AREA DE TORNEO-GOLES
Calle Antonio Salado
Al menos desde 1639 está documentada con el nombre de Castellón, cuya razón se desconoce, aunque González de León especula con la posibilidad de que se refiera a ese título de nobleza.
En 1900 fue rotulada como el actual, en homenaje a Antonio Salado y Moreno, catedrático de la Escuela de Medicina de Sevilla y prestigioso cirujano, fallecido en ese mismo año.
Ofrece varios salvar ruedas de granito.
Las viviendas son de tipo tradicional de 2-3 plantas con patios y cierros que
dan a la calle un aspecto homogéneo y cierta belleza. Cumple una misión casi
exclusivamente residencial.
En la esquina con la
plaza de Puerta Real, figura un azulejo que refiere el fallecimiento del pintor
Gustavo Gallardo Ruiz (ver).
Se formó en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, siendo discípulo de Gonzalo Bilbao y Virgilio Mattoni, y amplió sus conocimientos en Roma de 1917 a 1924.
Unos años antes tuvo oportunidad de viajar por distintas ciudades españolas y en 1913 estuvo algún tiempo en Tánger.
En 1934 pasó a ser profesor de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y luego de la de Artes y Oficios de Sevilla.
Concurrió a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1924, donde obtuvo tercera medalla por un cuadro titulado Desnudo.
Destacó como retratista, al tiempo que
cultivaba el paisaje y la pintura costumbrista.
Antonio Salado y Moreno (ver) (Sevilla, 1.835 – 1.900), hijo
de un médico de modesta posición, discípulo del famoso doctor en medicina Federico
Rubio, prestigioso cirujano y catedrático de patología quirúrgica de la
Facultad de Medicina de Sevilla, médico de la Beneficencia provincial, de la
que fue Decano, y académico de la Real Academia de Medicina.
Fue el autor de una de las primeras transfusiones de sangre realizadas en España que tuvo lugar en Sevilla.
Introdujo en Sevilla el ácido carbólico como antiséptico e igualmente
la tintura de yodo cristalizado, lo que en el año 1.870 representó un gran
avance para la medicina.
Se refiere que, en marzo de
1.888, un niño de cinco años fue atropellado por un carro en la calle San Luis.
La infeliz criatura fue conducida al Hospital Central donde el Doctor don
Antonio Salado, se ocupó de su tratamiento. Tuvo que proceder a la amputación
de un brazo, pero consiguió salvarle la pierna con muchos cuidados y desvelos.
Dados los escasos recursos económicos del niño, lo llevó a su casa, lo vistió,
lo alimentó y lo ingresó en un colegio público.
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