jueves, 20 de noviembre de 2025

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Actores

Rafael Calvo Revilla.

Rafael Calvo Revilla

Nació el 19 de febrero de 1842 en Sevilla, por casualidad, ya que su padre, José Ramón Calvo, era también actor y estaba en gira junto a su madre, Lorenza Revilla.

Debutó a los diecisiete años en el Teatro Español de Madrid, contra su voluntad y por obligación de su padre, en la compañía de Pedro Delgado.

Rafael Calvo, resucitó el teatro clásico español de Lope de Vega y Calderón de la Barca, dio nuevo impulso al romántico de José Zorrilla y el Duque de Rivas y ayudó a crear el efectista de la primera época de José Echegaray, quien escribió para él numerosas obras.

Su estilo era declamatorio y brillaba especialmente como recitador del teatro en verso, porque amaba el teatro clásico español, que estudió con profundidad, y destestaba las insulsas traducciones y adaptaciones dramáticas de los autores europeos de entonces.

Trabajó con los principales intérpretes de su época y con Antonio Vico llenó toda una época teatral. De hecho, ambos dieron pie a una gran polémica entre sus respectivos partidarios, ya que Vico era más intuitivo e improvisador que Calvo, quien se caracterizaba por el equilibrio y la seguridad. Vico se dirigía más a la psicología del personaje, pero Calvo era mejor en la declamación y la espectacularidad. Las comparaciones entre ambos dividieron al público madrileño en auténticas “facciones” teatrales, una de las anécdotas más citadas de la historia escénica de España.

Viajó por Europa y América, destacando también como un gran virtuoso de la esgrima.

Estando en Cádiz, contrajo un brote de viruela y murió en dicha ciudad el 4 de septiembre de 1888.

Calle Rafael Calvo (ver)

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Escritores  

Fernán Caballero.

Fernán Caballero. Espejo, Estanislao. 1877. Universidad de Sevilla. Copia del retrato de Federico Madrazo de 1858, actualmente en paradero desconocido. 

Fernán Caballero es el nombre literario tras el que se ocultó Cecilia Francisca Josefa Böhl und Lütkens y Ruiz de Larrea, una de las figuras más representativas del Romanticismo español.

Hija del cónsul alemán Juan Nicolás Böhl und Lütkens (más tarde Böhl de Faber) y de Francisca Javiera Ruiz de Larrea y Aheran Moloney, conocida familiarmente como Doña Frasquita Larrea, nació el 25 de diciembre de 1796 en la localidad suiza de Morges, durante un viaje de sus padres rumbo a Hamburgo. Allí pasó sus primeros meses de vida antes de que la familia regresara a Cádiz en 1797. En la ciudad andaluza nacieron sus tres hermanos: Aurora, Juan Jacobo y Ángela.

Creció durante siete años en un hogar culto, impregnado por la sensibilidad del Romanticismo alemán, corriente a la que su padre era especialmente afín. La muerte de su tío Amadeo y la inestabilidad que provocaron las guerras napoleónicas llevaron a los Böhl de Faber a emprender en 1805 un nuevo viaje a Alemania con Cecilia y su hermano Juan Jacobo, quedando las hermanas menores al cuidado de la abuela materna. En 1806, el padrastro de su padre, Martin Jak. Faber, le dio su apellido mediante adopción, que desde entonces llevó también la autora.

Durante casi una década residió en Hamburgo y recibió una formación muy cuidada en un pensionado dirigido por una institutriz francesa, donde adquirió una educación marcada por un catolicismo riguroso y de corte tradicional.

Cecilia Francisca Josefa Böhl de Faber y Ruiz de Larrea 

El regreso de Fernando VII al trono en 1814 propició la vuelta de la familia a Cádiz. Dos años después, el 30 de marzo de 1816, Cecilia contrajo matrimonio con el capitán de infantería Antonio Planells y Bardají. La pareja se trasladó a Puerto Rico por destino militar, pero la muerte prematura de su esposo en 1817 la dejó viuda muy joven. Tras una temporada acogida en casa del Capitán General de la isla, pudo regresar a España en junio de 1818.

Poco después volvió a instalarse en Hamburgo junto a su abuela, hasta que finalmente regresó a la bahía de Cádiz para establecerse en El Puerto de Santa María. En 1822 contrajo un segundo matrimonio con Francisco de Paula Ruiz del Arco, marqués de Arco Hermoso y miembro de una familia sevillana de gran influencia. Desde entonces fijó su residencia habitual en Sevilla, alternando estancias con la finca familiar de Dos Hermanas, conocida como La Palma, donde se sintió profundamente atraída por las tradiciones populares andaluzas, que comenzó a recoger con afán.

La muerte de su segundo esposo en 1835 volvió a dejarla viuda. Durante una estancia en Londres, en 1836, vivió un romance apasionado con el aristócrata inglés Federico Cuthbert, experiencia que más tarde reflejaría en su novela “Clemencia”.

El 17 de agosto de 1837 contrajo su tercer matrimonio, esta vez con Antonio Arrom de Ayala, un abogado rondeño veinte años más joven, unión que dio lugar a numerosos comentarios. En los años siguientes, y hasta que Arrom de Ayala fue nombrado cónsul en Sídney en 1854, Cecilia se dedicó intensamente a la escritura. Gracias al apoyo de José Joaquín de Mora, publicó algunas de sus obras fundamentales, entre ellas “La familia de Alvareda” y “La gaviota”, firmadas como Fernán Caballero para preservar su intimidad y evitar las connotaciones de su apellido extranjero.

La enfermedad de su esposo y la precariedad económica que atravesaron desembocaron en el suicidio de Arrom de Ayala en 1859, lo que sumió a la autora en una situación de pobreza. Los duques de Montpensier y la reina Isabel II la protegieron, proporcionándole una vivienda en el Patio de Banderas del Alcázar de Sevilla. La revolución de 1868, sin embargo, obligó a subastar las casas y la escritora hubo de trasladarse a la calle que hoy lleva su nombre (ver).

Calle Fernán Caballero

Fernán Caballero numero 14

Duques de Montpensier dedican este. En esta casa falleció frenan Caballero 1877

Desde entonces llevó una vida retirada, dedicada a sus amistades y al trabajo intelectual. Postrada en cama por enfermedad, siguió con preocupación los acontecimientos del Sexenio Democrático y acogió con alivio la restauración borbónica en la persona de Alfonso XII.

Cecilia Böhl de Faber falleció en Sevilla el 7 de abril de 1877, a los ochenta y un años, a causa de una disentería.

Tumba de Cecilia Bölh de Faber. Panteón de Sevillanos Ilustres

Su obra literaria, especialmente centrada en los cuadros de costumbres, ejerció una influencia decisiva en la narrativa española. Está considerada como una de las figuras que impulsaron la renovación de la novela en el siglo XIX, devolviéndole la vitalidad que había perdido desde la Edad de Oro.