miércoles, 26 de noviembre de 2025

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Escritores  

Alfonso Grosso Ramos.

Alfonso Grosso Ramos. (ver) (CC BY 3.0)

Alfonso Grosso Ramos nació en Sevilla el 6 de enero de 1928. Hijo de Manuel Grosso Sánchez, acomodado industrial de origen genovés, y de Mariana Ramos Hurtado.

Apartado de sus padres y hermanos por razones familiares, tuvo una infancia azarosa, lo que no impidió que recibiera una esmerada educación, primero en el colegio de Villasís, de los padres jesuitas, y después en el instituto San Isidoro de Sevilla.

Contrajo matrimonio el 3 de febrero de 1956 con Isabel Guzmán, y fue padre de dos hijos.

Desde muy joven, compartió su vocación literaria con tareas administrativas en calidad de funcionario del Instituto Nacional de Previsión.

Su primer trabajo literario es de 1956 en colaboración con Armando López Salinas se tituló “Por el río abajo”.

En 1959 recibió el Premio Sésamo de Cuentos por el relato Carboneo”que marcó el comienzo de una ascendente carrera literaria.

Fue un escritor adscrito al realismo social, destacando su novela “La Zanja” en 1960, también deben señalarse sus obras “Un cielo difícilmente azul” (1961), “Germinal y otros relatos” (1962), “El capirote” (1963) y “Testa de Copo” (1963).

Tras diversas estancias ocasionales en el extranjero, fijó su residencia en Madrid, donde a partir de 1967 trabajó en una agencia publicitaria.

A finales de 1968 se publicó la novela Ines just coming”que supone el inicio de una segunda etapa, de carácter barroquizante, en la narrativa de Alfonso Grosso.

En 1971 se otorgó a Guarnición de silla” (1970) el prestigioso Premio de la Crítica, que había distinguido con anterioridad a novelistas de la talla de Camilo José Cela, Rafael Sánchez Ferlosio, Miguel Delibes o Mario Vargas Llosas. En 1980 “Los invitados” fue finalista del premio Planeta.

En 1972 consiguió una beca de Creación Literaria de la Fundación Juan March, y ese mismo año obtuvo el Premio Alfaguara por su novela Florido mayo”que se editó en enero de 1973.

En octubre de 1973, fue nombrado director de Ediciones del Centro, filial aperturista de Editora Nacional. Dicho cargo le permitió una mayor dedicación a la actividad literaria, y en efecto se sucedieron vertiginosamente los títulos publicados: La buena muerte” (1976), Los invitados” (1978), El correo de Estambul” (1980).

Tras la liquidación de Ediciones del Centro por obra del primer gobierno posconstitucional, se vio obligado a solicitar su reingreso en las oficinas del Instituto Nacional de Previsión de Sevilla.

Finalmente, aquejado de una progresiva enfermedad psiconeurológica, se recluyó en su casa de Valencina de la Concepción, en el Aljarafe sevillano, donde falleció el 11 de abril de 1995.

Lleva su nombre La Biblioteca Pública Municipal de Valencina de la Concepción.

Grosso es considerado como el verdadero eje de lo que en los años setenta el mundo editorial denominará “nueva narrativa andaluza”.

Lo cierto es que el novelista Alfonso Grosso Ramos, sobrino del afamado pintor Alfonso Grosso Sánchez, constituye, con su peculiar barroquismo, con su brillante estilo sensorial y colorista, un punto de referencia imprescindible en la compleja novelística española de la segunda mitad del siglo XX.

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Arquitectos.  

Balbino Marrón y Ranero.

Balbino Marrón y Ranero. (ver) (CC BY 3.0)


Balbino Marrón y Ranero nació en Villaro el 23 de febrero de 1812.

Inició sus estudios de arquitectura en Bilbao junto a Juan Bautista Belauzarán. Continuó su formación en Sevilla, donde asistió a la Escuela de las Tres Nobles Artes de Sevilla, bajo la dirección del arquitecto Salustiano Ardanaz, primero, y tras la muerte de este, con Melchor Cano.

