lunes, 17 de febrero de 2025

 RUTAS POR SEVILLA: Ángeles y Arcángeles.

San Gabriel.

El nombre “Gabriel” proviene del hebreo “Gavri’el” (גַּבְרִיאֵל), que se traduce como “Dios es mi fuerza” o “fuerza de Dios”. Está compuesto por dos partes: “gever” (גֵּבֶר), que significa “hombre” o “fuerza”, y “El” (אֵל), que significa “Dios”.

El arcángel San Gabriel es uno de los tres arcángeles mencionados en la Biblia, junto con San Miguel y San Rafael. Su papel principal es llevar mensajes divinos a la humanidad, y por eso se le asocia con la comunicación, la revelación y la esperanza. Es el ángel de la Encarnación y del Consuelo, y en la tradición cristiana Gabriel es siempre el ángel de la misericordia

En el Antiguo Testamento, aparece en el libro de Daniel (8:16 y 9:21), donde interpreta las visiones del profeta sobre el futuro de Israel.

En el Nuevo Testamento, en el Evangelio de Lucas (Lc 1:11-20), Gabriel se presenta a Zacarías para anunciarle el nacimiento de San Juan Bautista. Luego, es el ángel que le anuncia a la Virgen María que concebirá a Jesucristo por obra del Espíritu Santo (Lc 1:26-38). Este episodio es conocido como la Anunciación y es una de sus apariciones más importantes.

Zacarías, santo sacerdote del Templo de Jerusalén, de la casa de Abías, una de las veinticuatro familias de los hijos de Aarón, casado con Isabel, igualmente descendiente de Aarón (Lc 1:5). Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.

En una visión, a Zacarías se le apareció el ángel Gabriel que le comunicó que tendría un hijo, al que llamaría Juan, a pesar de que su mujer era estéril. Zacarías le pidió una prueba y al instante quedó mudo, recobrando el habla al nacer el niño.

“No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto”. “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo” (Lc 1: 5-20).

El sexto mes envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de  Galilea llamada Nazaret, a una virgen prometida a un hombre llamado José, de la familia de David; la virgen se llamaba María. (Lc 1: 26-38).

Entró el ángel a donde estaba ella y le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.

Al oírlo ella quedó desconcertada y se preguntaba qué clase de saludo era aquel.

El ángel le dijo: No temas, María, que gozas del favor de Dios. Mira, concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús. Será grande, llevará el título de Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, para que reine sobre la Casa de Jacob por siempre y su reino no tenga fin.

María respondió al ángel: ¿Cómo sucederá eso si no me he unido a un hombre?

El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el consagrado que nazca llevará el título de Hijo de Dios. Mira, también tu pariente Isabel ha concebido en su vejez, y la que se consideraba estéril está ya de seis meses. Pues nada es imposible para Dios.

Respondió María: Yo soy la sirvienta del Señor, que se cumpla en mi tu palabra.

Pero, Gabriel (Jibril) con los demás ángeles ya está presente en las religiones judía e islámica, de tal manera que es el arcángel que revela el Corán al profeta Mahoma y anuncia a Mahoma su misión en el mundo (sura II, 97-98).

El 12 de enero de 1951 el Papa Pío XII nombró al arcángel Gabriel patrono de las telecomunicaciones y trabajadores de la comunicación. Posteriormente, el 9 de diciembre de 1972, fue nombrado patrono de los carteros y empleados de correos por el Papa Pablo VI. Asimismo, al ser conocido popularmente como el "Embajador de Dios", se le conoce también como patrono de los embajadores y diplomáticos.

San Gabriel suele ser representado: Con un lirio blanco, símbolo de la pureza de María. Con un pergamino o un mensaje, en referencia a su papel de mensajero. A veces con una trompeta, por la creencia de que anunciará el Juicio Final.

Museo de Bellas Artes de Sevilla

Anunciación. Fernández, Alejo. Hacia 1508. Pintura sobre tabla. 72 x 49,5 cm. Museo de Bellas Artes. Sevilla. Sala II. Procede del Monasterio de San Isidoro del campo tras la desamortización de 1845

Díptico de la Anunciación y la Visitación. Coffermans, Marcelo. Hacia 1570.  Óleo sobre tabla. 51,50 x 33 cm. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala II. Donación de D. Rafael González Abreu (1928)

Anunciación. Murillo, Bartolomé Esteban. 1665-1666. Óleo sobre lienzo. 321 x 218 c. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sala V. Procede de la Iglesia del Convento de Capuchinos


Museo del Prado 

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