas y cabezas que lo decoran, posadas sobre caprichosos pedestales. Los bustos son de emperatrices y emperadores romanos, extraídos del vetusto palacio que existe en la villa de Umbrete, asilo de los arzobispos de Sevilla.  La figura circular pero prolongada por su frente tiene 80 pies de largo por 90 de ancho. Súbase a él por dos espaciosas escalinatas y dos más pequeñas laterales. Está plantado de una doble hilera de árboles, cuyo follaje ofrecerá con e l tiempo a los paseantes una agradable sombra. Alzase sobre el centro una fuente que representa un genio sobre delfín, cuya boca lanza un cañón de agua. Este capricho, también traído de Umbrete, es de mucho mérito” (A. Jiménez, Semanario Pintoresco Español, año 12, 1847).

Una vez abierto el paseo, se sintió la necesidad de dotar al edificio del convento, cuyo en tramado interior quedaba a la vista, de una fachada acorde con la dignidad urbanística del nuevo espacio. El proyecto, también de Balbino Marrón, se presentó en 1851 y las obras, iniciadas en 1859, se culminaron en 1860, quedando una fachada de corte clásico con tres cuerpos, que más adelante será a su vez sustituida por la actual del museo. La construcción de la fachada propició la remodelación de toda la plaza, que había quedado cerrada por el paño de poniente.

En 1862 se desmontan las estatuas, trasladadas a los jardines de las Delicias, y la verja a los de Cristina, y se derriba una casa en la esquina con las actuales Rafael Calvo y Miguel de Carvajal, con el objeto de ampliar la plaza y colocar la estatua de Murillo, obra del escultor Sabino Medina, que se inaugura en 1864 sobre un alto pedestal trazado por Demetrio de los Ríos (ver)

Monumento a Murillo

Detalle del monumento a Murillo

El resultado fue una plaza casi elíptica con una gran rotonda en el centro y elegantes asientos y jardines. No sería ésta la última remodelación de este espacio, que sufrirá nuevas transformaciones en 1888 (jardines, nuevos asientos, candelabros, adoquinado de las vías limítrofes ... ); en 1921, con nuevos arriates del arquitecto Juan Talavera Heredia; en 1929, con rectificaciones de líneas en las calles laterales, y en la década de los 40, en que se remodela la fachada del museo, con la incorporación de la antigua portada principal del convento, antes situada en Bailén, la plaza, pues, ha ido ganando amplitud desde su  creación, y en la actualidad se configura como un espacio de forma trapezoidal, con una marcada angulación lateral en el lado de poniente, delante de la capilla del Museo. 

Gravado de 1917de la plaza del Museo. Fachada distinta a la actual que se modificó en 1945

Está ligeramente elevada sobre la calzada y ajardinada con setos, palmeras, grandes ficus, adelfas y naranjos. Posee bellos bancos de mampostería y fundición, y en el centro la mencionada estatua de Murillo.

Tiene pocas casas, que se reducen exclusivamente a la acera de levante, ya que el frontal está ocupado en su totalidad por el Museo de Bellas Artes (ver) y la capilla del Cristo de la Expiración (ver). Se trata de buenos ejemplares de la primera mitad de nuestro siglo, de dos y tres plantas, con patios, cancelas y cierras a la calle, algunos recientemente reconstruidos.

El edificio del Museo de Bellas Artes se sitúa en el antiguo convento de la Merced Calzada, construido en la Edad Media y profundamente renovado a principios del XVII por Juan de Oviedo. Se ordena en torno a tres grandes patios, con la antigua iglesia en uno de sus extremos. Posee dos claustros y una gran escalera con bóveda sobre trompas. La iglesia, también obra de Juan de Oviedo, tenía una portada dieciochesca que hoy preside la fachada del museo, en cuyo interior hay numerosos azulejos de los siglos XVI, XVII Y XVIII procedentes de edificios religiosos sevillanos desaparecidos. Está considerada la segunda pinacoteca de España, por ser magnífico exponente de la pintura sevillana del Siglo de Oro. A mediados del siglo XIX el viejo convento mercedario fue también sede de la Sociedad Patriótica de Amigos del País y más tarde de las Reales Academias de Bellas Artes y de Buenas Letras, Comisión de Monumentos y Escuela de Bellas Artes. Las academias han permanecido allí hasta su traslado a la Casa de los Pinelos.

Para instalar el museo en 1839, la iglesia había sido desocupada de altares e imágenes, entre ellas las de las cofradías del Cristo de la Pasión, que se trasladó a la también desaparecida parroquia de San Miguel, y del Santo Entierro.

Contigua a la fachada del Museo se halla la capilla del Cristo de la Expiración, titular de la llamada popularmente Hermandad del Museo, que hace su estación penitencial la noche del lunes Santo y que congrega en este lugar a numeroso público.

Frente a la Capilla del Cristo de la Expiración se sitúa un monolito de mármol rematado por tres cruces de forja, que recrean el escudo primitivo de la hermandad (ver).

Situación delate de la Capilla del Museo

Monolito con tres cruces

Detalle de las cruces

En su “Sevilla del buen recuerdo”, Rafael Laffón (ver) la evoca a principios de siglo como "oscura y desértica" durante la noche. José Andrés Vázquez resalta la belleza de la plazoleta delantera a la capilla del Cristo de la Expiración.  Y Alfonso Grosso recuerda su ambiente por los años 50 del siglo XX: "Calle de San Vicente, plaza del Museo de Bellas Artes de Sevilla-Murillo en bronce y el coro de las niñas de las canciones de rueda (que quieres, amor/coronado de flores /Seis reales dan por el tordo de Juana .. ) jarchas que nunca ella había escuchado, lazos de muselina, sandalitas de goma y hambre reflejada en sus ojos tan negros" (La buena muerte). En la casa núm. 2 tuvo su despacho Blas Infante. (Diccionario Histórico de las calles de Sevilla).

Casa número 5. Mariano Bellver

Puerta
Vestíbulo

Azulejo del vestíbulo: “Madriti Campos Ac Tecta Relinqvit Avita Caesar Etin Laetis Barcinni Constitit Arvis Signaq Lvstrat. Procer  es Tvrmasq Recenset en Pia Vota Facit Expandens Vela Per Avras Vt Freta Bina Secans Baleares Explicet Vdas Sardoasq Simvl: Qvo Classis Ivssa Coire Germanos Italamd Manvm Veteresq Cohortes Portait Iberorvm et Libycis Advertit Arenis”

“Dejando los campos amurallados de la antigua Madrid, César llega a los alegres campos de Barcelona y pasa revista a los estandartes, a los nobles y a las tropas, renovando su devoción y elevando piadosos votos. Al desplegar las velas hacia los aires, para que, cortando los dos mares, la flota llegue a las Baleares y también a las húmedas (costas) sardas: allí donde la flota, mandada a reunirse, transporta germanos, tropas itálicas y antiguas cohortes de iberos, y se dirige a las arenas libias.”

Azulejo del vestíbulo: La Rendición de Granada. 2 de enero de 1492

Detalles del patio

Detalles del patio
Detalles del patio

Detalles del patio

Detalles del patio

Detalles del patio

Casa número 7.