Marchó a Madrid en mayo de 1837 para realizar el riguroso examen de la Academia de Bellas Artes,  fue alumno de las últimas promociones de los estudios de arquitectura de la Academia de San Fernando, pues su título de arquitecto en Madrid fue expedido el 24 de septiembre de 1837

Tras obtener el título, se instaló en Sevilla y empezó a trabajar en el estudio del arquitecto municipal Melchor Cano.

Solicitó la plaza de arquitecto municipal de Jerez, vacante por la separación de Manuel de Zayas, de la que tomó posesión en 1838.

En Jerez, donde permaneció como arquitecto municipal hasta 1846, llevó a cabo la cárcel pública, las casas consistoriales, los cuarteles de la plaza de la Constitución, la capilla y el panteón del cementerio, un depósito subterráneo con capacidad para 100.000 arrobas de agua y los empedrados de calles y aceras. También trabajó en muchas obras particulares, fundamentalmente en grandes naves bodegueras donde utilizó un modelo que repetiría con profusión, creando una especie de prototipo, y también en numerosas casas particulares para la alta burguesía jerezana. También realizó otras obras para particulares de poca envergadura en el mismo Jerez y en las localidades de Puerto Real, el Puerto de Santa María, Arcos de la Frontera y la ciudad de Cádiz.

En 1846 se trasladó a Sevilla, para sustituir a Ángel Ayala como arquitecto municipal,  y  se involucró en el proceso de transformación de la ciudad que promovieron los activos alcaldes José María Rincón y García de Vinuesa aprovechando la coyuntura económica más favorable del siglo surgida por el impulso renovador que derivó del emplazamiento de los nuevos sistemas de transporte y del asentamiento de establecimientos fabriles y manufactureros, los cuales demandaban terrenos y mano de obra.

El crecimiento demográfico puso al descubierto las numerosas deficiencias de la ciudad fundamentalmente desde el punto de vista higiénico, como era la escasa traída de aguas, la carencia de una red de desagües, la indefensión contra las frecuentes inundaciones, la saturación de los cementerios, dando lugar a prácticas de enterramientos en las iglesias, la concentración de toda la población en el reducto de intramuros produciendo un hacinamiento en las viviendas, la carencia de servicios tales como mercados, colegios, edificios institucionales, la ausencia de malecones de defensa y muelles del río, los inconvenientes de un viario tortuoso y estrecho incapaz de absorber el tráfico entre el puerto, las estaciones y el interior de la ciudad, donde todavía residían todos los establecimientos comerciales y fabriles, etc. Era una situación que Balbino Marrón encaró y resolvió, dentro de lo que cabe, de manera muy digna en el ejercicio como urbanista y arquitecto.

Asimismo, diseñó unas actuaciones generalizadas en el casco urbano sobre alineaciones y ensanches de calles acumulando una documentación exhaustiva que le permitió iniciar el levantamiento del plano general con su compañero Eduardo García Pérez, labor que no se llegó a materializar en ninguna cartografía. Pero todos estos datos de campo, reunidos y aprobados por las correspondientes comisiones originaron un corpus y una casuística de actuaciones en la ciudad por la que se iban a regir los futuros arquitectos de la misma.

La primera obra que realizó en esta ciudad fue la reforma de un edificio en la calle Cardenal en 1846 para convertirlo en el asilo San Fernando, que fue derribado en 1860.

En 1846 realizó la plaza del Museo y en 1851 realizó las fachadas y edificio que alberga el Museo de Bellas Artes y la sede de la Academia.

En 1847 fue nombrado miembro numerario de la Academia de San Fernando. Perteneció a la Academia de Santa Isabel de Hungría como numerario desde 1847.

En 1848 el duque de Montpensier y su esposa, la infanta María Luisa, se instalaron en Sevilla y  Balbino Marrón adaptó para ellos el Palacio de San Telmo. Además, construyó para ellos un palacio en Sanlúcar de Barrameda y otro en Villamanrique de la Condesa. También realizó obras en el palacio que este matrimonio tenía en Castilleja de la Cuesta, que en el siglo XVI había sido la casa de Hernán Cortés

En 1850 ordenó los terrenos del Prado de San Sebastián tras el nacimiento de la Feria de Abril en 1847. Al comienzo esta se colocó solamente en la zona de la Huerta del Retiro, pero posteriormente se extendió para abarcar todo el Prado de San Sebastián, lo que provocó la necesidad de la ordenación municipal de los terrenos.

