RUTAS POR SEVILLA: Ruta Artística
Juan Roelas
La calle Roelas se dirige desde la calle Medina a Hombre de
Piedra.
En 1868 fue rotulada como Roelas en relación con el linaje nobiliario sevillano que vivió en sus cercanías.
Efectivamente, la familia de los Roelas era de gran rango dentro de la vida sevillana (ver). Tenían su casa en la calle Santa Ana donde actualmente está la Casa-Palacio de los Marqueses de Medina, conocida como Palacio del Infantado, donde había, en aquel entonces, en lugar de la casa un callejón, que unía Santa Ana con la calle Hombre de Piedra, y desde ahí se prolongaba hasta el callejón de las Becas y la calle Lumbreras, siendo todo este largo trayecto llamado Calle del Arquillo de los Roela, pues la calle entera pertenecía a esta familia, teniendo a un lado su casa palacio, y a la otra acera las caballerizas, vivienda de sus criados, y un jardín con su huerta.
En 1957 se le antepuso el nombre de Juan por el pintor Juan de Roelas (1560-1625), pero posteriormente se retiró.
Respecto a Juan
de Roelas, son muy escasos los datos fidedignos sobre su biografía, a pesar de
ser un artista relevante de la pintura española y sobre todo del desarrollo del
arte sevillano. Por ello, ha sido confundido con el canónigo carmelita
sevillano y contemporáneo Fray Juan de Ruelas, autor del tratado “Hermosura
corporal de la Madre de Dios” publicada en 1621.
Las
publicaciones de unos poderes notariales, por Hernández del Hoyo, parecen
situar su nacimiento en Flandes hacia 1570 y que debió formarse inicialmente
como pintor en su patria, con estancia de algunos años en Venecia, aunque no
existen documentos que certifiquen su estancia en Italia.
De los
documentos notariales de 1594 se deducen que Juan de Roelas, flamenco de
nacimiento, era hijo del pintor Jaques de Roela, de la misma nacionalidad y que
desde esa fecha vivían en una casa alquilada en Valladolid y trabajaba para el
Duque de Lerma hasta 1602.
En 1598, estuvo
colaborando, en Valladolid, en la decoración del catafalco para las exequias de
Felipe II, que se erigió en su universidad, como en otras ciudades.
Gravado
del túmulo del rey Felipe II en Sevilla
En 1604, obtuvo
una prebenda (ver) del Conde-Duque de Olivares y desde esa fecha, y bajo su protección, se instala en Olivares, localidad muy cercana a Sevilla. En esas datas debió
de recibir las órdenes sacerdotales, pues aparece ejerciendo de capellán en la
Colegiata de Olivares y a partir de 1606 figura como capellán de la Iglesia del
Salvador de Sevilla.
En este año de
1606 pinta “La Circuncisión “del altar mayor de la iglesia jesuita de la
Anunciación, y “El Martirio de san Andrés” que se encuentra en el museo de
Bellas Artes de Sevilla, y el “Transito de san Isidoro” en el año 1613.
El cuadro “El Tránsito de San Isidoro” está dividido en dos partes claramente definidas: la terrena, en la que san Isidoro aparece sostenido por uno de sus compañeros, y rodeado por una serie admirable de retratos de personajes, que asisten a su tránsito al cielo. Estos retratos, ejemplo de la mejor pintura naturalista de aquel tiempo, son la parte más significativa de la obra. La parte superior, la celestial, es de un cromatismo más luminoso: tiene a la derecha un grupo de ángeles musicantes, tan propios de las grandes obras de Roelas, que anuncian el esplendor de la gloria. En la parte más alta, Cristo y la Virgen esperan también la llegada del espíritu del Santo, con sendas coronas en sus manos para coronarlo. Esta doble descripción en un solo cuadro de la parte terrena y celestial, son propias de este pintor de la Escuela Sevillana del XVII.
En 1616, Juan Roelas se traslada a Madrid aspirando conseguir el nombramiento de pintor del Rey y al
mismo tiempo ejercer como capellán. De esta fecha es la “Alegoría de la
Inmaculada Concepción” realizada para donársela al rey por ser gran defensor
del dogma que enfrentó a franciscanos y dominicos.
Al no
conseguir sus aspiraciones, en 1621 regresa a su antigua capellanía en
Olivares, para compaginar su trabajo de pintor con sus obligaciones como
canónigo de la Colegiata de Olivares, donde está enterrado tras su
fallecimiento en 1625.
El Triunfo de San Gregorio. Roelas, Juan de. 1608. Ushaw Collage. Dirham
(Inglaterra).
Martirio de San Serapio. Roelas, Juan de. Óleo
sobre lienzo. Hacia 1612. 204 x 247 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Procede del
Serapio (1179-1240) fue un
militar irlandés que, tras haber participado en las Cruzadas a las órdenes de
Ricardo Corazón de León, continuó su militancia cristiana en lucha contra los
musulmanes al lado del rey castellano Alfonso VIII. Conoció a San Pedro Nolasco
y, ya como mercedario desde 1222, se dedicó a la redención de cautivos del
Magreb, acabando él mismo preso en 1240 en tierras del islam. Allí fue
martirizado sobre una cruz en aspa. Tras extraerle las entrañas, momento
explícito que recoge la pintura, le arrancaron las extremidades. Se convirtió
así en el protomártir de la Orden mercedaria
La venida del Espíritu Santo, procede del Hospital del Espíritu Santo de Sevilla, tras la desamortización de 1840. Obra de gran aparatosidad y riqueza de color. En la parte inferior de la escena se sitúa la Virgen sentada en el centro y rodeada de los apóstoles en el momento de la llegada del Espíritu Santo como así lo indican las llamas sobre sus cabezas. En la zona superior, en rompimiento de gloria, rodeada de nubes y querubines, aparece la Paloma del Espíritu Santo tal y como se relata en los Evangelios que sucedió en Pentecostés.
Jesús camino del Calvario. Roelas, Juan. Hacia 1620. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Resurrección de Santa Leocadia. Roelas, Juan de. Hacia 1620. Hospital del Niño Jesús. Madrid.
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