domingo, 16 de noviembre de 2025

AREA MUSEO

Calle Trastamara.

Calle Trastamara

De Reyes Católicos a Plaza de la Legión. Por su izquierda desemboca Segura, y está cruzada por Albuera, Sánchez Barcaiztegui, Marqués de Duero y Luis de Vargas.

Al menos desde 1848 (plano de Sartorius) este espacio está documentado con el nombre de “lonja del Bacalao”, por ubicarse en este lugar extramuros un punto de venta de pescado.

En 1859 se rotuló con el actual, en recuerdo de la dinastía de los Trastamara, que reinó en Castilla en los siglos XIV y XV y probablemente en relación toponímica con la contigua calle de Reyes Católicos, trazada en aquellos años.

No se configuró como verdadera calle, con dos aceras, hasta la década de los 60 del siglo XX, tras la ordenación urbanística de la zona de la antigua plaza de Armas y Reyes Católicos, una de las primeras operaciones de ensanche que se hacen en Sevilla, según el proyecto del arquitecto Balbino Marrón. Fue prolongándose hacia la plaza de la legión a medida que avanzaba el siglo, pues en su origen era más corta.

Su trazado general es rectilíneo, aunque en su primer tramo presenta una leve curvatura. Es algo más ancha en su parte central, probablemente por efecto de modernas construcciones de viviendas que han contribuido a su alineación.

 Su caserío ofrece la variedad tipológica de casi todas las calles de esta zona, alternando las casas de escalera de la primera mitad de siglo, de cuatro plantas, con recientes edificios de pisos de la misma altura.

En el núm. 9 está ubicado el Club Natación Sevilla, instalaciones que en su origen (1935) fueron de propiedad municipal y que vienen cumpliendo una importante función en el mundo del deporte sevillano. Fueron planeadas en la Segunda República como casa de baños públicos y farmacia municipal. Durante mucho tiempo ha sido la única piscina climatizada de la ciudad.

A mediados del XIX Trastamara era uno de los característicos espacios extramuros, descuidados, oscuros y sucios, tal como se hace eco el diario El Porvenir, quejándose “de la oscuridad que reina durante la noche en ella, toda vez que sólo dos farolas colocadas en los extremos alumbran aquel sitio”.

Había también un husillo, que en 1877 se proyecta trasladar más cerca del rio, para prevenir las frecuentes inundaciones de la zona. (Diccionario Histórico de las calles de Sevilla).

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