En 1852 realizó la fachada del Ayuntamiento que mira a la Plaza Nueva y colaboró con Ángel de Ayala en el proyecto de la Plaza Nueva.

En 1852 se encargó de la construcción del cementerio de San Fernando, que se inauguró en 1853.

Prolongó las calles Tetuán y Naranjo (Méndez Núñez). Creó la actual calle Bilbao, para lo cual se modificó el lateral del convento de San Buenaventura.

En 1855 separó urbanísticamente la zona de la Huerta del Retiro, donde se situó el paseo de Catalina de Ribera. Realizó una ordenación urbanística de la zona de la Alameda de Hércules, con la parcelación y venta de los terrenos sobrantes, lo que permitió el saneamiento del lugar, y acometió la alineación y ocupación de los barrios del Arenal, la Cestería y la Carretería; este mismo año se ocupó de la ordenación de los terrenos de las afueras de la puerta de Triana.

En 1858 realizó el mercado del Perneo y en 1862 el mercado de la calle Feria.

En la zona de levante preparó el soterramiento del arroyo Tagarete hasta convertirlo en una cloaca que desembocaba próxima a la Torre del Oro.

En la década de 1860 se ocupó del establecimiento de las estaciones del ferrocarril con la ordenación y limitación de la calle Torneo y Plaza de Armas. Estas actuaciones supusieron la organización futura de todo el margen izquierdo del Guadalquivir.

En 1860 el Gobierno de España le nombró Arquitecto Provincial de Sevilla y consejero de la Delegación del Gobierno. Como tal, estuvo al frente de todas las obras del Gobierno en la provincia desde 1860 hasta 1867.

Murió en Bilbao circunstancialmente en 1867, pero su cadáver fue traído en barco a Sevilla para ser enterrado en el cementerio de San Fernando.

RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Escultores,  

Sabino Medina y Peñas.

Sabino Medina. Nicoli y Manfredi, Carlos. 1878. Mármol blanco. 56 x 34 x 27 cm. Real Academia de Bellas Artes de san Fernando de Madrid

Sabino Medina y Peñas nació en Madrid en 1812. Estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y como discípulo de Valeriano Salvatierra y Barriales hasta 1832 en que ganó el primer premio de escultura junto a Ponciano Ponzano y Gascón, obteniendo ambos una pensión para ir a Roma.

En mayo de 1831 fue nombrado junto a Juan Posse, y a propuesta de su maestro, ayudante de restauración de escultura del Real Museo de Pinturas y en 1838 académico de mérito y número.

Una de sus obras más relevantes, fue una escultura de Murillo para la ciudad de Sevilla, inaugurada en 1864, que se colocó en la plaza del museo, frente al entonces Museo Provincial de Pintura, hoy Museo de Bellas Artes. Posteriormente se realizó una réplica de la misma que se situó frente a la fachada sur del Museo del Prado (el pedestal es del arquitecto González Pescador), inaugurada por el rey Amadeo I.

Escultura de Murillo
Escultura de Murillo
Detalle de Murillo
Detalle de Murillo

Intervino también en la decoración del Palacio de las Cortes de Madrid, en cuyo Salón de sesiones, en la parte alta del testero, se encuentran cuatro efigies que simbolizan La Marina, La Agricultura, El Comercio y Las Ciencias; también lleva su firma el busto de Agustín Argüelles, en el mismo palacio.

Hizo igualmente labores de restauración de la Puerta de Alcalá, e intervino en la decoración escultórica del obelisco del Dos de Mayo.

Elaboró la figura principal (Alegoría del río Lozoya) de la fuente del Lozoya en la calle Bravo Murillo de Madrid. Otra de sus obras destacadas es Eurídice mordida por una víbora, expuesta en el Museo del Prado.

