ALGUNAS CURIOSIDADES DE SEVILLA
Estatua de Murillo.
Monumento a Murillo
La idea de levantar un monumento público al pintor Bartolomé Esteban Murillo en Sevilla, se remonta a 1838, cuando el Liceo realizó la primera propuesta que luego hicieron suya la Academia de Bellas Artes hispalense y el Ayuntamiento de la ciudad. El empuje definitivo para su realización correspondió a la Sociedad Sevillana de Emulación y Fomento, que en 1855 consiguió recaudar 139.492 reales para la construcción. Se convocó un concurso local que quedó desierto y posteriormente la Academia de San Fernando organizó en 1858 otro concurso, a escala nacional, que ganó Sabino de Medina.
Para su
emplazamiento, se propuso primero la plaza de Santa Cruz, en el barrio
donde había residido gran parte de su vida el pintor. Luego se buscó otra plaza
de más relieve público y se debatió entre la plaza Nueva y la
entonces recién formada plaza del Museo, donde finalmente fue colocada en 1863
e inaugurada el 1 de enero de 1864, coincidiendo con el día del nacimiento de
Murillo.
La
escultura está realizada en bronce y representa al artista de pie, inspirándose
en algunos autorretratos del artista, con la mano izquierda apoyada en una
pilastra donde aparece un boceto de la Inmaculada Grande y la derecha empuñando
un pincel. El pedestal fue realizado por Demetrio de los Ríos.
Monumento a Murillo
Detalle de Murillo
Detalle del
basamento
En 1861,
aprovechando que la estatua de Murillo iba a ser fundida en París por Eyck y
Durand, el propio escultor de Medina solicitó al Alcalde de Madrid que se
hiciese una segunda reproducción para ser colocada en la ciudad de Madrid. Tras
su aprobación, esta réplica se situó en la plaza de Murillo, entre la fachada
sur del Museo del Prado y el jardín botánico y fue inaugurada por el
rey Amadeo I, alguno años después.
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