La ninfa Eurídice mordida por la víbora. Medina y Peñas, Sabino. 1865. Mármol. 88 x 107 cm-Museo del Prado. Sala 061


En el cementerio de San Isidro fue autor de los monumentos funerarios dedicados a las familias Muguiro y Santibañes.

Falleció en Madrid, 10 de mayo de 1888 y está enterrado en el cementerio de San Isidro.

 RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística. Arquitectos.  

Aníbal González Álvarez-Osorio.


Aníbal González Álvarez-Osorio

Nació en Sevilla el 10 de junio de 1876 y fue el mayor de los tres hijos de José González Espejo y Catalina Álvarez-Ossorio y Pizarro.

Realizó sus estudios superiores en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde obtuvo el título el 25 de noviembre de 1902, graduándose como el mejor de su promoción. La familia tuvo que asumir un considerable esfuerzo económico para sostener su formación. Un hecho relevante en estos años fue el apoyo que recibió de su primo hermano por línea materna, Torcuato Luca de Tena y Álvarez-Ossorio, quien ejercería durante largo tiempo como su principal valedor y consejero.

Tras concluir sus estudios en la capital, contrajo matrimonio con Ana Gómez Millán, hija del constructor y maestro de obras José Gómez Otero, perteneciente a una saga familiar con varias generaciones dedicadas a la arquitectura.

Poco después de licenciarse se le confió la ejecución de un proyecto de cárcel celular y comenzó a recibir sus primeros encargos privados, dedicados en su mayoría a viviendas, que ocuparon buena parte de la primera década del siglo XX.

A este periodo corresponden las casas de las calles Alfonso XII (ver) y Almirante Ulloa (ver), la reforma del inmueble de la calle Monsalves, la intervención en el edificio de Martín Villa junto a Santa María de Gracia, la desaparecida central térmica del Prado de San Sebastián y la subcentral de la calle Feria para la entonces emergente Compañía Sevillana de Electricidad. También proyectó la fábrica de la calle Torneo, hoy sede del Instituto de Fomento de Andalucía; el grupo escolar Reina Victoria en Triana; varios panteones en el cementerio de San Fernando; y sus primeras obras en Aracena vinculadas a la familia Sánchez-Dalp, entre ellas el casino Arias Montano.

En la esquina de la famosa Plaza de la Campana podemos encontrar esta construcción neomudéjar. Edificio para Manuel Nogueira (1907-1908).

Martin Villa esquina Santa María de Gracia

En la esquina de la Avenida de la Constitución con la calle García de Vinuesa, casa del marqués de Villamarta. La particularidad de este edificio la marca el elemento de esquina, una delgada escalera que al exterior se muestra con planta poligonal y que arranca de una peana de ladrillo aplantillado que a modo de capitel aparece apoyado en una fina columna. Los frentes de este cuerpo se muestran revestidos por plaqueta cerámica policromada y entre ellos se abren las ventanas que siguen el ritmo ascendente de la escalera interior. Superiormente este elemento se cubre con una pequeña cúpula semiesférica, igualmente decorada con azulejos y rematada por una cruz de hierro.

García de Vinuesa esquina Constitución

Antiguo Cine Trajano

Antigua fábrica de Tejidos de calle Torneo

Su actividad abarcó igualmente proyectos urbanísticos, como el del cortijo Maestrescuela, germen del posterior barrio de Nervión; edificios religiosos para distintas instituciones —entre ellos el templo de la Compañía de Jesús en la calle Trajano, la capilla de la Virgen del Carmen en el Altozano y la basílica de la Inmaculada Milagrosa, que quedó inconclusa tras su muerte—; así como diversos panteones familiares, entre ellos los de Luca de Tena, Peyré o González. A este conjunto de intervenciones se suma la reforma de la plaza de toros de la Real Maestranza y de la sede de la corporación en el paseo de Colón. El volumen y variedad de su producción, unida a la de otros arquitectos regionalistas, contribuyó decisivamente a transformar la fisonomía de Sevilla mediante nuevas aperturas urbanas, ampliaciones de alturas y la renovación formal de numerosos edificios.

Templo de la Compañía de Jesús en la calle Trajano

Capilla de la Virgen del Carmen en el Altozano

Casa Aníbal en la calle Arjona

En 1910 participó en el concurso de proyectos para el recinto de la futura Exposición Iberoamericana. Un año después fue nombrado director de las obras, puesto en el que trabajó prácticamente en solitario, dado que no contó con la participación de otros arquitectos sevillanos.

Desde los inicios de la muestra formó parte del Comité Ejecutivo el conde de Colombí, nombrado Comisario Regio el 2 de octubre de 1922, cargo que abandonó en 1925. Su sustituto, José Cruz-Conde, consideró que el ritmo de construcción de la Plaza de España era demasiado lento y que, de seguir así, no se completarían a tiempo los pabellones extranjeros. A ello se sumó la reducción del presupuesto, que impidió ejecutar varios proyectos previstos. Las discrepancias con Cruz-Conde llevaron a González a presentar su dimisión en 1926, siendo reemplazado por Vicente Traver, autor de algunas obras del recinto, entre ellas el casino y el teatro, hoy teatro Lope de Vega.

El 9 de enero de 1920 sufrió un atentado frustrado en su domicilio de la calle Almirante Ulloa, cuando un individuo le disparó dos veces sin alcanzarlo. Pocas semanas después se supo que la acción había sido planeada por cuatro anarquistas del Sindicato de Peones Albañiles.

A lo largo de su trayectoria recibió diversas distinciones: la Gran Cruz de la Real Orden de Isabel la Católica el 21 de septiembre de 1920, la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII el 17 de febrero de 1922 y, en febrero de 1929, el título de Hijo Predilecto de Sevilla.

Murió en 1929, pocos días antes de cumplir 53 años, en una situación económica precaria y con deudas acumuladas. El periódico El Liberal promovió una colecta para socorrer a su familia, que reunió unas 150.000 pesetas en metálico y materiales de construcción. Entre 1930 y 1932 se levantó una nueva vivienda para su viuda en un solar cedido por el marqués de Esquivel, obra de Juan Talavera y Heredia y José Espiau, situada en el número 14 de la avenida de la Palmera y concebida en estilo regionalista.

La Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929 marcó decisivamente su vida y su obra, convirtiéndose en el ámbito donde alcanzó su mayor proyección profesional y su reconocimiento popular. Entre 1913 y 1919 se levantaron tres de los edificios fundamentales del proyecto: el pabellón de la Industria, Manufacturas y Artes Decorativas (actual pabellón Mudéjar), el pabellón de Bellas Artes (conocido como pabellón Renacimiento) y el pabellón Real. Los tres conforman la Plaza de América, un amplio espacio ajardinado articulado en torno a una terraza elevada con estanque y fuente, uno de los ejemplos más representativos del regionalismo sevillano.

Pabellón Mudéjar

Museo Arqueológico

Pabellón Real

Su creación más emblemática fue la Plaza de España, cuya ejecución se prolongó entre 1914 y 1928. El proyecto comprendía tanto la gran plaza semicircular, de 200 metros de diámetro, rodeada por un canal de más de medio kilómetro atravesado por cuatro puentes, como el extenso edificio que la abraza. El conjunto se organiza mediante un cuerpo central, alas laterales y dos torres de setenta y cuatro metros en los extremos. La construcción emplea ladrillo visto, cerámica, hierro forjado, artesonados y mármol labrado, integrando de manera magistral los recursos del historicismo andaluz.

Plaza de España

Plaza de España

Plaza de España

Aunque el estilo neomudéjar se aprecia claramente en muchas de sus obras, el carácter ecléctico de los edificios de González hace que no pueda hablarse de obras estrictamente neomudéjares, al haber mezcla de diversos estilos, incluyendo detalles neogóticos.

Su lenguaje arquitectónico, profundamente enraizado en el regionalismo andaluz, se caracteriza por el uso de materiales locales y por una ornamentación inspirada en la tradición mudéjar, dando lugar a lo que se conoce como regionalismo, y contribuyó a definir lo que entonces se llamó “estilo sevillano”, en el que Aníbal González se identificó plenamente y que lo convirtió en una figura de referencia en toda España.

Aníbal González en la plaza de España

Aníbal González en la plaza de España